—¿Qué se supone que hará el jefe?

—Se fue hace dos días, no creo...

Jungkook no reconocía a los dueños de aquellas dos voces pero permanecía con los ojos cerrados, sus párpados aún pesaban, su cuerpo se sentía entumecido. Estaba perdido.

—Como sea, no olvides inyectarlos antes de irte.

—Lo haré en un rato, maldita sea, no entiendo porque tanto apuro.

Un estruendo y gimoteos adoloridos escuchó a su alrededor, no pudo permanecer quieto mucho tiempo más y tomó asiento, arrugó el entrecejo y vio a Taehyung incorporarse a su lado de la misma manera, aún en el limbo.

Mera se desmoronó en el suelo, tosía descontrolada luego de haber dejado inconscientes a aquellos dos betas.

—Levanten... el maldito culo— tomó aire— que van a matarnos si nos quedamos aquí.

Los dos alfas se observaron, bien, no tenían una sola idea de lo que había ocurrido, tampoco sabían dónde estaban y menos sabían que era todo eso que tenían conectado al cuerpo, Mera se puso de pie, buscando apoyarse a la camilla de Jungkook y este le ofreció su mano.

—¿Qué pasó?

—¡Nos han agarrado y usado de ratones de laboratorio!— respira, quizás demasiado indignada porque ellos no parecen estar tan afectados físicamente como ella— Minho. Estamos al otro lado del país en territorios ajenos, una de las bases escondidas de mi hermano bajo tierra.

¿Cómo? Él no recordaba nada, no entendía un carajo. Arranco todos los cables y cargó a la alfa en su espalda, una alarma sonó y dedujo que ya se habían dado cuenta de la ausencia de Mera y sus movimientos.

—¿Tienes una idea de cómo podemos salir de aquí?— preguntó Taehyung, ella negó— Vamos a continuar adivinando, entonces.

—No se sorprendan si ya no tienen clan— su cuerpo rebotaba debido al trote de Jungkook— según el calendario, ha pasado un buen tiempo.

—Nosotros no perdemos el mandato en nuestros clanes gracias a que nuestro lobo está conectado a este— le explicó Taehyung— nadie podría derrocarnos y de todas maneras Yoongi está al mando de todo, su lobo es lo suficientemente completo para proteger más de tres territorios.

—Pasaron tres años, hoy se cumplen tres años desde que estamos dormidos.

Se detuvieron de golpe. Entonces aquella era la razón por la cuál no sentían cansancio de ningún tipo, solo una pequeña pesadez.

Ellaí.

Jungkook se sintió triste y después dejó ese sentimiento de lado para darle paso a la profunda ira, le enojaba no recordar cómo habían terminado en esa situación, le enojaba saber que había dejado a su omega sola durante tanto tiempo cuando el abandono era lo que más aterraba a Ellaí.

Taehyung respiró entrecortado y veía al suelo, seguramente intentando hacer lo mismo que Jungkook en el momento: intentar comunicarse con Hanim.

Escucharon pasos acercarse y corrieron a esconderse en la primera habitación que encontraron al final del pasillo, los hombros de ambos alfas decaídos intentando conectarse con sus omegas y fallando estrepitosamente, Taehyung golpeó el escritorio a su lado, frustrado, triste, angustiado.

—Minseok...— murmuraba.

Mera bajó de la espalda de Jungkook y se sentó frente a la computadora, gruñendo cuando se encontró con demasiados archivos basura, era complicado buscar de esa manera.

—¿Qué haces?

—Debe haber un maldito documento con nuestra fecha de ingreso a este lugar— asintió, dando con él— hay demasiadas habitaciones y por supuesto muchísimos otros pobres imbéciles como nosotros que permanecen dormidos. Y seguiríamos en ese estado si no fuese porque a un idiota se le olvidó aplicarnos la dosis diaria.

A Jungkook se le encendió el cerebro y se colocó de rodillas junto a Mera, señaló la pantalla.

—Kim Songji. Búscala.

—¿La alfa? Está muerta, Jeon, para que seguir con eso cuando-

—La única manera de hacer pasar por muerta a una persona sin matarla, es con un suero especial parecido al suero de la verdad que usamos en los reclusos— Taehyung asiente mientras explica— si eso continúa en nuestro sistema, somos indetectables. Busca a la chica que nada se pierde intentándolo.

Mera bufó. No había tenido tiempo de indagar más en la computadora ante de ir por ellos dos y ahora tenía que volver a perder el tiempo buscando a alguien muerto.

—Bien, Kim que detenga la puerta para que nadie entre y yo buscaré, soy la única que conoce su rostro de todas maneras. Aunque no creo que esté registrada con apellido, ese no es el real.

Sopló su cabello fuera del rostro, había pasado tanto tiempo que se veía desastrosa. Carpetas y más carpetas, perfiles, expedientes, ningún rostro conocido, escuchó el sonido de la perilla girando pero al Taehyung hacer fuerza para mantenerla cerrada, por supuesto alertaron al resto.

—Creo que tienes que apurarte.

—¡Songji es un nombre popular!— bramó— Están entre la diecisiete hasta la veinte, no hay fotografías, pero si muchas Songji con distintos apellidos.

—¿En qué pasillo estamos?

—Pasillo tres, entre las primeras habitaciones— bufó— ¿Vamos a ir a buscar?

—¿Tú realmente crees que voy a desperdiciar la posibilidad de encontrar a la hermana de Ellaí?

—Ella dijo que vio su cuerpo muerto. La enterraron.

—Pudo ser un montaje o algo parecido.

—¡Eso no beneficia en nada a Minho! No tiene motivos para hacerla pasar por muerta.

Taehyung suspiró.

—No importa, vamos a ir y asegurarnos.

Mera maldijo, odiaba que fuesen tan arriesgados. Jungkook observó la fecha en el ordenador y se sintió mucho peor.

Ellaí.

Mera en multimedia.
¿Todo bien?