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Capítulo IV

—¿Qué quieres decir? —susurró casi sin voz, extrañado.

No obstante, BaekHyun pareció completamente fuera de sí, moviéndose de un lado a otro, pestañeando muchas veces y mojándose la cara otras cuantas. Claramente estaba afectado por algo y le dijo, sí, pero no acabó de entender qué mierda le pasaba.

¿Verse distinto a través del espejo? Imposible. ChanYeol no era especial de ninguna manera como para verse así y nunca nadie le comentó algo parecido, por lo que eso no tenía ningún puto sentido. Sin embargo, su compañero de carrera pareció genuinamente afectado por todo y no fue hasta que BaekHyun terminó con toda la camiseta empapada de tanto mojarse la cara que se movió para detenerlo.

—Hey, de verdad no es nada. —Sonrió con la intención de transmitir tranquilidad. Cerró la llave del lavamanos y le pasó una toalla limpia al chico para que se secase—. Te buscaré algo de ropa para que te cambies.

—Hablo en serio, Yeol. No dejó de ver tu reflejo distinto a como eres tú.

—Quizás solo imaginas cosas.

—No es así —aseguró el otro y él suspiró.

—Está bien, BaekHyun. Solamente no le prestes tanta atención, quizás estás cansado o tienes hambre. ¿Quieres comer? —preguntó con la intención de desviar el tema y el contrario solo suspiró.

—Está bien —susurró el castaño a regañadientes.

—¿Quieres ducharte mientras preparo algo? Es tarde y las chicas deben estar durmiendo, pero sé cocinar. —Sonrió un poco avergonzado por alentarse a sí mismo de esa manera.

El contrario solo sonrió más tranquilo—. Está bien. ¿Me prestarás ropa?

—Claro, ya mismo te traigo.

Una vez con BaekHyun tranquilo todo fue más rápido, así que logró encontrar ropa que consideró apta para el cuerpo pequeño de su compañero y una vez que lo dejó solo en el baño se dirigió hacia el primer piso, donde sorprendentemente se encontró a MinRa tomando té en la mesa de la cocina, con las piernas cruzadas y su celular en la mano; aparentemente veía una serie a través del aparato.

—¿Qué haces despierta tan tarde?

—Mi bebé no ha comido —se burló ella y él bufó, pero se mostró entretenido.

—¿Me ayudas a preparar algo para BaekHyun?

—Ya está todo picado, solo falta preparar. —La mujer apuntó con la barbilla y se puso de pie para dirigirse hacia la puerta aledaña a la cocina, donde estaba el pasillo que llevaba a las habitaciones de los empleados.

—MinRa —la detuvo y ella hizo un sonido con la garganta luego de pausar su serie, dejando en claro que lo escuchó—, ¿de casualidad sabes por qué...? —No supo cómo continuar y suspiró—. No, nada. Olvídalo.

—Puedes decirme, Yeol —insistió con suavidad, sin generar presión.

Él se apresuró en encender los fogones para hacer la comida.

—BaekHyun dijo cosas extrañas. —Se detuvo un momento para ver la expresión de la mujer, pero esta no hizo más que quedarse quieta en su lugar, al parecer esperando que agregase algo más—. Dijo algo sobre mi reflejo. —MinRa no se mostró evidentemente sorprendida, pero sí guardó el celular en su bolsillo, dispuesta a escuchar todo lo que tuviese que decir—. Dijo que me parecía a mi madre.

—¿Ha visto a tu madre? —preguntó ella con extrañeza.

—Bueno, en realidad se refirió al cuadro del salón. —Sin mucho interés apuntó el arco de la cocina que servía como división del mencionado espacio—. No entendí muy bien qué dijo, pero mencionó algo sobre que mi reflejo era... distinto a mí.

Las manos de MinRa temblaron ligeramente y, a pesar de que ChanYeol estaba concentrado en aplicar correctamente las especias en la comida, no se le fue difícil visualizar aquellos gestos.

—¿Sabes qué puede ser? —insistió.

—Es extraño —terminó por decir la mujer sin mirarlo—. Se conocen desde hace poco, ¿no?

No se esperó para nada esa pregunta, por lo que acabó asintiendo algo desorientado—. Pues sí, desde que nos designaron el trabajo.

—Pero aun así le mostraste tu rostro.

Su vista quedó clavada en la olla con verduras y se sintió entre la espada y la pared. Ciertamente, de todo lo concerniente que pasó con BaekHyun lo último que le importaba era que terminó por contarle su mayor secreto, aquel que en veintiún años no le dijo a absolutamente nadie. No obstante, MinRa reparó en eso y al ver su sonrisa amplia sintió un escalofrío.

Ella lo conocía lo suficiente, vio todo de él y sabía sobre sus padres como monstruos bestiales. Después de todo, fue la hechicera de la familia Park y, luego de que sus padres escapasen de la comunidad, decidió moverse con ellos.

—Eh... Yo...

MinRa rio—. Yeol, no te carcomas. Está bien que confíes en él.

—¿En serio? —preguntó con cuidado, a un volumen demasiado bajo—. ¿Aún cuando llevamos conociéndonos tan poco tiempo?

—Pero te gusta, ¿no? —De inmediato el calor subió a sus mejillas y se sonrojó. MinRa rio con alegría—. No creo que te equivocases a pesar del poco tiempo que llevan conociéndose.

—¿Qué? ¿Por qué?

—¿Yeol? —Al escuchar la voz de BaekHyun se giró hacia el salón, encontrándose al chico cerca del arco de la cocina con la ropa que le prestó y el pelo mojado—. Disculpen por interrumpir, pero quería saber si me podrían facilitar un secador para el cabello. —El chico mostró una sonrisa nerviosa y ChanYeol se mordió el labio inferior para no sonreír, nervioso de que MinRa lo viese y pensase aún más extraño de él.

A pesar de que BaekHyun habló no tuvo la capacidad de moverse. Tener la imagen del chico con su ropa solo lo hizo perderse en ese cuerpo menudo escondido entre las prendas anchas y le pareció encantador. Era la primera vez que alguien usaba su ropa y temió que le gustase demasiado, especialmente porque sería muy difícil que alguien quisiese estar de esa forma con él.

—Claro, ya voy.

Rápidamente siguió a su compañero y ambos subieron por las escaleras para trasladarse hasta el segundo piso, una vez ahí se encaminaron nuevamente a la habitación de ChanYeol para buscar el dichoso secador, al menos él fue con esa intención, pero terminó con la espalda contra una de las paredes de la habitación mientras el contrario le comía la boca y él no hizo más que gemir ante la sorpresa. Agradeció que BaekHyun cerrase la puerta antes de saltarle encima.

Sin poder evitarlo soltó una suave risita cuando el contrario se apartó—. ¿Por eso me llamaste?

—No. Realmente quiero el secador de cabello.

—¿Y por qué tanto beso? —preguntó con cuidado.

—Porque me gustas. —Se sorprendió. BaekHyun le dijo lo mismo con anterioridad, pero esa información no dejaba de sorprenderlo—. Eres tan caliente, Park ChanYeol... —Las manos ajenas descendieron por sus brazos.

—¡Ya, Byun BaekHyun! —se burló, totalmente avergonzando y el chico sencillamente le sonrió tan tierno como podía serlo, mostrando sus ojos en medias lunas y siento todo un encanto—. No sé cómo puedes decir que te gusto.

—¿Tiene algo de extraño? —preguntó el otro con inocencia y ChanYeol no supo si fingió o genuinamente se sintió curioso por lo que le dijo.

—No lo sé... Yo... —Tomó aire con profundidad. No quiso insistir con el tema, pero no creyó poder sentirse más tranquilo con la situación—. Creo que luego podemos hablar bien de eso. Ahora te pasaré el secador para volver y terminar con la comida.

El castaño le asintió, así que él se encaminó al baño y abrió uno de los muebles con la intención de sacar el aparato. Para su sorpresa, BaekHyun permaneció sonriente apoyado en el marco de la puerta y lo miró a través del reflejo ligeramente empañado.

—Aún te veo distinto en los espejos —confesó el otro y eso lo hizo extrañarse—, pero no insistiré con el tema, porque sé que estás igual de perdido que yo. —La risa de su compañero se escuchó ligera, armoniosa—. Ve a la cocina. Yo bajo en un minuto.

Asintió y bajó al primer piso, donde se encontró a MinRa revolviendo la comida que él dejó sobre el fogón mientras tenía el celular apoyado contra la canasta de los huevos, al parecer enviciada con la serie esa.

—MinRa —llamó con temor de asustarla—, ve a dormir. Puedo continuar yo.

La mujer lo despidió con un cariñoso y desinteresado gesto antes de desaparecer por la puerta que la dirigía hacia su habitación. ChanYeol se concentró entonces en terminar con la comida y poco después bajó BaekHyun con el cabello ya seco. El chico se sentó en la mesa de la cocina y luego de un gesto de cabeza de su parte encendió la pequeña televisión que estaba en la habitación, con la cual se entretuvieron hasta que terminaron de comer.

Las cosas con su compañero de carrera fueron bastante fáciles, tanto que asustaba. BaekHyun era un chico cariñoso y muy de piel, por lo que constantemente se la pasaba apegado a su lado, rozando sus manos y preguntándole cosas sin sentido por la simple razón de que quería su atención, ChanYeol ya descubrió eso. Una vez aceptado no se le hizo muy difícil acoplarse al actuar del contrario y fue algo extraño darse cuenta que le acomodaba la personalidad de BaekHyun. Sí, le pareció atractivo desde el primer momento, pero realmente no lo conoció hace entrada unas semanas y desde que se "reconciliaron" todo tornó en algo mucho más agradable, cercano al tipo de relaciones que siempre soñó tener. Sin embargo, eso mismo lo hacía temer de la realidad de todo ello y de la sinceridad que tenían las acciones ajenas, ya que era bastante difícil creer que BaekHyun, un chico tan guapo y carismático, decidiese comer con él entre risas para luego acostarse en su cama, darle un sonoro beso en la mejilla mientras lo abrazaba por la cintura y dejarse dormir como si no fuese nada, como si no hubiese un corazón terriblemente conmovido latiendo dentro de su pecho.

En un inicio se ofreció a darle al contrario una habitación exclusiva para él, pero el chico acabó rechazando el ofrecimiento y se argumentó con que durmieron toda la tarde juntos, así que le daba un poco igual si debían pasar la noche juntos también y  ChanYeol el comentario lo puso particularmente nervioso.

Se quedaron unos minutos mirando la televisión antes de caer nuevamente dormidos y a él le costó demasiado dormir, especialmente porque BaekHyun se acopló a él sin ningún tipo de inconveniente y se acomodó contra su cuerpo como si no le importase que él fuese un hombre gigante que podría hacerle cualquier puta cosa, maldición. ¿Cómo el chiquillo ese no tenía ni un poco de miedo por sí mismo? ChanYeol era inofensivo, sí, pero con la imagen que cargaba parecía mafioso drogadicto y eso asustaba a cualquiera.

Le costó demasiado dormirse, pero en algún punto de la noche lo hizo con el ceño fruncido y la cabeza doliéndole ligeramente aún con el cuerpo caliente del castaño a su lado, aferrado a él como si fuesen a sacarlo de la cama en cualquier momento y a ChanYeol le dio igual la fuerza del agarre del otro hasta cuando sintió las uñas enterrándose en su torso y el cuerpo agitándose a su lado. Probablemente solo en ese instante compendió las palabras del hermano de su compañero al hacer tanto hincapié en la noche, dado que BaekHyun se sacudió como si el cuerpo le ardiese y gimió entre sueños con agobio, asfixiado.

Le costó despertarse, pero una vez que lo hizo notó de inmediato que algo estaba extraño y su primera intención fue despertar al contrario al pensar que este sufría de una pesadilla. Sin embargo, su cuerpo se paralizó cuando vio a más gente en su habitación, dándole un susto tremendo que lo hizo gritar ligeramente, aunque no lo suficiente como para llamar la atención de alguien en la casa.

Ahí, frente a él, se encontraban cinco hombres y dos mujeres: tres hombres bestiales, dos íncubos, una súcubo y una hechicera.

—¿Qué hacen aquí? —cuestionó sin aire y con ligero temor. Sí, él también era un monstruo, pero solamente por la carcasa, no porque realmente estuviese sumergido en ese mundo y encontrarse con tantos entes malignos en su habitación lo asustó.

—Tú no te metas en esto. No tiene que ver contigo. —El primer hombre bestial se movió hacia la cama, amenazándolo con el ojo de iris blanco, el único que portaba, porque la otra cuenca estaba vacía.

Las manos de BaekHyun apretaron su ropa y el chico finalmente abrió los ojos. ChanYeol pensó que el otro despertó, sin embargo, el chico se quedó estático a su lado en la cama y los ojos se movieron con urgencia. Tenía una parálisis de sueño y él estaba perdido entre las dos dimensiones debido al miedo.

—Déjenlo —pidió con cuidado, asustado porque le hacían daño a su compañero.

—Hazte a un lado —demandó el íncubo y apoyó la rodilla sobre la cama, dispuesto a gatear sobre el colchón. A la par, la súcubo se posó en la cabecera y sonrió desde ahí con coquetería, dejando que la imagen demacrada de una piel podrida lo hiciese jadear.

—H-Hey —susurró tembloroso, asustado cuando vio que los dedos largos y asqueroso de la mujer se posaban sobre la barbilla del chico, abriéndole la boca—. N-No lo toques. D-De verdad, solo...

—¿Qué? ¿Siquiera puedes hacer algo, Park? —se burló uno de los monstruos bestiales, sonriendo con los brazos cruzados desde su escritorio, donde tomó asiento con toda la calma del mundo—. Ni siquiera sabes cómo es tu monstruo, niñito estúpido, así que quédate fuera de esto.

Todo se volvió extraño en ese momento, como un mundo psicodélico en blanco y negro, con música terrorífica, fuego, cenizas y mucho aceite de vehículo, demasiado. Olía a petróleo y llanta quemada, pero no se dio cuenta de nada hasta que la película comenzó; los monstruos bestiales estaban trabajando con BaekHyun.

Su habitación se transformó en un espacio abierto, pero visto desde un lente empañado, y supo de inmediato que él no podría ver nada de lo que recreaban los monstruos bestiales si no se convertía en uno primero, dado que las pesadillas eran de su compañero y en ese momento se encontraba en la dimensión de los humanos, por lo tanto, veía lo que ellos deberían ver o lo que los monstruos bestiales inducían en él, aunque estaba claro que a él no querían hacerle realmente nada y que su verdadero interés estaba en el castaño.

Supo entonces que debía hacer algo, actuar y salvar a su compañero, pero no supo cómo hacerlo. Por lo tanto, la mente de BaekHyun estaba quizás dónde, pero de seguro lo sumergieron en un miedo terrible, porque los músculos del chico se contrajeron y supo que su mente luchaba dentro de su cuerpo, el cual fue toqueteado por los demonios sexuales mientras que la hechicera de la esquina no hacía nada más que mirar con una expresión aburrida y los brazos cruzados frente al pecho.

—¿De verdad no harás nada? —dijo ella con tono seco, molesta. Era mayor, quizás poseía la edad de su madre.

—N-No sé qué debería hacer... —susurró asustado y sus ojos volvieron a posarse en BaekHyun.

—Entonces jódete. —El comentario lo asustó y el rostro de la mujer se deformó, haciéndolo gritar, porque los ojos desorbitados parecieron correr hacia él y encaramársele encima.

Cerró los ojos con fuerza y de repente todo se volvió negro y se recreó un espacio abierto. Estaba en medio de una carretera larguísima, la noche absorbía todo el sitio y en lo alto del cielo se montaban algunas estrellas sin la compañía de la luna. El frío caló tan profundo en sus huesos que pensó que literalmente estaba en el exterior, de pie en una carretera poco concurrida y rodeada de vegetación y extensiones de campo llano.

Intentó calmarse, razonar que no era real. Sin embargo, todo se sintió tan vívido que lo aterró y se encontró jadeando, dejando que el vaho se expulsase por sus pulmones con algo de dificultad. No podía respirar y eso lo hizo llevarse las manos hasta la garganta, como si con eso pudiese aplacar la opresión que se instaló sobre su yugular. Estaban ahorcándolo, pero no veía quién.

Supo entonces que eran monstruos bestiales jugando con su propia mente y se asustó muchísimo, era la primera vez que le pasaba algo así. Ni siquiera era común que los monstruos bestiales se asustasen entre ellos, para nada. No obstante, el espectro que vio en su habitación antes de llegar ahí se lo dijo, él no era un monstruo bestial a pesar de que supuestamente por su sangre corriese esa maldad, así que estaban jugando con él también. Sin embargo, no entendió su miedo. Esos seres solían apoderarse de los terrores de una persona y, a pesar de que no era agradable estar solo en medio de la noche en un lugar inhóspito y con frío, ChanYeol no tenía un particular terror a ello.

Hasta que la luz apareció...

Dos focos amarillentos de un vehículo le aparecieron encima de repente y deseó gritar por el miedo, pero ningún sonido salió de entre su labios. Estaba inmóvil y todo a su alrededor siguió reproduciéndose.

La fuente de iluminación era un vehículo que venía en su dirección, el cual maniobró para no estrellarse contra él, aunque eso hizo que el auto perdiera el control y pasó por su costado antes de chocar con la barrera de contención que lo alejaba del frondoso bosque. El vehículo salió despedido por los aires debido a lo fuerte del impacto y todo terminó con el automóvil volcado y una llamarada que se instauró en la parte delantera del auto.

ChanYeol no se hubiese movido si no fuese porque escuchó un grito desde el vehículo. Por suerte, cuando deseó moverse lo consiguió, así que se aproximó hacia el automóvil a pesar de que se consumía en llama.

—¡Ayuda!

Su corazón se detuvo.

—¡Por favor! ¡Ayuda!

El llanto se hizo predominante y él, asustado, se agachó para ver por la cabina de los asientos traseros. Unos ojos asustados y ligeramente conocidos le dieron la bienvenida.

BaekHyun.

El chico estaba recostado en los asientos traseros, tenía una preocupante hilera de sangre descendiéndole por la sien y manchándole la ceja. Sus ojos estaban desorbitados y su cuerpo sudaba. Si no fuese por la gravedad de la situación, pensaría que estaba relajado con sus shorts y sudadera con estampado infantil.

Con terror se movió para abrir la puerta, sin saber qué hacer para que todo eso no se viniese abajo y pudiese rescatar el cuerpo de su compañero de universidad del interior. Sin embargo, recién entonces se dio cuenta que no era el único que estaba en el vehículo, había tres personas más, dos adultos y un joven, JongDae.

—¡Baek! —llamó asustado y siseó apenas puso las manos sobre el metal caliente. El fuego se acercaba—. ¡Te sacaré de ahí!

Tiró de la palanca y la puerta no se abrió, así que furioso la golpeó con el pie, pero no consiguió mucho más. Sin embargo, el movimiento ayudó a que las ventanas del vehículo estallasen, ocasionando que los vidrios cayesen sobre el cuerpo de BaekHyun, quien llevaba un rato con los ojos cerrados.

Desesperado metió la cabeza por el espacio con la intención de alcanzar al chico, pero este estaba con el cinturón de seguridad y no alcanzaría a meterse dentro para sacar a su compañero, así que como pudo se las ingenió para hacer el objeto a un lado y tiró de BaekHyun por debajo de los brazos, sacándolo de ahí con mucha dificultad.

El contrario tenía el cuerpo caliente, el rostro sangrante y sudaba demasiado, el mismo ChanYeol lo hacía debido a la cantidad de calor que había en el lugar. Además, se sintió entrar en un ataque de pánico apenas tuvo el cuerpo inerte entre sus brazos y no supo qué hacer, especialmente cuando notó la quemadura en la pierna de su compañero.

—A-Ayuda —susurró con temblor y sus dedos pasaron con cuidado sobre las mejillas sucias y cubiertas de lágrimas de BaekHyun—. P-Por favor, mírame...

Siempre te miro. —Al escuchar eso con la voz de su compañero desde atrás se asustó y miró por sobre su hombro, notando a BaekHyun de pie en medio de la carretera, sonriéndole desde la distancia.

Con urgencia volvió a mirar el cuerpo que estaba entre sus brazos y se dio cuenta que solo tenía una pila de huesos humeantes, con un asqueroso olor a carne quemada y descompuesta. Con susto lo soltó y miró hacia el auto que seguía incinerándose. BaekHyun seguía dentro, pero ya parecía dormido y envuelto por las llamas. ChanYeol no supo cómo reaccionar ante la imagen y solo atinó a retroceder, arrastrando su propio cuerpo y pasando por sobre los cristales rotos de las ventanas que anteriormente estallaron.

Su cuerpo punzaba y se sentía aterrado. Al recordar a BaekHyun de pie en la carretera, se volteó a mirarlo con urgencia, deseando que ese fuese el real. Sin embargo, apenas se giró se encontró con una sonrisa bonita que fue destruída de inmediato por un impacto. Un vehículo a gran velocidad chocó con el cuerpo de su compañero y este voló por los aires, aterrizando mucho más allá del primer vehículo que se volcó.

Ante el suceso, de inmediato corrió hacia el otro, tropezándose con unas cuantas cosas y sintiéndose mareado y aterrado. El sofoco del calor y la alza de temperatura solo lo hicieron sentirse afiebrado y fue peor cuando llegó hasta el cuerpo, dado que no era realmente BaekHyun y solo se encontró con otro cuerpo sin vida con los ojos cerrados, la cabeza sangrante y el brazo situado en una posición extraña. Parecía más un cadáver que una persona viva y por ello se aterró tanto cuando los ojos de esa persona se abrieron con urgencia y unos dedos largos, huesudos y quemados se cernieron alrededor de su tobillo, jalándolo finalmente.

Gritó y pegó patadas para alejarse, aunque terminó cayendo de culo sobre el asfalto húmedo por la noche helada. A duras penas consiguió apartarse un metro y esa cosa tuvo la intención de agarrarlo nuevamente, así que retrocedió con urgencia, viéndose imposibilitado de avanzar mayores tramos ante la sensación inusual de adormecimiento de sus piernas.

El miedo era genuino, atravesando todo su cuerpo y paralizándolo.

—¡ChanYeol!

Se giró ante el llamado de BaekHyun y su cuerpo se estremeció asustado al ver otro vehículo en llamas a lo lejos. No supo cómo ni cuándo ocurrió, pero nuevamente veía a su compañero de carrera gritando desde el auto en llamas, pidiéndole auxilio. Sin embargo, ese BaekHyun se veía mucho más energético e inclusive consiguió sacar la parte superior de su cuerpo del vehículo, así que tuvo intenciones de levantarse para ir hasta el castaño, pero unas manos huesudas se apoyaron contra su muslo y él se giró con rapidez, recordando recién que había un cadáver con él. Al voltearse se encontró con una expresión terrorífica, un rostro humano con piel negra por la incineración abrió la boca frente a él, chillando y haciendo que él también gritara. Dio patadas al aire para alejarlo mientras retrocedía con las palmas sobre el duro suelo, alejándose lo más que pudiese, sin embargo, no conseguiría llegar muy lejos si seguía moviéndose de esa manera, puesto que estaba cerca la barra de contención vehicular y posteriormente el bosque.

—¡ChanYeol!

Aprovechó el metal para afirmarse y ponerse de pie, aún con la sensación hormigueante y aterradora situada en sus piernas. Cojeó hasta el llamado de BaekHyun, pero ahora el cuerpo que vio en un inicio, aquel que estaba a medias por salir, se encontraba recostado sobre el asfalto, sin vida.

¡ChanYeol! —Se giró vio a otro BaekHyun a lo lejos, esta vez con el cuerpo completamente fuera del vehículo y moviéndose hacia el interior de las llamas, cosa que lo aterró—. ¡Ayúdame! ¡Tengo que sacar a JongDae y a mis padres!

Se movió, ChanYeol de verdad puso esfuerzo en acercarse a su compañero, pero por más pasos que dio no se logró acercar y la impotencia brotó en él, llevándolo a correr, a moverse con ímpetu, pero cada vez estaba más lejos.

¡ChanYeol! —Una voz se escuchó desde su costado derecho, así que se giró. Notó a BaekHyun nuevamente, herido, sucio y con lágrimas en los ojos. Sobre sus hombros estaba el brazo de su hermano, al cual sujetaba para que el cuerpo inconsciente del otro no cayese a piso—. Yeol, por favor, ayúdame. Por favor...

—BaekHyun —susurró sin aire y se acercó, logró tomar el brazo de JongDae para ayudar al contrario, pero apenas lo consiguió BaekHyun desapareció y sobre él no hubo más que un cuerpo que pesaba mucho más, con un olor extraño y una textura inusual que lo hizo voltearse, encontrándose solo con ese espectro oscuro, como un cadáver podrido que únicamente contaban con el color blanco de su esclerótica.

—¡Yeol!

Se giró, buscando al BaekHyun que lo llamaba en esa ocasión.

—ChanYeol, por favor...

—¡BaekHyun!

—¡ChanYeol!

Abrió los ojos, encontrándose con el blanco techo de su habitación siendo interceptado por el reflejo del agua de la piscina, dándole un aspecto fantástico al cuarto que ignoró. Su cuerpo temblaba, su respiración estaba agitada y su visual era dificultosa debido a las lágrimas, pero lo sintió perfectamente, lo notó real y apenas sus ojos se encontraron con los asustados y reales ojos de su compañero su cuerpo se movió para estrellar al otro contra sus brazos y apretarlo ahí, sintiendo que por fin lo tenía con él y que no era solo otra fantasía de un espectro extraño, muerto e incinerado.

Las lágrimas corrieron por sus ojos sin siquiera proponérselo y antes de que se diese cuenta acarició las mejillas de BaekHyun con los pulgares y apoyó la frente contra la ajena mientras intentaba buscar algo de tranquilidad. Y la encontró.

—Yeol, ¿qué pasa? —La risa de su compañero sonó armoniosa frente a él. Al parecer se divertía con su estado de agonía, pero a ChanYeol no le molestó—. Gritabas y me llamabas como una nena. ¿Tuviste una pesadilla?

De inmediato se alejó y recorrió la habitación con la mirada, encontrándose solo a MinRa de pie en el marco de la puerta con una clara expresión preocupada que camufló muy bien detrás de unos ojos curiosos, de seguro porque no quería asustar a BaekHyun. Sin embargo, estuvo seguro de que el chico era quien realmente debería estar aterrado, así que se volteó hacia él en espera de verlo atemorizado, pero en realidad el castaño solo estaba ahí sonriendo, divertido por verlo dentro de su calvario onírico y él sencillamente lo besó, olvidándose de que estaba su tía viéndolo desde la puerta. Fue un beso fugaz, pero que hizo que el otro jadease, porque le pilló el labio inferior y le quitó el aire en el proceso.

—¿Qué pasó? —preguntó con más cuidado el chico y él solo negó y sonrió, optando por mostrarse tranquilo si BaekHyun lo estaba. Después de todo, el sueño era... era suyo.

¿Los monstruos bestiales usaron sus miedos o los de BaekHyun? Porque definitivamente él no tenía nada particular con el fuego ni tampoco con algún accidente automovilístico. No obstante, el contrario no se veía afectado por absolutamente nada, cosa que solo hizo todo aún más extraño.

—¿ChanYeol? —Se giró hacia la puerta, recibiendo la sonrisa de MinRa—. ¿Estás bien? Gritaste muy fuerte y nos despertaste.

—Lo siento —susurró apenado y se inclinó hacia la puerta, ya que vio que estaban otras de las empleadas mirando curiosas en su dirección. Por suerte, continuaba con la capucha.

—Les prepararé leche caliente. Vuelvo en un momento. —MinRa cerró la puerta luego de hablar.

—Hey, ¿qué te pasó? ¿Tuviste un sueño sadomasoquista conmigo donde te ataba y te montaba o qué?

Jadeó por la asociación y se sonrojó. De inmediato sus ojos se desviaron hacia alguna parte de la habitación. Sí, desde hace rato que le tenía puesto el ojito a Byun BaekHyun, pero nunca se imaginó algo así con el chico, principalmente porque se creía incapaz de conseguir algo como aquello, aunque en ese momento no parecía tan alejado de la realidad y con el otro insinuándole cosas así lo ponía particularmente nervioso.

La risa de BaekHyun se volvió a escuchar—. Solo bromeo. No te traumatices.

—Baek —llamó con cuidado y el aludido hizo un sonido de garganta para hacerle saber que tenía su atención. Se dio cuenta entonces que el otro no tenía nada particularmente extraño. Se veía sonriente y preocupado por él, pero no parecía aterrado por un mal sueño—. No, nada.

—¿Seguro?

—Seguro. —Sonrió al ver que el otro lo hizo y dejó que el chico le dejase un beso en la mejilla antes de volver a recostarse contra el cabecero.

—Chicos —Ambo se giraron hacia la puerta de la habitación, donde una de las empleadas le abrió a MinRa, quien entró con una ligera sonrisa—, les traigo la leche.

—Gracias —BaekHyun se apresuró en agradecer mientras se levantaba y tomaba la bandeja de las mismas manos de la mujer, haciéndola sonreír.

—Eres encantador, BaekHyun —alagó ella y ChanYeol tuvo miedo de que dijese algo más, pero por suerte solo dejó escapar una risa armoniosa y se apartó en dirección hacia la salida de la habitación.

Volvieron a quedar solos y su compañero de cuarto fue quien se movió para dejar la bandeja en el escritorio y acercarle uno de los vasos. BaekHyun seguramente era quien parecía más tranquilo entre los dos, pero en realidad vio ciertos gestos ansiosos en el actuar del contrario.

—¿Está todo bien? —volvió a preguntar.

—Claro que sí —insistió el chico con una risita divertida mientras tomaba asiento a su lado en la cama junto con su vaso de leche.

Asintió, ya harto de insistir, porque de esa forma solo generaba presión y no llegaría a ningún lado. Por lo mismo, bebió de su leche y dejó el vaso sobre el velador, olvidándose de todo lo demás apenas vio el reloj que tenía de despertador. Aún era de madrugada, cerca de las cuatro de la mañana, así que había tiempo suficiente para dormir, más aún cuando ese día ninguno de los día tenía clase por la mañana, al menos no que él supiese.

Retomar el sueño fue muchísimo más fácil, quizás porque aún seguía algo adormilado y BaekHyun no le dijo nada cuando sujetó su cuerpo para abrazarlo, como si temiese que alguien lo apartase luego. Después de sufrir de esas pesadillas, probablemente eso era lo que más le aterraba, que a su compañero le pasase algo y él no fuese capaz de ayudarlo. Además, el otro no pareció quejarse mucho de su acercamiento y no hizo más que acoplarse a su cuerpo, metiéndose ligeramente debajo del suyo, como si quisiera usarlo de manta.

Por suerte, el sueño fue mucho más ligero y él disfrutó de la calidez ajena por primera vez. Claramente, no era alguien que estuviese acostumbrado al calor de alguien más, mucho menos para dormir, así que fue de gran satisfacción tener el cuerpo de BaekHyun junto al suyo y probablemente su mente se puso a pensar en ese tipo de cosas cuando se durmió, reparando en lo pequeño que era el cuerpo de su compañero junto al suyo, recordando sus suaves rasgos faciales y lo precioso que lo hacía ver su sonrisa. Sí, probablemente se le pasaron todas esas cosas por la cabeza mientras dormía, porque cuando despertó se encontró con una erección monumental aprisionada contra la cadera de BaekHyun, así que no le quedó más que bañarse con mucha agua helada y dejarse morir ahí.

La vergüenza fue abrumadora cuando le tocó encontrarse con la sonrisa del castaño, especialmente porque era la primera vez que se imaginaba ese tipo de cosas estando con su compañero. Es decir, anteriormente pensó en cochinadas con Byun BaekHyun, por supuesto, con tremendo culo ¿cómo no hacerlo? Sin embargo, en su pasado esas ideas quedaron rápidamente aplazadas porque no era posible, en esa dimensión ni en ninguna otra, que algo pasase entre su compañero bonito... o quizás sí.

—¿Quieres que te vaya a dejar? —indagó con cuidado mientras se ajustaba la capucha por sobre la gorra. Estaba de frente a la puerta del baño y dejó la puerta abierta, por lo que podía ver al contrario sonriéndole desde la cama.

Pudiese ser que BaekHyun ahora conocía cómo era realmente, pero eso no quería decir que se sintiese muy cómodo mostrándose de esa forma.

—¿Tan pronto me echas? —se burló el otro mientras desdoblaba sus pantalones. ChanYeol hizo todo lo posible para mirar hacia otro lado al saber que el chico se cambiaría de ropa—. Aún tenemos que hacer el informe.

—Lo sé. —Suspiró con cansancio, dado que ya quedaba menos de una semana para terminar eso y debido a la estúpida discusión que tuvieron no avanzaron como debieron—. Sabes que tenemos clases en la tarde, ¿cierto? —se burló y el otro le mostró una sonrisa de medio lado que lo confundió, pero evitó que aquello se notase en sus expresiones.

—Sí. Siempre he querido llegar a la universidad en moto.

Atontado pestañeó y BaekHyun solo rio frente a él, viéndose risueño e infantil. El chico acabó por pasarle los brazos por los hombros y tiró de él hacia abajo para dejar un ligero beso sobre sus labios, apenas una presión que al otro no pareció importarle mucho, porque sencillamente se dio media vuelta y caminó hacia la cama para tomar su sudadera.

—¿Puedo pasar al baño?

Asintió un par de veces y se concentró en mirar al otro, aunque sintió su rostro ligeramente rojo y eso fue extraño. Después de todo, no era la primera vez que se besaban. No supo por qué lo afectó tanto en ese momento, quizás fue porque el toque de su compañero fue más ligero, armonio y... cariñoso. Eso lo extrañó. Además, no salía de su cabeza que ese día despertó con un puta erección.

—Baek —llamó y recién entonces se dio cuenta que se abrió la puerta del baño de su habitación y que estaba ahí con su compañero dentro de la habitación mirándolo con las cejas alzadas, aunque sin perder la sonrisa.

Sabía que debía decir algo. El otro estaba expectante y él llamó su atención en primer lugar. Sin embargo, no halló qué decir y acabó mirando hacia otro lado y negando con suavidad.

—No, nada. Olvidado.

—¿Seguro? —El castaño se mostró ligeramente preocupado y él no entendió, maldición. No le halló ni un puto sentido a esa mirada preocupada.

¿Byun BaekHyun de verdad se preocupaba por él? ¿Por qué de repente parecía mirarlo con tanta dulzura en los ojos cuando en realidad no se conocían de absolutamente nada? Eso no era ni un poco normal y lo sabía. Por ello se pasó toda la mañana cuestionándose su realidad más de lo que lo hizo las últimas semanas, dado que durante ese tiempo no hizo nada más que actuar en automático, primeramente alejándose de su compañero, porque siempre fue el otro quien lo buscó y que no lo hiciese durante ese momento solo lo hizo renegarse aún más. Sin embargo, el trabajo los volvió a unir como en un inicio y fue ChanYeol quien se acercó para continuar con el trabajo y para disculparse, ya que era lo que correspondía, ¿no? Él fue grosero y debió disculparse.

No obstante, su duda seguía siendo la misma: ¿Por qué BaekHyun se comportaba así con él? ¿Por qué le sonreía tanto aun después de que le mostró lo que era?

—¿Qué tal las terapias complementarias para combatir el insomnio? Creo que proponer medios alternativos para los trastornos del sueño podría ser una buena idea para dejar de hablar de Quetiapina —propuso el otro mientras movía algunos papeles que tenían sobre la mesa de centro del salón, el lugar donde se instalaron para continuar con el informe.

—Pero incluimos la Melatonina... —empezó con cuidado.

Él mejor que nadie sabía lo difícil que era generar un buen sueño cuando los monstruos bestiales estaban al asecho. Sin embargo, no podía decirle eso a BaekHyun y de seguro el otro no le creería ni un poco acerca de ello, a fin de cuentas, ¿quién lo haría? Hablar de monstruos era igual que hablar sobre dioses y mitología, netamente entes fantasiosos que existían en los libros y en la cabeza de aquellos que estaban demasiado perdidos como para confundir la ficción con la realidad.

—Algo no encapsulado, por favor —se burló el chico y le mostró directamente esos ojos chispeantes. Por un momento ChanYeol pensó que el otro le estaba coqueteando.

—Entonces ve a morder alguna planta —se mofó y de inmediato recibió un cojín que le llegó de lleno en el rostro.

De seguro sería muy poco propio de ChanYeol agarrar el mismo cojín para lanzárselo a su compañero, pero lo hizo y terminó con el otro riéndose desde el otro lado de la mesa. Pensó que todo acabaría ahí, sin embargo, volvió a estrellarse algo contra su cabeza y se le olvidó completamente todo, incluso que sus computadoras se encontraban abiertas sobre la mesa, porque se emprendieron en algo así como una lucha infantil con los almohadones largos del sofá de su sala de estar, atacándose entre ellos y saltando de un lado a otro, casi botando la pecera de dos metros de largo que tenía en uno de los muebles del lugar.

—¡Pause! —El castaño soltó el cojín y elevó los brazos, estaba sudado y ChanYeol se quejó sin poder evitarlo, dado que ese era su momento de atacar—. Me matarás de un ataque de asma. Mejor dame un beso y devuélveme el aire.

—¿Qué? —preguntó casi sin aire.

No estaba acostumbrado a esos gestos por parte de su compañero y todo fue muy chocando cuando sintió los brazos ajenos pasar por sobre sus hombros para tirarlo hacia abajo y besarlo de forma suave y casi inocente, como si el otro temiese que se enojase por su actuar.

Lo sorprendió, claro. Ni en la televisión se veía a gente tan empeñada en besar a otro, pero de igual forma ahí estaba Byun BaekHyun comiéndole la boca cada vez que tenía oportunidad y ChanYeol no lo entendía, de verdad. Que alguien le explicase esa mierda, por favor.

—Yeol —Intentó concentrarse y miró a los ojos de su compañero—, ¿dónde están tus cachorros?

Frunció el ceño—. ¿Qué cachorros?

—Los que me atacaron el primer día. —Un beso efímero en los labios lo descolocó. Como si no fuese nada BaekHyun se apartó y continuó hablando—. Son igual a ti, pero más gorditos.

Hizo una línea con los labios y el castaño rio risueño frente a él, mostrándose tan contento que se le fue inevitable que la sonrisa se asomase por su expresión y acabó acercándose a BaekHyun para tomarlo por las mejillas y besarlo. Sí, maldición. No tenía ningún puto sentido y lo sabía, solo se conocían desde hace dos semanas —excluyendo el año donde no hicieron más que hablarse para nimiedades—, por lo que no había ninguna razón lógica para que ambos se relacionasen de una forma tan estrecha con el otro, pero aun así lo hacían como si nada, se besaban como si no pasase absolutamente ninguna puta mierda y eso no tenía sentido.

No obstante, se dejó ser. Llevó a BaekHyun con sus perros mientras lo tomaba de la mano y se entretuvo jugando con ellos. Luego comieron juntos mientras veían la televisión y acabaron llegando atrasados a su primera clase de psicología educacional, pero a ninguno de los dos le importó y solo fueron risas y más risas, incluso durante la clase, donde su compañero se las arregló para copiar de sus apuntes, porque sentándose de los últimos no veía absolutamente nada, como lo escuchó quejarse. Sin embargo, al chico no le importó y las siguientes clases fueron un poco más de lo mismo, con BaekHyun a veces conversando con sus amistades y apartándose de él solo un poquito para aclarar ciertos temas con otras personas, pero realmente no hubo ningún momento que no volviese a él, incluso cuando fue su última clase.

—Me quedan cuatro horas más de clases, Yeol —se quejó el otro y lo miró con ojitos brillantes luego de agacharse para buscar su rostro—. ¿Nos seguiremos contactando por mensaje?

—Aún tenemos que terminar el trabajo. —Dio una sonrisa pequeña a pesar de que el cubrebocas lo ocultaba.

—Está bien. —El otro se enderezó y ChanYeol vio que los pies ajenos se movieron inquietos—. Quiero besarte —susurró y él alzó la mirada, asustado. Por suerte, no eran muchos los que estaban en el pasillo de la sede de Ciencias Sociales en ese momento—. ¿Puedo?

—BaekHyun —regañó y buscó sus ojos, afligido.

¿Qué se suponía que debía decirle? Tuvo muchas ganas de soltarle un nosotros no... Sin embargo, ¿qué conseguiría?, ¿nuevamente una discusión? ChanYeol no quería nada de eso y sabía que su compañero no se lo merecía tampoco, pero realmente no sabía a ciencia cierta lo que sucedía y lo que quería el otro.

¿Qué eran? No tenía ninguna puta idea y la única respuesta coherente que se le venía a la cabeza era «compañeros», aunque sabía que esa definición no ponía muy contento a BaekHyun y supuso que para el chico era algo más, pero no sabía qué y realmente no estaba preparado para averiguarlo.

++++

Espero que este capítulo no haya sido demasiado extraño para ustedes. 🤭🤣

Muchas gracias por leer, votar y comentar. 💖

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