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𝐁𝐄𝐒𝐓𝐈𝐀 OO8

Gguk se peinó el cabello hacia atrás mientras veía como aquel anciano se arrastraba lejos de él por el suelo.

Tomó su tobillo y hizo un corte profundo en su músculo gemelo. Oh sí, quería jugar a escapar de su bestia, mejor que no lo haga.

—Esto es por la mente de los niños que pudiste abusar sin saber el precio que debía pagar pronto.

Gguk corto su otro músculo gemelo de su otra pierna mientras el anciano no paraba de llamar a su hija pero el azabache fue más rápido golpeó su rostro para que no siguiera.

—No me hagas matarla como tú, dale la oportunidad de vivir antes de que la vea.

—Tu- tus ojos.

Gguk ladeó la cabeza y sonrió torcido. Sus ojos grises estaban a la luz de aquel anciano, podía verlos mientras recordaba aquella noche que los había visto por primera vez cuando Jungkook logró escapar con una sonrisa en su cara después de arrojarle un objeto de vidrio a la cara.

—¿Te gustan? Son lo que tú creaste.

—Espe-

Gguk tomó rápidamente su muñeca y cortó sus venas para luego tomar la otra para repetir la misma acción.

Wiliam mordía su labio. No debía llamar a su hija, no quería que perdiera la vida por su culpa y solo cerro los ojos.

—¿No llamaras a tu hija?

—No lo haré, ella podía caer en tus manos, tu mismo lo dijiste.

—Pero puedes hacerlo ahora, te dejo hacerlo.

Wiliam dudó unos segundos y finalmente, gritó con todas sus fuerzas a su amada hija pero ella nunca llegó. Insistió con llamarla una vez más pero está nunca llegaba.

—Parece que tiene miedo pero no importa su miedo cuando ya está muerta.

—¿Qué? ERES UN HIJO DE PERR-

Los ojos del anciano se abrieron de más y su tórax fue invadido por un cuchillo grande en medio de este. Su corazón podía seguir latiendo y lo sentía latir fuerte pero cada vez se apagaba.

—Lindo cuchillo ¿verdad? Lo tenía guardado pero reservado para ti.

—No- no tenías que hacerlo.

—Si, Wiliam, debes ver el precio de mi ruina y esta es la manera, disfruta el paraíso.

—Algún día vendrás a el...

—Si te refieres al infierno, ya estoy en el.

Y sin nada de delicadeza, quitó el cuchillo de su tórax y observó como el anciano se tomaba la herida allí pero demasiado tarde. Era demasiada profunda y solo lo dejaría vivo un segundo cuando Gguk volvió a enterrarlo justo en su corazón.

—No lo necesitas.

El rostro de Gguk estuvo cerca de el anciano solo para decirle en sueco «Hasta luego.» y luego alejarse con brusquedad arrancándole aquel cuchillo con odio.

—Eres lo que nunca debió existir, Gguk.

Y eso fue lo último que Gguk escucho de sus labios antes de que aquel anciano lo dejara solo en aquel salón. Su cuerpo no tenía vida y sus ojos estaban en blanco. Sonrío al verlo como siempre quiso y se giró para irse.

Sus pasos caminaron hasta la salida y cuando escucho pasos de su hija rápidamente cerro la puerta para luego escuchar desde afuera los gritos de la joven horrorizada por qué estaría viendo.

Caminó por las calles tranquilo y sus manos descansaban en sus bolsillos de sus jeans. Solo podía silbar de alegría hasta que paró frente a una vidriera para verse así mismo y notar como sus ojos grises pasaban nuevamente a marrones.

—Alguna vez debo saber que haces cuando yo no estoy, Gguk.

La risita de profunda de su compañero que habitaba en su mente llegó a esta y sonrió al escucharlo. Luego rápidamente le llegó imágenes a su mente de lo ocurrido y río bajito pero se alejó de la vidriera rápido para seguir su camino a casa.

Lo que el no sabía, era que dos ojos lo veía a la distancia. Estos lo seguían luego de verlo como se observaba frente a una vidriera. La persona que observaba levantó una ceja y confundido observó su auto policial. Quizás le daba cierta curiosidad aquel joven pero no lo seguiría, no por ahora.

Subió a su auto policial y se observó por el espejo retrovisor. Su cabello castaño estaba despeinado mientras observaba hacia atrás.

Taehyung pensó en Jimin rápidamente y luego se propuso visitarlo. Una vez más.

★ 𝐁𝐄𝐒𝐓𝐈𝐀 ★


—Jimin ¿Conoces algo más de Jungkook?

-Solo se que tiene sufre algo de estrés y luego ansiedad pero días anteriores sufría fobia social pero gracias a la integración con Joaan, logró superarla un poco ¿Por qué?

—Este joven me da malas vibras.

—¡Oh! ¡Vamos, Taehyung! ¿Malas vibras? Eso no existe, deja de creer en las malas y buenas vibras, eso no te dirá cómo es una persona realmente si no la conoces.

—Como sea, quiero que sepas más de él en tus sesiones con el, tienes una tarea.

—Espera que-

Taehyung se levantó del sofá y observó a Jimin, quien casi seguía su misma acción pero se quedó sentado al ser interrumpido por oficial.

—No me preguntes, solo hazlo.

Jimin rodó los ojos mientras acompañaba a su amigo hacia la puerta principal para despedirlo con una sonrisa amable y finalmente se quedó solo otra vez en casa.

Debía saber más de Jungkook solo por capricho de Taehyung pero algo había para que el oficial le pidiera eso.

Caminó hasta la cocina donde dejó las tazas de café vacías para luego lavarlas. Caminó hacia su habitación, subió las escaleras y luego vió su habitación. Entro en ella y tomó un poco de ropa para entrar al baño. Se daría un relajante y caliente baño para relajarse para luego irse a dormir.

Se despojó de sus ropas y entro en la bañadera llena de espuma con agua caliente. Cerro los ojos relajándose pero a la vez su mente trabajaba como sería su tarea en conocer más a Jungkook para el oficial Kim.

Recostó su cabeza hacia atrás mientras sentía bien estar relajado y en un relajante baño.

Era tan silencioso el ambiente que de repente comenzó a escuchar pasos. Sus ojos se abrieron pero cuando lo hizo dejo de escuchar pasos. Tenía que estar alucinando. Negó y siguió relajándose. Cerro nuevamente los ojos y volvió a escuchar los pasos.

Estos eran lentos y pausados. Cómo si supieran que los escuchaban pero cuando Jimin abría los ojos ya no se escuchaban. Eso lo asustó cuando por tercera vez cerro sus ojos solo para escuchar más los pasos y rápidamente escuchó como estos se movieron más rápido como si esperaban que el rubio cerrará los ojos para moverse.

Pero pararon cuando abrió sus ojos asustado. Salió de la bañera y cerró la puerta del baño con seguro.

Ahora sí podía cerrar sus ojos para probar si ese intruso avanzaba pero no lo escuchó más. No podía oírlo. Suspiró aliviado, quizás era su mente pero negó. El no estaba mal de la mente para alucinar pasos.

Lo que Jimin no sabía era que aquel intruso estaba frente a la puerta. No necesitaba avanzar más cada vez que el rubio cerraba los ojos porque ya estaba donde quería estar.

El dedo del intruso tocó la puerta despacio y eso sorprendió a Jimin quien se encontraba en la bañera de nuevo pero no se movió.

El toque en la puerta cesó y luego vió como un sobre de color rojo se deslizaba por debajo de la puerta. Era un sobre de carta rojo con una estampa que lo cerraba, en esa estamos podía verse una rosa como dibujo. Su cuerpo tembló y cerró los ojos cuando el intruso volvió a tocar suavemente dos veces la puerta y luego escuchó como se alejaba pausadamente con cada paso.

Pasó una hora desde ese suceso, Jimin aún se encontraba en la bañera, dudado si ya podía salir de ella o no. Simplemente se arriesgó y salió de ella. Se colocó su bata blanca y observó sin tomar aquella carta que aún estaba en el suelo.

Suspiró y la tomó. Quizás debía abrirla para saber que tenía dentro pero también podía ser investigada por Taehyung. Un intruso en su casa era horroroso. Dios estaba asustado, aún no se había puesto a pensar cómo pudo haber entrado aquel sujeto sospechoso.

Pensó que era Taehyung pero era obvio que solo Jimin tenía llaves de su propia casa y era obvio también que había cerrado la puerta principal de la casa. Todas las ventanas las había cerrado pero cuando camino hasta su habitación, vio la ventana abierta. El frío viento entraba por allí y corrió a cerrarla con seguro.

Estaba asustado, si ese intruso entró, quiere decir que ya puede volver. ¿Pero quién quisiera entrar en su hogar? El no tenía enemigos como para tener a un intruso en su hogar. Se le erizaba la piel de solo recordar los pasos de aquel sospechoso.

Miró la carta y la abrió lentamente. Dentro de ella había una pequeña mariposa de plástico de color rojo. Su confusión apareció y se preguntó porque le entregaría una mariposa de color rojo.

Sus preguntas en su mente fueron pocas pero aún así, se recostó en su cama y antes de cerrar los ojos para caer en un sueño profundo, no olvido de mirar hacia todos lados. Después de eso, se dejó caer en el sueño.

Mientras el sueño transcurría para Jimin, el intruso se encontraba observando desde el armario, el cual se encontraba frente a la cama donde descansaba el rubio. Sonrío y movió un poquito la puerta para asombrarse para observar mejor.

Cualquiera que lo viera desde la expectativa de Jimin, podía ver cómo ese intruso se asomaba despacio dejando ver su cabeza y luego sus ojos como si fuera un monstruo en el armario.

A la mañana siguiente, Jimin se encontraba algo cansado porque en medio de la noche anterior solía despertarse a cada hora solo para ver a su alrededor. Pero aún así, decidió seguir su trabajo por la mañana.

Además también tenía una cita con Jungkook, debía seguir su trabajo para ayudarlo.

—¿Que tal el muñeco? ¿Te gusta?

La pregunta de aquel rubio angelical llegaron a los oídos del azabache y este se dió cuenta que estaba sentado ahora frente a el. Ambos en la oficina, solos y encerrados.

Al azabache solo le tomó segundos recordar lo de ayer y volvió a la realidad cuando lo vio frente a el. El sabía lo que había hecho en todo el día de ayer pero se lo guardó para el. Antes de responder la pregunta de Jimin, hizo otra.

—¿Tienes novio? Jimin.

Jimin se sorprendió ante su pregunta. Lo miró con sus labios entreabiertos y sus ojos grandes por asombro.

—No es bueno hablar de mi vida privada, quiero hablar de usted señor Jungkook.

—No me gusta hablar de mi, quiero saber de usted.

—Yo insisto saber de ti hoy, vamos Jimin ¿no quieres que seamos más cercanos?

Cualquiera que conociera a fondo a Jungkook, se daría cuenta que esa pregunta que venía de el era extremadamente peligrosa.

Pero Jimin era bueno y no lo veía así. No lo veía así porque Jungkook actuaba una imagen que Jimin podía ver cómo «inofensiva». Y eso hacia que Jungkook se pudiera escabullir como una serpiente alrededor de Jimin cuando esté cerraba sus ojos al verlo y volvía abrir sus ojos solo para encontrarse nuevamente con su imagen inofensiva.

— Está bien ¿Qué te gustaría saber? —Jimin sonrío amable y se cruzó de piernas.

—Me gustaría saber que gustos tiene ¿Tiene alguna comida favorita?

—Mmh, me gusta el spaghetti, de hecho es mi favorito.

Jungkook sonrío feliz mientras jugaba con sus dedos.

—Podemos comer algún día su plato favorito ¿Que le parece, señor Park?

Jimin dudó un poco mientras se acariciaba la mejilla con su palma y luego mojó sus labios con su lengua.

—Podemos cenar juntos.

—Eso me emociona, Jimin ¿Dónde deberíamos comer juntos?

—¿Que tal en un restaurante cerca de aquí?

—Ji-jimin.. yo..

—Esta bien, lo sé, aún no has superado tu miedo hacia las personas y lo entiendo, perdón.

Jimin sonrío cálidamente y continúo hablando con mucho cariño en su tono.

—Puedes venir a mi casa, comeremos juntos ahí.

Jungkook sonrío feliz nuevamente y se abrazó así mismo de alegría.

Objetivo: Park Jimin.

—★★★

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