Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

61. Noelle Bellingham Noriega

📆MEDIADOS DE ENERO

📆TRES MESES Y MEDIO DESPUÉS

Observo a Lorena quien de nuevo luce una mueca de dolor en su rostro. Disimuladamente, miro mi reloj y chasqueo mi lengua al comprobar que han pasado solo dos minutos entre contracción y contracción. Son las once de la noche y mi mujer lleva todo el día así, y se niega a ir al hospital porque cree que aún no está de parto.

-Lorena, de verdad. Ya vale -le pido poniendo mis brazos en jarra pues mi paciencia ya ha llegado a mi límite.

-Faltan dos semanas, Jude -me recuerda ella llevando una de sus manos a la espalda, de nuevo le sobreviene una contracción y le ofrezco mi mano para que se agarre a ella.

La intensidad de su agarre es algo que soporto sin problemas. Con lo que no puedo es con verla a ella sufrir, tal y como está haciendo ahora mismo.

-Jude -sus ojitos azules me miran llorosos a la vez que le temblequea el labio- vamos al hospital.

-De acuerdo. Tú tranquila. La bolsa está preparada en la puerta y solo tengo que sacar el coche y nos vamos -pongo mis dos manos en su cintura y la miro esperando su respuesta. Ella asiente y me acerco para darle un suave beso con el que intentar tranquilizarla- tú espera aquí y vendré a buscarte en cuanto el coche esté fuera. No salgas. Está lloviendo y podrías resbalarte fuera.

La dejo en el comedor y salgo corriendo hacia las escaleras que me llevan al sótano. Cojo la bolsa que preparamos hace unos días por si el parto se adelantaba y después de coger la otra que tengo preparada para mi, bajo los escalones con toda la rapidez que soy capaz. El Audi está ya listo para que solo tenga que montarme en el. En cuanto lo hago, llamo a mi madre para darle la noticia.

-Jude, hijo, ¿pasa algo? estaba en la cama -me pregunta ella con la voz bastante somnolienta.

-Lorena está de parto, mami -al momento un pequeño grito sale de su garganta haciendo que sonría al escucharla.

-Oh, dios. Ahora mismo voy para allá. No sé como, pero ya voy -me dice ella sin pensárselo mucho.

-Mami. Alquila un jet privado y te vienes. No quiero que pierdas el tiempo. Llama a William de EuroJet. Él ya sabe lo que hacer.

-¿Y cómo está Lorena?

-Asustada. Con contracciones. Pero bien. ¿Mami?

-Dime, mi vida.

-Que voy a ser padre.

-Lo sé. Mi precioso niño. Lo sé.

Me despido de mi madre con la sonrisa en los labios. Saco el coche del sótano y lo dejo en la entrada. Salgo de él y subo el par de escalones de la entrada para ir a buscar a Lorena, quien me espera en la entrada, con el abrigo puesto y sujetándose a la barandilla de la escalera.

-Duele de cojones, Jude. Necesito la epidural y que me inyecten media farmacia -el tono de su voz es algo divertido al hablarme, algo que sucede cuando no tiene una contracción.

-En cuanto lleguemos al hospital, la pides. Venga, vamos, que está el coche en la puerta.

La sujeto del brazo y la ayudo a caminar saliendo de casa. Conecto la alarma y con mucho cuidado, la siento dentro del coche, cerciorándome de que esté bien antes de sentarme en mi asiento.

-Jude -me dice ella con el rostro emocionado- hoy nos va a cambiar la vida.

-Mi vida ya cambió el día que te conocí. Hoy solo la vamos a mejorar todavía más.

📆 MÁS TARDE

Si pudiera elegir solo un momento en mi vida en el que pueda decir que verdaderamente soy feliz, es este. Tener en mis brazos a mi pequeña hija. Sentir ese calor y esa ternura, esa sensación de protección y de amor infinito. Sentir que daría mi vida por ella y por su madre, creo que es el mejor sentimiento que he tenido en mi vida.

-Jude, ¿crees que tendrá hambre? -levanto mi mirada de mi pequeña para centrarme en mi mujer, quien, recostada en la cama, luce una expresión cansada pero a la vez tan emocionada como yo.

-Está dormida. Supongo que si tiene hambre se despertará -le respondo acercándome a la cama para poder sentarme junto a mi mujer.

-No os preocupéis, que si quiere comer, nos enteraremos todos -mi madre nos sonríe mirándonos a ambos desde el sillón que hay al lado de la cama de Lorena. Jamás la había visto tan feliz como luce ahora mismo. Tener en sus brazos a su nieta, le ha dado años de vida.

-¿Cómo estás? -Lorena traga saliva y cierra sus ojos para abrirlo segundos después. Su boca se curva en una sonrisa, una calmada y tranquila, pero a la vez bastante emocionada.

-Cansada. Y rara. Solo hace unas horas que estaba en mi barriga, y mírala, aquí está. Tan pequeña. Es muy bonita, Jude -alargo uno de mis dedos para poder acariciar su mejilla. Mi mujer es una valiente que ha aguantado diez horas de parto y que ha dado todo de si para poder traer al mundo a nuestra pequeña.

-Es preciosa -bajo mi cabeza para mirarla de nuevo. Para repasar su precioso rostro. Esa boquita que abre y cierra. Sus manitas que buscan donde agarrarse y sus pequeños pies, que mueve de un lado a otro buscando una buena postura para dormir.

-Si que es bonita, se parece mucho a mi -añade Mario apoyado en la baranda de la cama de su hermana mirándola con mucha ternura.

-Mario, te adoro, pero la niña tiene toda la cara de su madre, no de ti -le acaba contestando mi madre, consiguiendo que Nacho estalle en carcajadas. 

Lorena sonríe al escuchar las palabras de mi madre. Su mirada se desvía hasta cruzarla con la mía y darme una calmada sonrisa. Ahora mismo siento muchas emociones dentro de mi. Y todas llevan su nombre. Yo amo a Lorena, más que a mi vida, pero es que ahora, la quiero todavía más por todo lo que me ha demostrado. Estoy muy orgulloso de como ha luchado por traer al mundo a nuestra hija, cuando casi estuvieron a punto de hacerle una cesárea.

El pequeño gorgojo de nuestro bebé me hace sonreír y bajar mi mirada hacia ella. Su boquita se abre y se cierra buscando precisamente eso, el llenar su boca con el pecho de su madre.

-Creo que ya que tiene hambre -le anuncio a Lorena mientras ella se prepara para darle el pecho. Se pone más erguida y abre sus brazos para que yo solo tenga que ponerle a la pequeña entre ellos.

-Hola, Noelle, ¿ya tiene hambre mi niña? -los latidos de mi corazón se me alteran escuchando a Lorena hablar con nuestra hija. La bella imagen que se muestra frente a mi, me hace coger mi móvil y hacerle miles de fotos, las cuales se añaden a todas las que les he hecho hoy.

-Deberías dormir un poco cuando termines de darle el pecho, Lorena -le dice mi madre hablándole con mucha dulzura- necesitas descansar un rato.

-Es que no quiero cerrar los ojos y perderme ni un segundo de lo que ella haga -sus palabras me hacen esbozar una tierna sonrisa, pues a mi me pasa exactamente igual que a ella. No quiero perderme ni una sola de sus expresiones.

-Cariño, tranquila, no sólo ahora tenéis que cuidar a Noelle, también tienes que cuidarte tú -mi madre se pone en pie acercándose hacia la cama. Una de sus manos acaricia con mucho cuidado las mejillas de su nieta, para, segundos después, hacer lo mismo con Lorena.

-¿Te quedaras unos días con nosotros? -le pide Lorena casi rogándole por que lo haga.

-Me quedaré hasta que tú quieras, cariño -respiro aliviado porque aún no le habíamos pedido a mi madre que nos acompañara durante estos días. Es algo que Lorena y yo habíamos hablado, y aunque tenemos suerte de estar rodeados de personas que nos van a ayudar, ella prefiere a mi madre por encima de todas ellas.

-Yo también estoy pensando en quedarme unos días en tu casa -nos dice Mario bastante serio- no quiero perderme ni un segundo de la vida de mi sobrina.

-Lo que tú quieras, cuñado -le contesto con una sonrisa pues por nada del mundo quiero privarle a Mario de estar cerca de su sobrina. 

Joder, es que ninguno queremos estar lejos de ella.

-Te recuerdo lo mucho que te quejaste cuando compraste la casa. Me dijiste que tenía demasiadas habitaciones para ti solo, ¡ves como yo tenía razón! -mi madre me acaba dando un codazo después de hablar, haciendo que yo ruede mis ojos porque la cabrona siempre tiene razón. 

-Mario -Lorena le tiende la mano a su hermano y al momento, sus ojos se llenan de lágrimas. La imagen que se muestra frente a mi, es algo que me emociona. Los dos hermanos cogidos de la mano, con la pequeña Noelle como testigo.

Mario se acerca hasta la cama y deja un pequeño beso en la frente de su hermana y busca la pequeña mano de su sobrina para acariciarla. Nacho se acerca a ellos, mirando también con emoción a nuestra hija.

-Pues yo creo que se parece a Jude -dice Nacho mirando a Noelle a la vez que le sonríe a Lorena- es guapísima.

-Gracias por decirme guapo, cuñado -le guiño un ojo a Nacho, quien me da una palmada en el hombro nada más escuchar mis palabras.

-Estoy tan feliz, enana. Todo lo que alguna vez pedí para ti, ya se te ha concedido -las palabras de Mario hacen reír a Lorena, y buscar su mano de nuevo.

-¿Y qué fue lo que pediste? -le pregunta mi padre casi con la misma curiosidad que yo. Mario levanta su mirada para, en vez de mirar a mi Marc, buscarme a mi, dándome una pequeña sonrisa al hacerlo.

-Que alguien la quisiera como ella se merece. Alguien que diera su vida por ella y que la protegiera de todo. Gracias, Jude. Tú has cumplido mi deseo.

📆 UN PAR DE DÍAS DESPUÉS

Ahora mismo, no soy capaz de apartar mi mirada de ella. Tan perfecta. Con esa pequeña boca que abre y cierra, y esas manitas buscando donde agarrar. Siento en mi pecho una opresión al observarla, e incluso dejo escapar un lento suspiro por su culpa. 

-Ahora te entiendo más, mami -tuerzo un poco mi cabeza para poder hablarle a mi madre, quien me devuelve una sonrisa tras mis palabras- ese amor incondicional por nosotros. Esa manera tan fiera con la que siempre nos has defendido. Daría mi vida por ella.

-Así es -mi madre pone su mano encima de la cabeza de mi hija, acariciándola muy despacio para que ella no se despierte- a ella la vas a poner por encima de todo. Amor. Esa es la palabra, mi niño.

Mi cabeza se inclina hasta casi ponerla en el hombro de mi madre, siendo mi rostro sujetado por ella. Noelle se retuerce un poco entre mis brazos y ambos sonreímos al ver como se mueve. Ambos permanecemos en silencio, pendientes de todos y cada uno de sus movimientos. A los pocos minutos, escucho los pasos de mi mujer acercarse. 

Lorena aparece bostezando pero con una sonrisa radiante en su rostro al vernos. Aún está recuperándose del parto, intentando asimilar que hace unos días nuestro bebé estaba en su barriga y ahora está en nuestros brazos.

-Está dormida -la aviso casi susurrando mis palabras.

-Pronto despertará. Ya hace más de tres horas que le di el pecho -Lorena agarra la mano de mi madre, inclinándose para besar su mejilla. Después, se sienta a mi lado, haciendo lo mismo conmigo.

-¿Cómo estás? -le pregunta mi madre pues ve a Lorena cansada, al igual que yo.

-Creo que tengo un poco de fiebre porque me noto muy caliente -al momento pongo mi mano en la frente de mi mujer para cerciorarme de lo que dice, y si, efectivamente, tiene fiebre.

-Eso es porque te está subiendo la leche. Tranquila, que es normal, cariño -.la tranquiliza mi madre, poniéndose en pie a continuación- voy a hacerte un caldo de pollo. Te vendrá muy bien para la subida.

Mi madre nos deja solos segundos después. No puedo evitar preocuparme por Lorena y por esa fiebre, la cual le tiene los ojos más brillantes de lo normal, y eso solo le sucede cuando está enferma.

-¿A qué hora te vas a entrenar? -mi mujer pasa su mano por los deditos de Noelle, los cuales repasa uno a uno, sonriendo al hacerlo. Una sonrisa que he visto mucho estos días en ella. Felicidad y orgullo.

-Tengo que estar allí a las cuatro. Y si estoy en la convocatoria, directamente nos vamos al aeropuerto.

-Entonces no te veremos hasta mañana -Lorena alza su mirada hasta clavarla en la mía, viendo en sus ojos cierta tristeza al hacerlo. Cojo su mano, llevándomela al pecho para que pueda sentir los latidos de mi agitado corazón, uno que ella es la causante de que esté así.

-Pero os llevaré a las dos aquí. 

Lorena deja que un sonoro suspiro salga de su boca, poniendo su cabeza a continuación en mi pecho. Una de sus manos está sobre la mejilla de Noelle, haciéndole un poco de cosquillas cuando la toca.

-Lo hicimos, Jude. Tenemos una hija -el tono de voz de Lorena está algo ahogado, quizás por la emoción que se ha apoderado de ella al hablarme.

-Y es igual que tú. Preciosa. 

Mis labios se posan en su frente pasando la mano que tengo libre por detrás de sus hombros. La atraigo a mi pecho para que pueda descansar su cabeza en él, y solo pasan unos minutos hasta que siento que ella se queda dormida.

No hace falta ser rico. Ni famoso. Ni tener mucho dinero, cuando la verdadera felicidad es ésta, tener a mis dos chicas abrazadas. 

Lo demás, como dice mi madre, me importa una mierda.

*** Creo que todos estos capítulos, después de tanto drama, se están convirtiendo en mis favoritos, por todo lo que significan para la vida de Jude y Lorena. A pesar de que esta historia pronto finalice, nunca dejaré de escribir de ellos, pues, seguramente, el día menos pensando, añada algunos extras porque no quiero despedirme definitivamente de ellos.

Gracias por seguir leyéndome. Agradezco a mis buenos amigos, que estén a mi lado ***

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro