—Llevo más de veinte años trabajando para Minho— comentó una vez estuvo a solas con Jungkook— me reclutaron a los diecisiete, así que soy un alfa adulto, yo recibí a Ellaí y a su hermana cuando las ingresaron. Fueron las primeras niñas en ser reclutadas.

—¿Eso te parece que está bien?

—Malditamente no lo está— respondió, se dejó caer en la silla grande del despacho de Jungkook, este no le dijo nada— después de ellas dos, llegaron por montones, niños y niñas que fueron arrancados de los brazos de sus padres en toma de territorios. Ellaí y Songji no tenían a nadie más que a mí en ese entonces, tanto mi parte animal como yo mismo nos encariñamos con las dos y no sé si lo entiendas, Jeon, pero ya perdí a una hija— se refirió a Songji— no voy a perder a Ellaí también. Yo las recibí, yo las ví crecer y las traté de la mejor manera posible para que pudiesen defenderse de todo y todos.— levantó las manos— Ciertamente tuve que haberme perdido de algunas cosas importantes, pero no podía quedarme cuidandolas en cada segundo, Minho me da tantas misiones como le da la gana.

—Y yo no estoy juzgando eso, Namjoon. Sé que debe ser tal cuál dices, pero, colabora conmigo, maldita sea.

Arqueó sus cejas.

—¿Qué quieres decir?

—No puedes solo alejarme de Ellaí. Quédense aquí, ambos, estarán más seguros que en cualquier otro lado.

—No sé si lo recuerdes, pero entré aquí luego de dos puñetazos y tres cortes poco mortales.

Jungkook rodó los ojos, asintiendo, si lo recordaba.

—Hay más seguridad y el que debe resistir soy yo.

—Sé que eres un cambiaformas— trajo el tema a colación— si eres uno, significa que tú lobo es una reencarnación y si eso es así,  Ellaí también debe ser una cambiaformas, su loba...

—Si, su loba debe ser un ancestro. Pero ella no lo sabe aún, no le he dicho sobre esa posibilidad porque apenas nos conocimos, estaba intentando que fuese más que nuestros lobos y sus necesidades.— resopló—No, no hemos tenido más que besos.

Namjoon silbó.

—¿Un alfa se resistió al celo de su omega? Tengo que darte puntos por eso.

Al decir que el lobo de Jungkook era una reencarnación, se referían a que ese mismo lobo había renacido en el cuerpo de Jungkook, como un alma vieja en tiempos actuales. Hace muchísimos años, todos los alfas y omegas tenían la capacidad de tomar su forma animal como algo cotidiano, los tiempos habían cambiado y claramente ese ya no era el caso, solo unos pocos poseían tal habilidad y era gracias a que sus lobos ya habían existido antes en otros cuerpos.

Y el lobo de Jungkook había sido líder en todas sus reencarnaciones, en pocas de estás se había reencontrado con su destinada. Cómo ahora.

Ellaí apareció, sonriendo un poco cuando no vio rastro de conflicto, se acercó y dejó el aperitivo favorito de Namjoon frente a este y él la miró con sospecha.

—¿Esto es soborno?

—Claro que no, son solo fideos de frijol negro. Tus favoritos.

—Exactamente, soborno.— él sabía muy dentro de si mismo que aunque quisiera, sabiendo la condición de Ellaí, no podía llevársela— ¿Quieres quedarte aquí? ¿Te sientes segura con él?

—Si... Jungkook se porta bien.

—¿Y se deja gritar?

—Creo que incluso le gusta.— el mencionado no lo negó— Quedémonos. Pensemos en un plan.

Namjoon observó a Jungkook.

—Nunca es así de positiva.

—Semanas de charla— respondió— sigue siendo indomable, por supuesto.

—¿De verdad?— rió, sacudiendo su cabello—¿Ya entendiste que no todo es tan malo?

La emotiva escena fue interrumpida por un desesperado alfa en pijamas que irrumpió en el lugar. Hoseok entró y observó aliviado a Jungkook, apretó su hombro y le zarandeó.

—¡Estás completo!— suspiró, llevándose una mano al pecho— Por la luna, te juro que cuando me dijeron que un demente con cuchillos entró y que además te dejaron solo, yo...— sus ojos cayeron en la presencia ajena y en Ellaí junto a dicha presencia— oh, un nuevo amigo.

—Hoseok, él es Namjoon, el padre de Ellaí o algo así— presentó—Namjoon, él es...

—Un gusto. Lo conozco.

—¿Si?

Sonrió altanero.

—Claro, Jung Hoseok, alfa de alto rango, mejor amigo de Jeon, grupo sanguíneo A.— tragó— Medio payaso.

La cara de Hoseok era un poema.

—¿Otro delincuente?

—Eso fue muy grosero, Hoseok— regañó Jungkook—necesito que vayas y le avises a todos que estoy en una pieza y que el intruso escapó.

—¡¿Lo dejaste escapar?!

—Tú haz lo que te digo.

—Oh, bien.— asintió lentamente hacia Ellaí—Me alegra que estés bien. Un gusto, Namjoon.

Volvió a irse, la confusión rodeandolo. Namjoon bufó.

—Su perfil también decía que era despistado a morir.

Ellaí golpeó su hombro, riñendolo.

—No puedes decirle eso a las personas.

—Bien, bien. No lo haré más.