El invierno se fue volando tan veloz como una de sus ventiscas dando paso a que la primavera ocupara su puesto trayendo consigo una gran emoción para los fanáticos del boxeo que esperaban con ansias un combate que aun seguía en el horno. Y en las ansias de tan anhelada pelea llego la primera defensa titular de Rachel Williams. —¡Buenas noches a todos los fanaticos del boxeo! Todos aquí sabemos que va a pasar, es la campeona que más rápido ha conseguido el título de su país, muchos la llamarían La Campeona más Infame y hoy está aquí para defender su cinturón por primera vez. Damas y caballeros con ustedes Rachel Williams "La Bestia."  —Las luces del estadio iluminaban la caminata de Rachel quien avanzaba con el título en la cintura directo al ring. —Por otro lado, aún queda una boxeadora que desea domar a la bestia. Es la número 5 en el ranking mundial y su nombre es...

No hubo palabras, solo el retumbar de la campana que dió apertura para que La Bestia saliera a toda velocidad sobre una rival de la que ni siquiera se dignó a escuchar su nombre. ¿Una pelea? No, era una sentencia de muerte subir al cuadrilátero en contra de ese monstruo. En solo 10 segundos del primer asalto, Rachel lanzó veloces embestidas de puñetazos que rompieron la guardia de su oponente hasta perforar su rostro como si de un tablero de dardos se tratase. No cabía duda en los espectadores ni en el jurado, el estilo hostil y tosco de Rachel Williams había regresado a su antigua gloria; o para ser exactos, ahora era más peligroso. Defensa del Título de Peso Gallo, duración: 15 segundos del primer round.

—No, no,  de nada servirá que seas una pródigo si estás dispersa en tu mundo... Vamos una vez más. —Regresando al descuidado gimnasio de Simón en el Distrito 13, el viejo entrenador guiaba a su única boxeadora sin mucho éxito, pues parecía que Julia estaba bastante cansada cosa que era extraña pues la chica siempre entrenaba con mucho esmero. El hombre no tenía ni idea pero todo ese desgaste físico y mental en Juliana era por pasar las noches en vela cazando a los empleados de Mark. —Julia, tienes que esquivar más rápido los golpes y tratar de predecir el próximo sin bajar la guardia... Ya llevamos una hora aquí y sigues en otro lado. Estás bastante distraída hoy, mejor ve a correr un rato para despejarte y vuelve cuando estés concentrada de verdad para entrenar. —Simón se retiró a su oficina dejando sola a su alumna. Julia le hizo caso al viejo, dejó sus guantes a un lado y se dirigió a la puerta para marcharse a correr a la alameda cercana chocando en la entrada con una invitada inesperada.

—Discúlpame, estoy buscando al entrenador sabes si está? —Aquella visitante era Alejandra, la amiga de Rachel con quién alguna vez intercambio palabras. —Si, está en su oficina pero no creo que esté de buen humor el viejo. Bueno, yo me voy. —Julia marchó hacia la salida deteniéndose por sentir la mano de la mujer tomando su brazo, ella volteó confundida e intrigada. —Oye, no te gustaría salir a caminar. Sí el entrenador está enojado lo mejor será hablar con él después. —No hubo ninguna respuesta de la chica, se limitó a asentir con la cabeza y salir del gimnasio acompañada de Alejandra. Las dos mujeres caminaron alrededor de la vieja alameda donde Julia solía ir a correr antes de cada entrenamiento. —Es triste, hace mucho tiempo este parque era muy lindo ¿Cómo pasó de ser tan bello a solo un basurero lleno de malvivientes? —Comentó la mujer en una voz de melancolía recordando como alguna vez ese lugar tuvo un brillo particular. —Pero, en cierto modo me gusta venir aquí. Muchos de los vendedores de drogas dejan de venir y me hace sentir más segura. —Continúo. —Sabes algo, quería ver al entrenador porque quiero trabajar en su gimnasio; mi amiga Rachel se convirtió en alguien que no es y quiero buscar la manera de ayudarla antes de que sea tarde... Lo siento, no debería contarte esto pero, quería desahogarme y terminé por contarte mi problema. —Los pasos de Alejandra se detuvieron para que pudiera secar sus lágrimas e intentar mantenerse firme pese al dolor que le provocaba la distancia con su amiga.

—Alguna vez ví esta alameda antes de ser lo que es hoy. Mis padres me traían a menudo cuando salía de la escuela y jugaban conmigo toda la tarde... Aunque no lo creas, también tengo interés en La Bestia. —Julia hablaba por primer momento desde que empezaron a caminar. —Por ella me volví una boxeadora y pretendo vencer a ese monstruo cuando nos volvamos a encontrar. Le devolveré todo el dolor que ha causado a La Bestia. —Toda la confianza en las palabras de Julia fue detenida de golpe por Alejandra. —Por favor no hables así de Rachel, sé que todo el mundo la puede odiar por lo que hizo en su última pelea pero, es mi amiga y yo la conozco mejor que nadie. Ray está confundida, busca un sentido a su vida y dice que quiere ponerlo a prueba en el boxeo. Sé que el fondo es una buena persona. —Juliana parecía entenderlo, desde el instante en que tomó los guantes se juró venganza para no volver a ser menospreciada por nada ni nadie.

—En fin, creo que deberíamos volver. Todavía quiero hablar con el entrenador. —La marcha de vuelta comenzó sin pronunciarse ninguna palabra, la boxeadora estaba pensativa por algo que la amistad de La Bestia mencionó sobre ella. —"...busca un sentido en su vida y dice que quiere ponerlo a prueba en el boxeo..." —Extrañamente tenía un presentimiento sobre el significado de esas palabras. —Aquí nos separamos, yo iré a correr un rato... Lamento si parecía que me burlaba de tu amiga, pero tengo mis motivos para hablar así. Sí es verdad que está buscando un motivo para su vida en el ring; entonces ni siquiera la campeona mundial podrá detener en lo que La Bestia va a hacer.

—¿De qué estás hablando? Explícate. —Preguntó una Alejandra molesta. —Quiero decir que probablemente su objetivo no sea el cinturón mundial sino que su objetivo real es asesinar a la campeona para estar "completa."