020
Esta película contigo.
Taehyung estaba en la estación de trenes con Jaechan entre sus brazos, el pequeño tenía su rostro escondido en el cuello y lo abrazaba fuertemente. Estaba tratando de entender, él en serio quería entender por qué ya no vería a su papi ni a su tío Jimin. Cuando le dijo, Jaechan había hecho su primer gran berrinche, alguna vez en el pasado había tenido rabietas, pero fueron pequeñas, cortas y entendía al instante por qué le regañaban. Sin embargo, ¿qué había hecho para que le castigara alejándolo de sí?
"Vas a irte con los abuelos, me he caído, me he raspado y no puedo sanar tan rápidamente" le susurraba a su hijo que estaba en la camilla intentando de procesar lo que le estaba diciendo. "No soy tan fuerte como tú mi niño, debes darme tiempo."
"Pero... Yo sano cundo estoy contigo, ¿no es lo mismo contigo?" el peliplata acarició su mejilla.
"Créeme que tienes el mismo efecto en mí, mi amor, pero..."
"¡No es justo! ¡Casi nunca tás conmigo! ¡¿Ya no me quieres?!" su pequeño y regordete rostro estaba rojo del enojo y el dolor.
"Te amo, yo en serio te amo" dijo Taehyung con el corazón quebrándosele. "Pero cuando estés más grande, lo comprenderás y te prometo que haré todo lo posible para que regreses a vivir conmigo y Yeontan."
Jaechan negó, las lágrimas surcando sus mejillas. Se sentía molesto y lastimado, ¿por qué debía separarse de su papi? ¿Acaso no era un buen hijo? Siempre se portaba bien, siempre se comía todo, ¿era porque se le había olvidado como atar sus cordones?
"Estaremos juntos pronto, mi amor" le susurró dando muchos besos en su cabeza. Jaechan no quería gritarle, estaba molesto, pero no quería gritarle a su papá. No lo entendía, no iba a entender porque lo alejaba de esa forma, pero no quería gritarle. Era su papá y lo amaba.
Estaba sin hablar, recordando qué había hecho mal para recibir un castigo. Porque eso era para él: un castigo. Ir a la casa de los abuelos no es que no le gustara, pero ¿quedarse con ellos sin ver a su papá? Eso sonaba muy horrible. Con que ya lo extrañaba demasiado cuando se iba a trabajar y estudiar, ¿cómo iba a soportar no verlo por días? Y los días eran demasiados largos para él.
La señora Park estaba mirando a Taehyung, y miró al cielo, pensando en su pequeña hija. Seguro que ella también estaría triste, pero lo comprendería. Y ella cada vez entendía que la decisión de su hija había sido la mejor: Jaechan y Taehyung estaban destinados a crear ese precioso lazo sin sangre, solo con el alma y mente.
Y esperaría, junto a su esposo, a que el peliplata se levantara para poder devolverle a Jaechan. Sabía que lo lograría, y le ayudarían incondicionalmente. Después de todo, era como un hijo para ella.
El metro sonó a lo lejos con el anuncio del altavoz que avisaba la separación de ambos. Jimin estaba contra un muro, conteniendo las lágrimas para no llorar frente a Jaechan. Alguien debía ser fuerte en ese momento y su mejor amigo y su sobrino estaban llorando.
Su hijo se aferró más a su cuello, negándose a irse.
"Chanie" le llamó apartándolo levemente de su cuello buscando su mirada.
"Me guta tu olor" le dijo el niño con los ojos brillantes.
"A mí me gusta todo de ti, te adoro" le sonrió entre sus ojos lagrimosos.
"No quiero ir..." soltó. "No sin ti..."
"Yo tampoco, pero quiero lo mejor para ti."
"Lo mejor es quedarme contigo..."
Taehyung asintió erráticamente llorando más y lo abrazó contra sí con el corazón escapándosele.
"Te diré algo bebé; te llevarás mi corazón, lo protegerás y cada que me extrañes solo tienes que escucharlo palpitar."
"Pero a mi todo se me cae..." lloriqueó preocupado por el corazón de su papi.
"Lo guardaremos junto a tu corazón, llevarás tu mano hasta tu pecho y ahí nos sentiremos. Mientras tu corazón palpite con el mío, estaremos juntos, ¿vale?"
"Vale..."
Jaechan se despidió de su tío Jimin, y de su tío Changkyun que iba a llevar a Taehyung a buscar un nuevo empleo. Luego, fue cargado por su abuelo que les dio una bonita sonrisa y besó sus mejillas. Se montaron en el metro y lo último que vio Taehyung fue el tren llevándose a su precioso Jaechan.
Jungkook bajó de la motocicleta cerca del auto de Jooheon. Él estaba sacando su maletín de su coche cuando le miró; ojos apagados, cabello algo desordenado, más delgado y con unas ojeras. El azabache le miró.
"¿Qué?" le preguntó, algo irritado. La verdad es que esa semana había sido difícil con todo lo de Taehyung, Kihyun y su madre. Ella había cambiado y le había dicho que hablaría con su padre, pero el hombre andaba demasiado molesto y estaba a la defensiva, extrañamente. Se veía también algo apagado, como si algo le persiguiera.
Pero era imposible de saber.
"¿Dónde está Kihyun? Siempre lo veo rondando cerca de ti, ¿anda con su novio?"
Ah, Kihyun. Cómo le extrañaba. Había pensado en lo que le había soltado ese día, y sentía demasiado fuerte su ausencia. Ya sea para platicar o simplemente salir. Y ahora se daba cuenta de que Kihyun siempre había hecho todo para estar a su alrededor. Se sentía terrible.
"Está enojado conmigo" le explicó brevemente.
"Uhmm, ¿y tu chico, Taehyung? ¿Ya te vengaste?"
Jungkook bajó la mirada recordando que no había hecho ni un avance con él. Bueno, sí que lo había hecho, pero a base de engaños y todo para arruinarle la vida. La verdad, es que en sus planes no estaba dejarlo sin trabajo, había entrado en pánico nada más. Había actuado como el mayor de los idiotas y ahora sentía un horrible vacío al encontrar su bandeja vacía sin sus lindos mensajes.
"No lo sé, no sé qué está pasando" espera que Jooheon entienda lo que quiere decirle, pero al parecer su amigo no anda con mucho tiempo.
"Sea lo que sea, los chicos y yo iremos a tomar unas cervezas más noche, en el bar de siempre, puedes caer si quieres. Yoongi y tú parecen arrollados por la vida."
Jungkook soltó un suspiro y dejó la moto asegurada con el casco. Caminó dentro del campus despidiéndose de Jooheon pues él tenía sus propias clases. Sin poder evitarlo, miró hacia los pasillos contrarios, esperando ver a su pelirrosa corriendo hecho furia hacia sí, pero no ese día. Ni los anteriores, Kihyun iba a en serio y ni siquiera estaba contestando las llamadas.
Decidido a tomar el desayuno a pesar de tener el estómago cerrado llegó a la cafetería por un licuado natural y se encontró con el peliplata en una mesa sentado mirando hacia el campus y la mano jugando con los palillos.
De pronto, se sintió pequeño. Demasiado pequeño. Su corazón repiqueteaba exigiéndole que fuese a disculparse, aunque la vergüenza lo estuviese comiendo. Sabía que Taehyung iba a gritarle, pero quería escucharlo. Quería una mirada. Pagó el licuado y se acercó hasta a él para sentarse frente a él.
"Hey" saluda porque Kim se ve perdido y no se da cuenta que se sienta hasta que habla. En su rostro no hay expresión.
"¿Qué haces aquí?"
Era ahora o nunca. Sus ojos conectaron con los fríos de él, sin embargo, y no sabía si era locura, pero podía ver un poco de cariño y anhelo en su mirada. Dios...
"Yo..."se lamió los labios. "Quería pedirte disculpas, fui un hijo de puta, y no sé cómo arreglarlo..."
Taehyung elevó ambas cejas, y sonrió de manera sarcástica elevando sus cejas. Se pasó una mano por su cabello que ya estaba perdiendo un poco del tinte plateado.
"Oh, qué lindo de tu parte. Si tú no sabes cómo arreglarlo, yo mucho menos" se encoge de hombros. "Ya he perdido todo."
"Mira, Taehyung, sé que estás enojado y..."
"No, cállate..." le soltó sus ojos llenándose de lágrimas y los cerró. "Te juro que estoy intentando odiarte, te juro que estoy tratando de olvidarme que existes, pero aún cuando lo intento, todo lo que me dijiste como ese fantasma que nunca existió yo... no puedo, en serio no puedo" llevó una mano hacia su sien y luego acarició todo su rostro. "Solo vete, ¿sí? Perdona que no me haya querido acostar contigo, no suelo hacer eso, pero de haber sabido que todo esto me pasaría, me hubiera subido a tu moto y que me follaras en cualquier parte solo para salvarme de este dolor..."
El azabache no supo que decir. Ese no era el Kim Taehyung que conocía. Estaba esperando que lo mandara a la mierda, cualquier cosa, menos eso. Y el peliplata continuó.
"Y cada que pasas por mi cabeza, me sienta mal imaginarme abrazándote cuando debería partirte la cara" suelta. "Debí haberme detenido, no debí enamorarme de ti. O al menos, no debí habértelo dicho" negó. "Debí recordar lo que era Jaechan para mí, eso me hubiese detenido, pero tú quebraste cada muro con cada palabra falsa. Con cada 'te quiero' antes de irme a dormir y eso me hacía sonreír, me hacía sentir que valía la pena." Le sonrió. "Soy tan patético, y solo quería sentirme valorado por alguien que me aceptara con todo y mi hijo, pero solo encontré un enredo de mentiras en el que me envolví solo, claro, con un poco de tu ayuda."
"Taehyung" pero el peliplata lo calló colocando su dedo en sus labios.
Ambos se miraron, en un largo silencio que el mayor instalo. Sus bonitos ojos apagados brillaron con suavidad antes de sonreírle, con ternura y afecto. Como si Jungkook fuese lo más bonito ante sus ojos, quizá lo fuera, muy a su pesar.
"Imaginé como sería encontrarnos cuando volvieses de China" Jungkook aprieta sus labios. "Creí que me invitarías a comer, o yo lo haría. Pensaba llevarte a jugar bolos, porque a pesar de que soy malo, me hubiese divertido mucho sobre todo porque siempre sueltas chistes tan tontos. Me hacen falta, mucha falta. Me hacen falta las noches durmiendo tarde por simplemente leer tus palabras y porque me mandases una foto. Imaginé el momento en el que nos veríamos, soñaba con que nos tomaríamos las manos, con ir al cine con mi hijo... Sabía que él iba a adorarte. Y lo hace..."
Sus ojos comenzaron a brillar más por la capa de lágrimas que amenazaba con estallar.
"Pensé en que quizá a veces no te molestaría ir a casa conmigo y mi hijo luego de un largo día solo para acurrucarnos los tres en mi sofá mientras acariciaba tu cabello y el de Jaechan" Taehyung comenzó a llorar antes de acariciar sus labios. "También me imaginé besándote, abrazándote y haciéndonos promesas tontas. Jungkook... Yo iba muy en serio, porque no tengo tiempo para juegos... Creí firmemente que por fin había encontrado al indicado. Y sé, sé que no debería decirte todo esto," su dedo caminó hacia la mejilla del menor, el resto de los dedos reuniéndose con él y delineando su rostro con suavidad "sé que debería estar odiándote, sé que debería estar comprando un muñeco vudú para quemarte o algo, pero el caso es... Que no puedo hacerlo," le sonríe de nuevo y toca su barbilla, Jungkook toma su mano, acariciando su muñeca delgada "porque, al fin y al cabo, tuvimos algo, falso, pero lo tuvimos" suspiró. "Tuvimos una película triste, juntos. Y me estoy abriendo a ti, como solía hacerlo cada noche cuando me ahogaba en problemas. Solo espero, en serio, espero que tú hayas podido liberarte un poco de lo que te atormentaba conmigo. Y quiero que entiendas que quererte es demasiado doloroso."
Taehyung sacudió su muñeca para que le soltara, y Jungkook no pudo sostenerla, sintiéndose demasiado frágil y desarmado con todas aquellas palabras. Observó cómo se levantaba y tomaba sus cosas mientras que su cuerpo se quedaba estático y sus dedos y labios hormigueando por abrazarle y besarle. El peliplata le otorgó una sonrisa antes de irse con los ojos empapados y demostrarle lo roto que estaba.
Quiso ir detrás de él, quiso sujetarle contra su pecho, quería pedirle perdón de rodillas, pero era tan jodidamente cobarde, que se quedó observando su espalda mientras se marchaba y se volvía una mancha borrosa hasta desaparecer dentro de uno de los edificios.
F por el KookTae. fin de la fanfic.
Ahsecrean.
Los dejo abejitas uwu, los amo mucho
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