60. Ya no es un Golden boy
📆FINALES DE SEPTIEMBRE
📆TRES MESES DESPUÉS
Repaso mis labios en el espejo, satisfecha de verlos tan perfectos. Aprovecho también para peinarme un poco el flequillo con los dedos intentando que todo esto me tranquilice y calme mis nervios.
-Estás muy guapa. No te mires más –ladeo mi cabeza y le saco la lengua a Jude mientras me acomodo de nuevo en mi asiento, buscando una postura con la que no me moleste la espalda. Guardo el espejo en mi bolso, mirando después más allá de los asientos delanteros.
- ¿Ya llegamos? –mi vista se pierde entre las hileras de coches que hay delante nuestra, deseando llegar y a la vez que todo termine rápido.
- Si. Ya se ven los focos unos metros más hacia adelante. ¿Y tú cómo vas? –Jude pone su mano en mi vientre, acariciándolo muy despacio. Una sonrisa se forma en su rostro al sentir como mi barriga se mueve en cuanto él ha puesto sus dedos encima- ei, peque, ¿tú también tienes ganas de fiesta?
-Tu hija siempre tiene ganas de fiesta –mi mano se entrelaza con la de Jude y la dejó ahí unos segundos percatándome de la emoción que refleja su rostro.
-Lorena, si te cansas y no puedes aguantar más, nos vamos –me recuerda él antes de quitar su mano de mi barriga para tomar de nuevo el volante.
-Oh, Jude, esta noche es tuya, déjame que disfrutemos de la fiesta, ¿verdad que sí, mi niña?
Ahora soy yo la que pongo la mano en mi barriga sintiendo como nuestra pequeña se mueve. 24 semanas de embarazo cumplimos mañana. 24 de inesperada locura. Aún recuerdo el momento en el que Jude y yo nos enteramos que íbamos a ser padres, y aunque ya no siento tanto miedo como esa primera vez, aún estoy asustada por todo lo que la vida nos va a cambiar.
- ¿En qué piensas? Te has quedado muy callada, nena.
-En las palabras de tu madre. El día que le dijimos que estaba embarazada, nos dijo que sería una niña, y no se ha equivocado -Jude sonríe al mencionarle ese recuerdo. Tantas cosas bonitas que nos han pasado desde que nos enteramos del embarazo.
-Recuerda también que te dije una noche que te acababa de preñar y no me creíste.
Su sonrisa burlona me hace girar mis ojos y rodarlos un par de veces, teniendo que admitirle que tenía razón. Jude vuelve a sacar su móvil, pues acaba de recibir un mensaje, y al mirarlo, su sonrisa se ensancha aún más, mostrándome segundos después las imágenes que ha recibido.
-Es precioso. Tiene toda la cara de Luara -sonrío al igual que él, al ver las nuevas fotos que Brahim le ha enviado a mi marido, de su hijo.
-Estoy enamorada de ese bebé -le admito a Jude, haciendo él lo mismo que yo, coincidir en que ambos amamos a ese niño.
El pequeño Ariam, nació hace solo tres días, y es un niño precioso. Tenerlo en mis brazos es una de las sensaciones más bonitas que he tenido en mi vida, y me hizo pensar en cuando tengamos a nuestra pequeña con nosotros.
-¿Lista? -el coche se ha detenido mientras hablamos. Miro a Jude y después de tomar aire, asiento con calma a su pregunta- Estás tan guapa. El embarazo te sienta de cojones, amor.
Busco sus labios para besarlo más por tranquilizarme yo que a él.
Por fin llegó ese día tan esperado por los aficionados madridistas, pero, no quitándole el sueño a Jude. Más nervioso estaba la semana pasada cuando en la ecografía nos confirmaron que el bebé es una niña, que hoy. Al final me tengo que creer que a él estas cosas le dan bastante igual y que le importa más como pueda estar yo que otra cosa.
Pero, ésta noche es un triunfo para él. La primera vez que es favorito al Balón de Oro. Y creo que estoy yo más nerviosa que Jude con la posibilidad de que se lo den.
Jude sale del coche en cuanto se abre la puerta. Se puede escuchar a la gente gritar su nombre enloquecida y los flashes que lo rodean. Me desplazo por el asiento hasta prepararme también para salir yo. La mano de mi marido me recibe para agarrarme a ella y dejar que él tire de mi con suavidad, enlazando nuestros dedos a continuación. Sonrío dejando que los fotógrafos hagan su trabajo y siento la mano de Jude en mi espalda acompañándome en el camino.
Hoy se supone que también es un secreto a voces. Mi embarazo. Mucho se ha especulado con mi estado y aunque ninguno de los dos ha querido confirmarlo, el vestido que llevo puesto es la prueba de lo evidente, que Jude y yo estamos esperando un hijo.
Alguien de la organización nos lleva hasta la zona del photocall. Las manos de Jude aún siguen sujetándome, dándole igual que la gente quiera saludarlo. Seguimos las indicaciones y nos situamos para posar y dejar que nos hagan fotos. Por instinto, una de las manos de mi marido se posa en mi vientre confirmando de esta manera, mi ya tan evidente embarazo.
Aquí, Jude, ¿de cuánto está embarazada Lorena?
¿Es niño o niña?
¿Para cuando la boda, Jude?
¿Estás nervioso, Jude?
¿Crees que vas a ganar el balón de Oro?
Las preguntas se suceden unas tras otras, doliéndome la cara de tanto sonreír. Jude es quien corta todo, llevándome de la mano por la alfombra roja, hasta la entrada del salón donde tendrá la gala. Respiro un par de veces intentando calmar mis nervios, y son los movimientos de mi hija los que me hacen concentrarme en ella y no en lo que sucede a mi alrededor.
Los de Movistar nos piden que nos acerquemos, y aunque intento apartarme para dejar que entrevisten a Jude, él me lo impide tirando de mi hasta estar casi pegada a su cuerpo. Le sonrío a los tres entrevistadores, apretando mis dientes al ver que una de ellas es Alessia, la streamer que tuvo ese pequeño rollo con Jude y cuya presencia me desagrada.
-¿Cómo estás, Jude? ¿nervioso? -le hacen la primera pregunta a mi marido respondiendo él con sinceridad, mientras la rubia saca pecho y no deja de posar su mirada en Jude.
-Si te digo la verdad, no lo estoy, porque sinceramente, sé que no lo voy a ganar, Kylian y Erling tienen más posibilidades que yo -contesta él apretando mi mano, sonriendo yo y buscando su mirada.
-Bueno, puede dicen que los niños vienen con un pan debajo del brazo, y puede que el tuyo venga con un Balón de Oro.
-Yo mientras venga bien, lo demás, como que me da igual -responde Jude dejando claro lo poco que le importa el premio.
-Y el bebé, ¿es deseado? -la pregunta por parte de Alessia me enfurece a mi tanto como a Jude. Desearía ser yo la que le contestara pero, si lo hiciera, estaría en todas las redes sociales y no quiero perjudicar a Jude, aunque bueno, a él si que le da igual lo que piense la gente. Que nadie se meta con su niña, porque se lo come.
-¿En serio me estás preguntado eso? -le dice Jude bastante cabreado, no siendo él solo quien está molesto- ¿y a ti te hacen contacto las neuronas de vez en cuando?
Abro mis ojos de forma desmesurada sin darme tiempo a nada más, pues Jude tira de mi para seguir caminando por la alfombra de color dorado. No quiero ni mirarlo porque lo único que me apetece es besarlo por lo que ha dicho. No es hasta que vemos a Vini que tanto él como yo, conseguimos relajarnos.
-Jude. Gordi. Que guapa estás -Vini se dirige hacia nosotros poniendo una de sus manos en mi barriga. Desde que los compañeros de Jude y sus amigos, saben lo del embarazo, no es raro el día en el que alguna de sus manos acabe en mi barriga- ¿y mi sobri?
-Como su padre. No deja de moverse -le respondo recibiendo un gran abrazo por su parte. La sala está ya bastante llena y me impresiona ver al resto de futbolistas mezclados unos con los otros- ¿y tú cómo estás?
-Bien -contesta él encogiendo uno de sus hombros- iba a traer a Candence, pero no quería robaros el protagonismo ésta noche.
-Idiota -Jude golpea su hombro con el suyo y ambos se abrazan segundos después, dejando de hacerlo cuando nos piden que ocupemos nuestros sitios.
Por el camino hacia ellos, Jude saluda a algunos compañeros de la selección inglesa, y me alegra ver algunas caras conocidas, como las de Skylar, la novia de Trent, a quien saludo muy efusivamente. Ella también está embarazada, algo que descubrió este verano cuando coincidimos en Londres.
-Así que una niña -me dice ella aún abrazada a mi. Le sonrío en respuesta y ambas nos damos un cariñoso beso- mira, así mis pequeños tendrán con quien jugar.
Skylar acaricia su abultada barriga. A ella le queda menos que a mi para dar a luz. Un par de meses, y al ser mellizos, seguramente se ponga de parto antes, o se lo provoquen. Jude pasa una de sus manos por mi cintura y me hace un gesto señalando los asientos, pues le acaban de decir que nos podemos sentar ya. Me despido de mi amiga, prometiéndonos llamarnos y seguir con nuestra conversación sobre bebés, que es de lo único que últimamente parece que hablo.
-¿Todo bien? -el susurro de su voz cosquillea en mi oído y hace que un ligero temblor recorra mi cuerpo al hacerlo. Dos años juntos y Jude me sigue afectando de la misma manera que cuando empezamos a salir juntos.
-Si. No te preocupes, Jude. Estamos bien -le aseguro acariciando su mejilla a la vez que le sonrío.
-Lo de preocuparse es algo que no se me va a quitar en la vida -me asegura él con el tono de voz algo más dramático de lo que él suele. Aunque bueno, desde que nos enteramos que íbamos a tener un hijo, se ha vuelto más protector conmigo, casi sin dejarme hacer nada.
-¿Y tus padres? -le pregunto mirando hacia atrás para intentar localizarlos. Salimos juntos del hotel hacia la gala y aún no los he visto.
-Estoy detrás de ti, cariño -la mano de Denise se posa en mi hombro. Me doy la vuelta para mirarla y le sonrío feliz de tenerla tan cerca de mi- ¿Cómo estás?
-Muy bien. Algo nerviosa.
-¿Y mi nieta? -me encanta que diga eso. Y me encanta ver su cara de felicidad cuando lo dice. Aún recuerdo el día que les dijimos a ambos que estaba embarazada. Creo que jamás la he visto llorar tanto desde que la conozco como en ese momento.
-Revoltosa. Como su padre -le saco la lengua a Jude después de mis palabras. No le da tiempo a replicarme, cuando empieza a sonar música y las luces del escenario se encienden. Agarro una de sus manos y la pongo en mi vientre, porque sé que esto lo puede relajar de alguna manera.
-Bueno. Allá vamos -dice Jude tirándose un poco de la corbata para despejarla un poco más de su cuello.
Le pregunté a Jude si creía que iba a ganar el Balón de Oro y me contestó que siendo Haaland, Mbappe, Vini y Rodri los otros candidatos, lo tenía difícil.
Pero, algo dentro de mi, me dice que quienes lo tienen más difícil, a su lado, son ellos.
📆MÁS TARDE
Si no fuera porque pronto darán el nombre del ganador del Balón de Oro, juro que me levantaba y me iba. Una hora y media de gala. Donde si, se han dado unos cuantos premios, pero no aguanto más discursos ni videos. Ni yo ni mi pequeña podemos más.
Los aplausos se suceden de nuevo cuando Zinedine Zidane aparece en escena. Aprieto la mano de Jude y le busco con la mirada. Él encuentra la mía y esboza una sonrisa a la vez que acaricia mi barriga de forma calmada y pausada. El presentador dice unas palabras y lee los nombres de los tres finalistas al balón de Oro.
Haaland. Mbappé. Y Jude.
Le da el sobre a Zidane y él lo abre con mucha parsimonia. Al hacerlo, una gran sonrisa se forma en su rostro.
-Y el ganador del Balón de Oro es...Jude Bellingham.
Mi corazón y mi estómago sufren un vuelco al escuchar su nombre. Sus manos se aferran a las mías y todo su cuerpo se gira hasta estar casi encima de mi buscando mis labios. Cojo su cara entre mis manos y deposito un pequeño beso en ellos, sintiendo como sonríe en mi boca.
-Te quiero, Jude -le digo nada más separarme de sus labios.
-Y yo a ti, nena.
Jude se pone en pie y se gira para abrazar a sus padres, quienes se muestran orgullosos y felices por su hijo. Mi marido se dirige hacia el escenario para recibir su premio, mientras me fundo en un abrazo con Denise y con Marc. La mano de mi suegra está agarrada a la mía mientras ambas vemos como Jude recibe su balón de Oro de manos de Zidane. Todo el público se pone en pie aplaudiéndolo, y aunque yo querría hacer lo mismo, ahora mismo soy un mar de lágrimas.
Jude suspira un par de veces hasta que por fin va al atril a dar las gracias.
-En primer lugar, quiero dar las gracias a las personas más importantes de mi vida. A mi padre, quien llegaba de trabajar, cansado y derrotado y me llevaba a entrenar todos los días sin quejarse ni un solo momento. A mi madre, por haber sacrificado tanto para que consiguiera mi sueño, hasta el punto de dejar a parte de su familia por estar conmigo. Mi hermano, quien me ha enseñado lo que significa ser responsable y a quien amo incondicionalmente. Y a mi mujer -su mirada se dirige a mi, acompañada de una sonrisa que juro que está a punto de hacer que me desmaye- porque ella si que me ha dado el mejor premio que podría darme la vida. Ella me ha enseñado a creer en las segundas oportunidades y a como el amor puede con todo. Lorena, eres lo más bonito que me ha pasado nunca. Te quiero.
Intento hacerlo. Juro que lo intento porque sé que las cámaras están pendientes de mi, pero, no puedo evitarlo. Sus palabras me han emocionado y las lágrimas caen incontrolables por mis mejillas. Él ve como lloro y no se lo piensa dos veces y acaba bajándose del escenario. Pronto me rodean sus brazos y siento su cálido abrazo sobre mi cuerpo, mientras los aplausos y los vítores se suceden tras nosotros.
-Te amo con locura, nena.
*** Este capítulo lo escribí antes del verano, de hecho, ya tenía la historia entera escrita mucho antes de que España ganara la Supercopa. No voy a entrar en polémicas sobre quien debía ganar o no el Balón de Oro porque yo ya dije en Instagram quien quería que se llevara el premio. Pero, en mi historia, lo tiene que ganar él, que para eso es el protagonista.
Y ya si, quedan cuatro capítulos.
Y os recuerdo que el 2 de Diciembre tenéis una cita con Jude y....
Pamela, mi pelirroja favorita.
Os adoro ***
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