Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12. Macedonia de frutas

📅 POR LA TARDE

-¿Porqué estás tan nervioso? -mi madre frunce el ceño mirándome bastante curiosa, algo que me lleva a intentar ignorar su pregunta mirando de nuevo el reloj- no paras de mirar la hora y de dar paseos.

-Mi profe llega tarde. Es sólo eso -recibo una carcajada por su parte, lo que me hace chasquear mi lengua con fastidio. Tengo que disimular lo que pueda con ella, pues me conoce como nadie y en cuanto vea a Lorena, me lo va a notar.

-Vaya, solo eso. Que considerado mi Jude. Tan preocupado por su profe -mi madre alarga la última palabra aún con esa sonrisa burlona en su rostro. En cuanto suena el timbre de la puerta, mi estómago da un vuelco  pensando en que ella ya llegó.

-Denise, te lo pido por favor -alzo uno de mis dedos mirando a mi madre- compórtate.

Ella me saca la lengua mientras yo niego con mi cabeza. Me dirijo hacia la puerta de entrada intentando calmarme y no parecer un idiota nervioso porque la chica con la que se ha enrollado viene a casa. Aunque lo de enrollarse no me gusta. Nos hemos besado y espero por dios que no se quede ahí.

Tomo aire pulsando el botón del portero automático y abro la puerta esperándola. Lleva mi sudadera gris puesta y esta vez si que trae paraguas. Me ve y una amplia sonrisa se instala en su rostro, lo que me lleva a que mi corazón empiece a saltar enloquecido en mi pecho.

 Cuando la vi esta mañana, con toda esa lluvia cayendo a su alrededor. Con esas mejillas sonrosadas y esa sonrisa tan arrebatadora, no pude evitarlo. Llevo tanto tiempo conteniéndome con ella, que esta vez, no pude hacerlo más. Tenía que probar sus labios y saber si es solo atracción lo que siento por Lorena, o es algo más.

Y gana la segunda opción.

-No ha dejado de llover en todo el día -se queja ella en cuanto sube los escalones y cierra su paraguas- ¿donde lo dejo?

-Ya me lo llevo yo -la voz de mi madre apareciendo tras de mi, hace que casi pegue un salto de la impresión. La cabrona estaba pendiente de la llegada de Lorena a la que me hubiera gustado dar un beso a modo de saludo.

-Oh, gracias -acierta a decir ella mientras le da el paraguas y me hago un lado para que entre. 

-Lorena, ésta es mi madre Denise -la presentación quiero que sea rápida pero esa no es la idea que tiene mi señora progenitora- y ella es Lorena, mi profesora de español.

-Encantada -mi madre la saluda en su idioma, algo que llama la atención de Lorena mostrándose muy satisfecha por su pronunciación- sé un poquito de español. 

-Pues lo pronuncia usted muy bien. Ya podría su hijo aprender de usted -Lorena me hace una mueca provocándome con sus palabras. 

-Estoy empezando a conocer el idioma -me excuso ante mi madre, la cual mueve su cabeza de un lado a otro.

-Voy a llevar el paraguas a la cocina -nos dice ella centrándose en mi cuando habla, para, segundos después mirara a Lorena con una sonrisa bastante amplia en su rostro- y por favor, no me llames de usted. Prefiero que me llames Denise.

-Claro. Como quieras, Denise.

Lorena le responde con otra sonrisa, una arrebatadora porque cuando la muestra, está aún más preciosa de lo que ella es. M madre desaparece por el pasillo para dejar el paraguas mojado donde sea. Aprovecho que no está y me acerco a Lorena dejando un corto beso en sus labios, algo que la hace enrojecer.

- Hola, bonita -la saludo sintiendo el corazón bastante alterado, porque su sola presencia me provoca estar así. Nervioso y torpe delante de la chica que me gusta. 

-Hola -me responde ella con timidez. Me encanta cuando hace eso. Cuando sus mejillas se sonrojan cuando le hablo o cuando me quedo mirándola porque no puedo apartar mis ojos de ella. 

-Mi madre quiere que demos la clase donde siempre porque quiere escucharnos por si aprende algo. Dice que no nos va a interrumpir, pero a mi ya me está molestando -le protesto mientras caminamos hacia el salón, el lugar habitual de nuestras clases.

-Oh, Jude, déjala. Aprovecha que tienes una madre increíble -me pide ella agitando su mano un par de veces. 

-¿Cómo sabes que es increíble? no conoces a Denise, es un demonio disfrazado de madre -alzo una de mis cejas para darle más énfasis a mis palabras, pero solo consigo que Lorena se ría. 

Ambos entramos en el comedor dirigiéndonos a la mesa que hay junto al ventanal. Pronto empieza ella a sacar sus cosas de la mochila, mientras mi madre hace también su aparición.

-Yo como si no estuviera aquí -nos dice ella mostrándose muy sonriente mientras yo me limito a gruñir entre dientes.

-Si no abres la boca, haremos como si fuera así -al momento, siento como Lorena golpea mi hombro como si me estuviera regañando.

-Jude, jolines, que no pasa nada.

Lorena mueve su cabeza de un lado a otro y termina por sentarse. Cruzo mi mirada con la de mi madre, y lo que veo en ella hace que esta vez me sonroje, pues en su rostro hay una mueca de satisfacción. 

La clase transcurre de manera diferente a como esperaba. Lorena está algo nerviosa por tener a mi madre enfrente, pero lo disimula bastante bien. Esta vez mis miradas se demoran algo más en ella, sonriéndole de forma más amplia con cada una de sus explicaciones. Recuerdos de los besos que nos dimos por la mañana acuden a mi mente una y otra vez, y no puedo evitar mirar sus labios deseando probar ese dulce sabor de nuevo.

-Las frutas y las verduras, en español, algunas son muy parecidas al inglés -me explica ella poniendo delante de mi su tablet con imágenes de lo que me está explicando. Disimuladamente pongo una de mis manos en su muslo, apretándoselo un poco para que note que se lo estoy acariciando. Lorena ni se inmuta pero puedo ver como un ligero jadeo ha salido de su garganta después de poner mi mano sobre ella- te las voy enseñando y las pronuncias a la vez que yo lo haga.

-De acuerdo.

Muevo mi mano de arriba a abajo notando como ella traga saliva de forma nerviosa. Por el rabillo del ojo veo a mi madre navegar por las pantallas de su móvil, absorta en lo que sea que esté viendo en vez de centrarse en nosotros. Lorena empieza a decir nombres de frutas, las cuales yo repito, muy lentamente, sin dejar de mirarla.

-Cereza -me dice ella pronunciándolas muy despacio, pero a la vez, dándole un tono que para mi me resulta sumamente sensual.

-Cereza -le repito yo mojando mis labios mientras se lo digo. Mi mano sube un poco más hasta casi rozar la cara interna de sus muslos, algo que le arranca otro de esos gemidos que me enloquecen. 

-Fresa.

-Fresa.

-Albaricoque.

-Al-b-aricoqui.

-No coqui, no -me corrige ella ladeando un poco su cabeza para poder mirarme mejor- coque.

-Me voy arriba a hacer una llamada. Han venido los albañiles y tu padre se está perdiendo -Mi madre se pone en pie y me hace un gesto señalando las escaleras. Asiento con su cabeza fijándome en como desaparece por la parte de arriba. En cuanto escucho la puerta del dormitorio cerrarse, me giro para mirar a Lorena. Y esta vez no voy a contenerme.

Mi boca ataca la suya por sorpresa haciendo que nuestros labios choquen el uno contra el otro. Muevo los míos contra los suyos deseosos de probar de nuevo ese sabor embriagador que se ha quedado en mi boca. Esta vez no tengo que pedirle permiso para hundir mi lengua en la suya, es Lorena la que busca la mía con timidez, para después acariciarla y rozarla como si la vida se nos fuera en ello. Una de sus manos se posa en mi cuello y tira de mi hasta estar más pegado a ella. Sacudidas de placer invaden mi cuerpo cada vez que la saboreo.

Demencialmente estoy atado a sus besos. A esa placentera boca que tira de mis labios succionando estos con ansías y desesperación. Y yo pensando que era el único que no aguantaba las ganas de besarla. Sus dedos se hunden en mi pelo arrastrándome a profundizar su boca. Mis dientes toman su labio superior en un pequeño mordisco que me hace tragarme su gemido, uno que es música para mis oídos. No soy yo quien ralentiza el ritmo de nuestros besos, es ella quien lo hace para apoyarse en mi hombro intentando recuperarse de su agitada respiración.

-Oh, Jude, joder -alzo mi mano para ponerla en su cuello y puedo notar bajo las yemas de mis dedos su alocado pulso. Sonrío satisfecho al notar lo que produzco en ella. Lo que le hago sentir solo con un beso.

-Si no estuviera mi madre, seguramente estaría besándote sin camiseta. Y en cambio, estamos aquí recitando los ingredientes de una macedonia de frutas -Lorena esconde su boca en mi cuello sin poder contener una sonrisa. Deja un pequeño beso en el que eriza toda la piel de mi nuca.

Lorena se aparta despacio mirándome con esos ojos azulados y brillantes. Mi mano se desplaza hasta su mejilla acariciándola con mucho cuidado. La suavidad de su piel me produce un agradable cosquilleo a la vez que hace que se acrecienten mis ganas de tocar con mis dedos su espalda y toda parte de su piel que le cubre la ropa.

-Lo bueno se sabe esperar, Jude.

Que ella pronuncie mi nombre de esa manera me lleva a esbozar una lenta sonrisa. Estoy por inclinarme y besarla de nuevo cuando escucho a mi madre moverse por la planta de arriba.

-Esa señora me va a volver loco -le digo señalando hacia el techo. Lorena coge una de mis manos y juguetea con ella mientras ambos de nuevo, nos sumergimos en la mirada del otro.

-No te quejes tanto. Seguro que estás encantado de tener aquí a tu madre -puedo percibir en ella un tono algo más melancólico en su voz, algo que me produce cierta curiosidad.

-La verdad es que si. Estoy solo aquí y que ella pueda venir, se agradece. ¿Y qué hay de tus padres? ¿Viven en Madrid?

Lorena se endereza en el asiento y le cambia la expresión del rostro. Incluso el agarre de su mano sobre la mía se ha vuelto algo más tembloroso. La observo unos segundos pensando en disculparme cuando ella parece querer contestarme.

-Mis padres viven en la sierra, pero apenas los veo.

-¿Por eso vives con tu hermano? -una mueca de dolor se instala en su rostro. Su labio incluso tiembla al hablarme, dejando escapar un pesado suspiro de su garganta. Acabo siendo yo quien agarro su mano intentando calmarla- ei, no pasa nada sino quieres contármelo.

Ella parece pensárselo aún manteniendo esa expresión de dolor en su rostro. Va a contestarme cuando los pasos de mi madre bajando las escaleras, la hacen apartarse de mi y adoptar una disimulada postura.

-Puedo ya está todo arreglado -nos anuncia mi Denise en cuanto entra de nuevo en el comedor. Ella nos mira a ambos siendo consciente de que algo ha sucedido durante su ausencia, pero mi madre es muy discreta y no le gusta forzar nada- ¿Queréis un té?

📆 MAS TARDE

-Gracias por las pastas, estaban muy ricas -mi madre agarra las manos de Lorena dándole un pequeño abrazo que hasta a mí me dejan un poco descolocado.

-Te dejaré hechas unas cuantas antes de volver a casa -mi madre obsequia a Lorena con una amplia sonrisa a la vez que besa sus mejillas- me alegro mucho haberte conocido, Lorena. Me gusta mucho cómo le das clases a mí hijo.

Lorena se sonroja de nuevo y procura no mirarme mientras se despide de mi madre. Ella por fin se va, dejándome a solas con ella.

- Anda, que te acompaño fuera -pongo una mano en su espalda mientras con la otra abro la puerta. El poco sol que aún queda en el horizonte, nos recibe al salir. Ambos caminamos en silencio pues no quiero volver a decirle algo que la haga sentir mal .

-Jude -Lorena se detiene hasta estar frente a mí, mirándome algo angustiada- lo siento.

-No tienes nada que lamentar, por favor. Yo si que siento haberte hecho sentir incómoda.

Lorena busca mi mano y soy yo el que agarra las dos suyas intentando que se tranquilice, pues su respiración aún está algo agitada.

-Mis padres se separaron cuando yo tenía 10 años, pero como ninguno quería irse de casa, el juez les otorgó la mitad a cada uno, y siguieron viviendo juntos. No te voy a aburrir con los detalles, pero digamos que vivir con los dos era una locura -el tono apagado de su voz, me demuestra lo mal que tuvo que pasarlo a causa de ésta situación. 

-Joder, cuanto lo siento.

No lo puedo evitar y tiro de ella hasta estrecharla sobre mi pecho. Por los pequeños temblores de su cuerpo, entiendo que hay algo más, que no es capaz de decirme, y yo no la voy a forzar a ello.

-Mario y Nacho me propusieron pagarme la carrera pero con la condición de que me alejara de ellos. Esa es la razón por la que me fui a Birmingham. Y por eso pensar en mis padres me pone triste -una mueca afligida se forma de nuevo en su rostro cuando la separo de mi para poder mirarla.

-Lo siento. Lo siento de verdad, Lorena. No tenía ni idea -intento disculparme pero ella acaba  agitando su cabeza para que deje de hacerlo- esta semana estoy un poco liado con los entrenamientos y los partidos, pero, si quieres podíamos ir el viernes a algún sitio, ¿Te apetece?

Por fin una sonrisa aparece en su rostro, dejándome aliviado en cuanto lo hace. Aun sigo abrazado a ella pues ahora mismo lo último que quiero es dejar que abandone mis brazos.

- Me encantaría.

Ahora soy yo el que sonrío y el que tiene ganas de gritar. Le daría un beso pero seguro que la Denise está mirando detrás de la ventana y no quiero darle más tema de conversación. Lorena se separa de mi pecho y se cuelga su mochila sin quitar esa sonrisa de mi cara. Escucho un coche parar en mi puerta, y supongo que es Nacho que ha venido a buscarla.

-Tengo que irme -me anuncia ella manteniéndome la mirada. Y en ese momento me da igual que mi madre pueda estar mirándonos. Me acerco a ella y poso mis labios en los suyos solo unos segundos. Un pequeño roce con el que saciar mis ganas, unas que sé que nunca podré aliviar.

Lorena se deja llevar tanto como yo. Parece que ninguno queremos abandonar la boca del otro por la forma en la que nuestros labios se mueven en ésta loca sincronía. Quiero repasar cada centímetro de su boca. Apréndemela de memoria y que ella sea mi sabor favorito. A desgana, ambos nos separamos. Ella, con las mejillas subidas de tono. Yo, con la respiración agitada.  

-Luego te llamo -le prometo apartando mi mano de su cintura. Ella me sonríe antes de darse la vuelta para salir por la puerta de mi casa. 

-Hasta luego -ella me dedica una última mirada antes de abrir la puerta. Una que incrementa los latidos de mi alocado corazón. 

Lorena sale por la puerta, para, a continuación, cerrarla tras de si. Me quedo solo unos segundos, estático, hasta que la escucho entrar en el coche e irse. Mis pasos me llevan de vuelta a casa, donde, tal y como suponía, mi madre está esperándome en el vestíbulo con los brazos cruzados.

-¿Qué? -le pregunto después de cerrar la puerta principal, esperando que me diga cualquier cosa que no me vaya a tomar nada bien.

-Te gusta -es lo único que sale de su boca refiriéndose a Lorena. Siento mis mejillas arder de nuevo y decido que no vale la pena ocultarle nada, pues es mi madre y parece que tiene super-poderes cuando se trata de mi.

-Si, me gusta. Y mucho -mi madre esboza una pequeña sonrisa mientras acorta la distancia que me separa de ella. Sus ojos oscuros, los que he heredado de ella, me miran con bastante curiosidad llegando a ponerme nervioso el que esté tan callada.

-A mi también me gusta. Tiene una sonrisa sincera y se nota que ha sufrido mucho en la vida.

-¿Porqué dices eso, mamá? -le pregunto algo asombrado de que ella haya visto en Lorena algo que yo no he hecho. 

-Porque solo se le iluminan los ojos cuando te mira, y cuando no lo hace, la tristeza se apodera de ellos, y eso solo le pasa a alguien que arrastra una gran carga a sus espaldas. Y siendo ella tan joven, tiene que haber sido bastante más duro -las palabras de mi madre me dejan bastante pensativo. Solo ha estado un par de horas con Lorena y parece saber más de ella que yo mismo. 

-¿Y con esto quieres asustarme y alejarme de ella? -mi madre acaricia mi mejilla con mucha dulzura mientras me da una comprensiva sonrisa.

-Al contrario, mi niño. Solo quiero que veas que cuando uno cree que no hay nada al final del túnel, al final, siempre hay una luz, y ahora mismo, puede que tú seas esa luz para Lorena. 

*** Adoro a Denise. Desde ya os digo que va a ser un personaje al que amaréis y que será fundamental en la vida de Lorena.

Muchas gracias por el apoyo que le estáis dando a esta historia. Estoy muy feliz de que os esté gustando tanto como a mi. Muchos besos y abrazos para todos ***

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro