La frente de Ellaí chocó contra la espalda de Hanim, intentando no ver a Minho a la cara y también tratando de sostenerse un poco pues, estaba mareada por lo que sea que el alfa haya intentado inyectarle, tal vez algo para adormecerla e intentar llevarla de esa manera.

—Ellaí— pronunció, su poca paciencia siendo notoria— no quiero tener que usar la fuerza, ya estás lo suficientemente lastimada como para aportar más a tu deterioro.

Se asomó por encima del hombro de Hanim, el miedo recorriendole el cuerpo.

—¿Cómo me encontraste?

—Tu aroma es fuerte y delicioso, además— sonrió, negando— esta área es un punto céntrico, sea cuál sea el camino que tomes, tienes que pasar por aquí mismo.

—No sé quién demonios seas— Hanim lo apuntó— pero te alejas o te golpeo el otro ojo para emparejar.

Hanim había logrado algo que para muchos era imposible y eso había sido alcanzar a herir a Minho quien no sabía pelear, pero tenía una rapidez y reflejos monstruosos, era impresionante ver uno de sus ojos cerrado debido a la patada que Hanim le había propinado.

Ellaí se aferró a la cintura de su amiga cuando comenzó a ver borroso y sus párpados pesaban.

—Vengo de tu clan— siguió hablando— como no te ví allí, pensé en que podía traerme a la cachorra— apretó los ojos— ¿Haru? Ella. Pero no tuve tiempo, me quedé intentando hacer negocios con Namjoon, le ofrecí a Songji a cambio de que me dejase tenerte y se negó— rió en medio de un bufido— ¿Ves como eres la favorita de todos? Está en tu escencia, Ellaí. Yo necesito beberme toda esa escencia para poder vivir o terminaré loco.

Hanim retrocedía con Ellaí poco a poco, Minho daba pasos largos, acortando la distancia y haciendo a la omega que decía querer, temblar del miedo. Jungkook había dicho hace mucho tiempo que Ellaí era fuerte, pero cuando se trataba de Minho, se paralizada y escondía, o eso intentaba, porque esconderse de Minho era imposible, él siempre la encontraría a dónde sea que fuese.

En su cabeza se reprodujeron todas las veces en las que él la denigró, cuando le ponía las manos encima y el morbo en sus acciones, solo se detenía al recordar que debía dejar a Ellaí crecer primero antes de.

Antes de hacer su voluntad sobre ella.

—¿Tú eres la omega de Kim? ¿Otra asesina retirada?— inclinó la cabeza—No soy fanático de las omegas, pero tienes potencial.

Estiró la mano y esta quedó suspendida en el aire cuando el sonido de las pisadas impregnó sus oídos, suspiró y gruñó viendo al suelo cuando sus ojos dieron con el alfa pálido que parecía tener una pasión por meterse en sus asuntos.

—Alfa Min.

—No eres tan rápido ahora que lo pienso— limpió el sudor de su frente y sacó la lengua mientras boqueó por aire— tu ventaja no era mucha.

Con él, cinco de los mejores alfas se alinearon, esperando por órdenes para atacarlo. Minho negó, señalando a los árboles detrás suyo.

—Llegaste justo a tiempo para entretenerte derribando a más de mis hombres— dijo— ya esperé tres años, no puedo aplazarlo más, Min, espero que lo entiendas.

En medio de esa conversación, Hanim había logrado alejarse un poco y uno de los alfas de acercó envuelto en preocupación a ayudar a socorrer a Ellaí.

—¡Omega líder!— exclamó, ayudándola a sostenerse— ¿Qué le ha pasado?

Para ese punto, Ellaí era la persona más importante para todos en el clan Jeon, la más importante después de su líder, claro estaba. Ellaí era la omega fuerte que había consolado a todo un clan y había ayudado a liderarlos aún cuando no tenía idea de cómo hacerlo, era la omega que sembró esperanza en todos y juró que Jungkook regresaría, también quién alentó a toda la raza omega a mostrar su fortaleza, los entrenó, les sonrió, los abrazó y dió oportunidades nuevas que todos veían lejanas.

Ella había hecho posible lo imposible para las tres jerarquías que se sentían perdidas sin su jefe. Los guió y encaminó a perspectivas positivas.

Ahora Ellaí no solo tenía a sus amigas de su lado, a Namjoon, Hoseok, Yoongi o incluso Seokjin de su lado. Ella era respaldada por toda una comunidad, tenía a alfas, betas y omegas que pelearían para defenderla de ser necesario.

Minho y su recién llegado ejército de asesinos no entendían el poder de Ellaí en ese momento y la rabia que estaban despertando en su gente, porque cuando Ellaí cerró los ojos, cayendo inconsciente por los efectos del sedante, la última imagen fue la de Yoongi y su clan enfurecidos.