Epílogo
📆 MEDIADOS DE ENERO
📆 MESES DESPUÉS
Termino de atarle el lazo del vestido a Noelle, con alguna que otra dificultad, pues mi hija no ha dejado de moverse y de reírse mientras la vestía. Hoy se ha tomado una siesta bastante larga con su padre y ahora está muy espabilada, aunque no sé si esto será bueno una vez que empiece la boda. Hace unos días cumplió un año y desde que comenzó a andar, nos trae a todos de cabeza pues no para quieta ni un minuto.
-¿Me habías dejado la corbata roja o la gris? -Jude aparece en la habitación mostrándome en sus manos las dos corbatas. Pongo a Noelle en mi cintura y le señalo la de color rojo.
-Rojo. Recuerda que Brahim quiere que todos sus padrinos vayan con la corbata roja -le recuerdo viendo como la gris la deja encima de la mesa y me da una larga mirada.
-Mis niñas están muy guapas, ¿todo bien con la peque? -asiento a su pregunta y me acerco hacia la hamaca para dejar ahí a Noelle mientras ayudo a su padre con la corbata. Le pongo el cinturón y me giro hacia Jude.
-Ha protestado un poco cuando la vestía, pero, a cambio, me ha dado un beso, lleno de babas pero un buen beso -paso la corbata por el cuello de Jude y lo ayudo a ponérsela. Puedo sentir su intensa mirada sobre mi, pendiente de cada uno de mis movimientos.
-Hueles a limón. Joder. Que bien hueles, amor -Jude baja su cabeza hasta posar sus labios en mi cuello. Sentir su fresca boca sobre mi piel, hace que mi cuerpo se estremezca con un pequeño escalofrío- ¿ese vestido se quita fácil?
-¿Porqué lo preguntas? -le respondo viendo en su rostro una traviesa sonrisa, entendiendo perfectamente lo que me dice. Termino de arreglarle la corbata y me aparto un poco para ver lo atractivo que está con ese traje. Joder, mi marido hace que todo mi cuerpo palpite de deseo por su culpa.
-¿Porqué me miras tan fijamente? -me pregunta Jude afianzando aún más sus dedos sobre mi cintura, moviendo estos de una manera tan tortuosa que un ligero estremecimiento se apodera de todo mi cuerpo.
-Estaba pensando en lo del vestido.
Jude tira de mi hasta casi chocar contra su cuerpo. Sus labios pronto se apodera de los míos, dándome un rotundo y avasallador beso que casi me roba el aliento. Siento sus labios moviéndose contra los míos, tomando mi boca como si yo fuera uno de sus postres favoritos. Muerde, succiona y chupa lo que le da la gana, arrebatándome la poca cordura que me queda, teniendo que agarrarme a las solapas de su chaqueta, debido a la intensidad de su beso.
El gorjeo de Noelle y como grita la palabra papá, nos hace separarnos y centrar la mirada en nuestra hija, quien nos mira riéndose y llamando nuestra atención.
-Se me olvidaba que teníamos público -Jude deja un pequeño beso en mis labios y después de apartar sus manos de mi cintura, se dirige hacia donde está nuestra pequeña, quien, en cuanto lo ve, mueve sus brazos para que su padre la coja- ven aquí, enana, que mira que estás guapa.
Aliso mi vestido y me acerco al espejo de la habitación para comprobar el maquillaje de mis labios. Sonrío al ver a Noelle abrazada a su padre, poniendo su cabeza en sus hombros. Mi pequeña adora a su padre. Con él es capaz de dormirse tranquilamente, mucho más de lo que lo hace conmigo.
-¿Estás lista? -asiento ante la pregunta de Jude y después de buscar mi bolso voy hacia el carro de Noelle, el cual está en una de las esquinas de la habitación.
-¿Sabes que en cuanto salgamos por la puerta habremos perdido a nuestra hija? -le advierto a Jude porque tanto sus padres como Mario y Nacho, compiten por tenerla entre sus brazos.
-Lo sé, cariño, pero mira, hay que ser prácticos, si luego queremos echar un buen polvo podremos hacerlo tranquilos.
Ruedo mis ojos ante las palabras de Jude, porque si, lo dirá de broma y me sacará la lengua para provocarme, pero si mi marido tiene la posibilidad de follarme en algún sitio, lo hará.
Abro la puerta de la habitación y dejo que él salga primero. Lo sigo con el carro y cierro tras de mi, colgándome el bolso en mis hombros.
Luara y Brahim se casan en una finca de un pueblo costero de Málaga. Escogieron este lugar porque una tarde iban camino de Cádiz y se perdieron en este sitio. Les gustó tanto lo que veían que se quedaron a pasar la noche en esta casa, de la que descubrieron que es un hotel además de un lugar de celebraciones. Ni que decir tiene que es un sitio exclusivo donde la prensa no ha podido acceder pues los invitados más allegados llevamos aquí desde anoche, y el resto, repartidos en hoteles cercanos.
-¡Por dios! ¿Dónde está lo más bonito del mundo? -Noelle se revuelve en los brazos de Jude al escuchar la voz de mi hermano. Mi hija lo adora. Es escucharlo y lo busca con la mirada.
-Gracias, cuñado, he intentado ponerme lo más bello que he podido para ti -le contesta Jude, guiñándole uno de sus ojos. Al momento, Mario estira sus brazos y Noelle acude a ellos sin pensarlo.
-Tú siempre estás guapo, Bellingham -le contesta Nacho para después, darme a mi una larga mirada- y tú estás espectacular. Te veo hasta con más musculitos, cuñada.
-Bueno, es lo que tiene que tu marido sea jugador profesional y que te "obligue" a entrenar con él -le contesto quitándole importancia a como mi cuerpo ha cambiado, volviéndose un poco más esbelto, algo que las revistas del corazón señalan constantemente apareciendo mi foto en ellas más de una vez.
Caminamos los cuatro por el pasillo hasta bajar las escaleras de la planta donde estamos. Denise y Marc están también abajo y en cuanto nos ven, nos saludan de pasada para centrarse en Noelle. Jude me agarra de la cintura, atrayéndome hacia su pecho para poder hablarme y que no nos escuchen.
-¿No te sientes invisible a veces? -me pregunta Jude sin poder evitar reírme tras su pregunta, pues nuestra hija siempre acapara la atención de todo el mundo.
-Bueno, para mi no lo eres, mi vida. Yo siempre te veo.
📆 MÁS TARDE
No lo he podido evitar. He dejado que algunas lágrimas se escaparan de mis mejillas viendo a mi amiga casarse. Luara estaba preciosa con su vestido de novia y que decir de Brahim, el novio perfecto para mi perfecta amiga.
Estamos casi saliendo de la ermita que hay junto al hotel, donde ha tenido lugar la ceremonia, cuando los dedos de Jude aprisionan mi brazo con mucha suavidad. Me volteo un poco algo confusa, al ver como él tira de mi, llevándome de nuevo al interior del templo.
-Jude, ¿Qué pasa? -le pregunto pues él me hace caminar de regreso por el pasillo central hasta casi llegar al altar.
-¿Confías en mi, nena?
-Claro -le respondo sin dudarlo, viendo tanta determinación en sus ojos que se me hace muy difícil el no hacerlo.
-Pues entonces, no digas nada, y sígueme.
Hago lo que él me pide y me dejo arrastrar hacia el fondo de la iglesia. En uno de los laterales, hay una pequeña puerta que Jude me hace atravesar aumentando más si cabe mi confusión. Solo caminamos unos breves pasos, cuando nos encontramos en otra habitación, donde, para mi sorpresa, están Mario y Nacho, con la pequeña Noelle en brazos, los padres de Jude y Jobe, junto a ellos. Me percato también de la presencia del párroco que ha casado a mi amiga solo hace unos minutos y siento como mi cuerpo temblequea de la impresión.
-Jude -me agarro a su brazo mientras él me coloca frente a él, luciendo una preciosa y enigmática sonrisa en su rostro.
-No te asustes, Lorena. No es nada malo. Es sólo que ya sabes lo que a veces me agobia el no estar casado "en condiciones" contigo. Y hace unos días pensé que ésta era la oportunidad perfecta. Solo nosotros y las personas que más nos importan -una de sus manos se levanta hasta rozar mi mejilla ofreciéndome de nuevo una sonrisa muy emotiva- así que, ¿Qué me dices? ¿quieres casarte conmigo?
Intento tragar el nudo que tengo en mi garganta ante su proposición. Desvío mis emocionados ojos hacia nuestra familia, la cual también me devuelven la mirada con la misma emoción.
-Si. Claro que quiero casarme otra vez contigo.
Un suspiro roto sale de su boca en cuanto yo asiento a su petición. Su sonrisa se muestra ante mi, calmada y hasta un poco aliviada de que yo consienta en casarnos, y esta vez, como dice Jude, siendo mas real.
Siento como una de sus manos toma la mía, situándome frente al cura, quien ya se ha colocado en su posición. Mario se sitúa a mí izquierda y Denise a la derecha de su hijo. Puedo sentir la presencia de ambos junto a mí, haciendo que de esta manera, mis nervios se aplaquen.
El párroco nos da un breve discurso sobre el matrimonio y el amor, el cuál escucho muy atenta. Los dedos de Jude aprietan los míos con cada palabra, y una vez que desvío mi mirada hacia él, puedo vislumbrar como de ampliamente sonríe.
-¿Tenéis los anillos? -nos pide el cura, mostrándome curiosa por ver si de verdad hay anillos.
-Aquí están -es mi hermano quien nos ofrece uno a casa uno. El que pone en mi palma, es dorado con un elaborado grabado que me parece sumamente fascinante y que me lleva a preguntarme cuánto tiempo lleva Jude planeando todo esto.
-Lorena.
Jude toma mi temblorosa mano con mucha delicadeza mientras su mirada impacta con la mía. Es clara. Brillante y determinada acompañando a la sonrisa que me muestra su emocionado rostro.
-Yo, Jude, tomo tú mano para ponerte de nuevo un anillo, uno que simboliza esta vez que no hay nada más fuerte que el amor que nos tenemos, y que juntos luchamos por nuestras batallas. Te amo. Ahora y siempre.
Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando él desliza el dorado anillo por mi dedo. Se siente casi igual que esa primera vez. Los mismos nervios. La emoción y amor. Todo el amor que le tengo. Tomo su mano aún temblando y antes de ponerle el anillo, desvío mi mirada hacia mi hija. Esa pequeña luz que es la razón de nuestras vidas. Se mueve y se agita en los brazos de Nacho, riéndose buscando mi mirada. El aire que llena mis pulmones, desaparece a los pocos segundos, armándome de valor para las palabras que voy a pronunciar.
-Yo, Lorena, pongo este anillo en tus dedos como símbolo de todo el amor que siento por ti, un amor que crece a cada segundo que estoy a tu lado. Te amo. Para siempre.
No hace falta que nadie nos diga que nos besemos, una vez el anillo está en su dedo. Sus carnosos labios presionan los míos de una forma lenta y suave. Siento su sabor impregnar mi cavidad bucal y como mis sentidos se dislocan a causa de la rotundidad de su beso, uno que se vuelve corto a pesar de mis ganas de más.
-Te amo, Lorena.
Su declaración la tomó con una sonrisa dejando que sus brazos rodeen mi cuerpo. Pero solo podemos estar así unos segundos cuando nos encontramos con el resto de nuestra familia que también quieren compartir su felicidad con nosotros.
Recibo emocionada el abrazo de mi hermano, quien, como siempre, encuentra las palabras justas para impedirme llorar.
-Una vez le pedí a Dios que te enviara a alguien que te cuidara y protegiera, y Dios me escuchó porque encontró a Jude para ti.
📆 MAS TARDE
Los dedos de Jude repasan cada centímetro de cuello haciendo a un lado el tirante de mi vestido. Pronto sus labios se pasan en mi hombro consiguiendo que un ligero temblor ocupe mi cuerpo a causa de la suavidad de su boca.
-Tu olor me vuelve loco -apenas soy consciente de lo que ocurre a mí alrededor. De como los invitados a la boda bailan en la pista y disfrutan de la felicidad de los novios.
-Toda yo te vuelvo loca -agito mi cabeza moviéndola hasta encontrar su mirada. Sus labios me retan y provocan a querer tomar su boca y perderme en ella.
-Aun cuando te alejaste de mi. Aún cuando sentí que te había traicionado, aún así, nunca dejé de quererte. Y me odié por no habértelo dicho antes.
Cojo su cara entre mis manos y acerco mis labios a los suyos. Su mirada se estrecha y pierde algo de brillo, y es algo que no quiero que suceda.
-Ya han pasado dos años de aquello, Jude. No te atormentes más. Te lo pido. Por favor. Estamos juntos. Casados. Y nada más importa -acerco mi boca a la suya dejando un pequeño beso con el que intento acallar sus protestas.
Su mano se enreda en la parte de atrás de mi cabeza y tira de mi hasta estrellar mi boca con la suya. Su lengua se abre paso a través de mis dientes de una forma ruda y rotunda. Un incontrolable gemido se forma en mi boca, el cual muere en su garganta. Succiona y muerde mi labio superior mientras su mano, anclada en mi cintura, aprisiona mi cuerpo sujetándome para que no me mueva de sus rodillas.
Mi boca es tomada por él de forma lenta y desesperante. Los desbocados latidos de mi corazón golpean en mi pecho acompañando las acometidas de su lengua. El ritmo contra mis labios es demencial, no dejándome espacio para pensar en otra cosa que no sea él.
-Jude -intento recuperar el aliento que él me ha arrebatado. Aunque sé que no estará tranquilo hasta que zanjemos esta conversación- creí que me sentía traicionada por ti, pero, comprendí que tú me salvaste y que sólo fuiste otra víctima más de la historia.
- Lorena, yo...
Pongo uno de mis dedos en sus labios para acallarlo. Al quitarlos, los vuelvo a rozar, impidiéndole que continúe hablando.
-Jude. Nosotros hemos empezado a escribir nuestra propia historia. Y esta vez sin traiciones ni mentiras. Porque yo decidí vivir mi vida sin miedo, y dejar que tú lucharas mis batallas. ¿Acaso hay algo mejor que amar y ser amada?
Miro a Jude para ver cómo por fin, una amplia sonrisa se forma en su rostro. Pongo de nuevo mi cabeza en su pecho y rememoro cada uno de los momentos que he vivido a su lado desde que lo conocí.
Porque la vida de Jude, siempre ha sido la mejor parte de la mía.
*** Siempre que acabo una historia que me ha emocionado tanto escribirla, acabo llorando y con esta lo estoy haciendo más todavía. Hace ya un año que la publiqué, un 2 de Diciembre, y ahora, ha llegado la hora de decirle HASTA PRONTO.
Ha sido un verdadero placer escribir de Jude y Lorena. He vivido y sentido su historia de amor, queriendo dar todo en cada palabra. Gracias por leerla, por apoyarla, por apoyarme a mi, y gracias, sobre todo, por seguir aquí conmigo.
Como os dije Lorena y Jude no se irán del todo porque aún quiero publicar unos cuantos extras porque no soy capaz de decirles adiós. Mientras tanto, os invito a leer la nueva historia de Jude, de la que espero que también os enamoréis.
Aunque creáis que solo con leer hacéis poco, a mi me dais la vida.
Gracias por todo ***
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro