𝐁𝐄𝐒𝐓𝐈𝐀 OO2
La siguiente cita de Jungkook sería la siguiente semana, después de tanta espera logró llegar el día. El azabache se mantuvo esperando por aquel joven rubio. Espero que lo llamara por su nombre pero otra vez sería el último en esperar.
Cansado de esperar, observó a cada paciente del lugar. Algunos respiraban hondo, otros jugaban con algunos juguetes en su mano. Lo estrujaban y lo dejaban. Niños con sus padres y luego una mujer que parecía estar terriblemente sola. Sus lágrimas silenciosas caían en sus mejillas.
Jungkook adivino. Rotura o relación rota. Seguro era una persona quien la ponía así. Era fácil saber para el. No necesitaba grandes vueltas para saberle.
Pronto escucho como la puerta de la oficina del rubio se abrirá y dejaba ver a un chico joven con el. Parecían salir contentos y riendo bajito entre ellos. Había mucho acercamiento y ambos se saludaron.
Jungkook observó la interacción y frunció el ceño cuando el chico lo miró con mala cara cuando descubrió al azabache observándolo.
¿Qué carajos? ¿Acababa de mirarlo mal? Jungkook lo siguió con la mirada hasta que lo vio desaparecer.
Luego vio como Jimin era cariñoso y amable con varios pacientes. Estos se veían tan encantados y cómodos que se rehúsan a irse. El azabache rodó los ojos. Cruzando sus brazos observó varias escenas como esas.
Su turno llegó y entró a la oficina rápido sin que Jimin se lo pidiera. Eso sorprendió al rubio pero sonrío al verlo nuevamente.
Solo le tomó minutos a Jungkook acomodarse y esperar por Jimin. Para que este escuchará lo que tenía que decir.
-Hola señor Jeon ¿Cómo se encuentra hoy? ¿Cuénteme como fue-
-Me siento mal, muy mal, la gente me mira mal y parece que estoy cometiendo una escena de odio para todos..
Jungkook parecía alterarse y cada vez le costaba respirar.
-Nadie comprende que paso por esto y nadie se toma el atrevimiento de preguntarme si me encuentro bien...
-Oh señor Jeon, tranquilo, ya pasara, por favor respire profundamente..
-No quiero seguir así, Señor Park, algo no está bien, debo controlarme de no llorar frente a nadie por la presión que siento.
Los ojos de Jungkook está vez no tenían sus lentes pero en sus ojos se podían ver perfectamente un llanto viniendo.
-Tranquilo, Señor Jeon, le serviré un café para que puede estar un poco más tranquilo y podamos hablar tranquilos aunque se que no puede tranquilizarse, pero debemos lograrlo si o si para hablar calmados.
-Si, está bien.
Jimin se levantó de su asiento y caminó a una mesa donde tenía su café ya hecho en una jarra. Tomó dos tazas y lleno una de estas con café.
El azabache miró como este le daba la espalda y sonrió lascivo al recordar la última vez que había casi tomado café.
-¿Le gusta con mucha azúcar, señor Jeon?
-Si, demasiada.
Su mano se metió dentro de su bolsillo de su sudadera, dónde ocultaba una navaja y la abrió mirando a Jimin. Pero no podía moverse cuando intentaba levantarse para atacarlo. Algo se lo impedía. Su boca maldijo por lo bajo y guardo la navaja rápido cuando vio a Jimin regresar con las tazas. Tomó una y la otra terminó en los labios de este, quien tomaba un sorbo de su bebida.
-Continuando, Señor Jeon, usted a partir de hoy comenzará a hacer algunos ejercicios conmigo. Empezaremos hoy ¿Qué tal si hablamos de su trabajo o en lo que hace?
Jungkook miró la taza de café y podía verse a si mismo en el reflejo de la bebida para luego responder.
-Soy mecánico.
-Oh, eso es genial ¿Algo más que le gusta o hacer?
-No.
-¿Nada?
-Me gusta pintar.
Jimin asintió y dejó su taza de café en su escritorio. Tomó asiento en el pequeño sillón frente a el y tomó nota de lo que decía Jungkook.
-Suelo pintar lo que sueño, a veces pinto lo que veo interesante pero me estresa encontrar la pintura para pintar. Es un trabajo cansador conseguirla pero aún así lo hago.
Hizo una pausa.
-Puedo hacer muchas cosas, a veces, soy tan feliz haciendo otra cosa que me encanta..
-¿Cómo que?
Jungkook encerró su labio inferior entre sus dientes y aún manteniendo su navaja en su mano, su dedo pulgar acarició el filo de la navaja que estaba en su bolsillo delantero de la sudadera. Pronto sintió como su pulgar se cortó un poco pero no sé quejo. Y continuo.
-¿Dije pintar con rojo? No recuerdo.
★ 𝐁𝐄𝐒𝐓𝐈𝐀 ★
En los siguientes días, Jungkook espero nuevamente. Mientras lo hacía, vio como un hombre a su lado enviaba mensajes de texto. Su curiosidad aumentó y se los observó mejor. En ellos podía ver el nombre de Jimin junto con temas nada agradables. Sus ojos de abrieron demasiado y desvío la mirada de los mensajes cuando el hombre lo vio observando.
-¿Que miras, niño?
Jungkook negó rápidamente y se alejó un poco mientras trataba de actuar inocente. Se disculpó tímidamente y se mantuvo quieto en su lugar.
Cada día, Jungkook volvía por citas. Amaba tener esas sesiones con Park. Parecía no querer asesinarlo por ahora. Algo no le decía que lo hiciera, más bien, creería que se estaba sintiendo cómodo pero no sé relajaría mucho.
Esperando su turno, volvió a ver aquel chico quien lo había mirado mal, este parecía estar cada vez más acaramelado con Jimin. Lo extraño era que observaba con mala caras al azabache, quien no entendía por qué.
-¿Por qué el chico que le das sesiones me mira mal?
-¿Perdón?
Jungkook estaba intrigado ¿Quién demonios se creería?
-Hablo del chico que parece querer algo contigo, siempre está apegado a ti ¿aún no te das cuenta?
-A-ah no lo sé..
Jimin negó con la cabeza y sonrió algo tímido mientras rayaba la hoja de su libreta. Eso a Jungkook le hizo arquear una ceja. En su mejilla derecha se formó un bulto por producto de su lengua que chocaba desde adentro y era la causante de aquel bulto cuando lo vio con las mejillas algo rosadas.
-¿Quien es?-Pregunto el azabache.
-Oh, quizás hablas de Joaan. Es un paciente de hace años. Es muy bueno y amable.
-¿Oh si?
-Si pero ahora el tema eres tú, por lo tanto, hablemos de tu tema. ¿Qué tal te sientes hoy? te veo mejor, siento que ves mejor a las personas ya que tú miedo no te dejaba verlas bien.
-Puedo verlas bien pero no tanto como tú. -La mirada de Jungkook fue fría.
-Bueno, supongo que todo es a su tiempo. No se preocupe, señor Jeon, logrará salir de aquí bien y sin problemas.
-Eso espero, Park.
-Ah.. Señor Jeon, usted puede llamarme Jimin si quiere.
Los ojos del joven rubio conectaron con los marrones ojos del azabache, quien lo miraba tranquilo y súper calmado. Quien pronto se encogió de hombros.
-Estuve pensando en poner un ejercicio para su problema, quizás podemos salir de picnic al parque para saber cómo actúa usted ante muchas personas o salir a un lugar repleto de personas. No sé preocupe, estará conmigo podría ayudarlo ante cualquier inconveniente. ¿Qué piensa?
-No lo veo mal, creo que podríamos tener algo.
-Bueno ¿Qué tal este sábado? Puede llevar su comida favorita, yo llevaré la mía.
-¿Acaso tengo diez años, señor Park?
-Pero-
-No me veo en un picnic con esta edad.
Mierda. Jimin había comenzado con el pie izquierdo está vez. Miró los papeles de Jungkook y observó su edad. Veintitrés años.
-Oh, lo siento. Yo suelo hacerlo con los niños a veces, ellos suelen pásala bien.
-Los niños son niños y yo soy adulto.
Jungkook comenzaba a salirse con la suya, quería poner a prueba a Jimin. ¿Qué tanto puedes resistir?
-Lo siento nuevamente, quizás podemos enviarnos cartas para saber cómo es el día a día con las personas cuando te rodean, me gustaría que escribieras como te sientes en ese mismo momento.
-¿Acaso me veo como un escritor?
-No, solo intento buscar una forma de ayudarlo.
Jimin sonrío cómo pudo y se rascó la naricita. Estaba algo nervioso. Estuvo minutos pensando en un silencio que inundaba el ambiente.
-Podemos tomar café, Jimin.
El rubio lo observó y lo vio sonreír contento. Sus ojos marrones conectaron con los de Jimin.
-Lo siento, el café se acabó con el chico... Ya sabes.
-¿Joaan?
-Si pero podemos tomar un vaso de agua.
-No.
Jungkook dejo escapar a Jimin de sus sucios trucos pero retomo el querer salirse con la suya una vez más.
-Le gustas a Joaan.
Jimin se sorprendió y lo miró algo sonrojado pero luego sonrío algo tonto pero intentaba ponerse serio pero no podía. Eso le hizo sentirse diferente a Jungkook. Por primera vez se sentía diferente ante una persona o por lo que sentía aquella persona.
-¿El te lo dijo?
-Si, creo que mañana vendrá con un ramo de flores.
-¿En serio?
Jimin estaba tan feliz y se levantó de su asiento. Sonrío tímido y sus mejillas se encontraban totalmente rojas mientras se abrazaba asi mismo.
-Si pero para tu maldito funeral, Park Jimin.
Jungkook se levantó rápidamente de su asiento para sacar una navaja de su bolsillo de su sudadera y se abalanzó hacia Jimin quien asustado intento alejarse pero solo logró que el azabache le hiciera un corte en su antebrazo al defenderse.
-¡Señor Jeon!
Jungkook parpadeo varias veces y recordó dónde se había quedado, solo recordó que Jimin le había dicho que podrían escribir cartas.
-Voy a escribir cartas.
Jimin sonrío contento y empezó a tomar notas mientras que Jungkook no podía parar de verlo sonreír.
«Maldita sea, rubiecito.»
★ 𝐁𝐄𝐒𝐓𝐈𝐀 ★
Querido Park. J.
Soy Jungkook, debo decirle que quizás no puedo escribir con mi mejor redacción que espera pero contaré lo que me pasa día a día. Últimamente conocí a una persona que parece ser genial...
«Jungkook caminó directamente hacia su sótano y prendió la luz. Solo para encontrarse luego con un hombre más adulto que el. Quien gritaba desesperado. Los pasos del azabache sonaban en las escaleras de madera mientras su mano izquierda traía un hacha. »
[...] Ahora parece ser que me va queriendo, siempre que me ve, grita de emoción. Yo grito también pero mi tono es diferente.
«Te gusta ir a sus citas solo para decir que pronto harás algo con el.-Jungkook observó al hombre de traje negro. Que estaba amarrado a una silla de madera y su boca estaba amordazada con cinta adhesiva. - Luego dices que es un rubio hermoso para tu colección ¡¿ESO HACEN LOS TIPOS COMO TU?!
El hombre negó rápidamente y lo miró con enojo.
-Eres tan solo un viejo pervertido, mírate, no creo que quiera verte con otros ojos. - El azabache sonrío retorcido mientras dejaba caer el hacha al suelo.-No la usaré hoy pero si usaré esto.
Un gran golpe llegó a la mejilla del hombre haciendo que su mejilla sonara.»
[...] quizás quieras saber cómo lo conocí pero es coincidencia. Mañana te contaré cómo es que el y yo somos tan amigos.
Jungkook.
Jimin sonrío al leer la carta y la guardo en sus archivos con el nombre de Jungkook. Quería juntar archivos sobre el, realmente le interesaba saber sobre el.
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