Capítulo VII
—Así que estás saliendo con mi hijo.
Contuvo la respiración al ver a su madre del otro lado de la mesa con su camisa de seda blanca bien ajustada al cuerpo por dentro de su falda tubo. Se veía realmente como una empresaria adinerada y ChanYeol seguía preguntándose qué mierda estaba mal con sus padres. De hecho, aún podía escuchar a su padre hablar por teléfono como si lo llamasen para algo importante cuando él sabía que no era así, al menos no durante un sábado por la noche.
—Sí, señora... —BaekHyun se removió incómodo en su silla y ChanYeol notó de inmediato que estaba nervioso.
—¡Ya, mamá! —se quejó. Cuando se encontró con los ojos de ella notó una sonrisa.
Claro, era un poco ilógico pensar que alguien de su especie estuviese en una relación, más aún si era con un humano. No obstante, ChanYeol sabía que hacía lo correcto y cuando vio la sonrisa de su padre supo que MinRa les contó todo, así que ni siquiera se preocupó mucho y dejó que sus padres interactuasen en sus formas humanas, recibiendo a BaekHyun con muchas preguntas y sonrisas amplias.
Su novio no pareció relajarse hasta que su padre invitó unas pizzas y cervezas, solo así terminó con un brazo por sobre los de BaekHyun mientras ambos permanecían recostados sobre el sofá y con sus padres del otro lado, conversando sobre una experiencia peculiar que vivieron los mayores en Noruega durante el año pasado.
—Tus padres son geniales. —La sonrisa de BaekHyun fue triste y adormilada en partes iguales.
Se quedaron hasta tarde conversando con sus padres y no fue sino hasta las tres de la mañana que decidieron acostarse.
Sabía que sus progenitores se esforzaron mucho para estar frente al castaño y no precisamente por que este fuese su novio, sino porque eso significaba mantenerse humanos por demasiado tiempo y era doloroso. ChanYeol logró vislumbrar durante sus pocos años lo difícil que eso resultaba, puesto que requería del surgimiento de una segunda piel que, luego de perder las energías para mantenerla, se destrozaba ante nuevas cortadas y todo volvía al inicio, a un instante doloroso donde las cicatrices se instauraban mediante la generación de cortes, quemaduras y heridas en los lugares que anteriormente estaban las otras.
—Abrázame —exigió BaekHyun medio adormilado mientras le daba un ligero golpe en el pecho y él sonrió a más no poder.
Cuanto deseó que alguien le dijese eso.
Ni siquiera lo pensó y envolvió sus brazos en torno a la cintura de su compañero sin avergonzarse por eso cuando él nunca tuvo ese tipo de confianza. No obstante, se besuqueó con su novio muy rudamente en el patio de la casa e inclusive este le chupó el pene, así que podía adueñarse de las caderas de BaekHyun tanto como quisiese y este le permitiese.
—Yeol... —ronroneó el contrario y este se giró para quedar frente a él, aunque el otro no lo miró y solo se concentró en acobijarse en su pecho. BaekHyun ya estaba prácticamente dormido—. Quiero una foto...
Soltó una suave risa y le acarició al contrario la mejilla, recorriendo toda la pulcra piel y trazando nuevamente la cicatriz que siempre estuvo oculta bajo la sombra del mentón. ChanYeol sonrió con suavidad al ver la marca y se sintió amarlo.
—Nos vemos otra vez... —Su cuerpo se paralizó al escuchar una voz extraña en la habitación y sus ojos de inmediato recorrieron el sitio. Se encontró con un ojo blanco y una cuenca vacía.
Apegó a BaekHyun a su pecho en un gesto instintivo para protegerlo, aunque sabía que no conseguiría mucho, puesto que el daño que infringían los otros era mental, al menos en el caso de los monstruos bestiales.
La súcubo soltó una risa con fingida ternura—. Lograste mucho en poco tiempo, Park ChanYeol.
—¿De qué hablas?
—Mientras más veces BaekHyun esté entre tus brazos, más fácil será para nosotros —dijo otro monstruo bestial desde una de las sombras de la habitación. ChanYeol admitía que se veía aterrador con la imitación de un cuerpo totalmente deformado—, así que estamos felices por su relación.
BaekHyun se sobresaltó entre sus brazos y emitió un pequeño gimoteo. Las pesadillas comenzaron.
—Déjenlo —exigió con los dientes apretados.
—¿Cómo podríamos hacerlo? Solo contigo se relaja por completo, cayendo al sueño profundo y... —El monstruos bestial con el ojo blanco quedó a medias con su diálogo a propósito y ChanYeol ni siquiera pudo respirar hasta que sintió que unas luces se le venían encima, como si estuviese a punto de estrellarse contra un coche.
Sin pensarlo dos veces se movió a consciencia y entró al plano bestial, sabiendo que no sacaba nada quedándose con el cuerpo de BaekHyun si el verdadero peligro se encontraba en el interior, en su cabeza, y se suponía que él sería el guardián del chico, que debía protegerlo.
—¡Paren ya! —gritó sin dirigirse a nadie en particular, puesto que estaba en un pasillo difuminado, profundo y oscuro, donde las paredes se perdían en el ambiente etéreo.
—No puedes evitar lo que hacemos, precioso —se burló la súcubo mientras se inclinaba sobre un BaekHyun acostado en la cama con el rostro hacia el cielo.
La mujer trasladó las manos huesudas por el pecho del muchacho antes de detenerte sobre el pantalón de pijama que ChanYeol le prestó. Ella, sin siquiera dudarlo, presionó con la palma abierta la entrepierna del contrario, haciendo que este frunciese el ceño, soltase un jadeo y sacudiera las caderas para deshacerse de la incomodidad, todo eso sin despertarse.
Él simplemente se movió y ni siquiera se preocupó de que tenía siete bestias que podrían atacarlo. Solo quiso proteger a BaekHyun y en parte lo consiguió, puesto que logró deshacerse de la súcubo al empujarla con una fuerza descomunal que no sabía que poseía. Hizo que la demonio femenino se golpease contra la pared que separaba su habitación del baño, botando su consola de videojuegos de paso y ChanYeol se sintió entrar en histeria al verla tirada. De inmediato corrió a recogerla.
—¡Es una trampa! —Sorprendido se giró, estando ya en cuclillas, al escuchar la voz de su madre desde alguna parte, pero no pudo fijarse si fue real o no, porque le llegó un golpe directo en la cabeza, desorientándolo tan duro que el mareo le hizo tener una mala visual.
—¡Suelta a mi hijo!
¿Papá?, se preguntó a sí mismo con confusión y, para su sorpresa, le respondieron sin llegar a oír verdaderamente nada, solo de forma telepática: Párate de ahí y protege a BaekHyun.
—¡BaekHyun! —Claramente, esa fue su madre.
Despabiló en ese momento y con un poco de dificultad enfocó la atención en la cama, donde BaekHyun seguía recostado, aunque amarrado de muñecas y pies. Los monstruos bestiales recrearon una escena de tortura en la mente de BaekHyun y vio a su madre tironearle el pelo a la hechicera, así que él se apresuró en ayudar al otro.
No podía crear sueños, solo pesadillas, así que ayudó a generar espinas por todas las paredes, las cuales se aferraron a algunos de los monstruos etéreos para atraparlos. Con ello se deshizo de un monstruo bestial y de la súcubo.
—¡Baek! —llamó al verlo con los ojos abiertos, aunque supo que solo estaba así porque se encontraba en una parálisis de sueño—. ¡¿Cómo lo despierto?!
La cama se encendió en llamas y él buscó con urgencia al monstruo bestial que estaba trabajando con su novio, encontrándolo sonriendo desde el balcón. De inmediato corrió con la intención de desconcentrarlo y hacer que perdiese las intenciones de la ilusión, pero el ente estimó sus movimientos, dado que desapareció apenas lo tuvo de frente, ocasionando que ChanYeol perdiese el equilibrio por la falta del cuerpo con el que estrellarse y se fue de cara hacia abajo, directo a la piscina. No obstante, no se mojó. Una soga lo sujetó del cuello e hizo que colgase desde el balcón de su habitación, a unos dos metros por sobre la piscina.
—¡ChanYeol! —El grito de su madre sonó desgarrador y él pudo hacerse una idea por qué. Para un monstruo bestial habían solo dos formas de morir y él estaba experimentando una de ellas.
Era gracioso pensar que al final aquella que creía que era su salvación terminaría por convertirse en su método de extorsión.
Como pudo pateó e intentó sujetarse de lo alto de la soga para impulsarse y evitar el ahorcamiento, pero en realidad no tuvo la fuerza para ello, mucho menos cuando su aire solo se acababa sin más.
—Parece que esta no es realmente tu pesadilla. —Abrumado miró a la babosa que bajó por uno de sus brazos que estaba en la altura. Él mostró bestial tomó forma—. ¿Qué será entonces? —La risa burlona retumbó en su cabeza—. Quizás... esto.
Ante sus ojos la piscina dejó de tener el color azul cielo que tuvo desde un inicio y pasó a convertirse en un tinte oscuro con contextura espesa que se balanceaba de un lado a otro, pareciendo un mar de sangre y cadáveres. Fue asqueroso verlo, pero lo soportó hasta que BaekHyun apareció en el centro, moviendo las manos con frenesí para mantenerse estable contra la corriente. El nudo de su cuello se aflojó, pero no lo soltó. El monstruo bestial deseaba torturarlo con la vista.
—Eso sí te duele, ¿no?
—¡ChanYeol! —Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando se encontró directamente con la mirada de BaekHyun y movió con más insistencia su cuerpo para soltarse—. ¡Ayúdame!
—No, por favor...
La risa del monstruo se escuchó gruesa y ronca, confirmando un eco en su interior que lo asustó y lo hizo jadear, porque el tipo se metió dentro de su cuerpo y nunca experimentó una sensación igual.
La voz se escuchó desde sus propios labios—. ¿Y qué tal si es... fuego?
La piscina se incendió y lo que era líquido pasó a tener unas tonalidades amarillentas. Las llamaradas consumieron todo, como si fuese un mar de fuego, calor y desasosiego. Los gritos de terror se escucharon desde lo profundo de las llamas y BaekHyun estaba ahí, en el centro, llorando y extendiendo los brazos hacia él.
—¡Por favor, ayúdame!
—¡BaekHyun!
—¡ChanYeol!
La llama se hizo más grande, cubriendo al chico y haciéndolo arden. La carne comenzó a mostrarse rojiza por el contacto con el fuego y el olor a cuerpo incinerado le entró por las narices de una forma preocupante.
—¡BaekHyun!
—¡ChanYeol!
Abrió los ojos y se encontró con el techo de su habitación. No pudo hacer mucho más que tomar una bocanada profunda de aire al sentirse falto de este y, para su sorpresa, sus padres llegaron hasta su habitación de forma física sin importarles que BaekHyun estuviese a su lado mirándolo con el ceño fruncido y viéndose genuinamente preocupado. Su madre fue la primera en moverse y llegó hasta él para abrazarlo. La mujer sollozó sobre su hombro, pero no se entretuvo mucho ahí, porque luego se alejó de él y tomó a BaekHyun con las mejillas empapadas. Así como era, su madre estaba con su apariencia bestial, con la cicatriz atravesando cruelmente su ojo izquierdo, dándole una tonalidad ligeramente grisácea a la parte donde pasó el objeto corto-punzante que le deformó la cara. Por otra parte, su novio estaba pasmado.
—Gracias por despertarte, cariño. —La mujer le acarició las mejillas al castaño.
ChanYeol se esforzó en enderezarse para apoyar la espalda en el respaldo aún con la respiración agitada. Solo entonces logró ver a su padre recargado sobre la manilla de la puerta de la habitación. También estaba en su formato bestial y tenía la mano sobre la cara, presionándose rudamente los ojos con el pulgar y el índice para que no cayesen las lágrimas.
—U-Ustedes...
Temeroso se giró hacia BaekHyun, quien lo observó con los ojos aguados y él temió más que en su sueño, porque ahí era malditamente real. Su novio de verdad lo miró con esa expresión de horror.
—N-No... No me toque. —El castaño apartó con algo de brusquedad las manos heridas de su madre.
No, no, no, imploró dentro de su cabeza y su corazón se aceleró, despavorido.
—BaekHyun, yo... —Temeroso extendió la mano hacia el castaño, pero este de inmediato se hizo hacia atrás con miedo.
—No me toques.
—Soy yo, ChanYeol —exclamó con agobio y los ojos se le empañaron de lágrimas, porque la expresión aterrada del contrario no cambió.
—¿Por qué son... así? —preguntó extrañado BaekHyun y corrió los ojos desde él hasta sus padres.
—Pues... Son mis padres —susurró un poco avergonzado. Era la primera vez que se hallaba en esa situación.
—¿Cómo pueden parecerse?
—Yeol... —empezó su madre a modo de advertencia y no por lo que preguntó su novio, sino por el connotativo que tenía la propia pregunta.
—P-Por supuesto que nos pareceremos; somos familia —soltó con una sonrisa nerviosa y los ojos duros de BaekHyun se toparon con los suyos.
—¿Ah sí? ¿Heredaste sus cicatrices y tatuajes?
—BaekHyun... —musitó con pavor, temeroso de que el chico estuviese tan enfadado como lo aparentaban estar sus ojos.
—Me voy de aquí.
—BaekHyun —volvió a llamar al ver al contrario tomar sus cosas y adentrarse al baño, cerrando luego de un portazo.
—Hijo, nosotros...
—Está bien —interrumpió a su padre y este lo vio con una expresión triste. De seguro también notó los ojos enfadados de BaekHyun—. Pueden irse.
—Lo sentimos —se lamentó su madre.
—No es su culpa.
Intentó darles una sonrisa tranquilizadora, pero supo que en realidad no llegó mucho a eso y solo hizo que sus progenitores se preocupasen aún más por él, pero no le dio importancia, porque lo realmente relevante se encontraba del otro lado de la puerta que daba al baño de la habitación.
Tuvo que esperar a BaekHyun unos diez minutos y eso lo volvió loco, pero la sensación de incertidumbre de seguro fue mejor que la imagen de un molesto chico que ya estaba vestido con su ropa y que parecía totalmente dispuesto a irse.
—BaekHyun —llamó con cierto temor y el aludido solo le dio una mala mirada.
—Me voy a casa.
—¿A esta hora?
—Sí. —Suspiró ante las palabras cortantes del otro.
—¿Quieres que te lleve?
—No —zanjó el contrario.
BaekHyun no dijo nada más y sencillamente se acercó a la puerta principal de la habitación para salir por esta, cerrándola luego de cruzar el umbral. A ChanYeol se le fue el puto aire cuando lo vio desaparecer en la oscuridad y sin ningún tipo de freno se puso de pie para ir detrás de quien suponía que seguía siendo su novio. Añoraba que siguiese siendo así, porque no quería perder a BaekHyun tan pronto. Llevaban muy poco tiempo conociéndose y él no podía renunciar al amor de su vida, al menos no todavía.
—BaekHyun —volvió a llamarlo con pesar cuando lo vio salir por la puerta principal.
El contrario se cambió de ropa mientras estaba en el baño, pero ChanYeol seguía con pijama y le dio un frío tremendo cuando salió al exterior. La temperatura cálida del día se esfumó por completo para dar paso a una brisa gélida que lo hizo estremecerse y abrazarse a sí mismo para entrar en calor.
—Déjame acompañarte, por favor —insistió y de repente el nudo se formó en su garganta—. Entiendo si no quieres hablarme más, pero déjame asegurarme de que estarás bien.
Aún dándole la espalda el contrario guardó silencio por lo que pareció ser un minuto eterno, aunque al final se giró a mirarlo con el ceño fruncido.
—ChanYeol, dime qué pasa.
—¿A qué te refieres? —preguntó temeroso.
Sabía que eventualmente tendría que llegar ese momento, donde él abriría la boca para escupir todo lo que era, lo que conllevaba ser un monstruo literal. Sin embargo, aún no estaba preparado para ello, aún tenía muchas cosas que hacer con BaekHyun antes de que este decidiese apartarse de él así como lo hacía en ese momento. ChanYeol sabía que comentarle lo que era sería difícil y que probablemente no obtendría una respuesta positiva, pero no imaginó que todo vendría junto, que sus padres estarían involucrados y que casi murió mientras estaba en una de las pesadillas de su novio.
—¡Dime qué mierda pasa contigo! —Se hizo hacia atrás debido al alza de voz. BaekHyun se movió a la hora de gritar y batió los brazos. ChanYeol no le tomaría mucha importancia al gesto si no hubiese notado que los ojos ajenos brillaron de una forma extraña por debajo del farol de la entrada de su casa—. ¿Estuviste jugando conmigo todo este tiempo? —preguntó dolido el contrario y él jadeó ofendido.
—Pero ¿qué dices? ¿Cómo podría?
—Escucha, Yeol. Te seré sincero. —Su corazón se apretó ante la advertencia—. Es difícil tenerte como novio. Tu... Tu apariencia... —BaekHyun negó con la cabeza, pero ChanYeol ya sospechó por donde iba el tema—. Solo es difícil y... y quise intentarlo, por supuesto. Me ayudaste en muchas cosas y...
—¿Por eso estás conmigo? —indagó dolido, sin comprender por dónde se desvió el tema—. ¿Crees que me debes algo por aparecer en tus sueños?
—No. Estoy contigo porque me gustas.
—¿Y por qué haces sonar que parece difícil gustar de mí?
—Porque lo es. —La voz de BaekHyun se agrietó—. E-Es difícil que no te ames, es difícil escuchar la opinión del resto de la gente y es difícil porque yo me confundo también. Sin embargo —El contrario se detuvo para tomar un poco de aire—, me gustas y sentía que podía con todo, porque tú... te veías tan roto como yo, pero ahora resulta que simplemente eres parte de una secta o una familia fetichista. No sé qué mierda, pero...
—Espera —interrumpió atolondrado—. ¿Estás diciendo que mi físico es por culpa de una secta?
—¿Entonces cuál es el motivo por el cual tus padres tienen tu misma apariencia? —BaekHyun negó con frustración—. ¿Todos fueron secuestrados o qué?
Suspiró al entender cuáles fueron las conclusiones del contrario y le halló sentido, a fin de cuentas, era lo más lógico, al menos mucho más que pensar en monstruos fantasiosos y control de sueños.
—Me dijiste que no querías hablar de ello y te respeté—continuó el chico y nuevamente pareció molesto—. Creo que es momento de que me expliques ese tema y me hagas entender por qué ellos se ven como tú.
—Porque son mis padres —susurró sin mirar al otro. Las lágrimas se acumularon alrededor de sus ojos, pero no quiso que el contrario lo viese llorar, al menos no todavía.
—Ya me dijiste eso y sigo sin entender qué mierda tiene que ver el...
—Es genético —murmuró luego de darle un mínimo vistazo al contrario y este detuvo por completo su diálogo, llamando nuevamente su atención.
BaekHyun ladeó la cabeza confundido y sus hombros parecieron distenderse de inmediato, como si hubiese estado en todo momento en una posición de ataque para saltarle encima. Solo en ese instante el chico pudo relajarse, al parecer entendiendo que la respuesta correcta no era ninguna de las alternativas que tuvo en su cabeza.
—¿Genético? —cuestionó el castaño con la voz tensa. ChanYeol se afligió aún más al escucharlo—. ¿Cómo se supone que heredas una cicatriz, Yeol? Explícame esa mierda, por favor, porque JongDae nació por cesárea y no por eso yo tengo un tajo en el vientre.
—No estoy bromeando —regañó.
—Yo tampoco.
—Sé directo con lo que quieres saber —pidió con la voz algo dura. Estaba molesto un poco, porque su familia no era una broma para él—. Realmente no te importan las cicatrices, importa porque se te hacen conocidos.
Los ojos del contrario se abrieron en demasía y se toparon con los suyos. ChanYeol supo que dio en el clavo y le hubiese gustado no hacerlo, porque explicar la existencia de los monstruos bestiales era algo complicado. Además, sabía que esos seres perseguían a BaekHyun, que llevaban tiempo atormentándolo e imaginaba que este los identificó, que sabía que en sus pesadillas siempre se aparecían los mismos entes para martirizarlo y ahora veía a sus padres, e inclusive a él, igual que esos sujetos que repetían el accidente que le destrozó la vida una y otra vez, cada noche.
—Sí —susurró el castaño con un resoplido, como si le costase demasiado decirlo—. Más allá de perturbarme que compartan ese tipo de cualidades, lo que realmente me molesta es que los conozco de cierta parte, Yeol. —La voz de BaekHyun fue dura, como si supiese que su diálogo lo tensaría—. Te vi en sueños, ¿recuerdas que lo dije? Pues a tus padres también los vi.
—Pero en pesadillas, ¿no?
Su novio dejó de lado su actitud arisca para permitirse sorprenderse, abrió los ojos y soltó un ligero jadeó que hizo que el vaho se expulsase por entre sus labios, claramente viéndose gobernado por el frío del exterior. El contrario podría estar con ropa de calle, pero no por eso estaba cómodo.
—Primero entremos. Prometo que te contaré todo.
—No entraré.
—BaekHyun, por favor —suplicó—. Nos enfermaremos acá afuera. Solo vayamos y sentémonos en el sofá a conversar.
—No, ChanYeol. Lo siento.
Su respiración se cortó y sus ojos de inmediato pestañearon hacia su compañero, casi incrédulo. Imaginó que BaekHyun sedería, a lo más, que se enfadaría a gritos con él como lo hizo desde un inicio, pero en ese momento pareció tan apacible y abstraído que por un momento no lo reconoció. Ese no era para nada el chico extrovertido y con la sonrisa enorme que parecía ansioso por hablarle de sus tatuajes.
—BaekHyun, por favor —insistió, pero el otro tan solo meneó la cabeza en una negación.
Para su sorpresa, un vehículo llegó hasta fuera de su casa y ChanYeol sintió que el corazón le latía mucho más rápido al identificar la palabra «taxi» en lo alto del techo del auto. El castaño se acercó hasta la puerta del vehículo y ChanYeol inmediatamente fue hasta él, aunque sabía que no podría hacer mucho más que llegar hasta lo que ofrecía sus baldosas exteriores. No podía correr por la calle, en pijama y con la expresión que tenía. De hecho, el chofer ya lo estaba mirando raro, porque no tenía nada para cubrir su rostro más allá de la capucha de la sudadera.
—Baek...
—Mira. Necesito tiempo, ¿bien? —El chico afirmó fuertemente la puerta del vehículo y se giró a mirarlo. ChanYeol solo contuvo la respiración—. Volveré a hablar contigo cuando pueda decidir si tragarme tu mentira o no.
—Pero es verdad... —susurró para sí antes de que el contrario se metiese al vehículo y cerrase la puerta.
De seguro el chofer estuvo urgido por salir de ahí, porque apenas el muchacho estuvo dentro del auto este de inmediato partió y él simplemente se quedó de pie ahí con la vista fija en el vehículo que se perdió a lo lejos por la ancha y limpia calle. No dejó de mirar el sitio por donde desapareció BaekHyun aún cuando sentía los pies descalzos fríos contra la intemperie de la madrugada de un domingo.
—Cariño —Miró por sobre su hombro, encontrándose a su madre abrazándose a sí misma mientras se acomodaba la bata de dormir—, por favor, entra.
Le dio un último vistazo a la dirección donde se perdió su compañero y caminó hacia la casa con desánimo, sintiendo que a cada paso que daba algo se quedaba atrás, algo perdía, algo dejaba.
Dolió. Apenas se encontró de frente con su madre sus ojos se empañaron a tan nivel que no pudo ver y su boca se frunció en un gesto muy vergonzoso, pero doloroso a la vez. Su mandíbula dolió debido a la presión ejercida y su cuerpo tembló ante el deseo de contenerse, de evitar que su madre lo viese llorar, pero apenas la mujer pasó los brazos por su cintura para abrazarlo, todo se desmoronó.
Lloró nuevamente como un niño sobre su madre. Dejó que ella lo metiese a la casa, que cerrase la puerta a sus espaldas y que le consolase como un niño cuando llegaron al sofá. Permitió que la mujer le pasase la mano por la cabeza, que le susurrase palabras dulces sobre lo lindo que eran los peces que tenían en la pecera y ChanYeol sabía que su madre tenía más que asumido que aquello le daba lo mismo. Francamente, a ambos les importaba una mierda. No obstante, necesitaba distraerlo, sacarlo del pequeño pantano lodoso, sucio y fangoso en el que se sumergía.
—BaekHyun es un buen chico. Dale tiempo —soltó su madre luego de un tiempo en el que él pudo apaciguar su llanto—. Cuando las cosas se calmen volverá a hablarte, al menos para buscar explicaciones.
¿Se suponía que eso debía hacerlo sentir mejor? Porque realmente no se sintió así.
Pasó todo ese domingo sintiéndose como un desdichado, porque BaekHyun simplemente desapareció y sí, solo era un día y él debía darle espacio. Lo sabía. Así que eso hizo, le dio espacio, no insistió, no se acercó más de lo necesario, pero no por eso no se hizo obvio que estaba ansioso por su regreso, por que volviese a él para decirle lo gracioso que le parecía todo, que quería que le explicase bien las cosas, que quería estar juntos de nuevo.
ChanYeol no quería depender de BaekHyun de ninguna forma, pero se le hizo imposible mantenerse alejado y desinteresado. En realidad estuvo muerto por hablarle y así pasó un día, luego dos y tres. Transcurrió una semana donde no hizo más que verlo desde lejos, tan adolorido como solo lo podría estar un monstruo bestial, quien, para agregar, volvió a sufrir el reabrir de sus heridas.
Solo entonces lo comprendió. Estaba destinado a volverse un monstruo cada vez que BaekHyun, su destinado, permanecía alejado de él. Era un recordatorio insufrible donde su naturaleza le obligaba a recordar que, como no tenía su pase a la tranquilidad, tendría que sufrir del martirio de ser como era día tras día, mediante cada cortada, quemadura y tatuaje, mediante cada acción de dolor sobre su cuerpo físico.
Acabó faltando tres días a la universidad, porque llegó un momento donde se generó un dolor intenso en su espalda media, sobre el escozor que ya dejaba el tatuaje reciente. Para su desgracia, aparecieron unos azotes en su espalda, los cuales le abrieron la carne de forma brutal y le sentenciaron una nueva temporada. Así como cada año, para su cumpleaños se añadía una nueva cicatriz permanente a su cuerpo y le parecía casi cómico que esa vez «el destino» quisiese castigarlo de una forma tan cruel.
¿Su cumpleaños? Su cumpleaños fue una verdadera mierda. Se la pasó en cama el fin de semana y estuvo acostado de cara contra el colchón, con un médico revisándole las heridas de la espalda porque esta vez, así como sucedía cada año con la nueva herida, esta no sanaría como un monstruo bestial común la haría sanar para formar cicatriz, sino que se concentraría en la herida misma, en el dolor, la infección, la mala cicatrización y el dolor excesivo. El universo hacía hasta lo imposible por marcarlo tan profundo, tan a fuego, que acabó dándose por vencido en algún punto.
Le pasaba todos los años. Todos los monstruos bestiales debían ser marcados nuevamente cada año con una nueva cicatriz, pero él, al negarse a meterse al mundo bestial —más aún después de todo lo que pasó con BaekHyun—complicaba aún más las cosas, hacía el dolor menos soportable y la herida más cruda, se tardaba más en sanar ante la falta de contacto con la magia misma que ellos manipulaban. Después de todo, eran seres mágicos porque manipulaban las pesadillas, por lo que eran estas las que los nutrían.
Ahora bien, en cuanto a él... Solo le tocaba soportar un momento doloroso y tortuoso donde su mismo cuerpo le pasaba una mala jugada y lo obligaba a sobre-esforzarse para no morir ante las terribles heridas, incluso más de lo que solía afectarle a un humano normal.
—ChanYeol. —Con el gruñido en la garganta se puso de pie y fue hasta el profesor, quien lo miró con una expresión extraña por sobre las gafas de lectura. Cuando lo tuvo de frente le sonrió—, felicidades.
Miró el papel que le entregó el contrario y notó la nota máxima en un monótono color de lapicera negra que le hizo asentir y caminar en dirección a su asiento con mucha dificultad. De ser otro momento de seguro se hubiese sentido muchísimo más contento, pero en ese instante su dolor corporal era muchísimo mayor.
—Recuerda avisarle a BaekHyun de la nota. —Algo confundido se giró hacia su profesor, quien le dio una sonrisa y pareció realmente ajeno a lo demacrado que estaba—. Hoy no asistió —procedió a informarle el mayor.
Dirigió la mirada hacia donde solía sentarse el chico luego de que empezó a ignorarlo y, para su sorpresa, solo se encontró con el grupo de chicos y chicas con los que siempre solía estar, pero no había ningún rastro del castaño.
A pesar de que los único que estaban de pie eran a quienes los llamaba el profesor, ChanYeol no se urgió por llegar hasta su puesto que estaba al final de la sala. En vez de eso fue hasta los chicos, quienes parecieron realmente sorprendidos de que se acercase, pero él estaba tan metido en sus propios dolores que le dio completamente igual que los otros lo viesen y notasen su horrendo rostro.
—¿Y BaekHyun? —preguntó sin más y con la voz demasiado ronca por no hablar en mucho tiempo.
Los chicos se miraron entre ellos hasta que uno de ellos respondió—. Desde hace dos días que no viene.
Confundido ladeó la cabeza y dio un asentimiento a modo de agradecimiento antes de alejarse hasta su puesto, donde inmediatamente se metió en los mensajes para dejarle uno a BaekHyun. Le importó poco lo que el chico pudiese pensar de él y solo le escribió.
¿Estás bien?
Dejó el celular olvidado en un parte del escritorio, junto a su cuaderno. Sabía que el chico no le respondería. A pesar de que BaekHyun le pidió que se mantuviese apartado, que no le hablase, para él era prácticamente imposible. Claramente se esforzaría por contactarse con el chico, aunque al principio no lo hizo por respeto a la petición ajena. No obstante, llegó un punto donde le enviaba mensajes de vez en cuando, simplemente para preguntarle si estaba bien. Ninguno de esos mensajes el otro los respondió y, a pesar de que no fue mucho lo que le molestó, ChanYeol supo que no obtendría ninguna respuesta del chico, o eso pensó.
No, realmente no estoy bien.
Asustado por la rápida respuesta abrió su celular y escaneó el mensaje. No habían emojis.
¿Qué pasó? ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?
¿Estás en clases?
Sí.
¿Podrías venir a mi casa cuando salgas?
Claro, ahí estaré.
Golpeó la punta de sus dedos contra la madera de la mesa y esperó ansioso a que le llegase algún otro mensaje, pero al final no hubo más y él acabó mirando hacia el frente, donde el profesor se entretenía hablando con otro equipo de trabajo.
ChanYeol lo pensó durante unos breves segundos y acabó poniéndose de pie antes de caminar unos cuantos pasos hacia el profesor, quien puso atención en él. Claramente, era uno de los últimos chicos que le prestarían atención.
—Profe, tengo algo urgente que hacer. ¿Me puedo retirar?
El hombre pestañeó algo atontado. De seguro porque era la primera vez que lo escuchaba decir algo más allá de lo básico.
—Claro. No hay ningún problema. —El maestro seguía sin salir de su estupor, pero acabó dando una serie de asentimientos para recalcar su punto.
ChanYeol se apresuró en volver hacia su puesto para tomar sus cosas y luego se dirigió hacia la salida del salón sin siquiera mirar hacia atrás, aunque pudo escuchar ciertos cuchicheos que lo nombraban a él y a su desaparecido compañero. De igual forma, ellos le daban francamente lo mismo. Su mente estaba en torno a BaekHyun y eso era lo que realmente le importaba, así que a grandes zancadas se dirigió a la entrada de la universidad mientras buscaba las llaves dentro de los bolsillos de sus pantalones.
Apenas se subió sobre la moto y la echó a andar sufrió una especie de colapso. No recordaba dónde vivía su compañero con exactitud y, a pesar de que quizás podría tantear, realmente sabía que no llegaría al lugar destinado, así que se apresuró en llamar a BaekHyun. Para su sorpresa, este le contestó al primer tono..
—Baek...
—¡Tú! —Un grito con una voz desconocida lo interrumpió, así que no hizo más que alejar el aparato de su oreja para revisar si dio con el número correcto. Al ver que no se equivocó volvió a acercarse el aparato a lo oreja—... ¡Llega ahora, desquiciado bastardo! ¡Apenas te vea te... ! —Volvió a alejar el celular de su oreja ante el ruidoso bullicio desde el otro lado.
Estaba identificado. Era JongDae, el hermano de BaekHyun.
—Disculpa —susurró luego de acercarse y tuvo miedo, no solo porque tenía un chico gritándole a través del teléfono, sino porque estaba preocupado por el muchacho que le gustaba—. ¿Está BaekHyun?
—¡¿BaekHyun?! ¡¿Que si está BaekHyun?!
—¡Hey! —gruñó. Sorprendentemente, el otro se calló—. No entiendo por qué estás enfadado, pero deja de gritarme. —Se mordió el labio inferior. De seguro era la primera vez que hablaba tan seriamente con alguien. Bueno, no hablaba con mucha gente tampoco—. ¿Me podrías dar la dirección? BaekHyun me pidió que fuese a su casa.
—Sí, claro que sí —escuchó al otro refunfuñar entre dientes y ChanYeol solo se contuvo para no soltar algún comentario mordaz—. No te tardes.
Contuvo el aliento para no soltar algo que de notase su sorpresa y dejó que JongDae le colgase el teléfono. Una vez con la llamada terminada revisó los mensajes y agradeció al ver una dirección desde el chat de BaekHyun, así que se encaminó hacia allá con toda la rapidez que pudo, cosa que lo hizo llevarse unos cuantos bocinazos por el camino. De igual forma, eso le dio lo mismo. Él solo quería ver a BaekHyun y saber que estaba bien, ya que la urgencia de las palabras del chico al hablar con él solo le preocuparon. Además, el castaño no parecía para nada dócil ni que estuviese dispuesto a cambiar su postura luego de lo qué pasó. Por tanto, que se pusiese en contacto para pedirle que fuese a su casa era extraño.
Con algo de descuido estacionó la moto delante de la casa de su compañero y se bajó sin siquiera preocuparse por su apariencia o por si todas las cosas que tenía para cubrirse el rostro estaban bien situadas en su lugar. Lo único que en ese momento le importó fue saber cómo estaba el chico.
Ni siquiera tuvo que tocar la puerta cuando alguien le abrió.
—Tú —gruñó JongDae apenas lo tuvo de frente y su sorpresa fue mayúscula cuando el tipo lo tomó del cuello de la sudadera. Era una postura extraña, porque el otro era muchísimo más bajo que él—. ¿Cómo te atreves a hacerle todo esto a mi hermano?
—¿Hacerle qué? —susurro con cuidado, temeroso incluso, pero no por JongDae, sino por lo que le pudiese llegar a pasar a BaekHyun.
—Ha estado todos estos días sin comer ni dormir. —El otro lo zarandeó un poco desde el agarre—. ¿Qué hiciste? ¿Terminaste con él?
—¿Qué? ¡No! —chilló asustado—. Fue él quien terminó conmigo.
—¿Y qué razones le diste para que terminase contigo?
—Hey, eso suena...
—ChanYeol.
Solo en ese momento JongDae lo soltó, ya que justamente apareció BaekHyun desde el fondo de la casa, donde aparentemente habían unas escaleras que llevaban al segundo piso. El chico estaba pálido y con ojeras, se veía algo demacrado con el pijama puesto y el cabello despeinado. Parecía no haber dormido en días y ChanYeol se asustó, así que se olvidó completamente de su posible cuñado y caminó hacia BaekHyun, aunque se quedó a mitad de camino, porque temió por la reacción del contrario.
—Hola —saludó algo inquieto. Lo que más deseaba era acercarse al chico y darle un abrazo.
—Pasa. Hablaremos en mi habitación.
Hizo un movimiento de cabeza en son de que estaba de acuerdo y se dirigió hacia el chico.
Mientras subían las escaleras pudo escuchar—: ¡¿Así sin más?! ¡¿Un sexo reconciliador lo cura todo?!
—¡Cállate, Dae!
Escuchó al hermano de BaekHyun gruñir y golpear algo en el piso de abajo, pero él decidió no mirar y solo se movió detrás del cuerpo pequeño que estaba por delante de él. El castaño lo llevó hasta la cima de las escaleras, donde había un pequeño balcón interior y solo tres puertas. Ellos se dirigieron a la más alejada.
Cuando el contrario se dio paso en la habitación se encontró con unas paredes blancas, una cama grande en el centro que estaba desordenada, un armario de madera clara apegado a una de las paredes y un escritorio ancho por debajo de la ventana. Las paredes estaban decoradas con unos cuantos pósters de grupos musicales que estaban de moda en ese momento, además de muchas fotos familiares, dibujos y demás. También tenía luces pegadas en las paredes. Era muy estilo BaekHyun, llamativo, alegre y bonito. Quiso decírselo, comentarle su opinión, pero el chico se veía tan desganado que solo lo siguió hasta la cama, donde el contrario tomó asiento.
—Puedes sentarte si quieres.
Asintió y se quitó la mochila antes de dejarse caer a los pies de la cama. BaekHyun ya se instaló en la cabecera, donde apoyó la espalda contra el cabecero rectangular mientras se abrazaba a sus piernas.
—¿Estás bien? —preguntó luego de un momento de silencio. BaekHyun solo meneó la cabeza en negación—. ¿Quieres que traiga algo? Puedo ir a buscar un poco de agua.
—Estoy bien.
Asintió y miró expectante al contrario, quien pareció huir de su mirada hasta que en un momento dejó de intentarlo y solo se quedó fijo en él, con los ojos llorosos y una expresión de desasosiego increíble. Todo se puso aún más extraño cuando BaekHyun se soltó a llorar sin más.
—¿Qué estás haciendo conmigo? —se lamentó el castaño mientras se llevaba las manos al rostro para cubrirse y presionó finalmente con el talón de la mano sobre la cuenca húmeda—. ¿Por qué haces que sueñe todo eso?
—¿A qué te refieres? ¿Qué pasó? —Su preocupación lo albergó y temeroso se acercó al cuerpo ajeno, el cual empezó a temblar mientras se abrazaba sí mismo.
—¡Te fuiste! —chilló BaekHyun y apartó las manos de su rostro para mirarlo. ChanYeol se sintió morir cuando vio su expresión rota y su rostro cansado—. Cuando te dije que no volvería a hablar contigo y que no me molestases no me refería a que te fueses de verdad, al menos no de los sueños también.
—¿Qué? —susurró casi sin aire, pero al parecer el otro ni siquiera lo escuchó.
—Ya no estás en mis sueños, ChanYeol. Simplemente no estás. —Para su asombro, el contrario se aferró con ambas manos a su sudadera—. ¿Por qué te fuiste?
—Yo no me fui a ningún lado...
—¡Hiciste que ellos volviesen a hacerme daño! ¿Acaso es algún tipo de castigo por lo que te hice? ¿Le pediste a tus padres que me volviesen a atormentar?
—¡Eh, eh! Baek, para. Escúchame.
Con algo de temor posó las manos sobre las de BaekHyun y les dio un ligero apretón con la intención de trasmitirle tranquilidad. Aparentemente, lo consiguió, ya que el otro terminó respirando con profundidad mientras suavizaba su agarre y empezaba a deshacerse del mismo. Poco después tuvo a BaekHyun rodeándole los hombros y llorando contra su cuello. Ante ello ChanYeol no pudo hacer mucho más que respirar profundamente para no ponerse a llorar también y le acarició la espalda a su compañero.
—Estoy dispuesto a escucharte, Yeol. —El chico se alejó de él y lo miró directo a los ojos—. Explícame por qué esas cosas siguen persiguiéndome.
Suspiró y dejó una suave caricia sobre el rostro del contrario antes de invitarlo a que se pudiese cómodo en la cama. Le palmeó las almohadas, ordenó un poco las mantas y lo cubrió. Luego él se sentó frente a BaekHyun y le dio una pequeña sonrisa mientras se preparaba para soltar toda la mierda y ser lo más claro posible. Eso tendría que afrontarlo solo, sin MinRa con sus consejos ni sus padres para orientarlo con lo que decir. Esa vez era solo él contra la vida y debía afrontarlo, maldición. Ya era el momento.
—Mis padres y yo... Nos parecemos por algo genético—susurró para empezar, optando por algo sencillo.
BaekHyun no pareció muy convencido, pero se mostró más sosegado—. ¿Es algo así como piel sensible?
—No. —Hizo una mueca—. Literalmente nacemos así, porque somos... una especie distinta.
—¿Especie? —El chico le mostró una sonrisa sarcástica y luego miró el interior de la habitación, como si en su interior buscase una respuesta que le hiciese sentido. Para su sorpresa, el chico solo acabó soltando una risa irónica—. ¿Ahora me inventas que son otra especie? ¿A modo reptiliano?
—BaekHyun —se lamentó, pero el regaño estuvo implícito.
El contrario lo miró directo a los ojos y pareció plantearse seriamente lo que le decía. Al final BaekHyun tomó aire profundamente y asintió unas cuantas veces con la cabeza, obligándose a darle una oportunidad, aparentemente.
—Bien. Entonces... son reptilianos.
Hizo una línea con los labios y esperó que el contrario soltase una risa luego de su comentario, ya que sería algo típico de él, eso de reírse y bromear con todo. Sin embargo, el chico no hizo nada de eso, simplemente se quedó ahí mirándolo y ChanYeol no pudo evitar preguntarse qué le pasó durante ese último tiempo como para que se perdiese su chispeante aire relajado.
—Bien, empecemos por otro lado —se dijo a sí mismo y suspiró—. ¿Por qué te parecen conocidos mis padres? ¿Dónde los viste? —El contrario no le contestó, sencillamente desvió la mirada con el ceño ligeramente fruncido, como si el recuerdo le molestase. ChanYeol optó por responderse a sí mismo—. Los viste en pesadillas o crees que lo hiciste.
—No lo creo. Fue así. —El castaño le dio una intensa mirada, cargada de penurias y desasosiego. ChanYeol solo contuvo la respiración ante tal expresión—. Así como te vi a ti los vi a ellos.
—Pues es importante que sepas que no fueron ellos.
Ni siquiera estaba seguro de eso, pero de ser así sus padres se lo hubiesen dicho, por supuesto que sí. Lo vieron destrozado, llorando, totalmente roto por un BaekHyun que huyó de su casa como si fuese un monstruos real, como si él fuese capaz de hacerle daño. El verdadero problema radicaba en otro tema, en que habían monstruos bestiales que no conocía atacando a BaekHyun, eso era seguro.
—Estoy seguro que fueron ellos. Sus cicatrices, marcas y ojos los recuerdo perfectamente, Yeol. Soñé con ellos durante años. Sigo soñando con ellos hasta el día de hoy y no puedo quitármelos de la maldita cabeza... —El chico no pudo continuar con su diálogo y sus ojos se empañaron de una forma increíble, mostrándose totalmente roto—. Ellos no me dejan en paz, ChanYeol. Están en todos lados, en cada esquina, en el rostro de cada persona que veo. No puedo, de verdad no puedo. Yo... —BaekHyun detuvo nuevamente, tomó aire y separó los labios para soltar lo que quería decir, lo que aparentemente tenía tan guardado y le dolía tanto. Sin embargo, ChanYeol no lo quiso escuchar, no sería capaz.
—No te rindas —pidió y lo hizo con los ojos empañándoseles—. Sé que lo estás pasando mal, BaekHyun. Sé que fueron años, noches eternas, rostros desfigurados por todos lados, el coche volcándose, el fuego, el calor, el pavor... —El sollozo se hizo presente entre los labios del contrario y él solo entumeció el cuerpo—. Sin embargo, esta vez estoy aquí para apoyarte, BaekHyun. No puedo ahuyentarlos de ti para siempre, porque me terminarán matando a mí, pero... —Miró a su alrededor. Sabía lo que quería decir, pero las palabras no le salían. Tenía el sollozo atorado en la garganta—. Estaré ahí para sostenerte todas las veces que sean necesarias, porque esta batalla es tuya, es contra tus miedos.
El chico simplemente sollozó y lo abrazó.
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Si que ha pasado tiempo desde la última vez que actualicé. Lo siento mucho por tardarme tanto. El año universitario me consumió mucho, sin embargo, espero ocupar las vacaciones para ponerme al día con los escritos incompletos y, si tengo suerte, publicar unas obras que aún no logro publicar. 🙈
Espero que me den sus opiniones respecto a la historia y también sus teorías para el final, ya que yo creo que como máximo esta historia tendrá 10 capítulos. De hecho, una de las razones por las que no actualicé esta historia es porque me bloqueé, así que si tienen ideas sería genial recibirlas. 👀🦋
Que tengan un precioso año. Saben que conmigo pueden contar para lo que deseen. 💪🏻🌟
Muchas gracias por leer, votar y comentar. ♥️
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