Capítulo III
—ChanYeol. BaekHyun —nombró el profesor con el ceño fruncido—. ¿De verdad no han trabajando nada? Ya pasaron dos semanas y ¿aún no me pueden mostrar un avance decente?
—Profesor...
—Nada de profesor, BaekHyun. —El maestro les envío una mala mirada—. Son muy buenos estudiantes y ahora tienen como desafío adaptarse a esta situación. ¿Saben lo importante que es para el ser humano adaptarse y más aún para un psicólogo?
—Sí, profesor —susurraron los dos con desgano y al mismo tiempo.
Miró de reojo a su compañero y este simplemente lo esquivó para luego dirigirse hacia su puesto al ver que el maestro no diría mucho más. Por lo mismo, ChanYeol tuvo intenciones de ir detrás del contrario, hablar con él y quizás comentarle de lo mucho que se arrepentía por lo que sucedió hace dos semanas. Sin embargo, BaekHyun rápidamente lo esquivó y se dirigió hacia su grupo de amigos, mostrándoles una sonrisa que a ChanYeol le supo traicionera. Llevaba días sin que el castaño le sonriese a él y no se dio cuenta hasta ese momento de lo agradable que era tener la atención de alguien.
Lo peor de todo resultó ser que la culpa fue suya, maldición. Sí, tenía miedos y habían cosas que lo angustiaban, pero eso no era motivo suficiente para tratar a su compañero como lo hizo. Tampoco fue grotesco, pero probablemente sí hiriente, al menos si pensaba de buena fe y se imaginaba que los sentimientos del contrario eran sinceros. Por ese motivo se dispuso a arreglar las cosas, costasen lo que costasen. Después de todo, la semana que estuvo alejado del chico resultó ser triste y agobiante, como de quien anhela un dulce que ya no venden más. Era estúpido, porque no lo conocía, maldición. ¿Cómo pudo encariñarse tanto e incluso poner en peligro su secreto monumental para solventar la situación? Porque sí, estaba pensando en contarle todo a BaekHyun y sincerarse, aunque eso le costase un corazón roto y otra cita con la psicóloga. Lo importante era ser sincero y sacarse el puto peso de los hombros. Después de todo, ChanYeol podía parecer un tipo malo, pero realmente odiaba serlo.
—BaekHyun —llamó con suavidad cuando lo vio caminando entre su grupo de amigos. El chico le daba la espalda e iba rodeado de personas, pero se giró a mirarlo cuando lo escuchó. ChanYeol no pudo descifrar algo con precisión en su expresión—, ¿podemos hablar un momento?
—Vayan sin mí.
No levantó la cabeza, prefirió ocultarse en su pequeña cueva como lo hacía siempre. Confiaba en BaekHyun, le demostró que no le asustaba su rostro, pero no sabía si sería lo mismo con sus compañeros, al menos ChanYeol no estaba seguro si podría confiarse a tal magnitud y levantar la mirada para que los demás lo viesen. Además, ahora sus cicatrices adquirieron un color rojizo y amarillo, era inclusive púrpura y hasta verdoso en algunas zonas. Sus cicatrices ahora eran heridas y no sabía como se tomaría todo aquello su compañero.
—¿Qué pasa? —El castaño no se asomó desde abajo con una sonrisa antes de hablarle como en un pasado hizo y ChanYeol no supo por qué eso lo entristeció—. Pongámonos de acuerdo por mensaje para el trabajo. Ahora mismo no tengo ganas de existir.
—¡Hey! —Alzó ligeramente la voz al ver que el contrario se dispuso a alejarse y a dejarlo ahí, en medio de tantas personas que ya parecían demasiado pendientes de ellos dos.
ChanYeol era raro, sí; estaba acostumbrado a que lo mirasen. Sin embargo, no dejaba de parecerle extraño recibir tanta atención, especialmente cuando estaba su compañero cerca. No quería que circularán comentarios raros del otro cuando el chico era tan buena gente.
—Quiero hablar de otra cosa —susurró y vio como los pies de BaekHyun se movieron inquietos sobre las baldosas de cemento.
—¿Ahora?
—¿Terminaste con tus clases?
—Sí, pero...
—¿Estás ocupado? —se apresuró en preguntar, temeroso de que el otro terminase por esquivarlo. ChanYeol no podría envalentonarse en una segunda oportunidad. Era ahora o nunca.
—N-No... Realmente no —murmuró el chico, al parecer sintiéndose igual de nervioso que él.
—¿Quieres ir por helado? —Elevó suavemente la mirada y se encontró con la expresión estupefacta de BaekHyun. El tipo quedó realmente sorprendido por su interrogante y más aún de que se esforzase por mirarlo a los ojos.
ChanYeol en todo momento intentó recordarse que daba igual el surgimiento de las nuevas cicatrices. Al menos deseó que a BaekHyun le diese igual, como aparentó ser la primera vez que lo conoció.
—B-Bueno.
Con algo de temor dio un paso hacia el otro con la intención de decirle algo más íntimo—. ¿Puede ser en mi casa?
No quería mostrarse como un depravado ni levantar sospechas de que era un acosador o algo por el estilo, pero sería peor si alguien más los escuchaba y sacaba conclusiones de que se acostaban juntos o algo así... Mierda, acostarse. Que intenso.
—Está bien. —Al recibir la respuesta positiva tomó la mano de BaekHyun sin mayor temor, ya que se dejó albergar por la sensación reconfortante que sintió al recibir la respuesta afirmativa.
Por primera vez le importó una mismísima mierda lo que pensasen los demás y solo sujetó la extremidad de su compañero para luego tirar de él en dirección hacia el estacionamiento. No quiso arrastrarlo tampoco, lo que menos quería era verse grotesco, así que esperó a que el castaño le igualase el paso y juntos avanzaron hacia el frente de la universidad, donde se encontraba su moto reluciente por la reciente limpieza. ChanYeol se preparó mental y físicamente para ese proceso.
Sin decir ninguna palabra soltó la mano del chico y se acercó a la moto luego de sacar el llavero de sus bolsillos. Liberó el casco y se lo pasó a BaekHyun.
—No puedo creer que vaya a subirme a tu moto de nuevo —se burló el castaño mientras agarraba el objeto y se acercaba a él.
ChanYeol sonrió por lo bajo luego de montarse en la motocicleta y esperó a que BaekHyun también lo hiciese. Por suerte, su corazón siguió latiendo con normalidad al sentir el peso extra en la parte trasera del ligero vehículo. No obstante, se sintió morir cuando volvió a experimentar el mareo que le generaron los muslos del contrario apretando los suyos. Era una sensación alucinante, pero que lo hizo sentirse como un pervertido al mismo tiempo.
Cuando sintió las manos de BaekHyun en torno a su cintura se apresuró en encender la moto y salió del estacionamiento con algo de ansiedad. Quería llegar lo antes posible a su hogar y decirle de una vez a su compañero todas las cosas locas que le pasaban por la cabeza y por qué lo apartó en primer lugar. Mierda, sí, estaba dispuesto a contárselo.
El trayecto se le hizo cortó y una vez que apagó la moto todo se tornó tan incómodo que le extrañó. Nunca antes se sintió así con BaekHyun y de alguna forma quiso deshacerse del sentimiento, así que contuvo el aire apenas el contrario se quitó el casco y lo dejó en la cola del pequeño vehículo. ChanYeol no lo pensó dos veces antes de bajarse de la moto, quitarse el cubrebocas y dejar que la mano restante se cerniese alrededor de la cintura del castaño, todo eso con la intención de acercar al chico hasta él para besarlo. Sí, maldición, fue él quien lo besó y no se arrepintió de absolutamente nada, incluso considerando que tenía una decena de mujeres mirando por la ventana desde el interior de su casa, de seguro chillando como locas, porque por fin el joven amo hacía algo medianamente humano.
Por suerte, BaekHyun le siguió el ritmo; le pasó los brazos por los hombros y se apegó a su cuerpo de una forma tan íntima que ChanYeol estuvo tentado a alejarse por la única intención de chillar, aunque se contuvo y se mantuvo duro ahí, casi sin aire por lo loco que lo volvían los besos del otro.
—ChanYeol —nombró el contrario apenas se separaron, ambos jadeantes por la falta de aire.
Notó que BaekHyun tuvo intenciones de decir algo más, pero al final el chico calló y miró distraídamente hacia otro lado, como si estuviese pensando. Él se sintió indeciso de sí darle con el tema o no. Después de todo, no estaba muy acostumbrado a interactuar con absolutamente nadie y por lo general era de responder preguntas y no decir mucho más.
—Entremos. —Se alejó levemente de la moto y tomó la mano ajena.
—¿Me darás helado o me llevarás directo a la cama? —Paró en seco al escuchar eso y BaekHyun se carcajeó desde atrás. Sí, definitivamente lo extrañó—. Solo bromeo. No me mires con esos ojos tan grandes que pienso que te acabo de profanar.
Soltó una suave risa y sujetó fuertemente la mano del chico para luego abrir la puerta y entrar a la vivienda. Como se imaginó, desde dentro ya estaban algunas de las empleadas esperándolos, todas ellas sonriendo de oreja a oreja mientras tenían algunos potes con helados de distintos sabores. ChanYeol quiso regañarlas por ser unas chismosas.
—Joven, ¿qué sabor desea?
—¿Puede ser un poco de todo? —BaekHyun sonrió contento y ellas se movieron de inmediato hacia la cocina.
—¡Súbanlo a mi habitación, por favor!
No esperó escuchar alguna confirmación y de inmediato se movió hacia las escaleras de estilo moderno para subir a zancadas, como siempre acostumbraba a hacerlo debido a sus largas piernas. No obstante, su compañero tuvo algunas dificultades para seguirle el ritmo y terminó tropezando en el último escalón. Por suerte, alcanzó a sujetarlo y el chico no pareció realmente afectado por lo que sucedió, ya que su sonrisa siguió amplia y reluciente en su rostro. ChanYeol lo encontró particularmente precioso.
—No pensé que estarías tan ansioso —se burló el otro.
—¿Ansioso por qué? —Abrió la puerta de su habitación e ingresó junto con su compañero. Cerró la puerta tras él.
—Eso deberías saberlo tú.
—Pues... —Tomó un poco de aire, porque probablemente sí, estaba algo ansioso.
—¿Qué quieres hacer, Yeol? —preguntó burlón el contrario y él se quedó sin aire.
—¡No! No es que piense en eso. Te traje aquí porque quiero un lugar más privado y... y...
—Sabes que estoy molesto contigo, ¿cierto? —Desvió la mirada hacia el balcón de su habitación, ese mismo que daba con la piscina y del cual tantas veces pensó en saltar con una soga al cuello—. Fuiste algo insensible la última vez...
—Lo sé —interrumpió y suspiró—. Sé que hice mal y precisamente te traje aquí para disculparme.
—¿A tu habitación?
—¡No te preocupes por eso!
Se sonrojó al temer que el contrario pensase que era un pervertidor y no sería raro que se le viniese eso a la cabeza, pero en su casa había demasiada gente y él no quería que alguien lo viese trasparentarse de esa manera. BaekHyun era una excepción.
—¡Joven amo! —Dos golpes se escucharon desde la puerta—. Traigo el helado.
Sin muchas ganas abrió la puerta y recibió los recipientes de cristal con un asentimiento de cabeza a modo de agradecimiento. Por suerte, la mujer del otro lado no insistió mucho más y se fue luego de imitar su gesto.
Cerró la puerta y le pasó uno de los recipientes a BaekHyun, quien tomó asiento a los pies de la cama mientras ChanYeol se mantenía con las caderas apoyadas contra su escritorio, justo frente al otro y a una distancia prudente, temeroso de asustarlo si se acercaba más.
—¿Es... Es idea mía o tus cicatrices se ven ligeramente distintas?
Su cuerpo se tensó de forma inevitable y por un momento su cabeza maquinó en automático, pensando en posibles excusas y mentiras que podría soltar en ese momento para desviar la atención de su rostro, de su cuerpo. No obstante, estaba ahí precisamente para ello, para mostrarle al otro lo que era y por qué actuaba como lo hacía.
—Te traje hasta mi habitación porque quiero mostrarte... un secreto —contestó, ignorando deliberadamente la pregunta ajena, ya que sabía que terminaría respondiéndosela de igual forma.
—¿Mostrarme un secreto? —se burló el otro antes de meterse una cuchara con helado a la boca, aligerando tanto la situación que ChanYeol descubrió que ese era uno de los motivos por el que tanto le encantaba BaekHyun; hacía que todo pareciese menos denso y más digerible.
—Supongo que lo entenderás cuando te lo muestre. Ahora solo disfruta del helado.
El contrario lo miró con cierta desconfianza, pero acabó asintiendo—. Quiero disculparme por mi reacción de la otra vez.
Su cuerpo se tensó. No esperó que BaekHyun hablase del tema tan rápido. Además, se le estaba adelantando. Se suponía que sería ChanYeol quien comenzaría con su confesión.
—Yo... —El castaño tomó un poco de aire por la nariz antes de hablar—. Pensé que estabas interesado en mí. —BaekHyun se metió una cucharada de helado a la boca sin dirigirle la mirada y se quedó unos pocos segundos degustándola o quizás solo pensando en qué decir—. Perdón por suponer cosas.
Se quedó sin aire, sin saber qué contestar, porque con lo dicho por el otro su cabeza comenzó a pesar muchas cosas que quizás no tenían ningún sentido. Concluyó que no llegaría muy lejos si siempre terminaba moviéndose hacia donde BaekHyun lo llevase. Por lo menos una vez él debía intentar las cosas, emprender con algo y no solo responder y actuar a consecuencia de otro.
—Te besé —dijo casi sin aire y el otro lo miró confundido—. ¿E-Eso no te hace pensar que quizás sí me interesas?
—Eh, bueno... —Su compañero se encogió de hombros y para ChanYeol fue increíble ver lo cabizbajo que de repente pareció—. Yo me refiero a un interés más... profundo.
No entendió y quiso preguntar, pero BaekHyun se puso de pie y se acercó hasta él para dejar el recipiente vacío sobre el escritorio. No supo cómo se comió todo tan rápido, pero tuvo sospechas de por qué lo hizo cuando lo notó con intensiones de dirigirse hacia la entrada de la habitación.
—Oh, no no. —Lo sujetó suavemente de la muñeca y lo volteó—. Ahora te toca escucharme a mí.
El castaño pareció confundido, pero terminó asintiendo. Él se sentó en la orilla de la cama y BaekHyun se acopló a su lado con expresión expectante. De verdad pareció curioso por lo que tendría que decir y eso lo hizo sentirse aún más nervioso.
—Tengo profundo interés en ti —confesó—. Sin embargo, eres el primer chico que me besa. No supe cómo reaccionar y tuve miedo de que la gente nos viese juntos.
—¿Por qué? —preguntó el contrario con cuidado y él contuvo el aliento.
—Por como soy. —Se inclinó levemente hacia adelante, como si eso le permitiese ocultarse.
—No entiendo.
Extrañado se giró a mirar a BaekHyun directo a los ojos, encontrándose con una expresión de genuina confusión que lo descolocó.
—¿Cómo que no entiendes?
—No entiendo por qué tu "ser" se interpondría en... esto —El castaño forma un par de comillas con los dedos cuando habló.
—No. Es que yo... —Tomó aire profundamente, sin saber cómo explicarse—. Soy distinto y eso asusta a la gente.
—¿Y qué? A mí no me asustas. Me pareces sexy y encantador.
Pestañeó aturdido, como si las palabras lo hubiesen ahogado—. Es que... No me has visto.
—¿Entonces el resto te ha visto más que yo?
Suspiró al darse cuenta que BaekHyun realmente no percibía lo que quería decir, así que tensó el cuerpo y tomó un poco de aire, decidido a dejar de irse por las ramas con todo aquello.
Se quitó las gafas y se puso de pie—. Soy un monstruo.
—¿Qué? —BaekHyun rio desde la cama y él hizo hacia atrás la capucha. La sonrisa de su compañero desapareció—. ¿Por qué tus cicatrices...?
—Eso —lo interrumpió. Se quitó la gorra y la lanzó a la cama—. Soy un monstruo.
No pensó en lo mierda que se sentía y solo se movió, todo ante la atenta mirada de su compañero. Se quitó la sudadera, la cual lanzó a la cama, y sus brazos tatuados y quemados se expusieron ante la claridad que ofrecía la luz del exterior.
Sabía que su cuerpo se veía perfectamente, pero no se detuvo. Se quitó la camiseta también, mostrando más de sí mismo, y estuvo dispuesto a quietarse los pantalones, porque tenía un jodido agujero de bala en el muslo izquierdo y una herida aún con puntos y con apariencia de estar infectada en el muslo derecho. Sin embargo, BaekHyun se puso rápidamente de pie y puso las manos sobre las suyas, evitando que se desabrochase los jeans negros.
—Hey, hey, hombre. Dame un respiro antes de mostrarme el pene, ¿bien? Aún no estoy preparado para atragantarme con una púa.
—¿Qué? —preguntó fuerte y claro, alzando la voz más de lo que nunca antes lo hizo en su vida.
Y podría ser que sí, esa era su primera vez mostrándose tan expuesto frente a alguien. Desde que sus padres dejaron de bañarlo que no se mostraba desnudo y reunió todo el valor que tenía para hacerlo, ya sabía incluso dónde se pondría a llorar una vez que BaekHyun se fuese, pero el chico seguía ahí mirándolo con una amplia sonrisa mientras sus ojos brillaban y ChanYeol no entendió ni una mierda.
—¿Eres un monstruo en la cama también? —Juraría que sintió que se le cayó la puta mandíbula con el comentario de su compañero—. Mierda, me calientas. Lo siento. —BaekHyun soltó una suave risa. Sonó avergonzado incluso—. Y me gustas también.
¡¿Qué?!, chillaron dentro de su cabeza mientras todo parecía volverse en un punzante color rojo, como una alarma de emergencia que se acalló apenas los labios ajenos se posaron sobre los suyos, empezando con un beso ligero que no hizo más que exacerbar sus preocupaciones y generarle una inestabilidad aún mayor a la que experimentó cuando empezó a desnudarse frente a su compañero.
Las manos de BaekHyun tantearon con cierto cuidado su piel, haciéndolo estremecer por los dedos fríos ante el contacto con el recipiente del helado. Sin embargo, la extremidad no se apartó y esta se movió de una manera más segura, tocando su cuerpo y moviéndose por los sobresaltos que generaron sus cicatrices recientes como si no fuese nada, hasta que finalmente llegaron hasta su espalda, encerrándolo en un abrazo que lo hizo alzar las manos y alcanzar el rostro del contrario, ya más confiado, para sujetar al chico por las mejillas y deshacerse en el beso.
Entreabrió los labios y suspiró cuando pudo tomar más de BaekHyun, sujetándose a su labio inferior y succionando con parsimonia antes de dejarlo ir finalmente con una caricia para pasar al labio superior y perderse, fusionarse tan profundamente en el otro que ChanYeol no tuvo ni puta idea de cómo le pasó eso a él, pero de alguna forma terminó con ese hombre bello entre sus brazos mientras se besaban con cuidado, casi con cariño, aunque apostar por ese sentimiento era demasiado para él.
Con cuidado se apartó del otro y dejó un suave y ligero beso sobre el puchero que se formó en los labios del castaño, quien pareció pedirle que no lo dejase ir. BaekHyun abrió los ojos frente a él y suspiró antes de darle una ligera sonrisa que perdió al instante que se apartó de su abrazo, aunque no terminó distanciándose demasiado, porque el contrario volvió a posar las manos sobre él, esta vez en su rostro para acariciar las cicatrices.
Era un proceso extraño, pero sus heridas de las noches anteriores se cerraron con una rapidez inhumana, aunque eso no quería decir que dejaron de doler. Quizás solo fue el funcionamiento que debían optar por verse más grotesco, puesto que las cicatrices generaban una apariencia irremediable.
—¿Quién te hizo esto? —Los dedos de BaekHyun recorrieron sus hombros y descendieron por su pecho, trazando con cuidado cada cicatriz—. ¿Cómo pudiste sobrevivir a todo eso?
Suspiró agobiado.
Claro, BaekHyun pensaba que lo dañaron y que por eso estaba así.
—Soy así. Nadie me hizo algo, solo... es como mi tono de piel.
—P-Pero ¿cómo...? —El castaño se calló a sí mismo y lo miró con confusión.
ChanYeol no estuvo muy seguro de si confesarle eso o no. A pesar de que se reunió con BaekHyun con la intención de decirle todo y explicarse, sabía que no podía ser explícito con algo como eso, dado que nadie le aseguraba que su compañero no se espantaría ni decidiría huir al saber que él de verdad era un monstruo, más aún teniendo en cuenta que era uno que jugaba con la salud mental de las personas.
No obstante, ¿ahora qué procedía? Dijo todo lo que debió decir y aun así no pareció ser suficiente. Eso lo hizo sentirse infinitamente nervioso y se arrepintió, mierda. Quiso olvidarse de todo lo que sucedió y por un momento se le pasó por la cabeza ponerse a jugar con los sueños de su compañero para volverlo loco y hacerle creer que todo lo que vio y escuchó de su parte fue una alusión producida por una mente enferma.
—Entiendo si no quieres hablar de eso —dijo el castaño suavemente y tomó una de sus manos, donde se situaba una cicatriz grande de quemadura. Aún parecía reciente y dolía como la mierda, pero el chico solo acarició los contornos alejados—. No es necesario que me hables de ello ahora. Me puedo imaginar lo difícil que es para ti contarme esto.
Tomó aire profundamente antes de hablar—. Sí, me cuesta mucho decírtelo. Eres el primero que lo sabe más allá de mi familia.
—¿El primero?
—Bueno, mi terapeuta también lo sabe. —Quiso sonar cómico, pero los ojos de BaekHyun se volvieron llorosos y eso lo asustó. Temió que el chico se fuese lejos, espantado del monstruo que realmente era.
—¿Cómo lo soportaste todo este tiempo? —Eso fue suficiente para que la voz del otro se quebrase y antes de darse cuenta el castañi cayó sentado sobre la orilla de la cama, llorando.
Con cuidado tomó asiento a su lado y, sin saber realmente cómo consolarlo, le dejó suavemente una serie de palmadas en la espalda, aunque eso pareció generarle confianza a su compañero, porque terminó con los brazos ajenos sobre sus hombros y la nariz ajena enterrada en su cuello. El tacto lo hizo estremecer y lo dejó tieso, pero se esforzó en mantenerse en la postura para consolar a BaekHyun o... Al menos no espantarlo más de lo que de seguro ya estaba.
—Debió ser tan difícil para ti. —El castaño se alejó y se mostró visiblemente afectado. Él suspiró.
—De verdad no es nada, BaekHyun. Ya llegué a este punto. No es importante lo que ya pasó.
El aludido asintió unas cuantas veces y volvió a posar las manos sobre su cuerpo, deteniéndose en sus brazos y generándole un estremecimiento. El chico rio con suavidad ante ello.
—Estás bastante fuerte. —El apretón se hizo evidente y BaekHyun soltó una suave risa.
ChanYeol no hizo más que querer morirse. Nervioso se alejó del tacto y procedió a cubrirse, así que se colocó la camiseta, la sudadera y la capucha de esta, aunque no se esforzó por buscar la gorra y ocultarse detrás de la visera, en vez de eso permaneció ahí, dispuesto a que BaekHyun lo mirase a los ojos todo lo que quisiese.
—Por favor, no le digas a nadie —susurró nervioso y el contrario mostró una pequeña sonrisa, risueño.
—Por supuesto que no diré nada, Yeol. —El chico volvió a estirar la mano hacia él y tocó su mejilla con la cicatriz, como hizo en un pasado. El tacto lo hizo estremecer—. Cuando tú te sientas preparado para hablar del tema lo harás.
Se esforzó en hacer una pequeña sonrisa, aunque la expresión no duró mucho en su rostro, ya que volvió a sentir unos labios contra los suyos y se perdió, se fue hasta el maldito infinito, porque Byun BaekHyun nuevamente lo besó lento y a profundidad, acariciando los labios con los suyos y quitándole el puto aire de los pulmones.
No supo bien qué pasó en ese momento, solo se perdió en el contacto del otro, en las caricias sobre su cuerpo y en los labios pomposos de su compañero de carrera, contra los cuales terminó pasando la lengua en algún punto que BaekHyun se metió dentro de su boca y lo hizo gemir. Se sintió fantástico y en ese preciso instante, al saber que el castaño no estaba realmente asustado de lo que era, se prometió a sí mismo que no podía dejar ir a ese chiquillo como si fuese cualquier cosa, maldición. ¿Quién lo miraría de la forma en que lo hacía Byun BaekHyun? ¿Quién lo besaría siquiera? ¿Quién se atrevería a recorrer sus cicatrices con los dedos y a sonreír en el proceso, con una expresión triste y cariñosa a la vez? Aunque le costase, quería que el chico estuviese a su lado y estaba dispuesto a intentar lo que fuese necesario, aunque no pensó que sería tan... así.
Sí, lo vio en la televisión y lo escuchó por ahí en algunas conversaciones, pero no esperó que le sucediese a él, ya que de repente se halló a sí mismo con una atención que nunca recibió de parte de nadie, especialmente porque era la primera vez que alguien le besaba los labios y terminó en esa situación tan extraña, con los párpados cansados, el cuerpo adormecido y unas caricias en lo bajo de su cuello que lo hizo caer como un idiota sobre la cama y lo peor fue que ni siquiera resultó brusco al hacerlo, porque el mismo tacto de BaekHyun lo aseguró.
—¿Qué haces? —preguntó aún algo atontado por el tacto constante sobre su piel.
Nadie lo acarició tanto en su vida, ni siquiera su madre.
El contrario soltó una ligera risa antes de contestar—. Tengo sueño, Yeol. ¿Puedo dormirme en tu cama durante un momento?
—¿Qué pregunta es esa? —cuestionó burlón y el otro solo rio.
—Ni yo lo sé. —Escuchó que su compañero tomó un poco de aire con dificultad y a él pareció írsele todo el sueño, así que se alzó para mirar a su compañero, quien cayó afligido contra el colchón—. Es solo que... —El habla del castaño se tornó titubeante y la próxima vez que habló lo hizo con la voz agrietada—. Nunca pensé que estuvieses pasando por todo esto, Yeol. Y-Yo de verdad creí que solo eras un idiota que se sentía el puto rey del mundo creyéndose todo misterioso, p-pero...
—¿Qué quieres decir con eso? —interrumpió y el chico se sonrojó. ChanYeol temió en ese momento—. ¿A qué te refieres con lo de misterioso? ¿Te acercaste a mí porque...?
—No —lo interrumpió el contrario sin titubear a pesar de que sus ojos retuviesen lágrimas—. Fue una casualidad lo del trabajo y sí, me llamaste la atención desde antes, porque eres misterio y guapo. Eso. —El chico se encogió de hombros como si no fuese nada, como si no le hubiese robado el puto aliento—. Sin embargo, me molesté tanto contigo por lo que me dijiste en los baños que de verdad pensé que no eras más que un idiota.
Con un suspiro rodó ligeramente sobre la cama para quedar con la vista hacia el techo.
—¿Y no lo soy?
—Pues sí, eres algo idiota, pero no como lo imaginé. —Su compañero soltó una suave risa, sonando mucho más ligero, pero aún algo afectado por el tema anterior, supuso. Él volteó un poco la cabeza para mirarlo—. Solo quería disculparme por esta semana sin sentido.
Bufó—. Es más culpa mía que tuya. Soy yo quien se debe disculpar.
—De igual forma, eso quiere decir que... —El chico se acomodó de mejor forma sobre la cama, apoyándose en su codo y desde ahí lo miró sin dejar de acariciarle la barbilla. ChanYeol estuvo a punto de morirse en ese minuto—. ¿Somos amigos?
Vale. No estaba preparado para esa pregunta y ciertamente no tenía la respuesta. ¿Eran amigos? Quizás, probablemente. Después de todo, le contó una infinidad de intimidades que nunca le contó a nadie y de alguna forma confiaba en él, pero la sensación iba mucho más allá de una amistad y él lo sabía. Es decir, se besaron y en ese momento se estaban acariciando sobre la cama. Porque sí, ChanYeol rodeó la cintura de BaekHyun y empezó a acariciar su cadera como si fuese suya, con toques suaves y ligeros, porque no deseaba espantarlo de ninguna forma, pero quiso demostrarle al otro que estaba agradecido por su atención y cuidado.
—Sí —terminó por decir—, somos amigos.
Al parecer «amigos» significaba más para el contrario, ya que este se inclinó ligeramente hacia él para dejarle un suave beso contra los labios y él solo terminó apretándolo contra su cuerpo. A la hora de alejarse BaekHyun se acomodó entre sus brazos.
—Me dormiré en tu cama —avisó el otro como si nada luego de pasarle un brazo por la cintura y él quiso bromear al respecto al pensar que el otro también lo hacía, sin embargo, no fue el caso y tuvo que guardar silencio tan solo unos pocos minutos para escuchar al contrario respirar con lentitud.
De verdad el otro se durmió y a él no le quedó más que cerrar los ojos y dejarse descansar. Tuvo unos días de mierda debido a los dolores insoportables de las heridas y a los pensamientos abrumadores que se generaron con BaekHyun y todo lo sucedido. Relajarse entre los brazos de su compañero fue lo mejor para descansar por fin de toda esa agonía. No obstante, las cosas no estuvieron mucho mejor cuando despertó, puesto que en algún punto su sueño fue interrumpido ante una música que sonó ahogada desde algún lugar de la habitación y ChanYeol simplemente no pudo ignorarla. Con algo somnolencia movió al cuerpo que se apegó al suyo para mantenerse en calor. Intentó despertar a BaekHyun, pero el otro continuó ahí como una roca.
El remitente decía Dae y él supuso que sería el hermano del chico, así que se esforzó por despertarlo, por mucho que le desagradara la idea de acabar con el buen sueño de su compañero.
—Te están llamando —avisó cuando los ojos ajenos parpadearon con cansancio.
—¿Mmh? —Movió el celular con la llamada aún entrante frente al rostro de su compañero y después suspiró. El otro agarró el aparato de mala gana y contestó. Al hablar sonó aún adormilado—. ¿Dae?
—¡¿Dónde mierda estás?! —Al escuchar el gruñido desde el otro lado de la línea ChanYeol se alejó del cuerpo de su compañero, casi como si temiese que Dae le diese un puñetazo a través de la llamada.
—Ah... Eh... —BaekHyun lo miró y ChanYeol no hizo más que darle la dirección, sin saber cuál era la respuesta correcta. El chico la repitió para su hermano y este jadeó del otro lado de la línea.
—¿Te vendiste a un Sugar Daddy o qué mierda? ¿Por qué estás con los ricachones?
El castaño suspiró y se dejó caer en la cama con la mirada hacia el techo. Para su sorpresa, el chico lo tiró ligeramente del hombro, haciendo que se volviese a acostar. Para agregar, le quitó la puta respiración al apoyarse sobre su pecho, acomodándose ahí como si volviese a dormir.
—Estoy con ChanYeol —contestó su compañero con sencillez y la mirada sobre la puerta.
Él no supo qué hacer y simplemente miró hacia el techo con los ojos grandes, nervioso, porque el pelo del contrario le hacía cosquillas en la barbilla y BaekHyun se puso a jugar con uno de los tirantes de su sudadera, al parecer totalmente ajeno a lo nervioso que lo ponían esos actos tan sencillos.
—¿Quién es ChanYeol?
—Mi novio dark. —Su compañero lo miró en ese momento y ChanYeol no quiso, pero se sonrojó. La sonrisa de BaekHyun se ensanchó—. De igual forma, ya me voy. No te alarmes tanto. Está todo bien.
—¿Qué no me alarme? ¡Son las once de la noche! —el hermano de BaekHyun chilló y este se alejó el teléfono de la oreja para confirmar la hora, cosa que sorprendió a ambos—. No te pagaré un taxi desde el otro puto lado de la ciudad.
El contrario se levantó de la cama y se movió hacia su mochila, la cual dejó sobre el escrito. ChanYeol se sentó sobre el colchón y se acercó hasta la orilla, expectante de lo que haría el otro. Desde donde estaba ya no podía escuchar al hermano de su compañero tan claramente.
—P-Puedo ir a dejarte —propuso con cuidado, temiendo involucrarse en algo que no le concernía.
El castaño le dio una rápida mirada y sonrió—. Ya es tarde. Tengo algo de dinero, así que iré en taxi.
—De verdad no tengo problema —insistió. No le parecía muy bien que BaekHyun se moviese solo a media noche y por un tramo tan largo—. O-O puedes quedarte aquí. —La habitación pareció quedar en completo silencio luego de eso. El castaño lo miró atentamente y ChanYeol contuvo la respiración—. Solo es una opción —se apresuró en agregar, nervioso—. Podemos prepararte otra habitación.
—Odio dormir solo —se burló el contrario más para sí mismo que para él y volvió a concentrarse en el teléfono—. Dae, me quedaré acá.
—¡Claro! ¡Para que sigan follando toda la noche!
—¡JongDae! —BaekHyun le dio la espalda, aparentemente avergonzado por el comentario de su hermano.
ChanYeol no se sintió muy distinto y por lo mismo acabó dirigiendo su mirada hacia el otro lado de la habitación. Ideas de él y su compañero haciendo otro tipo de cosas más que dormir solo hacían que su cuerpo se sintiese afiebrado y que su cabeza diese vueltas. Se le era imposible pensar que con el chico llegaría a algo más que besos y más besos. En realidad, creyó que nunca llegaría a ese tipo de fase con absolutamente nadie, no cuando él era el monstruo que era.
—Yeol —Asustado levantó la cabeza hacia BaekHyun al escuchar su nombre—, mi hermano quiere hablar contigo.
Ay no, se lamentó y con cuidado tomó el teléfono que le extendió el contrario. Se llevó el aparato a la oreja y de inmediato escuchó un suspiro del otro lado.
—¿Hola? —La voz le salió muchísimo más ronca de lo que hubiese deseado y esperó que el otro no pensase que fuese un ser de ultratumba o algo así, aunque tampoco estaba tan lejos de serlo.
—ChanYeol —lo llamó y él se sintió estremecer—. Escucha, hombre. Creo que está de más darle tantas vueltas sobre cuidar a mi hermano y todo eso. Sé que es solo una noche, pero no te conozco. Si BaekHyun decidió quedarse es porque confía en ti y... —Dejó de escuchar en ese momento y dirigió la mirada hacia su compañero, extrañado de que el hermano de este le diese tal parloteo cuando solamente se quedaba una noche, no un mes en su casa. Al día siguiente estarían en la universidad y en la tarde podría volver el chico a su casa. No obstante, no dijo ninguna mierda para contestar a eso y solo escuchó pacientemente.
—Sí, prometo que lo cuidaré.
—¿Lo prometes?
Tomó aire profundamente y miró hacia BaekHyun, quien veía por el ventanal hacia la piscina con cierto aire derrotado.
—Por supuesto que sí. Lo prometo.
—Dale. Ven este sábado a almorzar. Quiero conocerte.
Su cuerpo se entumeció y miró con urgencia hacia el otro chico en la habitación, pero este pareció demasiado pensativo mirando por el balcón.
—Este... —Se puso de pie y caminó hasta el contrario, quien se sobresaltó ligeramente cuando lo tocó.
—¡No me vengas con mierdas! Vienes este sábado sí o sí. Si no puedes el sábado, pues entonces el domingo o el viernes o cualquier otro puto día, pero vienes —gruñó el otro chico a través de la llamada, sorprendiéndolo ligeramente—. Si mi hermano pasará la noche contigo es porque le gustas de verdad, bastardo. No dejaré que solo te lo folles sin tomártelo en serio. Si quieres eso mejor busca otro culo.
—N-No es eso...
—Entonces nos vemos. Adiós.
La llamada se cortó y BaekHyun elevó ambas cejas al ver su expresión—. ¿Te dijo algo extraño?
—Creo que tu hermano me romperá las piernas este sábado —susurró con burla, aunque en realidad estaba más que cagado.
—¿Qué? ¿Te invitó a casa? —Asintió y le entregó el aparato al castaño, quien se quedó más tiempo del normal mirando el teléfono. El chico acabó suspirando—. Si no quieres ir está bien. Hablaré con él.
—No, no. Está bien. Lo entiendo y puedo ir sin problema. De verdad. —Asintió para confirmar su punto y el contrario solo asintió y acabó suspirando.
—Perdón por quedarme a dormir.
—No es molestia —murmuró con la vista en el suelo alfombrado, de repente avergonzado de estar a solas con BaekHyun después del estado emocional que compartieron hace unas horas—. ¿Tienes hambre?
El contrario se sentó a su lado y buscó su mirada. A ChanYeol no le avergonzó mirarlo, porque estaba metido dentro de su capucha y algo somnoliento, por lo que se sorprendió cuando el chico simplemente lo tiró de la ropa y se lanzó a besarlo, quitándole el aire y haciéndolo gemir ligeramente por lo sorpresivo de la acción.
Terminó con un codo apoyado en el colchón mientras el contrario estaba sobre él, besándolo con unas ansias que lo sorprendieron y en algún punto se las ingenió para alejarse al sujetar la mejilla del otro y dejarse caer sobre la cama.
—Vamos a comer algo —dijo casi sin aire y el otro soltó una risa encantadora.
—Tus ojos son preciosos —le soltó BaekHyun como si nada mientras lo miraba de lleno y sonreía contento.
A él se le fue el puto aire de los pulmones y terminó mirando hacia otro lado porque esos no eran sus ojos. Se ponía lentillas para ocultar su ojo blanco.
—En realidad... Yo... —Suspiró y volvió a mirar a BaekHyun, quien se enderezó—. Estos no son mis ojos. —El chico pareció confundido y se hizo hacia atrás. Al verlo confundido se apresuró en agregar—: Se me olvidó quitármelo. Espera.
Ya se mostró lo suficientemente trasparente como para que algo de ese estilo le molestase al otro, así que se apresuró en caminar hasta el baño de su habitación, el cual dejó con la puerta abierta al ver que el castaño no lo siguió. Con apremio buscó la caja donde guardaba sus lentillas y se lavó las manos para proceder con el calvario que significaba sacarse esa mierda del ojo. Una vez que lo consiguió se lavó el rostro y se secó con su toalla para luego suspirar.
Por el espejo del baño logró ver a BaekHyun, quien lo asustó momentáneamente, ya qur su habitación estaba con las luces apagadas y la única iluminación eran la luz natural del exterior, de seguro de la luna, así que lo sobresaltó ligeramente verlo sentado en la cama y con la boca abierta. Sí, él era el monstruo, pero el otro lo asustó con su expresión y se sintió aún más nervioso cuando el chico corrió hasta él para mirarlo a través del espejo.
—¿De verdad mi ojo es una molestia? —preguntó con cuidado, porque de todas las fealdades que cargaba pensó que lo de su ojo bicolor sería lo menos relevante. Sin embargo, aparentemente el contrario no pensaba así.
BaekHyun se movió extraño, urgido. ChanYeol no entendió qué mierda hacía respirando de una forma tan errática y todo se volvió más extraño cuando el chico pasó los dedos con cierto desespero por sobre el cristal, trazando una y otra vez su reflejo. La mirada se alternó entre su cuerpo y el espejo y llegó un punto donde abrió la boca, dispuesto a preguntarle qué mierda ocurría, pero el jadeo del otro lo interrumpió.
—ChanYeol —llamó su compañero casi sin aire y él se preocupó—, t-tú...
—¿Qué pasa? —preguntó con cuidado y cierto miedo, temeroso de que BaekHyun decidiese apartarse de él al ver cómo era realmente.
El chico se movió por su propia cuenta, alejándose de él y dirigiéndose nuevamente hacia el interior de la habitación. ChanYeol estuvo un poco atontado por sus movimientos, pero intentó seguirlo y el chico no le permitió ir mucho más lejos, porque lo frenó cuando estuvo justo debajo del marco de la puerta del baño. BaekHyun llevaba en la mano un espejo pequeño que abrió ante él y de algún modo mudo le insistió a que lo mantuviese en alto.
—Las luces. Enciende las luces. —Obedeció y el otro simplemente se puso detrás suyo. ChanYeol lo escuchó bufar—. Maldición. Agáchate un poco. Eres demasiado alto. —Nuevamente acató y el otro chasqueó la lengua—. Mírate a través del espejo.
—¿Qué quieres hacer? —indagó extrañado y el otro solo lo miró con los ojos ansiosos, casi desesperado.
—Solo mírate. —Nuevamente obedeció—. ¿Qué ves?
Entristecido se dio un rápido vistazo y suspiró antes de bajar el brazo. ¿Qué veía? Pues un cuerpo lleno de cicatrices y fallos, sin nada atractivo que ofrecer y aun así BaekHyun pareció recalcárselo tanto. Quizás... Quizás el otro simplemente mintió con eso de que le gustaba.
—Mírame a través del espejo. —Sin ganas obedeció y el chico volvió a jadear—. ChanYeol, eres igual a la señora del cuadro.
—¿De qué hablas?
—El cuadro gigante del primer piso.
Frunció el ceño y se volteó a mirar a BaekHyun de frente. No entendió absolutamente nada.
—¿El retrato de mis padres? —El chico asintió con fervor—. N-No me parezco a ella.
—¡Claro que sí! ¡Mira! —El castaño apuntó nuevamente hacia el espejo grande del baño y él se miró, pero no entendió. Seguía con la capucha, pero la luz del baño hacía evidente sus cicatrices, incrustaciones de plata y tonalidad de los ojos.
Él no se parecía en absolutamente nada a su madre, especialmente porque en su retrato ella estaba como humana, de aquella forma en la que se convirtió cuando su padre se casó con ella. Ambos, como monstruos bestiales, obtuvieron apariencia humana al ser amados por como eran. No obstante, al ser monstruos de forma innata, la apariencia no era más que un espejismo momentáneo que requería mucha energía y duraba demasiado poco, como un encanto para presentarse a algo importante y justamente lo hicieron para las fotografías de su boda. De igual forma, ChanYeol nunca se parecería a ella, al menos no en esa foto.
—No entiendo a qué quieres llegar —se sinceró y el otro jadeó ofendido.
—¿No te ves a través del espejo? —Miró su propio reflejo y negó, aún sin entender qué quería decir el otro—. Tienes el cabello negro al igual que los ojos. T-Tu piel está bien y-y... no estás perforado. Tú... —BaekHyun tomó aire a profundidad y luego lo miró directo a los ojos, desviando la mirada por fin del espejo—. Tu reflejo se ve distinto a ti.
++++
(Según yo ya había publicado esta parte y me acabo de dar cuenta de que no lo hice 😫💔).
Yo sigo publicando y no he escrito ningún solo capítulo más aparte de los que ya tenía. De verdad espero tener todo listo antes de que me pillen las actualizaciones, pero han pasado tantas cosas que no sé ni como sobrellevarlo. 🤧🤣
A modo de aviso rápido menciono que hackearon la cuenta de la Editorial CaveCrew. ☹️
A todos muchas gracias por leer, votar y comentar. Me encanta leer sus comentarios, de verdad que me anima mucho. 🥺💖
Saludos y besos, Ary. ♥️
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