El relato de Sísifo es un mito antigüo nacido en Grecia que habla de un hombre con la condena divina de cargar con una enorme roca cuesta arriba por una ladera empinada por la eternidad, condenado a empujar por siempre la enorme piedra sin ser capaz de llegar a la cima ya que estando cerca de su meta sus fuerzas se terminaba y el peso de la roca termina siendo demasiado para Sísifo que terminaba por rodar de vuelta al punto de partida haciendo inútil los esfuerzos del hombre. Este mito de los esfuerzos infructuosos se retrataban como un cuadro de la boxeadora Jessica Martinez, una mujer que igual al resto del mundo tenía sueños y anhelos que deseaba cumplir y que por desgracia del mundo ahora estaba delante de una muralla que le impedía seguir con dichos sueños.

Rachel Williams había bajado la guardia en un gesto de burla y mofa ante su rival, casi como si no creyera en ella. Este insulto silencioso era un castigo mortal para Jessica, pero decidió tragarse su orgullo para lanzarse con un último puñetazo cargado con todo su valor. Y como era de esperarse, ese golpe fue bloqueado con suma facilidad y devuelto en forma de un contragolpe asesino que culminó con la cabeza de Jessy estrellándose contra la lona y dando por terminada la pelea con un nocaut. —"Yo lo sabía muy en el fondo, desde el momento en que regresaste a boxear sabía que nos encontraríamos algún día y creía que podría vengarme de aquella derrota. Pero, nunca fui rival para ti; solo fui un escalón más en tú camino de muerte. ¿Cuánto más vas lastimar a los demás para cumplir tu meta? ¿Qué estás buscando? Supongo que ya no importa, no pude ganar y estás heridas en mi cuerpo tardarán años en sanar... Rachel Williams, eres un monstruo. Solo puedo desearte la mayor de las agonías en el infierno más negro." —La campana dió un cierre definitivo y los paramédicos entraron con desesperación al cuadrilátero para llevarse a la perdedora al hospital con una camilla mientras el árbitro subía con el cinturón en las manos siendo detenido por un hombre del público. —Un momento por favor, quiero ser yo quien se lo ponga si no es molestia. —Dorian Mark ingresó al campo de batalla con la intención de ponerle la corona a su reina, y para cuando el público seguía asimilando la paliza que ocurrió frente a sus narices ya se posaba ante el mundo la nueva Campeina Nacional de Peso Gallo: Rachel Williams "La Bestia."

—Ya pueden liberar al entrenador y al esposo, la pelea terminó. —Dijo Mark a través de una radio a sus subordinados y bajando del ring sujeto del brazo de su novia. —No quiero volver a verte en mí gimnasio, eres una criminal y una deshonra para el boxeo; me da vergüenza decir que fui tu entrenador. —Dichas palabras de odio de Simón Carbajal fueron ignoradas por la nueva campeona que se retiraba con la cabeza en alto y el cinturón en la cintura para recibir el vitoreo de su público.
—¡Felicidades Campeona, nunca dudé de ti!
—Púdrete asesina, eres una asesina
—Lo más lógico es que defienda el cinturón un par de veces y luego rete a Yadira.
—No mereces ese cinturón. Maldita tramposa.
Está fue una pelea polémica que pasaría a los libros de historia para el boxeo, nadie en el público pudo olvidar que esa noche La Bestia había intentado devorar la vida de una mujer inocente y salió impune de esa masacre.

— Perfecto, ya tengo la información que necesitaba. Rachel Williams, te estaré esperando con el cinturón mundial así que supongo que nos veremos en un futuro. —Yadira La Loba Afgana salió del estadio sin ser percibida por ningún reportero pues todas las cámaras perseguían a la nueva campeona para que diera una breve entrevista de todo lo que había ocurrido en el ring. —Señorita Williams, muchos considerarían que su pelea estuvo arreglada para que usted ganara, ¿Qué tiene que decir sobre eso? —Una pregunta en particular detuvo a la pareja antes de entrar al camerino. —Eso piensan? Eso creen? Lo que deberían estarse cuestionando en realidad es si Jessica Martinez va a llegar con vida al hospital JAJAJAJA. —La puerta del vestidor se cerró como un azote dejando afuera a todos los reporteros. —No paras de sorprenderme, preciosa. Sobornar a todos los empleados del estadio para que te dejarán jugar con esa mujer, fue increíble. —Dorian Mark retiraba los guantes y vendajes de las manos de su amada que seguía sin decir una palabra luego de su declaración a la prensa. —Y mírate ahora, toda una reina del boxeo... Mí reina del mundo, ya no te preocupes por lo que ese anciano dijo. Yo te conseguiré los mejores gimnasios que el Distrito 13 pueda ofrecer, está bien? —Rachel alzó la mirada tapando con los labios maquiavélicos de su novio; habían pagado mucho dinero para no ser molestados así que Mark recostó a su amor sobre la banca del vestidor lanzando su ropa y la de Rachel por los aires. —Vamos a celebrar tú victoria como se debe, así que relájate y déjate complacer, preciosa.

—Rápido lleven a la paciente al quirófano y preparen todo para una operación. Rápido, está en muy mal estado. —Los doctores y enfermeros llevaban a toda prisa la camilla de Jessica Martinez, su cuerpo estaba repleto de aperturas de sangre y su mandíbula fue casi pulverizada por los golpes de Rachel. —¡Maldición, nunca debí dejar que subiera al ring contra ese monstruo! —Decía el entrenador de Jessy sentando en la sala de espera lamentando esa terrible decisión. —No, Jess sabía el peligro que implicaba pelear contra Rachel y asumió el riesgo aún si le costaba la vida... Cuando esos hombres nos alejaron del ring y dejamos sola a Jessy me preocupe no porque pensará que Jessica fuera a morir sino porque sé que ella no se iba a rendir aún si eso significaba la muerte. —Las lágrimas de Anthony eran ruegos y súplicas para que su esposa estuviera bien.