Capítulo XI
Como siempre, aquellos rayos de sol lo molestaron aquella mañana. Las sábanas se sintieron tibias contra su piel y una sonrisa surcó sus labios en el momento que una de sus piernas chocó con lo que de seguro eran los pies de su amado. Abrió los ojos y se encontró con el rostro de BaekHyun aplastado entre las almohadas, azorado por el calor de la mañana y gimoteando como un niño que se ahogaba con su baba.
ChanYeol soltó una pequeña risa ante la imagen y llevó una de sus manos al cabello castaño para dejar una caricia. Para su desgracia, vio la cruz invertida aún tiñendo el músculo oponente del pulgar. Seguía siendo un monstruo, sin embargo, no le importó. Creía que, de funcionar, con el paso de los días su bestia desaparecería. No era exactamente así como se estipulaba en los libros, prácticamente en estos se decía ridículamente poco acerca de la conversión en humano. ChanYeol creía que la razón de ello era obvia; ya de por sí los monstruos bestiales se encontraban muy poco en la literatura, a nadie le interesaba hablar de ese cúmulo de atrocidades, ni siquiera a ellos mismos. Era aún más complejo aventurarse por los amoríos de estos. Los monstruos bestiales solo se emparejaban con otros monstruos bestiales y procreaban con estos; de humanos no había prácticamente nada.
No obstante, se esforzó en buscar en lo profundo de cada libro mágico que consiguió. Allí no halló mucho más que ideas idílicas sobre un romance inquebrantable entre una bestia y un humano, aparentemente, una historia de «La bella y la Bestia» moderna que iba mucho más allá de un beso y un amor que todo lo podía. Lo máximo que consiguió al respecto fue que, luego de pasar la primera noche después de tener sexo, dormir juntos se convertía en un punto clave para traspasar el genuino amor de un monstruo de las pesadillas. ChanYeol se preguntó si bastaba sencillamente con eso.
—ChanYeol —gimoteó su novio y se removió contra su cuerpo, apegándose a su costado. El chico terminó con la cara contra su axila—, hueles delicioso.
—No seas asqueroso. —Empujó al chico con una risa de por medio y este correspondió su gesto.
BaekHyun se sentó en la cama y lo miró desde arriba, tenía el pelo desordenado y un colorado chupetón le adornaba el hombro. ChanYeol sencillamente sonrió y suspiró al verlo. Lo encontró guapísimo y sintió un fuego intenso en su pecho al saber que era solo suyo.
—Gracias por todo, BaekHyun.
El aludido sonrió de vuelta—. Gracias a ti, Yeol.
Las sonrisas fueron y vinieron, así como los besos y las noches estrelladas que los pillaron rozándose a escondidas. ChanYeol nunca se sintió tan libre en su vida como hasta ese momento, probablemente porque nunca antes hubo una persona que lo hizo sentir como lo hacía BaekHyun. El chico lo incitaba a hacer cosas divertidas, lo besaba cada vez que quería y prácticamente tenían sexo todos los días, al menos todos aquellos que se veían, incluso en la propia universidad, metidos entre los cubículos de unos baños alejados de un departamento que poco tenía que ver con el suyo, pero donde era más probable que nadie los conociese.
Las clases acabaron en algún punto y ellos salieron de vacaciones, por lo que tuvieron más tiempo para compartir, incluso cuando BaekHyun buscó un trabajo como mesero de un pequeño y bien amoblado café. ChanYeol lo iba a buscar todas las noches y lo llevaba a su casa, donde a veces se quedaba a cenar, solo si JongDae no ponía mala cara cuando se lo encontraba en la sala de estar. Aquellas otras veces que su cuñado no se encontraba, ya sea por trabajo o porque estaba con amigos, ChanYeol se tragaba toda la vergüenza para subir a la habitación de BaekHyun y compartir con él un poco de tiempo más, mejor aún si terminaba metido entre sus piernas.
Fue así como pasó un mes. Las clases volvieron y ChanYeol seguía siendo simplemente ChanYeol, con sus heridas, arañazos y tatuajes. Debido a ello sus sonrisas se perdieron poco a poco y cada vez que se miraba al espejo una incomodidad alarmante palpitaba dentro de su pecho, algo que poco tenía que ver con un sentir físico. El tiempo y su inmutable físico causó en el muecas y suspiros que inicialmente lo llevaron a la incomodidad aún cuando BaekHyun siempre estuvo ahí para decirle que se veía guapísimo y que era un tipo caliente, al punto de que en ese mismo lugar podría devorarlo. ChanYeol rio cada vez que escuchó tales comentarios, pero dentro suyo sabía que aquello sencillamente no bastaba; en los libros mágicos decía que para un monstruo bestial enamorado de su pareja destinada había más, mucho más, y él lo quería. Fue con eso en mente que le sonrió forzado a BaekHyun ese día que se quedó en su casa para pasar un tiempo juntos, aquel día que lo besó con tristeza y acabó llorando cuando las cervezas afectaron su sistema.
—ChanYeol, sigo creyendo que no importa...
—¡A mí sí me importa! —gruñó sin considerar que interrumpió a su novio, aunque este no se enojó para nada y solo lo miró con tristeza—. Odio sentirme así, odio verme y no quererme. Aún cuando te tengo a ti, BaekHyun, amándome cada vez. Hay algo en mí que no soporto. —El castaño suspiró y sus cejas se fruncieron en un acto de preocupación—. No puedo ponerme la ropa que quiero, no puedo sacarme fotos que me gusten. ¿Cómo atenderé a mis pacientes en el futuro, BaekHyun? ¿Qué rostro les mostraré? —Tomó aire porque un nuevo y aterrador pensamiento surcó su mente—. Si seguimos juntos en el futuro, ¿cómo me presentarás ante los demás? ¿No te agotarás de todo esto?
—Quizás... —Los labios de BaekHyun temblaron mientras lo tomaban por las mejillas—. Quizás yo no fui el indicado.
Sus ojos se conectaron de inmediato con los contrario y su respiración se cortó. De repente vio que una lágrima cayó por la mejilla de su novio y eso fue suficiente como para robarle el aire.
—No, por supuesto que no —respondió de inmediato y nuevas lágrimas rodaron por sus mejillas—. ¿Quién sería capaz de estar a mi lado aun así? —Se apuntó a sí mismo y el contrario hizo una mueca—. Confío en tu amor, confío en ti. Solo yo... —Tragó con dificultad y negó un par de veces—. Yo no soporto este cuerpo, no lo aguanto, no quiero que sea mío.
—Trastorno dismórfico corporal —susurró BaekHyun con el ceño fruncido—. No quiero patologizarte, pero es como eso, ¿no? ¿Es así como te sientes? —ChanYeol asintió con efusividad—. Creo que deberías retomar la terapia, Yeol.
Hizo una mueca y dejó que su cabeza golpease con el borde del colchón, derrotado. En un inicio se sentaron en el suelo alfombrado de su habitación para jugar videojuegos, pero al final él terminó llorando contra el hombro de su novio cuando las cervezas dejaron de provocar risas y solo sensibilizaron su corazón.
—Sí, tienes razón. —Asintió con hastío y fijó la mirada en el balcón de su habitación. El recuerdo de su mente suicida le llegó como un flechazo.
Probablemente no fue lo correcto, pero poco a poco cayó en algo profundo y oscuro. La depresión volvió lentamente, instalándose en su sistema hasta que el insomnio se recostó a su lado en la cama y la ansiedad se sentó con él a comer. De repente su mente lo estaba pudriendo todo, ocasionando que el color que adornaba su vida desapareciese. Empezó con las noches sin dormir, con las ganas incesantes de llorar y con esas deseos inevitables de encerrarse en su habitación, aún cuando tenía un novio precioso invitándolo a salir cada vez que podía.
Volvió a reencontrarse con esa cambiaformas de oso que le dio una sonrisa tranquila cuando lo vio, le dijo lo alto que estaba y lo mucho que se alegraba de verlo de nuevo. ChanYeol se sintió decepcionado de sí mismo al verse nuevamente sentado en un cómodo sofá desde el cuál veía muchos libros de los cuales apenas lograba leer el título. Tuvo rechazo, pero el reencuentro con su psicóloga fue claramente necesario.
BaekHyun estuvo a su lado cada momento, sonriéndole con ternura y tomándolo de la mano mientras se adentraban a su segundo semestre académico. También contestó cada una de sus llamadas, aún cuando eran las tres de la madrugada y él se encontraba llorando en su habitación, loco porque no podía dormir y, cuando lo lograba, solo venían imágenes de monstruos bestiales a su cabeza. Se reproducía una secuencia donde él perdía a BaekHyun una y otra vez, primero en un accidente de choche, después dentro de las llamas o, en otras ocasiones, el castaño simplemente se apartaba, dejándolo solo y adolorido. Sin embargo, las pesadillas que más se repetían eran aquellas que lo atormentaban desde siempre, que cargaba consigo desde que su mundo tomó sentido. Las imágenes de él siendo excluido, rechazado, violentado... Constantemente pensaba en que su físico era algo que delimitaba su realidad, que influía en ella. ¿Era realmente así o solo pensaba de más?
—¿Es posible que un monstruo bestial se meta en la mente de otro? —escuchó una vez que BaekHyun le preguntó a MinRa, quien le dio una sonrisa triste al joven.
La mujer respondió—. No es posible. El problema de ChanYeol es consigo mismo.
A partir de ese momento dejó de ver a BaekHyun con tanta frecuencia como lo veía antes y se dio cuenta de ello poco a poco; sucedió tan paulatinamente que en un momento apenas se veían durante la semana. Tenía algo de sentido, pues el chico aún no dejaba el trabajo en el café y seguía con las clases, por lo que se encontraba realmente ocupado. BaekHyun le hablaba todos los días por mensaje, pero ya no era lo mismo. Fue entonces que ChanYeol se dio cuenta que la cagó. Podía perderlo todo, incluso perderse a sí mismo, pero no podía perder a BaekHyun.
Lentamente pasaron los días, las semanas. Cada vez que su novio lo veía le dejaba un cálido beso en los labios y le decía que se veía más guapo que nunca; cada una de esas veces ChanYeol intentó sonreírle de vuelta, pero en sus labios no se formaba más que una mueca. Se tomaban juntos de las manos y caminaban por los pasillos hacia la próxima clase que tendría alguno de los dos, pero más allá de eso no pasó mucho más, no salían a ninguna parte, no iban a la casa del otro y BaekHyun siempre parecía estar ocupado leyendo, hablando con otras personas, trabajando o estudiando. De repente ChanYeol no parecía ser su prioridad y eso lo hirió terriblemente.
Fue así como pasó un mes, viviendo con un novio intermitente que parecía amarlo cada vez que se lo encontraba de frente, pero cuando no estaba simplemente desaparecía, le hablaba lo justo por mensaje, al parecer para recordarle que estaba ahí, pero alguien como ChanYeol necesitaba tenerlo cerca, besarlo más profundo, hacerle el amor más lento; ya no le bastaba una cogida rápida en una habitación desocupada de la universidad o en el motel más cercano bajo la excusa de que en unos minutos entraba al trabajo o que debía hacer algo sumamente importante esa tarde.
—¿Cómo le ofrecerás algo bueno a BaekHyun si estás herido? —preguntó MinRa con cuidado uno de esos días. ChanYeol sintió que se le cayó el corazón cuando la escuchó—. Deberías ofrecerle lo mejor de ti, pero ni siquiera puedes hacer eso contigo mismo.
Sabía lo que significaba eso. Claramente podía amar sin amarse a sí mismo, pero no por eso su forma de querer era la idónea. Estaba tan preocupado de su propio dolor que ni siquiera se concentró en su pareja, en lo que esta podía sentir ni en fortalecer la preciosa relación que tenían juntos. Con ello en mente se dirigió a la última clase que tenía BaekHyun ese día con la intención de invitarlo a una heladería o algo por el estilo, que simplemente pasasen el tiempo juntos. Sin embargo, una vez que llegó a la sala los amigos del chico le dijeron que este se fue rápido cuando acabó la clase. ChanYeol le mandó un par de mensajes a su novio y, ante la falta de respuesta, lo llamó. El chico del otro lado sonó igual de alegre que siempre.
—¿Yeol, pasa algo?
—Mmh... —Tomó aire lentamente y jugueteó con las llaves de su moto—. ¿Estás disponible para salir hoy?
—Lo siento, cariño. Ahora mismo estoy ocupado. —BaekHyun quiso explicarse, pero un ruido irreconocible del otro lado de la línea lo hizo volver a hablar—: Debo cortar. Hablamos en la noche, ¿bien?
El contrario no esperó una respuesta de su parte y simplemente cortó la llamada. ChanYeol se quedó unos minutos con la mano apretando el teléfono mientras su corazón bombardeaba de forma extraña. Sin poder evitarlo el desánimo se adueñó de su cuerpo y volvió a casa solo para meterse en la cama y dormir. Despertó cerca de las diez de la noche y, como todos los días, BaekHyun le insistió que hablasen por videollamada, jugasen a un juego online o que simplemente se enviasen mensajes un rato. ChanYeol se animó a sí mismo a hablar con el contrario y le preguntó qué lo tuvo tan ocupado durante la tarde, sin embargo, el chico le dijo de forma muy superficial que era algo sin importancia. No obstante, fue lo suficientemente importante como para preferir eso por sobre él.
Si BaekHyun consideraba que el tema no era de importancia, entonces ChanYeol no se la daría. Sin embargo, aquel distanciamiento se hizo cada vez más presente. Su novio siempre parecía estar ocupado con alguna cosa, cada que salían de paseo tomaba el teléfono a la brevedad cuando le llegaba un mensaje y sentía que lo miraba más de la cuenta. Incluso en algunas oportunidades el contrario le preguntó sobre su monstruo bestial, cosa que le seguía pareciendo incómodo.
Así fue como pasaron más y más días. BaekHyun mantenía la misma actitud. ChanYeol creyó que el otro quería terminar con él, pero su novio no terminó de dar el paso, tampoco hubo un indicio claro respecto a ello. Solo parecía que el chico tenía cosas más importantes que hacer y él simplemente lo respetó, a fin de cuentas, él también estaba más metido en sus propios problemas mentales como para dedicarle tiempo al otro como antes.
No obstante, fue la tarde de un día viernes que las cosas se pusieron extrañas. Estaban cerca de cumplir cuatro meses de novios y, por lo mismo, JongDae accedió a cenar con él, al parecer quería hacer algo especial y conversar un poco. Por lo poco que le comentó por llamada, tenía que ver con él siendo un monstruo bestial y con la relación que mantenía con su hermano menor. No obstante, una vez que llegó a al casa de su novio este no se encontraba y su cuñado le dijo que lo fuese a buscar a una librería cercana, que era donde se pasaba el último tiempo. ChanYeol se sorprendió y se preguntó si esa era la razón por la cual el contrario parecía ocupado en otras cosas.
A pesar de que su cuñado dijo que el sitio quedaba cerca, de igual forma optó por ir en moto. JongDae no le dijo a ciencia cierta dónde era, solamente le comentó que debía seguir la calle y luego doblar un par de veces hasta que viese una cafetería en una esquina. A unos cuantos locales más se encontraba la librería, un lugar frente al cual apenas se pudo estacionar por la acumulación de vehículos. Se trataba de un sitio más o menos céntrico en el vecindario de BaekHyun.
El sitio era una pequeña tienda que servía como librería y biblioteca, por lo que había venta de libros así como no. El lugar era pequeño y muy oscuro para su gusto, la única iluminación era del escaparate y las luces cálidas y tenues que recorrían el lugar. Al entrar se encontraba un mostrador a la derecha y a la izquierda una serie de mesas, sofás y sillas donde las personas se sentaban a leer, mientras que en el fondo estaban las estanterías con libros y, al final de todo, habían más mesas.
—Buenas tardes —saludó suavemente alguien a su costado. Se giró para ver al vendedor—. ¿Puedo ayudarlo en algo?
Frunció el ceño apenas enfocó la mirada. Delante de él estaba un muchacho joven con un gorro de lana, una mascarilla negra y unos lentes redondos cubriéndole los ojos. ChanYeol, sin proponérselo, ladeó la cabeza curioso, de repente atraído por el chico. Este, sorprendentemente, dio un paso hacia atrás apenas se encontró con sus ojos, golpeándose ligeramente con el mueble de madera que tenía detrás.
—¿Q-Qué busca? —repitió el chico y él se acercó al mostrador.
Sin pensarlo mucho posó ambas manos sobre la superficie de madera y se inclinó un poco hacia adelante en un intento de observarlo mejor, de ver un poco más en ese muchacho. ChanYeol ni siquiera sabía bien por qué se acercaba, pero por alguna razón quiso hacerlo.
—¿Tú...? —Dejó la frase a medio hacer porque justo en ese momento escuchó un estruendoso sonido a sus espaldas. Una de las personas dejó caer un libro por equivocación.
Que mirase hacia el fondo de la tienda solo hizo que se percatase de un muchacho de cabello castaño sentado en un amplio sofá mientras leía un libro grueso. Delante de él había una pequeña mesa redonda de la que se apoderó con su computador y una libreta, en la cual tenía varios apuntes. Ignoró al vendedor, quien no pareció tener ánimos para decirle nada más, y caminó entre las pocas estanterías mientras esquivaba algunas personas. Al final del local se encontraba su novio chupando una golosina mientras tenía los ojos clavados en el grueso tomo.
—BaekHyun —llamó despacio. Aparte de su novio había más gente leyendo en ese espacio.
El aludido elevó la cabeza con sorpresa y luego cerró el libro con cierta brusquedad, cosa que lo hizo fruncir el ceño. Casi pareció que lo encontró haciendo algo atroz, por lo que ChanYeol inevitablemente se sintió inseguro y nervioso.
—¿Cómo estás? —optó por saludar.
—¿Qué haces aquí? —El castaño miró a su alrededor, como si buscase a alguien, aunque después volvió a concentrarse en él.
—JongDae me dijo que viniese a buscarte.
La cara de BaekHyun se contrajo en preocupación y miró su computador—. Maldición. No me di cuenta que ya era hora de que nos viéramos.
Asintió sin mucho interés e intentó leer el título de los libros que tenía el contrario, pero este rápidamente los apiló y tapó el último de ellos con su libreta. ChanYeol apenas pudo distinguir «La Belle et la Bête» y se preguntó por qué BaekHyun estaría leyendo un libro infantil en francés. Sin embargo, no hizo ningún comentario. Desde hace rato que las cosas estaban algo incómodas con su novio y pensó que lo último que debería importarle era lo que leía el contrario.
—¿Vienes en tu moto? —preguntó el castaño mientras guardaba los libros en su mochila y él asintió. BaekHyun no pareció cómodo con su silencio—. ¿Está todo bien?
—BaekHyun —susurró con cierta incomodidad. No pudo evitar que el dolor se filtrase en sus palabras—, creo que debemos hablar.
El ceño del castaño se frunció en un gesto de preocupación y él solo suspiró con algo de agobio y tristeza. Cuando comenzó a salir con BaekHyun, cuando aceptó que el chico de verdad estaba interesado en él, nunca se imaginó que pasaría por esa avalancha de sensaciones. Estaban por cumplir cuatro meses saliendo oficialmente desde que solucionaron las cosas, no quería que la situación se complicase de repente, aunque ChanYeol sentía que ya era lo suficientemente compleja. No obstante, sabía que él mismo tenía mucho que ver; quizás descuidó demasiado a su novio.
—¿Crees que debemos hacerlo aquí? —cuestionó el chico con cuidado, más avergonzado por la poca intimidad del sitio que por el tema que estarían por tratar.
—Tu hermano nos espera para cenar —dijo con cuidado mientras miraba a su alrededor. Habían cerca de unas dos personas sentadas leyendo y la gente iba y venía por los pasillos entre las estanterías—. Creo que después de cenar podemos conversar.
—Me parece bien —susurró el contrario con desánimo y terminó de guardar los libros.
Ninguno de los dos dijo nada más. ChanYeol esperó a que el chico guardase todas sus cosas y, apenas estuvo listo, caminó hacia la salida del lugar. Esta vez no se encontraba al empleado, aunque no se preocupó mucho por eso, su atención estuvo enfocada en su novio, quien estaba demasiado silencioso.
—¿Todo bien? —curioseó mientras liberaba el casco del pequeño candado.
—Sí, supongo. —El castaño le sonrió mínimamente. Ni lo que dijo ni su expresión lo tranquilizaron—. Creo que ahora me siento ansioso por lo que hablaremos.
Sonrió con ternura en un intento de tranquilizar al contrario y elevó la mano para dejarle una suave caricia en la mejilla, pasó el pulgar por la zona y después bajó a la barbilla, donde acarició con cuidado la cicatriz. Aún llevaba la mascarilla contra la cara y su mirada se ocultaba por debajo de la visera de la gorra, sin embargo, BaekHyun buscó sus ojos y percibió su sonrisa porque imitó su gesto y acercó la cabeza hacia su mano, como si fuese un animal en busca de más caricias.
—Te extrañé —susurró el chico mientras se acercaba más a él. A pesar de todo lo que llevaba en los brazos, BaekHyun se le apegó al cuerpo como si no estuviesen en plena calle—. Extrañé tu calor.
ChanYeol sonrió y cerró los ojos en el momento en que enterró la nariz en el cabello de BaekHyun. Ciertamente, él también echó de menos a su novio, llevaban tanto tiempo distanciados que ya hasta se había olvidado de cómo se sentía ser amado y acariciado sin apuro.
—Yo igual te extrañé —musitó contra la oreja ajena y dejó una pequeña caricia ahí con la nariz que logró descubrir.
—Vamos a casa. —BaekHyun se alejó y lo miró desde abajo con ojos brillantes, tenía una sonrisa amplia en el rostro que lo hizo sonreír a él también—. Dae debe estar loco.
—Debe pensar que hacemos quizás qué —comentó más para sí mismo mientras le ponía el casco al chico.
BaekHyun rio ante lo que dijo y se puso bien la mochila. ChanYeol se subió sobre la moto y la encendió. Luego de que su novio se subió a sus espaldas esperó un momento para disfrutar de los muslos del contrario apretando los suyos. ¿Desde cuándo que no experimentaba eso? Ni siquiera recordaba cuándo fue la última vez que el chico se subió a su moto, sin embargo, se esforzó en no darle importancia nuevamente a ese dolor punzante y preocupante que se generaba debido a la incertidumbre respecto a lo que sucedía con el contrario, en vez de eso se concentró en lo que vivía en ese justo momento y disfrutó de ello.
El trayecto a la casa de los Byun se sintió increíblemente corto, de seguro porque BaekHyun pareció entretenerse jugando con el bolsillo de su sudadera mientras lo abrazaba por la espalda, distrayéndolo. Una vez que llegaron estacionó la moto y esperó que su novio se bajase primero, luego se bajó él y, mientras el chico le pasaba el casco, la puerta principal se abrió. JongDae tenía los brazos cruzados y una mueca en los labios, pero por alguna razón sus ojos brillaron al momento en que se posicionaron uno al lado del otro. ChanYeol no entendió lo que sucedía, no sabía por qué su cuñado lo invitó a cenar en primer lugar, pero no preguntó, simplemente fue educado, ofreció su ayuda y se sentó en la mesa del comedor cuando todo estuvo listo. JongDae estaba a la cabecera, ChanYeol se encontraba a su izquierda y BaekHyun a la derecha. De repente se sintió desprotegido al hallarse de frente a los hermanos.
—ChanYeol —nombró JongDae mientras le servía una copa de vino. Se sintió curioso al notar que el chico le daba alcohol cuando él debía conducir—, relájate. No te invité para atacarte. —El hombre no lo miró a la hora de decir eso, quizás porque se sintió avergonzado—. Toma con libertad, puedes quedarte aquí si quieres.
BaekHyun sonrió frente a él, cosa que lo hizo fruncir el ceño. A pesar de que pasaron aproximadamente treinta minutos desde que llegaron y que vio la dinámica que se daba entre los hermanos, recién notó que su novio pareció muy encantado con todo lo que sucedía. Imaginó que la idea de todo eso no fue de JongDae.
—También me gustaría pedirte que... —El mayor se detuvo un momento y lo miró. ChanYeol solo se quitó su usual cubrebocas, por lo demás todo estaba igual—. Siéntete cómodo. Quiero verte.
Se sorprendió por la solicitud de su cuñado y, por lo mismo, envió una rápida mirada a BaekHyun con la intención de ver en sus expresiones algún indicio de lo que podía significar toda esa situación, pero el chico se encontraba tan sonriente como en un inicio y reafirmó con su mirada las palabras de su hermano. Por ello ChanYeol solo suspiró con suavidad y se quitó la capucha de la sudadera y la bufanda, solo quedó con la gorra. JongDae soltó un ligero jadeo al verlo mejor. No era la primera vez que ponía los ojos en él, pero de seguro nunca le dio tanta importancia como en ese momento. Las luces del comedor lo iluminaban perfectamente bien, así que el mayor podría notar todas sus imperfecciones.
—Por favor, disfruta de la comida —insistió JongDae después de darle una pequeña sonrisa. No dejó de sentirse extrañado, pero obedeció. Comió solo un poco antes de que el hombre volviese a hablar—: BaekHyun me comentó un poco de su relación. —Sus ojos sorprendidos se dirigieron hacia el aludido, quien solo sonrió en su dirección—. Lo vi yo mismo, pero me sigue pareciendo sorprendente que seas algo así como un monstruo. —Hizo una mueca y bajó la mirada. A pesar de que JongDae sonó y se vio amable, ChanYeol se sintió palidecer—. BaekHyun me explicó bien.
Dirigió la mirada a su novio, quien se mostró contento. De repente BaekHyun dejó su comida olvidada y movió los brazos con ímpetu, animado.
—Le conté todo sobre los monstruos bestiales, las pesadillas y tú en mis sueños. —A pesar de que el castaño sonrió y pareció normalizar todo lo que decía, ChanYeol no pudo evitar enrojecer.
—Confieso que al inicio pensé que solo eras un perdedor en moto —comentó JongDae con cierto aire cómico, cosa que lo hizo enrojecer aún más—. Tenía la teoría de que eras un niño que parecía más triste que peligroso. Supongo que es el negro. —El mayor lo apuntó y él se miró a sí mismo. Justamente, siempre vestía de negro—. Sin embargo, luego te vi y wow... Pensé que pasaste por un accidente terrible, creí eso hasta que te vi bien. Ahí empecé a odiarte.
—JongDae también ha tenido pesadillas —agregó BaekHyun, como si quisiese que él entendiese el motivo del supuesto odio.
—Sí, lo sé —murmuró con recato, aún ligeramente avergonzado—. Pude ver a su monstruo bestial. —Ambos hermanos abrieron los ojos en demasía y se fijaron en él. ChanYeol no pudo evitar sentirse algo intimidado. Supuso que debía explicarse—. La última vez que te desmayaste lo vi. Está... —Se detuvo un momento, sin saber si el tema era más delicado de lo que podía controlar—. Está cubierto de vendas.
JongDae hizo una mueca—. ¿Esa cosa está viva?
—Sí —confirmó con incomodidad—. Es un monstruo bestial, así que supongo que aún vive.
—Entonces, ¿es posible que me lo encuentre en la calle? —Al mayor pareció ocurrírsele una pregunta mejor—. ¿Puedo deshacerme de él de alguna manera?
—Bueno... —Pensó un poco, aunque la respuesta era sencilla—. Debes estar saludable mentalmente.
La mueca en el rostro de JongDae fue evidente—. Eso es difícil.
—Lo sé —susurró con una pequeña sonrisa y volvió la mirada a su plato para probar otro bocado, aunque la acción fue más con la intención de dejar de ser el centro de atención.
—En cuanto a lo que hablábamos —retomó el mayor de los Byun—. Quiero pedirte disculpas por si alguna vez hice o comenté algo inapropiado. Aún cuando eres una cosa extraña, le gustas a mi hermano. —El comentario fue con cierto deje de cariño, claramente, pero ChanYeol no pudo evitar sentirse incómodo al verse detectado como una rareza—. No has sido malo con él, excepto al principio, cuando de repente no quería comer ni dormir.
—Fueron los monstruos —susurró BaekHyun con cierto bochorno.
—Eso y este chico. —JongDae le dio una mirada, pero no pareció enojado—. De igual forma, entendí que las cosas de mi hermano no me conciernen tanto como me gustaría. No puedo tomar decisiones por él.
Bueno, al menos ahora tenía el apoyo de JongDae o algo así. ChanYeol podría decir que estaba satisfecho con la cena de esa noche. Luego de que el hermano mayor de BaekHyun dijo lo que planeaba decir la comida continuó sin ninguna otra novedad y al final terminó recostado en la cama de su novio mientras comían unos bombones solamente de golosos porque ambos quedaron más que satisfechos con la cena.
Fue un momento de tregua, ambos se recostaron contra el otro y se acariciaron superficialmente mientras conversaban, casi como si no hubiese pasado nada de lo ocurrido en las últimas semanas, que ChanYeol estaba hablando más consigo mismo que con los demás y a BaekHyun tan distanciado de él. Sin embargo, eran cosas que eventualmente se tenían que conversar, quizás por eso el tema surgió sin más en un momento de la noche, cuando la película de superhéroes que veían en la televisión acabó.
—¿Estás ocupado con algo? —decidió preguntar en ese punto, sin referirse al momento presente.
—Algo así —BaekHyun suspiró y ChanYeol solo hizo una mueca. De alguna forma intuyó que para el contrario era algo complejo hablar de ello—. Me preocupé al verte tan triste. Eso me ponía triste a mí también.
—¿Por eso decidiste alejarte? —preguntó con algo de temor.
El castaño decidió apagar la televisión, así que quedaron a oscuras en la habitación, lo único que se lograba ver era la ligera tonalidad grisácea que se percibía gracias a la luna, sin embargo, era más que suficiente.
—¿Crees qué...? —Se detuvo un momento a pensar seriamente en lo que preguntaría—. ¿Crees que no es bueno estar con alguien como yo?
BaekHyun pareció realmente sorprendido por su interrogante—. ¡No, yeol! ¿Cómo crees?
—¿Entonces...? —instó mientras se mordía el labio inferior—. Imagino que estar con una persona triste debe ser algo molesto —confesó e hizo una mueca que se pareció a una sonrisa, aunque estuvo lejos de serlo—. Realmente pensé que lo que decían los libros funcionarían de algún modo. Quiero ser humano, pero quizás solo debo aceptar lo que soy, ¿no? Así como dijiste... —Esta vez sí sonrió y el otro le sonrió de vuelta—. Quizás solo debería preocuparme de disfrutar lo que vivo sin ponerme a pensar en el cuerpo físico que me ayuda a experimentar el mundo.
Hizo una mueca al finalizar, sabiendo que lo que dijo fue más bien por compromiso. Por mucho que se convenciese a sí mismo que el físico no era importante en su vida, no era así, incluso este limitaba sus experiencias, siempre lo hizo y probablemente siempre lo haría. No obstante, algo dentro de él lo pujó a decir todas esas cosas para, en un intento inconsciente, intentar convencer a BaekHyun de que pensaba racionalmente.
—No me alejé de ti porque estuvieses triste, Yeol. —BaekHyun se acercó más a él y llevó una mano hasta su barbilla, donde la posó antes de acariciarle el labio inferior, tropezándose con la púa que lo atravesaba—. En realidad, buscaba una manera de hacerte feliz.
—¿A qué te refieres? —preguntó con real curiosidad.
—Creo que no indagaste lo suficiente acerca de esto de ser parejas —explicó el contrario con suavidad, aunque eso solo generó más preguntas en él—. Durante estos días busqué por distintos sitios y encontré algo más.
—¿Sobre convertirme en humano?
—¡Sí! —La sonrisa de BaekHyun se mostró amplia, aunque luego declinó—. En realidad, es más complejo que eso.
Guardó silencio para procesar lo que dijo el contrario—. ¿O sea que no quisiste salir conmigo porque estabas buscando cómo hacer que dejase de ser un monstruo?
—Sí. —El chico sonrió, al parecer orgulloso de su actuar durante el último tiempo, pero ChanYeol se sintió molesto.
—¿Por qué hiciste eso? —preguntó con cierta tosquedad—. No tienes que preocuparte por esas cosas, Baek. No gastes el tiempo en eso.
—Pero a ti te importa.
—Aun así... —Se cortó a sí mismo y miró los intensos ojos de su amante. Suspiró—. Aun así debiste decirme antes.
—No quería comentarte nada hasta encontrar suficiente información, al menos algo que fuese relevante.
Hizo una mueca—. ¿Encontraste algo?
—Sí. —BaekHyun se puso de pie y encendió la lámpara que estaba sobre su mesita de noche. Luego fue al escritorio, donde se hallaba la mochila que cargó ese día, del interior sacó un par de gruesos libros y su libreta—. Dormir juntos después de la primera noche de sexo solo significa algo, pero no todo. —El chico le alcanzó los libros—. Esa noche yo dormí bien, no recuerdo haber soñado nada. —ChanYeol asintió, sin comprender, y tomó uno de los libros. Estaba en alemán—. Me costó un montón traducirlo, pero hallé algo más. Dormir juntos solo implica confirmar a la pareja destina, así mismo como la visión del espejo. ¿Recuerdas que te veo sin heridas? —Asintió, confundido. BaekHyun cada vez parecía más animado—. Eso es otra cosa que confirma que hay algo especial entre nosotros.
—Imagino que las cicatrices abriéndose cada vez que paso tiempo alejado de ti tiene que ver con eso también, ¿no? —preguntó con cautela, temeroso de que todo lo que conocía se desestructurarse de repente.
—Exacto. Sin embargo, esas son señales que harán que el monstruo bestial consiga a su destinado. —El chico apuntó una de las páginas que tenía muchas pegatinas y apuntes a los lados—. Lo realmente importante, la transmutación, implica algo más que detectar a la persona importante. —BaekHyun lo miró directo a los ojos en ese momento y ChanYeol entendió que la cosa se puso algo tensa. Inevitablemente se acomodó sobre la cama y apretó las manos de manera que enterró las uñas en sus palmas, ansioso y temeroso en partes iguales—. ChanYeol, no hay manera de que un monstruo bestial deje de serlo.
Su cuerpo se puso tieso y sus ojos buscaron desesperados los de BaekHyun, los cuales se mostraron tristes y agotados, seguro más por él que por sí mismo; el castaño sabía cuánto le afligía todo eso.
—Entonces, ¿realmente no hay nada que pueda hacer? ¿Tendré que ser así para siempre?
El contrario hizo una mueca y buscó sus manos, ocasionando que por fin ChanYeol dejase de herirse a sí mismo. Ni siquiera se dio cuenta de que sus palmas se pusieron rojas por la presión, pero BaekHyun se encargó de inspeccionar la zona y dejó ligeras caricias ahí con los pulgares.
—La foto que hay en el salón de tu casa, la de tus padres —comenzó BaekHyun con suavidad. Intensificó el agarre en sus manos—, ¿recuerdas?
—¿La fotografía de la boda de mis padres? —El contrario asintió con efusividad y él frunció el ceño—. ¿Qué pasa con eso?
—Es una foto donde dos monstruos bestiales se ven como humanos —continuó el chico, cosa que lo hizo suspirar.
—Eso es algo que pueden hacer ellos porque se aman como son —dijo frustrado, no con BaekHyun, sino que con la incoherente conversación—. Sin embargo, los viste como monstruos. Esa apariencia la tomaron momentáneamente y con mucho esfuerzo. Es como un encanto momentáneo.
—Pero ¿por qué crees que ellos pueden?
—¿Porque se aman? —cuestionó confundido, aún sin hallarle el sentido.
—¡Exacto! —BaekHyun lo tomó de las mejillas y lo miró directamente a los ojos, entre sus labios había una ligera sonrisa—. Tus padres están destinados.
Su ceño poco a poco se aflojó—. ¿Qué quieres decir?
—No hay manera que un monstruo bestial deje de serlo, pero un monstruo bestial puede tomar apariencia humana; así como dices, solo a través de un encanto momentáneo.
Una sonrisa amarga surcó su rostro, contrastando mucho con la expresión alegre que tenía su pareja.
—¿Así que con eso me tengo que conformar? —preguntó con cierto hastío. BaekHyun pareció divertido con su expresión.
—Es eso o nada, cariño —susurró el otro con suavidad y él suspiró.
—Siendo así, ¿qué debemos hacer? Yo... —Se calló a sí mismo y, sin poder evitarlo, se sonrojó al pensar en lo próximo que diría—. ¿Aún nos faltará por amarnos como lo hacen mis padres? ¿Por eso que no puedo tener ese encanto momentáneo? Bueno, ni siquiera lo he intentado. —Se rio un poco de sí mismo y BaekHyun se mordió el labio inferior. ChanYeol supo de inmediato que había algo más—. ¿Qué pasa?
—Sucede otra cosa importante con tus padres —susurró el chico con cuidado y acentúo el agarre de sus manos—, ambos son monstruos bestiales. —El ceño de ChanYeol se frunció con rudeza, un poco molesto porque dijese algo como eso cuando él era el más encantado con que BaekHyun fuese humano y aún así lo quisiese—. Ese encanto momentáneo solo se dará si ambos son monstruos bestiales, si es equivalente aquella aceptación que hay en el otro.
—Pero yo te acepto —susurró con cierto agobio, aún sin entender.
—Pero no tengo todo lo que tienen los monstruos bestial —comentó BaekHyun con rapidez, quizás frustrado porque no le entendiese—. No soy... fisicamente como ustedes ni daño a las personas al nivel que lo hacen ustedes, no he matado a nadie. —El castaño mordió su propio labio inferior, al parecer dándose cuenta que decía cosas innecesarias, palabras demasiado hirientes—. Lo que quiero decir es que el nivel de aceptación no es el mismo, porque se cree que en un monstruo bestial hay muchos más defectos que en un humano.
BaekHyun soltó sus manos en ese momento, aunque solo fue para tomar otro libro, el cual olía a papel viejo. Nuevamente el chico recorrió las hojas con rapidez y se detuvo en una de ellas, donde se encontró con más papeles fluorescentes destacando la plana superficie.
—Por ello... —retomó el castaño mientras lo miraba a los ojos—. Para verse humanos, ambos deben ser monstruos bestiales.
Guardó silencio durante un momento, pensando en lo que dijo su novio—. Entonces, ¿solo podría verme como humano si tú te conviertes en monstruo bestial?
—¡Exacto! —BaekHyun sonó tan alegre que ChanYeol tuvo náuseas.
—BaekHyun... —se lamentó, pensando en lo incoherente que sonó el contrario.
El otro pareció muy ajeno a su agobio y le tendió otro libro—. Los libros dicen cómo un humano puede convertirse en monstruo bestial.
Frunció el ceño y guardó silencio durante unos segundos—. ¿Eso es posible?
—¡Claro que sí! —BaekHyun pareció realmente emocionado. Su siguiente movimiento fue tomar su agenda, la cual lo sorprendió ante tanto color—. Encontré algunos fragmentos que hablan sobre humanos convirtiéndose en monstruos bestiales. —El chico apuntó unas cuantas cosas que tenía pegadas en la agenda, parecían fotocopias de libros e incluso periódicos—. Estoy seguro que hay humanos que se convirtieron en monstruos.
Suspiró y miró a su novio con desconfianza—. Nunca he escuchado nada sobre humanos convertidos en monstruos bestiales.
—¡Yo sí! —expresó el otro con buen ánimo. ChanYeol hizo una mueca en respuesta.
—Estos textos no cuentan, BaekHyun.
—No hablo de eso. —El contrario volvió a pasar hojas por su agenda. En esa acumulación de papales se notaba que el chico invirtió mucho tiempo en el estudio del tema—. Este chico. —Frente a él apareció la imagen de un joven con gorra y cubrebocas, a pesar de que estaba bien tapado, lo logró identificar como el chico de la librería, cosa que lo hizo fruncir el ceño—. Él conoce a alguien que pasó de humano a monstruo.
—¿Ese chico es un monstruo bestial? —preguntó con desconfianza.
Conoció al chico ese mismo día y notó que el otro era demasiado tímido como para tratarse de un monstruo bestial. Es decir, quizás muchos de ellos tenían problemas para relacionarse con los humanos, pero no pasaría lo mismo al estar en presencia de otro monstruo bestial. Sin embargo, ese chico pareció casi espantado cuando lo vio.
—Sí, trabaja en el lugar donde investigué todo esto. —La sonrisa de BaekHyun se mostró amplia—. Su madre fue humana.
Eso lo sorprendió—. ¿Estás seguro?
—Sí.
—¿Crees que pueda hablar con él?
BaekHyun hizo una mueca—. A MinSeok no le gustan los monstruos bestiales. Es uno, pero les tiene mucho miedo. Es raro...
—Mmh... —susurró confundido.
No sabía si creer todo lo que decía BaekHyun, no porque no creyese en él, sino porque el tema era realmente complejo. Buscó información durante mucho tiempo, ¿cómo no se enteró de nada de eso? Era confuso. Por un momento pensó que ese tal MinSeok quizás solo quería confundir a su novio, quizás...
—¿Qué opinas de ese chico, MinSeok? —susurró con cierto temor.
La confusión en el rostro ajeno fue clara—. ¿A qué te refieres?
Relajó el cuerpo sobre el cabecero y miró el techo de la habitación, distraído.
—¿Llevan mucho tiempo conversando? —La expresión de turbación en el rostro ajeno se acentuó—. ¿Sueles hablar mucho con él?
—¿Estás celoso? —Sin poder evitarlo un bochorno se apoderó de sus mejillas y BaekHyun rio divertido—. ChanYeol, no me interesa MinSeok de ese modo. Es un chico tierno que me está ayudando. —Miró hacia otro lado, avergonzado por lo dicho—. Además, sabe que estoy interesado en el tema porque tengo de novio a un monstruo bestial.
Se mordió el labio inferior, abochornado—. Perdón por decir todo eso. Solo... como pasamos tanto tiempo distanciados, quizás...
—Sabes que no se trata de eso. —BaekHyun sonrió y se acercó a él para dejarle una caricia en la mejilla herida. Luego dejó un beso suave sobre la superficie—. No estuve tan presente porque me ocupé con esto.
—Lo sé. —Sonrió y acarició la mano de BaekHyun que seguía sobre su rostro—. Por cierto, respecto a lo otro... Supongo que no podré ser humano entonces, ¿cierto? —Dio una sonrisa suave, pero dolida a la vez—. Simplemente debería olvidarme de todo esto.
—Pues... Puedes conseguir ser humano por un momento.
—Pero para eso tú tendrías que ser un monstruo bestial. —Hizo una mueca.
—Lo sé —susurró el otro mientras lo miraba a los ojos—. Creo que podríamos hacerlo.
Frunció el ceño, entre confundido y molesto—. ¿Qué? ¿Qué seas un monstruo bestial?
—Sí.
—No, definitivamente no lo harás —espetó con dureza.
BaekHyun hizo un puchero—. ¿Por qué? Creo que sería buena idea.
—No lo es, BaekHyun. ¿Por qué dejarías tu humanidad por convertirte en un monstruo? No seas insensato —gruñó con una expresión molesta.
Él odiaba ser un monstruo bestial y no concebía la idea de que una persona que quería tanto lo fuese también. De seguro el chico no lo entendía al completo, seguro que no. Solo llevaba conociéndolo cerca de unos nueve meses y, a pesar de que sabía cosas de él que probablemente ninguna otra persona sabía, habían muchas cosas de las que no sabía nada, como el dolor ante las heridas, esas ganas incesante de otros por ocultarlo, el dolor del rechazo, la comparación con los demás, el disgusto por el propio cuerpo, por el propio ser. No, definitivamente no. Ni a su peor enemigo le desearía algo como eso.
—No podría permitirlo —susurró un poco más relajado, pero igual de tenso.
BaekHyun puso ojitos de niño regañado—. Creo que podría ser buena idea.
—¿Buena idea? —preguntó como si le hubiese dicho una incoherencia—. Escoger ser un monstruo bestial no es buena idea, por ningún motivo. Serás como yo, te verás como yo y estarás obligado a hacer lo que hago yo.
—Lo sé... —BaekHyun se removió incómodo y ordenó las cosas lentamente—. Sin embargo, sigo creyendo que es buena idea. Además, así podré estar contigo para siempre.
Frunció el ceño en confusión—. Si realmente eres mi pareja destinada volveremos a encontrarnos.
—Cuando reencarne sí, pero tú seguirás igual. —Los ojos ajenos parecieron un poco más brillantes, más emocionales—. Me olvidaré de ti una y otra vez, pero tú me recordarás. Tendrás que esforzarte para que te ame. ¿No crees que es injusto?
Se detuvo un momento a pensar en su respuesta—. Eso no es razón suficiente para tomar una decisión así. Deberías pensar que no recordarás esto en otra vida.
—Pero, ChanYeol... —se lamentó el contrario—. Tú no te sentirás bien con eso y...
—Sigo creyendo que es una mala idea.
—¡Pues yo no pienso que sea así! —expresó el otro con ahínco y pareció realmente convencido—. Quiero convertirme en un monstruo bestial.
—BaekHyun... —imploró a modo de regaño, pero el chico ni siquiera se detuvo a mirarlo.
—Creo que es buena idea. ¡Seré inmortal! —A pesar de la sonrisa del chico, ChanYeol no quitó el ceño fruncido—. Podré amarte siempre y para siempre.
Suspiró—. Es mejor que dejemos de hablar de esto.
—Lo haré, aunque no estés de acuerdo —determinó el contrario, provocando cierta molestia en él. No le cabía en la cabeza que BaekHyun concibiese eso como una buena idea.
—Bien, si tanto insistes... —dijo sin verdadera seriedad—. Si quieres convertirte, ¿qué tienes que hacer?
Para su sorpresa, BaekHyun perdió abruptamente la sonrisa y él se extrañó. El chico pareció tan convencido de que lo propuesto era la mejor de las opciones que le sorprendió esa expresión tan abatida.
—Baek... —insistió.
El contrario tomó asiento a los pies de la cama, dándole la espalda.
—ChanYeol, ¿recuerdas que una vez me dijiste que los monstruos bestiales le hacen mal a la gente? —Asintió, confundido—. ¿Cuál es el objetivo real de los monstruos bestiales?
—¿Las pesadillas? —contestó confundido y el contrario movió las manos como una indicación de que probase con algo más—. ¿Volverlos locos?
—¿Y luego de volverlos locos qué pasa? —indagó el castaño con suavidad.
—¿Hacerlos sufrir? —BaekHyun mordió su propio labio inferior y ChanYeol frunció más el ceño—. Suicidio —respondió como si la palabra viniese de repente a su cabeza—. La finalidad de un monstruo bestial es ocasionar la locura máxima y, de ser posible, llevarlos al suicidio. —Dirigió la mirada hacia otro lugar de la habitación mientras pensaba en lo dicho—. ¿Eso qué tiene que ver con convertirse en monstruo?
—Esa es la manera, Yeol. —Los ojos ajenos brillaron en la penumbra de la habitación—. Para que un humano se convierta en monstruo bestial debe suicidares.
|•••|
No sé cómo las cosa se retorcieron de esta manera...
Este es el penúltimo capítulo, así que espero sus teorías para el final. Además, tengo el agrado de avisarles que esta historia ya está terminada. 🏄🏻♀️
Muchas gracias por leer, votar y comentar. ♥️
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