
13. No luches mis batallas
📅 MEDIADOS DE SEPTIEMBRE
📅 UNOS DÍAS DESPUÉS
Ayer, Mariana Ximénez, la coordinadora del departamento de Educación, me mandó un mensaje pidiéndome que me reuniera hoy con ella en su despacho. Mario y Nacho tuvieron que aguantar mis nervios toda la tarde pues me ha dado por pensar que lo que quiere hablar conmigo es algo malo. Si, soy muy negativa y por eso camino bastante nerviosa por el pasillo que me lleva hacia mi cita con ella.
A Jude aún no le he contado nada. Ayer miércoles tuvieron partido fuera y aunque hemos quedado para salir mañana, tengo ganas de verlo hoy, aunque solo sea un rato. Aún no he asimilado del todo que nos hemos besado. Y la duda y la incertidumbre parecen dirigirme ahora mismo, pues no paro de darle vueltas a la cabeza, pensando si él querrá de mi, que sea su "rollo", o tal vez quiera algo más. Algo que yo deseo pero no sé si él estará dispuesto a darme.
Me detengo frente al despacho de Mariana. Cojo aire antes de llamar a la. Solo un par de toques, y segundos después, la puerta se abre siendo ella quien aparece justo detrás.
-Lorena. Que puntual. Pasa, por favor.
Mariana me saluda con bastante efusividad. Entro en su despacho invadiéndome la misma sensación que tengo cuando estoy en el de Ale. Tranquilidad. Serenidad y bienestar.
Ella me hace un gesto para que me siente en una de las sillas, haciendo ella lo mismo en la que está detrás de su mesa, la cual está llena de papeles y carpetas, signo inequívoco del trabajo que tiene.
-¿Cómo te va todo? porque los chicos me hablan maravillas de ti. Mira que era difícil que Thierry aprendiera español, pero le va bastante bien -le sonrío a Mariana pensando en el petardo del rubio, el cual, después de nuestro primer encontronazo, no volvió a darme más problemas e incluso se volvió más aplicado.
-Pues bastante bien. Me gusta mucho enseñar, y los chicos se portan bastante bien -.le contesto devolviéndole la sonrisa que ella me muestra.
-Estamos muy contentos con tu trabajo, Lorena. Se nota lo mucho que te gusta y la dedicación que tienes con los chicos. Por eso, hemos pensado en ti para ofrecerte un nuevo puesto -miro algo sorprendida a Mariana preguntándome a que se referirá y si, sintiéndome nerviosa por lo que vaya a proponerme.
-Pues... tú dirás -le digo esperando sus palabras.
-Se ha quedado libre una de las plazas de educadora de la guardería. La profesora que la ocupaba, se ha ido a trabajar al extranjero, y nos urge ocuparla. No sé si sabes que la guardería funciona los siete días de la semana.
-No tenía ni idea -me sincero con ella pues es cierto que pensaba que la guardería de Valdebebas era como el resto de las que hay.
-La guardería tiene un horario de 8.00 de la mañana a 18.00 de la tarde, y si acude a ella el hijo de algún jugador, hay que adaptarse a su horario. Y los fines de semana funciona a demanda. Los padres tienen que avisar con tiempo sin van a dejar a su hijo fuera del horario laboral. Y si no lo hacen, se buscan la vida. Ya sea el hijo de Fede Valverde como del que arregla la caldera.
-Me parece lógico -le respondo- aunque veo que está todo muy controlado.
-Así es. Se hacen turnos, para cubrir los siete días. Por eso siempre tiene que haber mínimo dos profesoras más un par de auxiliares que los cubran. Sé que es muy precipitado, Lorena, pero nos gustaría que trabajaras en la guardería. Y cuanto antes.
Me quedo pensando su propuesta unos segundos. Es una gran responsabilidad y sería un trabajo de jornada completa. Algo que yo estaba buscando y deseaba. La oferta es muy atractiva. Tendría mis horarios y podría ejercer por fin de ese título que tanto me costó conseguir.
Realmente es que no tengo nada que pensar. Estoy preparada. Puedo hacerlo y lo haré. Ya está bien de que el miedo gobierne mi vida.
-¿Cuando quieres que empiece?
📅 MÁS TARDE
Mariana me ha mandado a administración para que firme mi nuevo contrato. Estoy en una nube ahora mismo. Una de felicidad comparable a los besos de Jude. Bueno, miento, nada se puede comparar a la sensación de su boca sobre la mía.
Entro en el departamento y voy hacia el mostrador esperando que me atiendan. Desgraciadamente, la pelirroja con la que hablé la última vez que estuve aquí, es la que viene hacia donde estoy sonriéndome de falsa manera.
-Hola, soy Lorena...
-Si, ya se quien eres. Ya me han dicho que venías. Sígueme.
Su gesto asqueado al mirarme me hacen aguantarme las ganas de vomitarle encima o de tirarle de los pelos. Y ambas opciones son válidas. Voy detrás de ella hasta que me hace entrar a una pequeña sala que hace las veces de despacho. Ella se sienta detrás de la mesa y me tiende de mala gana, un par de folios.
-Aquí tienes el contrato. Fírmalo y ya puedes largarte.
Me siento en una de las sillas y cojo los folios pues quiero leerlos antes de firmarlos. Escucho como ella repiquetea con impaciencia, sus dedos en la madera, pero me da exactamente igual que lo haga, pues yo no pienso firmar nada que no haya leído antes.
-Hay que ver lo que se consigue cuando llamas la atención del jugador estrella del primer equipo -sus palabras provocan que quite mi atención del contrato para centrarme en ella.
-No sé de qué estas hablando -le repito volviendo mi vista hacia los folios, deseando leerlos deprisa para largarme de allí.
-Claro, tú no lo sabes. Tú solo te limitas a disfrutar lo que otros hacen por ti.
-Mira, no sé de que me hablas. Pero si tienes algo que decir, dilo ahora -le digo sintiéndome algo cabreada por sus palabras- ya me estoy hartando de que tú y tu amiguita insinuéis mentiras sobre mi.
-De insinuaciones, nada -me replica ella quitando sus dedos de la mesa para apoyar sus manos en ella mirándome bastante altiva- ¿nunca te has preguntado como se te arregló tan rápido lo de tu nómina? ¿a qué no sabías que "alguien" habló con mi jefe para quejarse de que habías cobrado menos?
Intento disimular mi sorpresa ante lo que ella me dice, pero, la sospecha y la duda de que en verdad sea así me hace no poder hacerlo. Pongo los folios encima de mis muslos mientras siento como estos me temblequean.
-Y mira, ahora, de la nada, pasas de dar clases a cuatro niñatos, a trabajar en la guardería, cuando hay personas más válidas que llevan tiempo optando a ese puesto y no lo han conseguido. Pero claro, si te estás follando a Bellingham, tienes prioridad sobre las demás, ¿o no es así? -la dureza que emplea en el tono de sus palabras, me enfadan y mucho.
-Yo no me acuesto con Jude -le replico sintiéndome bastante aturdida por lo que ella insinúa.
-Oh, vaya, Jude -la pelirroja suelta una carcajada que me hace poner una mueca de asco- habrás conseguido ese puesto, pero estás en boca de todo el mundo por la forma en como lo has hecho. Follándote al cinco del primer equipo.
Me pongo en pie dejando los folios encima de la mesa. Mi paciencia tiene un limite y más con esta clase de personas. Debería darme cuenta de que esta tía me está provocando, pero estoy tan cegada por la rabia que no soy capaz de ver más allá.
-Yo no he hecho nada, que te quede claro -le digo pegándole una voz más alta de lo normal- y por mi, te puedes ir a la mierda tú y todos lo que lo piensan.
Arrastro la silla y me doy la vuelta para salir del despacho no sin antes escuchar una carcajada que sale de la garganta de la pelirroja.
Camino con rapidez saliendo de administración, tan cabreada que juro que si alguien se cruza conmigo no sé lo que seré capaz de decirle. Me han afectado cada una de sus palabras, pero lo que más me jode, es que parece que Jude se ha inmiscuido en algo que no le concernía, y encima, me lo ha ocultado.
Voy hasta el vestíbulo para poder salir de Valdebebas y buscar un taxi que me lleve a casa. Pero, el destino es caprichoso y conmigo se porta como la mierda. Jude aparece por uno de los laterales, caminando con su ropa de entrenamiento, junto a Brahim y Camavinga. En cuanto me ve, una sonrisa se forma en su rostro, una que yo no le correspondo y que le hace borrar la suya instantáneamente. Aminoro mis pasos intentando que él no me detenga, pero, él es más rápido y llega hacia mi cogiéndome del brazo, del cual intento zafarme.
-¿Qué pasa, Lorena? -la confusión en su rostro es tan evidente que juro que me dan ganas de golpearlo. Pero, tengo que ser consciente de donde estoy. Me acerco hasta él para poder hablarle y que nadie nos escuche.
-¿Le dijiste al jefe de departamento de Administración que mi nómina estaba mal y que la revisara? -mis palabras hacen que la expresión de su rostro cambie hasta volverse más serio. Me mantiene la mirada sin sentirse avergonzado o culpable tras lo que le digo.
-Algo así -me responde sin titubear. Le pego un tirón del brazo para que me suelte, sintiéndome bastante cabreada y furiosa con él.
Durante segundos nos miramos sin decirnos nada, solo dejando que la tensión del momento nos rodee. Siento cada latido de mi corazón en el pecho y como mi respiración se agita a cada segundo que pasa. Le doy una última mirada a Jude antes de girarme y salir del edificio del que no tengo intención de volver más. Pero antes, le digo algo para que tenga claro mis intenciones con él.
-No necesito que luches mis batallas. Aléjate de mi, Jude. No quiero que vuelvas a hablarme en la vida.
📅 MÁS TARDE
Por suerte, cuando llegué a casa ni Nacho ni Mario estaban, así me he tenido que ahorrar explicaciones. Mi teléfono no para de sonar con mensajes y llamadas de Jude. Las he ignorado todas y he terminado por apagarlo, pues lo que menos deseo es hablar con él.
Me parece increíble lo que ha hecho a mis espaldas. Otra chica en mi lugar se sentiría halagada por su preocupación, pero yo lo único que siento es que parece tomar decisiones por mi sin consultarme y arriesgándose a que la gente piense precisamente lo que piensan, que yo consigo las cosas por él.
No pienso volver a Valdebebas. No voy acepar el trabajo en la guardería y quiero rescindir el resto de mi contrato. No voy a ir a un sito donde la gente piensen que lo que tengo es gracias a Jude. Aún tengo dignidad.
-¿Me explicas porqué coño no has firmado el nuevo contrato? -la voz enfadada de Nacho irrumpiendo en mi habitación, me hace darme la vuelta en la cama e incorporarme.
-Porque no -le respondo de la manera más escueta que puedo, pues no deseo darle explicaciones, y menos ahora que aún estoy tan enfadada.
-Eso no es una puta respuesta, Lorena -Nacho se pasea por mi habitación con evidentes signos de enojo en su rostro- Mariana te ha llamado al móvil y dice que no le contestas y por eso me ha llamado a mi porque ha sido tan discreta, que prefiere no decírselo a Mario por si él no sabe nada. Así que, voy a preguntarte otra vez, ¿porqué no has firmado el contrato?
-Porque no quiero -le contesto conteniendo mi enfado para no decirle algo de lo que luego me arrepienta.
-Lorena, que mi paciencia tiene un límite, no hagas que lo traspase.
Aprieto mis labios intentando sofocar el enfado que siento, pero todo esto es muy evidente, incluso para él. No puedo evitarlo y las primeras lágrimas acuden a mis mejillas siendo esto un signo para Nacho de que voy a contarle todo.
-Oh, vamos, pequeña. Siento pegarte voces -Nacho se acerca a mi abriendo sus brazos para que me refugie en ellos. Algo que hago sin dudarlo. Él deja que pasen unos segundos hasta que por fin me decido a hablar con él.
-Una de las de administración insinuó que había conseguido mi puesto en la guardería porque estoy liada con Jude.
Siento como la respiración de mi cuñado se agita e incluso como bufa un par de veces. Me aparta de su pecho y veo como aprieta su mandíbula antes de hablarme.
-¿Y tú has ido y te lo has creído? -el tono de voz de Nacho y su pregunta me hace dudar de lo que me ha ocurrido hace un rato.
-Pues si, lo he hecho -le admito con pesadez.
-Hace un par de días, Mariana fue a hablar con Alejandra -Nacho se lleva la mano a la cara y empieza a contarme todo lo que sabe- le dijo que eras una de las candidatas para sustituir a la chica que se había marchado. Le pidió referencias tuyas, pues ya tenía las de las otras personas que optaban al puesto. También les preguntaron a los chicos que les das clases para que les dieran su opinión sobre ti. Tú ya sabes quien compone el departamento, y como funciona esto, y por eso sabrás que te eligieron por méritos, no por una "supuesta" relación con Jude.
-Pero...
-Ni pero ni manzanas, Lorena. Aún si fuera verdad que estás liada con él, Jude no ha tenido nada que ver con esto -me asegura él con determinación sabiendo perfectamente de lo que hablo.
-Pero la gente se cree que si tengo algo con él y que he conseguido el puesto gracias a eso.
-¿Y qué gente? ¿dos amargadas y putas celosas? También dijeron de tu hermano que era fisio del Madrid porque me follaba -Nacho rueda sus ojos y me hace un gesto con ellos, quitándole importancia a lo que le he contado- te han dado eso por méritos propios, no por que la gente se crea que estás con Jude. Porque, tú no estás con él, ¿verdad?
Aprieto mis labios pensando si mentirle o no. De todas formas, solo nos hemos dado unos cuantos besos y eso ha sido todo. Porque aquí se acaba lo que sea que tuviera con él. Nacho levanta una de sus cejas esperando mi respuesta y al ver que frunzo el labio, abre sus ojos de forma exagerada.
-Me cago en la puta de tu madre, Lorena.
-No ha pasado nada, Nacho. Solo nos hemos dado un beso. Nada más. Te lo prometo.
Mi cuñado me mira y rueda sus ojos al cielo murmurando palabras que no entiendo, pero, que parecen una oración.
-Está bien. No quiero saber nada más -me dice él agitando una de sus manos delante de mi- pero por favor, hazlo por ti, llama a Mariana y dile que aún sigues interesada. Es una gran oportunidad para ti, Lorena, y no quisiera yo que por dos hijas de puta, la dejaras pasar.
📅 AL DÍA SIGUIENTE
Salgo del despacho de Mariana más que contenta. En mis manos llevo una copia del contrato que acabo de firmar, ese que dice que el lunes comienzo a trabajar en la guardería. No tuve que mentirle. Simplemente le dije que necesitaba pensarlo, aunque sé que ella no me ha creído y sabe algo, pero, es tan discreta que no ha querido ir más allá.
Camino por el pasillo para dirigirme al gimnasio y darle la buena noticia a mi hermano. Una mueca de desagrado se forma en mi rostro, al ver a Romina con su amiga la pelirroja, hablando mientras agitan su pelo de un lado a otro. Sé que debería tomar otro camino o pasar rápidamente y no decirles nada, pero, estoy harta de tener que callarme, sobre todo cuando alguien dice cosas injustas de mi.
La pelirroja es la primera que ve y en cuanto lo hace, curva su boca en una irónica sonrisa dirigida hacia mi.
-¿Aún aquí? -el tono mordaz de su pregunta solo hace que mis ganas de contestarles se acrecienten.
-Pues si, y mira lo que tengo en la mano -agito la copia de mi contrato pasándolo delante de sus narices, en cuanto lo hago, a ella le cambia la expresión de la cara y puedo ver como de molesta está- mi contrato.
-Enhorabuena entonces -añade Romina metiéndose en la conversación. Y a esta si que le tengo ganas- lo que tiene acostarse con el máximo goleador del equipo.
-Mira, como te llames, estoy hasta el coño de tus tonterías de niñata celosa -alzo un poco mi tono de voz para que ella me oiga bien y se entere de lo que le digo para que no tenga ninguna duda- la próxima vez que tú y tu amiguita insinuéis algo como lo que me acabas de decir, me voy a tu jefe y le digo que me estáis acosando, las dos.
-Pues no sé yo quien iba a creerte. Si a mi que llevo tantos años aquí, o a ti que acabas de llegar -Romina, la rubia siliconada, me da una asqueada mirada acompañada de una irritante carcajada que lejos de molestarme no hace sino darme más material para callarla.
-O a mi que soy la cuñada del capitán del Real Madrid y la hermana del fisio del equipo, o a ti, que sólo eres la tía que guarda documentos en Word -mis palabras hacen que ella jadee sorprendida por lo que acabo de decirle- la próxima vez piénsate muy bien con quien te metes.
*** No todo va a ser feliz desde el primer capítulo. Y con mi Lorena que no se meta nadie porque, ella, por suerte, cuando quiere, sabe defenderse sola.
Este capítulo se lo quiero dedicar a AshReadingbooks7. Espero que te haya gustado y muchas gracias por leerme, bonita.
Gracias por leer ésta historia. Os adoro, loquítos y loquitas ***
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro