One-shot
Esto está ambientando en la tierra #3490, donde Tony nació como una mujer con el nombre de Natasha y ella y Steve se casaron.
———————————
—¿Cómo describirías a Natasha Stark?
Steve levantó la mirada y sonrió.
—La mejor de las esposas y la mejor de las mujeres.
Aún recodaba perfectamente el día en el que conoció a la mujer más importante en su vida. El ser humano que él amó más que nada en éste mundo.
Natasha entró a la sala de juntas viéndose hermosa en aquel traje y botas de tacón altas, su cabello en ese entonces estaba corto a unos centímetros encima de sus hombros y con el flequillo largo y los aretes dorados brillaban en sus orejas. Steve sintió que el aire se le iba de los pulmones cuando la hija de Howard Stark le sonrió.
—Vaya vaya, usted ha de ser el Capitán América.—Dijo ella extendiendo una mano. Su voz era dulce y melodiosa. Música para los oídos de Steve.—Es un placer por fin conocerlo, Capitán.—Por alguna razón le encantó que ella lo llamara Capitán. Esperó que ella siguiera llamándolo así en el futuro.—Soy Natasha Stark.
Steve sintió un nudo en su garganta y las mejillas sonrojadas. Estaba tan embobado por la belleza de Natasha que no dijo nada, y la pelinegra se quedó viéndolo confundida ya que él no contestaba y no había aceptado su saludo. Escuchó a la segunda mujer del equipo reír y dirigirse hacia Natasha.
—¿Tú nombre también es Natasha?—Preguntó la pelirroja con una sonrisa.—Qué curioso, el mío también lo es. Natasha Romanoff.
Stark le sonrió a la pelirroja.
—Agente Romanoff. Por supuesto. No se preocupe, puede llamarme Tasha. Todos ustedes pueden.
—Pues si usted será Tasha yo seré Nat.
Ambas Natashas rieron entre sí. Parecía ser el inicio de una bella amistad.
Y del inicio del enamoramiento de Steve hacia Natasha Stark.
—No sé qué me pasó después de eso...—Steve rió y se encogió de hombros.—Me volví loco por ella. Ella era la mujer más hermosa que había visto en mi vida, cada vez que la veía me enamoraba más y en nuestra primera cita ella me confesó que había tenido un enamoramiento hacia mí cuando era preadolescente, y que le parecía surreal el ahora estar en un equipo de superhéroes conmigo. Cada vez que la veía pelear con tal agilidad y elegancia, cuando la escuchaba bromear, cuando escuchaba su hermosa risa o veía su hermosa sonrisa... todo de ella me encantaba. Me volví devoto hacia ella. Estaba dispuesto a dar mi vida por ella. A darle todo en éste mundo. Quería convertirla en la mujer más feliz del mundo. Quería que ella fuera mía, y que yo fuera de ella. Amaba a esa mujer más que a nadie en éste mundo. Cuando por fin empezamos nuestra relación fueron los momentos más felices de mi vida. Y pronto éramos Capitán América y Iron Woman: el dúo dinámico de héroes.
Eran compañeros tanto en vida como en el campo de batalla. Los demás miembros de los Avengers los veían juntos y cada uno de ellos no podía evitar sentir un poco de envidia por la hermosa relación que tenían. Hasta Clint, quien estuvo casado desde antes de unirse a los Avengers y aún así estaba seguro de que jamás había visto a una pareja más amorosa y feliz que la de Steve Rogers y Tasha Stark.
Tasha estaba loca por Steve, y Steve estaba loco por Tasha.
Como todos esperaron, ellos se casaron, y Steve había pensando que el día más feliz de su vida había sido cuando Tasha aceptó a ir con él a una primera cita, ya que en aquella cita declararon sus sentimientos por el otro, tuvieron su primera vez y empezaron su relación, pero estaba equivocado: el día más feliz de su vida fue en su boda con Tasha. Más específicamente en el momento en el que la vio caminar en el altar hacia él. Cuando la vio por primera vez pensó que ella era la mujer más hermosa que había visto. Todavía estaba seguro de eso cuando la vio caminar por el altar... usando su armadura de Iron Woman, un velo y sosteniendo un ramo de flores.
Aquel día en el altar juraron amarse y respetarse al otro, en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe, y ambos estaban decididos a cumplirlo. Eran de lo más felices juntos. Steve estaba completamente enamorado de Tasha, y se encargaba de mostrarlo de todas maneras posibles: trayéndole el desayuno a la cama, dándole masajes cuando ella volvía cansada de Industrias Stark, consolándola cuando ella despertaba de una pesadilla y tratándola como la reina que él pensaba que ella era. No estaba avergonzado de expresar y demostrar lo mucho que amaba a su esposa incluso si terminaba diciendo un discurso en el que mencionaba cada una de las cosas que amaba a tal punto de que ni su esposa podía callarlo.
Para él, Tasha era la mejor de las mujeres, y después de que se casaron se convirtió en la mejor de las esposas. Ella era cariñosa con Steve, cancelaba reuniones importantes para estar con él y lo ayudaba a adaptarse a la nueva era en la que se encontraba el Capitán, incluso si significaba quedarse horas viendo todas las películas que habían salido desde que Steve había quedado congelado y leer juntos incontables libros. También planeaban juntos estrategias para que los Avengers salieran victoriosos de sus misiones, y ella lo protegía en la batalla de la misma forma que él la protegía a ella. Todo era hermoso. Idílico. Perfecto.
—Todo era tan perfecto... y yo estaba tan seguro de que siempre iba a ser así... que cuando las cosas empezaron a ponerse mal, no podía creerlo. Empezaba a pensar que estaba en una pesadilla, pero era real...—La voz de Steve empezó a apagarse, el dolor de los recuerdos del pasado atormentándolo.—Intenté desesperado arreglar las cosas, para que Tasha y yo volviéramos a estar juntos, pero incluso si lo hubiera logrado...
"—Quítate esa armadura, ¿y qué eres?
—¡Soy tu esposa, Steve!—Tasha rompió en llanto y Steve inmediatamente se arrepintió de sus palabras.—¡Soy tu esposa, mierda! ¡No puedes hacerme esto...! ¡No podemos... no podemos...!"
—Ella y yo nos separamos. No solo nosotros, si no también el equipo. Nos dividimos en dos bandos y sin que el otro lo quisiera desatamos una guerra civil entre nosotros. Las cosas sólo empeoraron cuando Tasha se enteró sobre la verdad sobre Bucky, y ella estaba devastada. No podía creer que el hombre que había sido mi padrino en nuestra boda había matado a sus padres.—Steve apretó los puños encima de su regazo.—Pero a pesar de todo, yo todavía la amaba, pero había perdido su amor. Después de eso tuve que escapar, me convertí en un fugitivo, y no había noche en la que no deseaba estar en casa con mi amada esposa, dormir tranquilo a su lado sabiendo que al día síguenos me despertaría y vería su hermosa cara... ella era la mejor de las esposas y la mejor de las mujeres, y yo era el idiota que había roto su corazón...
Rápidamente se limpió las lágrimas que llegaron. Strange lo veía aparentemente sin expresión alguna.
—La siguiente vez que la vi después de eso... después de lo de Thanos... cuando ella bajó de aquella nave espacial, viéndose toda débil y desnutrida, me sentí terrible, y cuando ella colapsó en mis brazos y la abracé... me di cuenta de que su contacto era una de las cosas que más había extrañado sobre ella... su piel seguía siendo igual de suave, y ella seguía oliendo igual de bien...
Aquella noche Tasha lloró en el hombro de Steve, «Perdí al niño, Steve, lo perdí...» Steve no había conocido mucho a aquel joven chico de Queens que Tasha había tomado como su protegido, pero según había escuchado ella había llegado a ver al muchacho como su hijo, y el que Peter Parker muriera desvaneciéndose le había dolido tanto o más de lo que a Steve le dolió ver a Bucky desvanecerse.
Durante la corta estadía de Tasha en las instalaciones ellos hicieron lo posible para ignorar la presencia del otro mientras que esperaban a que Tasha se pusiera mejor después de pasar semanas sin agua o comida atrapada en medio del espacio, Steve intentaba acercarse a ella pero ésta lo evitaba. Hasta que, la noche antes de que Tasha se fuera, no podía dormir ante el insomnio que le causaba el saber que su ex esposa, de la cual él seguía enamorado, estaba en el mismo lugar que él, sabiendo que tuvo muchas oportunidades para acercarse a ella y arreglar las cosas pero no las aprovechó lo suficiente.
Se puso alerta al escuchar la puerta de su habitación abrirse. Prendió la lámpara que se encontraba en la mesita de noche y se levantó un poco sentándose en la cama.
Jadeó al ver a Tasha entrando a su habitación, vistiendo una bata de seda negra. Ella cerró la puerta detrás de ella y lo miró. Era la primera vez en, ¿cuánto tiempo? ¿Un año? ¿Dos? Que se veían a los ojos. Tasha apretó los labios y empezó a deshacer el ligero nudo del cinturón que mantenía su bata cerrada para luego deslizarla por sus brazos y dejar que cayera al suelo, ahora solo usaba un camisón de seda y encaje, también negro y muy corto.
—Tasha...—Steve jadeó y sintió sus mejillas rojas y su corazón latir de una forma en la que no lo había hecho en un largo tiempo. Tasha se acercó al borde de la cama, se subió a ésta y empezó a gatear hasta quedar sentada en el regazo de Steve. Steve sabía que Natasha estaba sintiendo su dura entrepierna, y ella empezó a moverse un poco encima de ésta, rozando ambas entrepiernas.
—Escúchame bien Rogers porque solo lo diré una vez:—Tasha tomó el rostro de Steve entre sus manos. Él la veía embelesado, de la misma forma que lo había hecho cuando se conocieron. Tasha todavía podía volver loco al Capitán a pesar de todo lo que había pasado entre los dos.—Hagámoslo una última vez antes de que me vaya. Por los viejos tiempos. Después de eso ambos tomaremos nuestros propios caminos y ya no nos veremos. ¿Qué dices?
Steve lo pensó. Eso de jamás volver a ver a Tasha le dolía de tan solo pensarlo. Alguna vez había sido su peor pesadilla. Todavía lo era, de un modo. Pero había extrañado demasiado a Natasha, extrañado tocarla y besarla, escucharla gemir su nombre y que ella suplicase por más, que no dejaría ir la oportunidad de pasar una noche más con su Iron Woman.
Ya habían perdido como superhéroes y como consecuencia el 50% de la población ya no estaba. ¿Qué más les quedaba por perder?
El hacerlo con el Capitán América era mejor de lo que Tasha recordaba. Ella no lo negaba, seguía enamorada de su esposo—Sí, esposo, porque con todo lo que había pasado nunca tuvieron tiempo de pedirle al otro el divorcio o firmar papeles.—, pero después de todo lo que había pasado no solo entre ella y Steve, si no también en el espacio contra Thanos, y el haber visto a Peter morir frente a sus ojos, la había dejado tan dañada que se sentía incapaz de volver. No estaba lista para perdonar a Steve y tampoco se sentía capaz de seguir siendo Iron Woman después de haber fallado para salvar al mundo.
Oh, Peter, su pequeño Peter... Ella había visto al joven de Queens como un hijo, en parte porque jamás tuvo hijos con Steve mientras que estuvieron casados, y sabía que el chico la admiraba mucho y hasta la veía como una figura materna. Después de enterarse de que Peter era huérfano, y tras hablarlo con la tía de éste y que le diera su aprobación, había planeado empezar de nuevo y adoptar a Peter como su hijo, pero luego fue alertada de la amenaza de Thanos y antes de que pudiera preguntarle al chico si le gustaría quedarse con ella y convertirse en el heredero Stark, Peter se desvaneció frente a sus ojos.
—No me quiero ir, Señora Stark...
Steve y Tasha no se arrepintieron de aquella ultima noche juntos. Sintieron que ambos lo necesitaban, necesitaban sentir el contacto del otro una vez más antes de separarse. Habían extrañado el estar con el otro de esa forma, pero ninguno de los dos lo admitiría. Solían conocer tan bien el cuerpo del otro, que redescubrir aquellos cuerpos que habían amado fue maravilloso para los dos.
El más grande deseo de Steve que se había separado de Tasha se había vuelto realidad: Dormir en la misma cama que Natasha Stark, sentir el calor de la mujer a la que más amaba en el mundo, el amor de su vida, a quien consideraba su alma gemela. Pudo volver a abrazarla mientras que se acurrucaban en la cama después de que los dos hubieran pasado la mejor noche que alguno de los dos había tenido en un largo tiempo.
Pero no pudo ver a Tasha despertar a su lado la mañana siguiente o ver la hermosa sonrisa de la que se había enamorado. Cuando se despertó no pudo evitar entristecerse al ver que Tasha no estaba a su lado, después de vestirse la buscó por todas las instalaciones, y tras preguntarle los Avengers que estaban ahí todos le dieron lo mismo:
Tasha se había ido.
—Las cosas fueron justo como ella quería después de eso—Steve siguió explicando. Se cruzó de brazos y suspiró mientras que Strange lo veía escuchando atentamente cada una de sus palabras.—No nos vimos o hablamos durante los primeros cinco años después del chasquido... luego... Scott apareció de la nada con una idea descabellada que podría funcionar... fui a ver a Tasha para pedirle ayuda... y...—Tragó saliva.—Y... cuando la vi... me enteré de que ella ahora... ella...
Aquel día Steve se estacionó en frente de la cabaña en la que, supuestamente, ahora vivía Tasha. Romanoff le había dado la dirección. Ella y Stark jamás dejaron de ser amigas, por lo tanto mantuvieron contacto en esos últimos cinco años.
Sintiéndose nervioso, se acercó a la cabaña y vio una tienda de acampar no muy lejos de la cabaña, habían muñecas tiradas afuera de la tienda de acampar y una pequeña mesita con un juego de té.
—¡Morgan!—Se estremeció. Tasha se había asomado desde adentro y no pareció haber notado a Steve.—¡Ven adentro, es hora de almorzar!
—¡De acuerdo Mami!
Steve se congeló. De la tienda de acampar salió una pequeña niña usando un vestido rosa y una sudadera azul oscuro que le quedaba un poco grande. La niña sonriente fue hacia Tasha, la abrazó por la cintura y Tasha le acarició el cabello para luego dejar que la pequeña entrara.
—No...—Steve tragó saliva, pero aún así sintió su garganta seca.—no... puede ser...—¿Sería posible lo que estaba pensando?—¡Tasha! ¡Tash!
Natasha jadeó y retrocedió al verlo. Cerró la puerta mientras que Steve subía las escaleras del porche y prácticamente acorralaba a Natasha.
—S-Steve...—Ella jadeó.—¿Qué haces aquí...?
—Yo... yo...—La verdadera razón por la que Steve había ido a ver a Stark había desaparecido de su mente. Ahora su mente estaba llena de preguntas.—Yo... por el amor de Dios, Tasha, ¿es esa tu hija?
Tasha apretó la mandíbula y se abrazó a sí misma. Steve la conocía lo suficiente como para saber que estaba debatiendo entre decirle la verdad o no.
—Sí, Steve, ella es mi hija.—Contestó por fin.—Mi pequeña Morgan.
Steve sintió un fuerte apretón en el pecho. Sintió ganas de llorar. Cuando él y Tasha estuvieron juntos jamás lograron tener hijos, en parte porque no tenían tiempo por lo ocupados que eran los dos, ahora...
—¿Y ella es... ella es...?
—Sé lo que vas a preguntar, y no.—Tasha negó con la cabeza y la pequeña esperanza que había estado formándose dentro de Steve se rompió.—Ella no es tu hija, Steve. Ella... ella es mía, y puedo cuidarla yo sola.
—Pero... si no es mi hija... ¿de quién...?
Tasha frunció el ceño.
—Eso no te incumbe.
—Pero...
—¿Pero qué?—Tasha lo miró furiosa.—Ya no eres mi esposo, ¿o sí, Rogers?—Miró rápidamente las manos de Tasha y no vio anillo alguno en ellas.—Ni siquiera nos vimos después de que te mandé los papeles de divorcio.
—... Ella me habló de ti...—Steve levantó su mirada llena de lágrimas y miró a Strange, quien sentado en el sillón en frente de él había escuchado toda la historia de cómo Steve y Tasha se habían conocido y luego separado.—El gran doctor Stephen Strange...—No se molestó en ocultar su odio por aquel mago. No solo odio, si no también celos.—Dijo... que ustedes estuvieron juntos varias veces... que formaron una amistad, todo eso antes de que Thanos atacara... ¿es eso cierto?—Stephen asintió.—¿Y qué hay de Morgan? ¿Es ella tu hija?
—No lo es.—Dijo volviendo a negar con la cabeza.—Estoy seguro de eso. Pero tampoco es tu hija, Capitán Rogers.
Steve apretó la mandíbula con furia.
—¿Cómo estás tan seguro? Tasha y yo tuvimos relaciones después de que ella volviera a la tierra, antes de se fuera de las instalaciones, y luego la próxima vez que la veo tiene una hija de cinco años. Ella me dijo que Morgan no es mi hija, pero sospeché que me mentía.—Al no recibir respuesta del hechicero, la furia de Steve aumentó.—¿Tú la amabas?—Strange lo miró sorprendido.—Ustedes se acostaron juntos, ¿no es así? Acabas de confirmármelo. ¿Fue todo casual, o la amabas?
Stephen miró entristecido al Capitán y Steve no pudo evitar sentir satisfacción.
—Amé a Natasha Stark, pero no pude amarla más de lo que tú la amaste, porque sabía que ella también te amaba todavía.
Lágrimas a furiosas bajaron por las mejillas de Steve.
—Tú la amabas... entonces, ¿porqué dejaste que esto le pasara?—El tan solo recordar el cuerpo de Natasha, con quemaduras y partes de su armadura derritas en su piel, lo horrorizaba. Sentía ganas de llorar y gritar como lo había hecho cuando Tasha chasqueó los dedos para hacer que todo el ejército de Thanos y el titán loco murieran, y vio el estado en el que su amada Tasha había quedado.—Ella no lo merecía... ¡Ella tiene una hija, y acababa de recuperar al chico que veía como su hijo! ¡Y ahora mismo está medio muerta, sufriendo, intentando sobrevivir mientras que su amigo intenta salvar su vida!
Cuando se dieron cuenta de que Tasha todavía respiraba a pesar de lo dañado que quedó su cuerpo por el chasquido, inmediatamente la trasladaron, y ahora, Bruce y la princesa Shuri hacían todo lo posible para salvarla. Ayudarla. Pero por lo que Steve había oído, las cosas no iban bien.
—¡Era la única forma!—Exclamó Strange furioso mientras que se levantaba.—¡Vi todas las realidades posibles para encontrar una forma de ganarle a Thanos, y en la única en la que ganamos incluía a Natasha sacrificándose por el universo! ¡Después de verla en tal estado, quise usar la gema del tiempo para restaurar su cuerpo, de verdad quise hacerlo! ¡Pero se suponía que esto iba a pasar! ¡Se suponía que las cosas iban a terminar así y yo no podía interferir!
Steve gruñó, tomó a Strange del cuello de su túnica y lo puso contra la pared para luego golpearlo.
—¡ERES UN MALDITO!—Gruñó fuertemente para luego darle otro puñetazo a Strange. Su sangre hervía de furia y empezaba a sentirse histérico.—¡Thanos ya había muerto, y tú no pudiste usar tu estúpido ojo para salvar a Tasha! ¡Preferiste dejar que ella quedara al borde de la muerte que interferir con lo que supuestamente tenía que pasar!
Steve jadeó sorprendido cuando la capa de Strange, como si tuviera vida propia, envolvió su cuerpo y lo alejó del mago.
—Le tendré que pedir, por favor, Capitán Rogers, que se calme.—Dijo Strange con voz calmada pero mirada de furia mientras que su capa volvía a ponerse en sus hombros. Miró en dirección al final del pasillo, en donde ahora mismo estaban intentando salvar la vida de Tasha. Strange suspiró y miró a Steve.—No vi más allá de éste punto ya que tenía miedo de lo que iba a ver, así que no sé si Tasha sobrevivirá a esto, por lo que siento la obligación de decirle algo en caso de que Tasha no sobreviva a esto.
Esas palabras enfurecieron a Steve. Quiso decirle a Strange que Tasha iba a sobrevivir, que ella tenía que sobrevivir, pero ni él estaba seguro de eso.
—Steve...—Strange tomó aire.—Morgan no es hija mía y tampoco es tu hija. Eso lo sé porque... antes de que sucediera la guerra civil, antes de que ustedes se separaran, Tasha se enteró de que ella no podía tener hijos...
Steve jadeó, sorprendido y dolido ante esas noticias. Eso explicaba un poco porqué durante su matrimonio con Tasha, a pesar de que ellos no usaban protección, ella jamás quedó embarazada.
—¿Entonces Tasha adoptó a Morgan?—Para la sorpresa de Steve, Strange negó con la cabeza.
—Es más complicado que eso...—Strange suspiró y se cruzó de brazos.—Tasha Stark es sin duda alguna una de las personas más inteligentes del mundo... ella... ella creó a Morgan con sus propias manos. Construyó a una robot bebé que podía crecer con los años como una persona normal y diseñó un software para que sintiera emociones reales y aprendiera cosas de la misma forma que lo hacía un humano promedio conforme va creciendo.
—¿Q... qué...?—Steve nunca antes en su vida se había más confundido.—¿Morgan... Morgan es una robot? ¿Tasha la construyó?
Strange asintió.
—Después de lo que pasó ella estaba devastada. Pasaba horas y horas encerrada en su taller construyendo cualquier cosa que se le viniera a la mente hasta que decidió construir a la hija que sabía que jamás pudo tener. Morgan es la forma de tecnología más avanzada que existe en éste mundo. Tiene voluntad propia, se comporta como si fuera una persona real, tiene las necesidades de una persona, como el querer comer o dormir, y su cuerpo es una máquina programada para actualizarse y crecer cada año. Ella no tiene idea de que es una robot, y si esto saliera a la luz no se sabe lo que harían con Natasha, o con Morgan. El mundo cree que Tasha Stark tuvo una bebé y simplemente decidió ocultar su embarazo. Sus amigos más cercanos creen que ella adoptó a una bebé y simplemente decidió mantener secreto al público que la había adoptado. Los únicos que saben la verdad sin ella y yo, porque yo vi que Tasha terminaría construyendo a su hija en ésta realidad, a excepción de las otras realidades en las que Morgan en una humana y su hija biológica.
Steve suspiró y se dejó caer encima del sillón. No tenía ni idea de cómo sentirse o qué pensar. Esa era demasiada información para procesar.
—¿Por qué acabas de decirme esto?—Preguntó levantando la mirada y viendo a Strange. El que Tasha hubiera construido a una hija robot que fuera tan avanzada que podía crecer y aparentar ser una persona real era más alocado que el hecho de que él tenía cien años, había peleado en la guerra y aún así parecía un hombre en sus treintas.
—Porque Morgan es la hija que Natasha deseó haber tenido contigo.
Steve jadeó, sintiendo que necesitaba tomar aire salió de las instalaciones al patio de atrás, se sorprendió al ver a Natasha Romanoff y a Carol en el jardín con Morgan, las tres sentadas en la pequeña mesita que Steve había visto cuando fue a la cabaña de Tasha por primera vez. Las mujeres intentaban jugar a las muñecas con Morgan para animarla, pero la niña seguía mostrándose entristecida.
—... Hey, chicas...—Saludó nervioso, mirando a Morgan sin saber cómo pensar de ella ahora que sabía la verdad.—¿Cómo va todo?
Morgan jadeó al verlo, se levantó y se abrazó a la pierna de Steve.
—¡Señor Capitán!—Sollozó Morgan, con lágrimas de verdad.—¡Señor Capitán! ¿Mi mamá estará bien? ¡Por favor, dígame si va a estar bien!
Steve suspiró, extendió una mano y le acarició el cabello a Morgan.
—Lo siento pequeña, pero... no lo sé...
•••
Cuando despertó Steve recibió las noticias que le hicieron romper en llanto: Tasha había sobrevivido.
Corrió hacia la habitación en la que Natasha se estaba quedando y al verla sintió que el estómago se le revolvía: Tasha tenía varias máquinas conectadas a ella, vendajes y lo más notable era que, casi toda la parte derecha de su rostro estaba lleno de quemaduras, y también parte de su cuello y hombro, el brazo derecho, en el que había tenido las gemas al momento de chasquear los dedos, seguía rodeado por el metal de la armadura, partes de la armadura se habían quemado, derretido y adherido permanentemente a varias partes de su cuerpo, y toda su cabeza estaba afeitada y vendada.
Pero, por lo menos, seguía viva.
Encima del regazo de Natasha, Morgan estaba acostada. Tasha tenía una mano encima de la cabeza de su hija mientras que Morgan dormía. Tasha mantenía los ojos cerrados, pero era un gran alivio saber que no estaban cerrados porque ella estuviera muerta.
Steve se acercó un poco, sollozando de felicidad silenciosamente. Morgan estaba rodeada de dibujos notablemente hechos por ella, en uno de ellos estaba Tasha en su armadura de Iron Woman, Morgan había escrito arriba con crayón rojo: «Mi mamá es mi héroe.». A Steve le sorprendió ver otro dibujo en el que estaban él y Tasha, como Capitán América y Iron Woman.
Con cuidado, se inclinó y plantó un beso en la frente de Tasha.
La mujer que había salvado al mundo... de verdad era la mejor de las mujeres.
•••
—¿Ves mi brazo y mi pierna cubiertos por la armadura? Ya no me sirven. No los siento y no puedo moverlos. Hablé con Bruce y la princesa y me los van a amputar, y cuando tenga tiempo diseñaré unas prótesis para mí. Tendré que usar una silla de ruedas durante un tiempo y Nat me llevará a comprar una peluca para que la use mientras que esperamos a que mi cabello vuelva a crecer, pero hay la posibilidad de que no crezca completamente en las partes de mi cabeza en las que tengo quemaduras así que tal vez lo mantenga corto. Nat y Carol dicen que me llevarán a una tarde de chicas cuando sea capaz de caminar otra vez para que pueda relajarme, y que las dos me ayudarán a cuidar de Morgan, ellas son tan dulces, soy suertuda de tenerlas como amigas...
—Eres suertuda de estar viva, eso eres.—Steve tomó la mano de Tasha que no estaba cubierta por restos derretidos y quemados de metal y la besó.—Eres oficialmente la persona más valiente que conozco.—Tasha le sonrió, una sonrisa débil y cansada. Habían pasado varios días, Tasha estaba empezando a verse mejor, pero pasaría un largo tiempo en reposo. Steve suspiró.—Tash, Strange me dijo la verdad sobre Morgan.
Tasha jadeó, lo miró sorprendida y un poco asustada.
—¿Y qué vas a hacer con esa información?
—Lo mismo que tú hiciste. Lo mantendré un secreto. Respetaré la privacidad tuya y de Morgan.
Tasha suspiró aliviada.
—Me alegra que entiendas mis razones para mantenerlo un secreto. Si se enteraran de que creé a una robot como Morgan, podría ser arrestada, o podrían llevarse a Morgan... nadie más puede saber de esto, especialmente Morgan... no sé cómo se sentiría ella si se enterara de que es... bueno, de que es una máquina, de que literalmente la programé para ser una persona... pero te aseguro que me agradecerá por no tener que pasar por la pubertad y no tener su periodo.
Steve rió nervioso. Tasha rió a carcajadas, pero luego empezó a toser fuertemente y Steve entró en pánico. Le dio un vaso de agua que estaba en la mesita al lado de la cama y ella lo tomó para luego suspirar. Ambos quedaron callados durante unos momentos, no era un silencio incómodo, simplemente disfrutaban la compañía del otro.
—Hay... algo que debo decirte...
—¿Y eso es?—Preguntó ella viéndolo.
—Tasha, te quiero de vuelta—Tasha lo miró sorprendido, sin creer lo que él acababa de decir.—. Quiero que empecemos de nuevo, quiero ser como padre para Morgan—Sollozó... casi moriste, Tash. Casi te pierdo otra vez... no quiero volver a perderte...—Volvió a sollozar.—Te amo, ¿de acuerdo? Te amo demasiado. He pensado en ti cada día desde que nos separamos. Quiero ayudarte a recuperarte después de esto... podríamos retirarnos juntos y cuidar de Morgan juntos... si quieres... hasta podríamos adoptar a ese chico Peter, como tú tenías planeado hacerlo antes de que todo empezara... perdón si te estoy abrumando por hablar sobre un nuevo futuro juntos cuando deberías descansar, pero, he pensado mucho en esto, y... bueno... yo...—Se aclaró la garganta.—Creo que no debí hablar...
Tasha le sonreía de manera cálida. A pesar de estar casi desfigurada por las quemaduras y la falta de cabello, todavía tenía esa sonrisa que Steve tanto amaba. Quería proteger esa sonrisa.
—Steve... Steve, ven aquí, por favor. Acercarte...
Steve, un tanto ansioso, se inclinó y un poco y se sonrojó fuertemente cuando Tasha lo besó. El primer beso de los dos en cinco años. Steve disfrutó ese corto beso lo más que pudo. Había extrañado los labios de su Natasha, aquellos labios a los que había sido adicto hace lo que sentía como siglos.
—Steve Rogers, mi Capitán, no tienes idea de lo mucho que te extrañé en estos últimos cinco años, y lo mucho que he soñado con que tú y yo seamos los padres de Morgan... pero...—Su mirada fue de tristeza y eso partió el corazón de Steve. Quería impedir de cualquier forma que Tasha volviera a sentirse triste. No quería dejar que una lágrima volviera a salir de sus bellos ojos. Quería que los siguientes días de Natasha Stark ahora que ella se había salvado de la muerte estuvieran llenos de felicidad.—¿Estás seguro de que quieres volver conmigo... cuando yo soy éste desastre...? Yo... ya no soy la mujer de la que te enamoraste, Steve...
—Eres Natasha Edwina Stark. Eres Iron Woman, la salvadora del universo. La heroína de todos. Mi heroína. Eres un modelo a seguir para tu hija, quien te ama y te admira. Eres la persona más valiente que conozco. Conocerte fue lo mejor que me pasó después de ser descongelado... Tasha... eres... la mejor de las esposas y la mejor de las mujeres.
—Pero... Steve...—Ella suspiró.—Ya no soy tu esposa...
—¿Y si hacemos algo al respecto?—Sonrió, la tomó de la barbilla y le besó la mejilla encima de las quemaduras.—No miento cuando digo que sigues siendo la mujer más hermosa que he visto en mi vida, Tash.
Tasha sonrió con los ojos llenos de júbilo y lágrimas.
—Dices que soy la mejor de las esposas y la mejor de las mujeres... y yo siempre pensé que tú fuiste el mejor de los esposos y el mejor de los hombres. Durante muchos años mi más grande deseo fue el tener una vida tranquila contigo, los dos retirados y sin preocuparnos por los villanos o por ser superhéroes, y teniendo una familia contigo.—Ella intentó levantar una mano para limpiar sus lágrimas, pero apenas podía mover el brazo que no iba a tener amputado.
—¿Qué te parece si hacemos ese sueño realidad?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro