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Epílogo

—Doctor Park —nombró el hombre frente a él, sacándole una sonrisa.

—Abogado Park —repitió con burla, ocasionando un puchero en el contrario.

Recibió un pequeño manotazo juguetón—. No me digas así. No deben pensar que estamos casados.

—El apellido Park es demasiado común. —Sonrió a BaekHyun, quien le dio un pico en los labios—. Además, ya todos lo saben.

Su esposo refunfuñó, pero a ChanYeol no le importó. Llevaban siete años de casados y ya pasó mucho tiempo desde que se escondían en las escaleras de la fiscalía para robarse besos. Por supuesto que todos sabían que estaban casados, sin embargo, BaekHyun quería convertirse en fiscal y deseaba que su buen desempeño como abogado nada tuviese que ver con el psicólogo Park ni con sus propias partes bestiales.

Claro, pasaron ocho años desde que BaekHyun decidió convertirse en monstruo bestial, sacrificándose por quien era su único amor. Dentro de esos años aprendió a conocer cada cicatriz, cada tatuaje, cada herida nueva que surgía en la piel de su esposo cuando cumplía un año más. No obstante, siempre optaba por acariciar aquella quemadura en la barbilla, en el abdomen y en el muslo, recuerdos de lo que fue su vida como humano.

—¿Por qué hiciste una ilusión de niños correteando? —preguntó ChanYeol en aquel entonces. BaekHyun, para su suerte, se recuperaba rápidamente de sus heridas.

El joven solo rio al recordar—. Quise asustarte. Era la primera vez que utilizaba mi parte bestial.

Ciertamente, descubrió que fue algo complejo el retorno de BaekHyun desde los muertos, literalmente; lo enterraron vivo. A pesar de que murió aquella noche con la sobredosis, eso solo mató su parte humana. El sacrifico por amor acarreaba un pequeño sueño del cual se podría despertar como un ser mágico; fue así como, luego de una semana de encontrarse "muerto", BaekHyun despertó en la oscuridad absoluta y con un sofoco increíble.

—Fue papá quien me sacó —fue lo que dijo BaekHyun la primera vez que le contó, con los ojos llenos de lágrimas.

A ChanYeol le hubiese gustado estar ahí para ayudar. Sin embargo, no imaginó que nada de eso pasaría. Debió intuirlo, pero ni siquiera estuvo seguro de que funcionaría aquello de la transformación. No obstante, BaekHyun logró arreglárselas solo, consiguió contactarse con sus padres a través de demonios, los cuales parecieron divertirse con él cuando lo encontraron encerrado en la materialidad; resultó cómico que un monstruo bestial, quien se movía en lo etéreo, se hallase enterrado. BaekHyun no sabía trabajar su parte bestial, así que simplemente acudió a los seres mágicos más próximos.

—En realidad, fueron los demonios quienes me sacaron. —El chico rio ante el recuerdo y ChanYeol frunció el ceño.

—¿A cambio de qué?

La sonrisa de BaekHyun se amplió—. A cambio de vidas, por supuesto.

Aquella vez casi se le paró el corazón. Sabía que BaekHyun tenía un humor particular, pero nunca imaginó que hablase en serio. Sin embargo, poco después se enteró que cinco reos acusados de parricidio fallecieron en una situación extraña. Al parecer, BaekHyun prometió que, a cambio de la ayuda física de los demonios, induciría a cinco personas a la locura mediante su parte bestial con la finalidad de darlos a disposición a los demonios.

—Solo sacrifiqué gente mala —explicó BaekHyun aquella vez y ChanYeol se preguntó en qué se convirtió su novio.

No obstante, BaekHyun logró trabajar en algo que ChanYeol aún no podía del todo: La aceptación. El castaño sobrellevaba mucho mejor que él poseer su parte bestial, incluso parecía que le gustaba salir a la calle con su rostro lleno de incrustaciones de plata, siendo una rareza llena de piercings. Se sorprendió no solo por la extravagancia, sino porque había gente a la que parecía gustarle. BaekHyun usaba maquillaje en algunas zonas y se ponía pelucas, pero nunca se quitó las incrustaciones del rostro ni cubrió el tatuaje que llevaba su nombre.

—¿Qué más da? —dijo una vez mientras se llevaba una cuchara de helado a la boca. ChanYeol estaba escondido dentro de la capucha de su chaqueta—. Estoy feliz por seguir aquí, Yeol, contigo.

Sonrió y se enamoró un poquito más, por supuesto. Fue un año después cuando se casaron y también fue la primera vez que lograron transformarse por completo a humanos. Con esa apariencia se sacaron su foto de matrimonio. También se sacaron una con el resto de la familia, incluido JongDae y los padres de BaekHyun enmarcados en un cuadro que él sostuvo entre los brazos con una sonrisa en los labios.

Oh, JongDae. Querido, JongDae.

Se desmayó apenas se encontró con BaekHyun de frente, tanto él como ChanYeol sabían que debían ir con JongDae antes de que este acabase por suicidarse, cosa que no estuvo lejos de hacer. El hombre se quedó sin su familia más cercana y en ese momento dos amigos vivían en la antigua casa de la familia Byun y cuidaban a su depresivo amigo para que no terminase matándose.

—ChanYeol —dijo JongDae con los dientes apretados, molesto—, esto no es divertido.

—No es una ilusión, Dae. —BaekHyun sonrió, pero tenía los ojos llenos de lágrimas—. Ahora soy un monstruo bestial.

JongDae se desmayó de nuevo. ChanYeol solo suspiró cuando lo vio torcido sobre el sofá y se levantó para ir a la cocina y preparar una infusión de manzanilla.

Aquel fue un día difícil.

—¿Qué tal va el caso del violador? —preguntó sin mucho interés mientras apoyaba las caderas en el borde de su escritorio de madera.

BaekHyun suspiró mientras tenía un montón de papeles en las manos—. ¿Le estás preguntando al abogado o al monstruo?

—Al monstruo. —A pesar de lo dicho, sonrió.

—Queda poco.

Así como esperó, BaekHyun correspondió su sonrisa y luego se acercó a él para apoyarse sobre su cuerpo, causándole un bufido, pero también una sensación electrizante porque su esposo apoyó las caderas contra las suyas para recargarse ahí. ChanYeol se sintió incómodo porque se estaba enterando el borde de una dura carpeta en el culo, pero BaekHyun era su preciado tesoro y no lo apartaría de él por nada del mundo. Lo abrazó por la cintura y apoyó la barbilla en el hombro ajeno. El contrario aún leía los papeles.

Así llevaban los últimos tres años. ChanYeol egresó como psicólogo y logró especializarse en casos policiales, así que trabaja como psicólogo jurídico. BaekHyun, por el contrario, debió olvidarse de su antigua vida, así que consideró que dedicarse a la abogacía era un buen camino, especialmente si ahora era un monstruo bestial.

—Si tenemos que torturar a alguien, que sea a los malos —dijo su esposo unos años atrás, cuando pensaron qué podían hacer con su vida.

Así que ahora ahí estaban. Ambos vivían en una pequeña casa con mucho jardín, especialmente porque ChanYeol odiaba a los vecinos mirones. Iban todos los días a trabajar a la fiscalía y, como llevaban su mundo bestial sanamente, lograban pasar todo el día con el encantamiento momentáneo de humano. Era increíble, si ChanYeol lo hubiese sabido antes no hubiese rechazado a BaekHyun unos años atrás. No obstante, ese encantamiento requería que, constantemente, ellos se encargasen de que otras personas cayesen a la locura mediante pesadillas. BaekHyun decía que era buena idea, pero él seguía sintiéndose mala persona a pesar de los años.

—Nadie es completamente malo, amor —susurró aquella vez que su esposo se enfureció cuando, luego de meses intentando enloquecer a una mujer que asesinó a sus hijos pequeños, no consiguieron más que una expresión inmutable de la señora.

—Ella se lo merece.

—Tuve que analizarla. No es enjuiciable.

Con suavidad dejó dos golpeteos sobre la sien de su esposo, quien frunció el ceño e hizo un puchero. Claramente, aludió a la mente y BaekHyun no insistió más, no discutirían en casa por trabajo tampoco, así que pidieron pizza, jugaron un rato a videojuegos e hicieron el amor.

Así vivían, ambos con un sueldo más que decente, con una apariencia humana accesible y un buen sexo, un increíble sexo. Visitaban a los padres de ambos cada vez que podían y también a JongDae, a quien descubrieron un día de eso asistiendo a una librería cercana al vecindario que siempre vivió la familia Byun.

—¡¿Estás acostándote con MinSeok?!

ChanYeol se sobresaltó con el grito de su esposo y, ante el mismo acto, salpicó un poco del jugo de frutas que estaba batiendo. El tema no tenía que ver con él, así que solo limpió su pequeño desastre y continuó escuchando la conversación de los hermanos Byun a su espalda.

—Baek, realmente no sé cómo pasó. Yo...

—No puedo créelo —interrumpió nuevamente BaekHyun y él suspiró. Conocía tanto a su esposo que incluso pudo imaginárselo sonreír—. ¡Eso es increíble! ¿Cuándo podemos invitarlo a cenar?

—MinSeok detesta a los monstruos bestiales, cariño —susurró aún cuando la conversación no tenía que ver con él.

Aún recordaba la vez que, luego que BaekHyun se recuperó de sus heridas de monstruo bestial, fueron a la librería en la que trabajaba MinSeok para agradecerle por su ayuda. Apenas llegaron el chico huyó del local y les tiró libros por las cabezas. Menos mal que en ese momento estuvo cerca de cerrar.

—En realidad... —JongDae sonó tan nervioso y tímido que ChanYeol se volteó para mirar a su cuñado—. Lo invité hoy a almorzar con nosotros. No tenía planeado que se enterasen de lo nuestro tan pronto.

BaekHyun abrió la boca, emocionado—. ¡¿Escuchaste eso?! —ChanYeol solo asintió, contento. Su esposo se alegraba por las cosas más mínimas—. Han pasado años desde que no lo veo. Solo me responde los mensajes de navidad.

MinSeok, como monstruo bestial, no tenía nada sorprendente más allá del vitiligo. Por lo demás, era como cualquier otro, con sus cicatrices, quemaduras, tatuajes e incrustaciones de metal.

—Y-Yo... —Empezó MinSeok con algo de temor luego de la cena. Los cuatro se encontraban bebiendo cerveza en el salón de la casa—. Tengo algo que decirles. —La mirada fue hacia BaekHyun y él, así que ambos se dieron un rápido vistazo antes de asentir—. En realidad, la idea fue de JongDae. —MinSeok miró a su costado y el aludido solo sonrió.

—¡Dilo rápido! —chilló BaekHyun, aunque sonó feliz.

—Hay un niño... —De repente, tanto ChanYeol como BaekHyun perdieron la sonrisa.

MinSeok se apresuró en buscar algo en la mochila que trajo consigo. Era una carpeta con unos cuantos papeles y apenas la abrió vieron la foto de un pequeño de unos tres años que tenía muy poco cabello, sus mejillas eran cubiertas por rosácea y una cicatriz iba desde su oreja hasta debajo de la nariz en una línea horizontal, aparte de eso tenía una mancha oscura en la frente, aparentemente un tatuaje. Por lo demás, habían pequeñas incrustaciones de algo brillante en su rostro, parecía oro.

ChanYeol fue el primero en acercarse, se inclinó hacia adelante y tomó la fotografía. El recuerdo de su propia infancia le vino de golpe y por lo mismo miró a MinSeok con interés.

—Está buscando una familia —continuó MinSeok con cuidado, lentamente.

Le dio un vistazo a su esposo, quien pareció aún demasiado pasmado por mirar a un niño que era monstruo bestial. No obstante, BaekHyun no tardó mucho para encontrarse con sus ojos y se inclinó para tomar la fotografía de sus manos.

—Mi padre es maestro en el Mundo Onírico —explicó nuevamente el monstruo que estaba junto a JongDae—. El niño perdió a su padre en un accidente cuando era muy pequeño. Su madre no soportó el año y se suicidó. —MinSeok le dio una rápida mirada al mayor de los Byun y luego volvió a concentrarse en la pareja de casados—. JongDae consideró que era buena idea presentárselo.

—¿Vamos a ser padres? —preguntó BaekHyun de repente, casi sin voz.

—Pueden escoger —susurró JongDae con cuidado, más amable que nunca—. Son jóvenes y tienen una vida prácticamente armada, un trabajo estable, una casa y amor. —Ambos se encontraron con los ojos del mayor, quien sonrió—. Creo que esta pequeña pepita de oro podría estar bien con ustedes.

BaekHyun se emocionó, por supuesto. No obstante, ChanYeol sintió que vomitaría. Durante muchos años no se imaginó con pareja, obviamente le constaba imaginarse como padre. Su esposo pidió tiempo al ver qué él no tenía mucho para decir. Pasaron tres semanas cuando tomaron la decisión. Fue un tranquilo y soleado sábado cuando ChanYeol dejó el libro que estaba leyendo y le pidió a BaekHyun que quitase la cabeza de sus piernas, donde el otro también se recostó para leer.

—¿Qué pasa?

—Iremos de compras —avisó sin más mientras tomaba las llaves del vehículo y se posicionaba delante del espejo para cerrar los ojos un segundo. En cuanto los abrió se encontró con su cuerpo humano.

—¿Qué? ¿Así, de repente? —BaekHyun se puso de pie y caminó hasta él.

—Sí, debemos pintar la habitación al lado de la nuestra —dijo sin más y se acomodó los botones de la camisa. Su esposo seguía con el ceño fruncido—. A DoWon le gusta el verde, ¿no?

BaekHyun sonrió—. ¿Lo adoptaremos?

Tomó un poco de aire y asintió. El contrario no dudó en saltar a sus brazos para besarlo. Cuando se separaron se encontró con la piel pulcra de su esposo; el otro ya se convirtió en humano.

—Vamos.

Bestial




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¡Por fin termino este escrito! En realidad, terminé esta historia hace mucho tiempo, pero pospuse su publicación porque me ocupé con la universidad. Lamento eso. 😞

Ahora la única historia que tengo incompleta es Entre melenas y garras, por lo que me dedicaré a ella en la medida que pueda. Una vez que finalice con esa historia planeo escribir la segunda temporada de De contradicciones y primeras veces y/o sacar una historia nueva. 🌟

Espero que me sigan apoyando en todo este proceso y que puedan disfrutar con las lecturas. 💖

Saludos y besos, Ary. ♥️

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