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𝐁𝐄𝐒𝐓𝐈𝐀 OO4

-Jungkook.

La mirada del azabache se elevó y observó aquel chico Joaan hablarle. Ambos estaban en el mismo pasillo y sentados uno a lado del otro.

-Veo como te ve Jimin, es interesante porque jamás lo ha hecho conmigo aún.

-¿Y qué?

Jungkook arqueo una ceja mientras lo miraba con cara de pocos amigos. ¿Realmente se pondría hablar con el sobre Jimin?

-Escúchame, el me gusta así que no arruines mi intento de tener algo con el.

Joaan parecía querer algo más con psicólogo. Parecía que quería tener una relación pero sentía que con Jungkook ahí sería difícil. Tendría un odio en su interior si Jungkook se veía a este interponerse. Joaan debía admitir que Jungkook era un rival atractivo y sabia que para Jimin era irresistible .Quería tener el camino libre para atraer a Jimin y solo tenía que deshacerse de el.

-Sabes que Jimin no me gusta, es tuyo.

-¿En serio?

Joaan sonrío y se sorprendió. Eso había sido fácil. Más fácil de lo que pensaba. Pero minutos después su sonrisa se borró cuando vio como Jungkook sacaba un pequeña rosa artificial de su bolsillo de su sudadera y se la enseñaba a Joaan.

-Aunque el no me guste, quería darle un regalo por ayudarme día a día ¿Qué piensas?

Jungkook sonrío torcido al ver la cara de Joaan en un estado atónito pero este cambio rápidamente de tema para no dejarse llevar por sus celos.

-Haré una fiesta está noche, supongo que te gustaría venir, me gustaría tener un poco de confianza contigo, no pareces mal tipo tampoco.

-¿No lo parezco?

-Claro que no, quiero que vengas a la fiesta, aún se que no tenemos mucha confianza pero podemos intentarlo está noche. ¿Te unes?

-Estaré ahí.

Jungkook guardó la rosa ante la mirada molesta de Joaan que cambiaba rápidamente cuando Jungkook lo volvía a ver y este le sonreía falsamente.

-Joaan.

Jimin estaba llamándolo con una sonrisa que el nombrado recibió y se la devolvió aún más fuerte para que se notará lo contente que estaba de verlo. Joaan entró a la oficina y Jimin se quedó en la puerta observando como Jungkook jugaba con sus manos hasta que lo vio por el rabillo del ojo.

Esto hizo que el rubio se diera cuenta y entrará rápido a la oficina con el corazón confundido. Jungkook sonrío ante esto pero se sorprendió cuando la señora que lloraba días atrás estaba observándolo con una mirada coqueta pensando que aquella sonrisa del azabache era para ella.

Jungkook la miró confundido y tragó duro.

★ 𝐁𝐄𝐒𝐓𝐈𝐀 ★

-Estaré ahí en unos minutos, aún no tengo mi vestuario.

El rubio salió de su baño con una toalla en sus hombros y una bata blanca luego de un caliente baño. Había sido relajante pero debía apurarse a encontrarse con sus amigos. Quienes lo esperaban en un restaurante y luego irían a bailar.

Se puso su mejor ropa, una camisa negra y pantalones del mismo color con una botas con un poco de tacón en ellos. Colocó un hermoso collar de plata en su cuello y peinó su cabello rubio hacia atrás. Dejando ver los costados de su cabello rapados.

Se veía realmente bien y irresistible. Casi no era reconocible a lo que solía ser su vestimenta diaria.

Tomó sus llave de su casa y su teléfono celular para salir corriendo de ahí. Subió rápido a su auto y encendió en motor. Acomodó el espejo retrovisor y observó sus hermosos ojos para luego sonreír y acelerar hacia el lugar de encuentro.

En otro lado de la cuidad, el azabache acababa de tomar un baño también. Entre sus manos mantenía una navaja de color rojo, filosa y brillante. Cortó un poco su dedo pulgar al tocar el filoso lentamente.

Pero llevó aquel dedo a su boca y lamió la gota de sangre que salía de su herida.

Una sonrisa torcida apareció en su rostro. Se vistió rápido con sus jeans azules oscuros rasgados y camisa negra algo abierta en su pecho. Y luego colocó unos zapatos con un poco tacones en ellos similares a Jimin.

Guardó su navaja en su zapato, justo en su tobillo y su zapato mantenía agarrada su navaja. Luego se observó al espejo frente a su cama doble. Se veía perfecto y tal como se veía, debía volver a casa.

Salió de su departamento. El lugar donde vivía era algo abandonado. Solo tenía pocos vecinos y luego habían varios lugares sin habitar. Casi nadie vivía ahí.

Corrió hasta donde era la fiesta, en una casa lujosa. Podía ver cómo muchas personas salían de esta solo para fumar, beber y besarse entre parejas o más.

Jungkook esquivó a varias personas que intentaban invitarlo a beber pero se negaba y buscó a Joaan entre las personas una vez que se encontraba dentro de la casa, en el salón.

El humo de muchos cigarrillos prendidos llegó a sus fosas nasales y tosió debido a este. Movió su mano por el aire para alejar el humo de su rostro pero paró al sentir una mano en su hombro, haciendo que se gire al dueño de esta.

-Jungkook.

-Joaan.

Aquel chico se encontraba frente a el con una sonrisa poca visible para el ya que la sus mechones oscuros sobre sus ojos no ayudaban mucho.

-Sígueme, quiero presentarte a mis amigos.

Joaan hizo una seña y subió las escaleras de la casa directo a lo que parecía una habitación. Jungkook siguió sus pasos y cuando estuvo con el en la misma habitación, Joaan cerro la puerta tras el.

Un grupo de chicos de la misma edad que Joaan se encontraban dentro, sobre la cama con varios snacks y bebidas alcohólicas.
Todos reían y se observaban revistas que no Jungkook no podía saber que.

-Hey amigos, adivinen quien está aquí.

Todos los chicos levantaron su mirada y observaron a Jungkook, quien los miraba curioso.

-¿Este era el chico del que hablaste, Joaan?-Un chico quien comía snacks preguntó mientras se acercaba a Jungkook con una mirada lasciva.

-Es el, es el del que hable por días.

El azabache se quedó quieto mientras su miraba observaba aquel chico con mirada lasciva, quien lo miraba de arriba a bajo.

-Joaan, parece tener nuestra edad.-Dijo otro chico quien bebía de una bebida en lata.

-¿Cuantos años tienes, amigo? -Preguntó otro chico mientras este parecía ser el que mandaba en el grupo, ya que estaba en medio de todos y su expresión era de pocos amigos.

-Veintitrés.

Todos rieron y empezaron a acercarse a Jungkook.

-Veintitrés casi nuestra edad.-Dijo Joaan riendo y acercándose a la cama.

-Joaan ¿Qué tal si jugamos a un juego? Está vez somos más aquí.

El chico de mirada lasciva tomó un arma de su mochila y la enseño frente a todos, incluido Jungkook. Este miraba como todos reían. Estaban ebrios.

-¿Juego?

El azabache preguntó mientas estaba observando de reojo a Joaan, quien sonreía torcido. ¿Acaso querían jugar con armas? ¿No les importaba que podían morir?

-Juguemos.

★ 𝐁𝐄𝐒𝐓𝐈𝐀 ★

-Jimin! Estás aquí!

Su amiga, Jessie, lo había invitado al restaurante para cenar juntos a sus demás amigos. El rubio saludó a su amiga y tomó asiento. Todos los demás amigos saludaron a Jimin de igual manera y sonrieron.

Mientras los minutos pasaban, más conversaciones salían a la luz. Su amiga, Jessie le encantaba saber si su amigo estaba enamorado o había conocido a alguien nuevo.

-¿Qué tal el amor, Jimin?

-Bueno, conocí a alguien hace unos días.

-Cuéntame más.

Todos en la mesa estaban curiosos respeto al tema, su amiga tomó un sorbo de su bebida y espero por esa anécdota.

-Conocí a un chico en mi trabajo.

-Dime ¿Cómo se llama?

-Jungkook, Jeon Jungkook.

-¿Jeon Jungkook, huh? Debe ser un hombre atractivo con un nombre igual.

Jessie le dio un guiño a Jimin, quien sonrío coqueto al recordar el rostro de aquel hombre que había pisado su oficina.

-¿Y como es su personalidad? Cuéntame más.

Los demás chicos, quienes eran los amigos de Jimin también, estaban curiosos por saber, tanto que se les notaba en sus rostros.

-Jungkook tiene miedo a las personas, tiene miedo que lo juzguen...

La cara de todos en la mesa cambiaron a una expresión algo triste.

El azabache miró a todos los chicos sentados en una ronda junto con el.

Jugarían al famoso juego de la ruleta rusa. Cada uno debía pasar aquella arma y apuntarse a uno mismo hasta que la única bala que contenía está debía salir y asesinarte.

-Me gusta como se ve pero cuando toque su rostro ayer, su reacción fue de susto, le asusta que lo toquen..

-Deberías darle un tiempo..

Jimin le sonrío a Jessie, quien también era una psicóloga como el. Lo entendía mucho.

Mientras Jimin estaba tranquilo bebiendo su bebida, en otro lugar, Jungkook veía como los jóvenes pasaban entre ellos el arma con una sola bala. Cuando se apuntaban, está no salía disparada.

Jungkook dudó. Ya iban tres rondas y aún no disparaba.

Cuando llegó su turno, se detuvo para apuntarse y nada sucedió hasta que Joaan recibió una señal de uno de los jóvenes. Una señal que Jungkook no vio.

Joaan tomó rápidamente el arma, con el éxito de quitársela de la mano y luego apuntarlo nuevamente.

-Joaan ¿Qué haces?

Jungkook se sorprendió al ver el arma apuntadole en la cien mientras intentaba hablar con el.

-Oh, Jungkook, creíste que íbamos a jugar realmente como idiotas, este arma no está cargada y la bala la pondré ahora. -Joaan tomó una bala y recargo el arma rápidamente con esta para luego preparase para disparar.

-Jo-joaan, en verdad ¡No tienes porque hacer esto, lo sabes! -Jungkook comenzaba a sentirse asustado y solo podía temblar.

-Lo siento pero te pedí explícitamente que no te acercaras a Jimin.

-Vamos Joaan, siempre quisiste dispararle en su maldito cerebro desde que nos contaste sobre el, ahora es la oportunidad.

El maldito joven dueño del arma que tenía Joaan solo alimentaba el odio de este solo para satisfacer su morbo por ver cerebros esparcidos a causa de una bala. En la cabeza de Jungkook solo habían miles de acciones y formas de actuar ante la situación.

-Vamos, Joaan ¿No amas a tu tal Jimin?-Dijo otro chico mientras reía asquerosamente cerca del rostro de Jungkook, solo lograba manchar la piel de Jungkook con su sucia saliva.

-¿Ya te dije que no soy bueno? Pero puedo serlo ahora, puedo mandarte al cielo con una bala, que bueno soy.

-Joaan, no necesitas hacer esto, el no me importa ¿Qué pasaría si vas a la cárcel por mi insignificante asesinato? No podrás ver a Jimin y el se pondrá triste ¿Es eso lo que quieres? -Jungkook temblaba y sus ojos se llenaban de lágrimas- PERDONAME LA VIDA, JOAAN!

-¡JOAAN DISPARA, MALDITO HIJO DE PUTA!-Dijo el dueño del arma.

-¡HAZLO COBARDE!-Soltó el joven con su asquerosa risa.

-¡JOAAN! ¡NO LO HAGAS, PIENSA EN JIMIN, SOLO DEJAME IR Y NO ME METERÉ ENTRE USTEDES DOS!

-¡Cállate! -Joaan golpeó bruscamente con el arma la mejilla de Jungkook.

Lo peor para una bestia, era que lo golpearan. Mil gritos internos gritaron en el interior de Jungkook, quien por producto del golpe se mantuvo quieto y sus mechones tapaban sus ojos. Su mejilla estaba expuesta a todos los ojos, ahora era rojiza.

-Saben que, tiene razón, no vale matarlo, Jimin se pondrá triste.

-¡CALLATE Y NO DEJES DE APUNTAR, JOAAN!

-Es lo que hago, imbécil, escuchen podemos olvidar todo esto y dejarlo libre, No quiero ver a Jimin triste por mi culpa.

Jungkook asintió lentamente, escucho atento pero no se movía.

-¿Es en serio? Joaan, has soñado con esto, querías hacerlo hace días, estoy dándote un maldito arma para esto.

El joven dueño del objeto peligroso quitó este mismo de las manos de Joaan y apuntó a Jungkook.

-Esto es lo que debes hacer, cobarde.

-Espera, no lo hagas, tampoco quiero ser cómplice...

-¡Cállate, Joaan! Eres tan cobarde, no planes cosas que luego no puedes hacer, por tu culpa acabaremos con un tipo que no conocemos por culpa de un bebé llorón.

El joven de risa asquerosa lo empujó mientras solo lo regañaba por lo que no podía hacer. Parecía su padre, un mal padre.

El joven que mantenía el arma ahora apunto a Joaan.

-Siéntate antes de que ponga está bala en la cabeza tuya y mira como se hace estás cosas, Joaansito.

El chico volvió apuntar a Jungkook, quien poco después comenzó a reír bajito.

-¿De que demonios te reís ahora? Estás feliz porque irás al infierno... Jungu.. jungko.. Jungkook, como mierdas te llames.

Jungkook negó y soltó una carcajada fuerte, luego paró y habló profundamente.

-Gguk.

-★★★

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