—¿Aún no quiere terminar la pelea? Aguantar tres asaltos en ese estado es todo un logro. —Maria de Reyes dijo tal observación mientras veía la batalla acompañada de su familia. —Julia puede ganar, estoy segura de ello... Es la boxeadora más fuerte que he enfrentado.  —Rosario apoyaba a su amiga sin importar los comentarios de su madre. —Mamá no está hablando de tu amiguita, se refiere a que esa tal Bella Quintero pudo soportar toda esa presión del Dempsey Roll, por desgracia la pelea ya se decidió desde hace rato. —El hermano mayor, Jesús Reyes, el campeón mundial de peso ligero hizo su aportación al ver la pelea. —Sí tu amiga es tan lista como crees, de seguro ya se dió cuenta de la mayor debilidad de esa técnica Dempsey. —La mirada de Jesus estaba fija en la pantalla desplegando una sonrisa confiada al verlo. —"Pero que sepa cuál es la debilidad del Dempsey Roll no significa que pueda sacarle ventaja."

La primera en atacar fue Isabella Quintero, su puño lanzaba humo y vapor por la sangre que bombeaba tan rápido para darle esa fuerza arrolladora. Por su parte, Julia plantó solidamente sus piernas en la lona poniendo todo su peso y velocidad en su puño.

—¡Y falló! Juliana Mondi esquivó el golpe de Quintero; ahora Bella tiene la guardia desprotegida, es la oportunidad de Julia para usar un contragolpe... Pero, ¿Que pasá? Julia no atacó y acaba de desperdiciar esta gran oportunidad. —El comentarista quedó estupefacto al ver a la joven boxeadora retroceder antes de lanzar un segundo puñetazo. Está muestra de piedad fue un gran insulto para el orgullo de Bella Quintero quien no perdió el tiempo volviendo a usar una vez más el Dempsey Roll dejando caer una tormenta de puñetazos sobre la guardia fortalecida de su contraria. —"Me da igual si tú defensa es impenetrable, no pienso dejar que esta sea mi última pelea." —La desesperación se apoderaba de Bella quien no reparaba en descansar cuando seguía desatando golpe tras golpe. —"Aprovecharme de una apertura en tu ataque sería una deshonra y me haría ver cómo una aprovechada." —Pensaba la boxeadora con guardia alta. —"De verdad eres una gran boxeadora, ojalá algún día pueda estar al nivel de tu experiencia." —Julia puso en marcha su plan, su defensa cayó voluntariamente solo para revelar un potente y mortal contragolpe que dió de lleno contra el rostro de Quintero, derribando a la mujer a la espera del conteo.

—"¿Un contragolpe? Fue lo bastante fuerte como para tirarme pero esto aún no acaba... Espera, ¿Qué me pasa? No me puedo levantar."  —Tarde fue para la veterana cuando noto su cuerpo enrojecido por todo el sobreesfuerzo que conllevó utilizar tantas veces el Dempsey Roll. —Y así termina la pelea por el cinturón, con un nocaut sobresaliente por parte de Julia Mondi. Ahora mismo el árbitro está colocando el cinturón de campeonato en la cintura de la vencedora. ¡Damas y caballeros, con ustedes la nueva Campeona Nacional de Peso Gallo: Juliana Mondi! —Todo el mundo se levantó de sus asientos para aplaudirle a la ganadora, y mientras esto ocurría, múltiples emociones florecían en distintas personas alrededor del planeta.

Algunas que sienten emoción. —¡¿Vieron eso?! ¡Sus músculos pueden soportar todo ese castigo y seguir peleando! Ahora que Julia es campeona solo es cuestión de tiempo para que nos encontremos otra vez en el ring. —Dijo la Campeona de México.

Otras sentirán curiosidad. —Yadira, tienes que ver esto. ¿Recuerdas a la campeona novata? Pues ya es campeona nacional. Si no tienes cuidado tal vez te lleves una sorpresa con ella.  —Advirtió la entrenadora de la Campeona del Mundo. —¿De verdad? Si es tan buena como dices tal vez valga la pena probar su carne algún día.

Tal vez sientan rencor. —¡Puta de mierda! ¿Maldita perra como te atreves a tomar mi lugar? ¡Ese es mi cinturón! ¡Ese es mi entrenador! ¡Esa es mi amiga! ¡TE MATARÉ POR ROBARTE MI VIDA! —Gritó enfurecida y golpeando la televisión hasta destrozarla la Ex Campeona Nacional.

Y alguien sentirá avaricia. —Julia Mondi y Rosa Reyes... Sus cinturones son los únicos que me faltan para lograr mi meta. —Confesó con deseo la Campeona Unificada de Peso Gallo, Sophia Davis, actual campeona nacional de Estados Unidos y Canadá.

Un tiempo pasó luego de la pelea por el título, ahora la campeona permanecía recargada en el balcón de su casa con un vaso de agua entre sus dedos viendo al Distrito 13 con nuevos ojos.  Desde el encierro de Mark la ciudad parecía ser un poco más brillante, las personas en la calle caminaban con una sonrisa en sus rostros e incluso un clima cálido sin ser sofocante y con frescas brisas habían llegado con el cambio de estación. 

Julia se mantuvo en la misma posición de calma, como si su relajación hubiera llegado a tal nivel que estuviera a nada de alcanzar el nirbana. Lo cierto es que no quería volver la mirada a la pantalla de su celular, pues el mensaje del hospital general la llenaba de ansiedad. —"¿Será que Lucio por fin despertó? Quizá se trate de otra cosa, tal vez y hubo un problema con el pago y necesitan que vaya." —Cualquier cosa era mejor que pensar en la agonía de ver a Lucio despierto y escucharle decir que no la perdonaba. Por instante el ambiente dió la ilusión de regresar a esa calma inicial de no ser por un segundo mensaje que la regresó a ese estado nervioso. —«Señorita Mondi, es urgente su presencia en el Hospital General del Distrito 13. Se trata del joven Lucio H.» —Ese texto lo dijo todo, ya no podía seguir en la negación de ir al sanatorio para afrontar su pasado.

Dejó el balcón con temeridad, como si aquella casa estuviera llena de fantasmas que rondaban sobre su cabeza. Aún y con la pesadez que sentía logró llegar hasta su recamara para ponerse algo más arpopiado que no fuera ropa deportiva. —"¿Hace cuánto que no me pongo ropa normal?" —Pensó en un intento de distraer su mente. Al final optó por usar un mallón negro con una chamarra de mezclilla, era la ropa más normal que tenía fuera de lo deportivo. —"Es hora, espérame Lucio. No tardaré."