015
Problemas con papi.
Jungkook despertó ese día con las palabras de Taehyung pintando su mente. Tenía los brazos estirados y el celular en su mesa de noche. Pensó mirando el techo que quizá tenía razón; debía intentarlo. Debía hablar con sus padres, exponerles sus sentimientos y su pesar. Ya no era un niño.
Tomó el celular y mandó el mensaje de buenos días a Taehyung con un pequeño corazón. No obtuvo respuesta porque seguro que ya estaba estudiando. Se levantó para tomar una ducha y se lavó los dientes para vestirse pensando en cómo debería empezar la conversación con su padre. Empezaría con él y luego hablaría con su madre.
Tenía mensajes de sus amigos, pero no quería contestarles ni siquiera a Kihyun.
Jungkook bajó del ascensor atento a su celular, cuando de pronto sintió dos brazos tomarlo por cada uno de los propios. Levantó la vista, listo para lanzar unos golpes a quienes lo estaban tocando sin consentimiento cuando observó a Jooheon y Yoongi llevándolo hacia la puerta del departamento donde residía.
"¿Qué putas les pasa?" cuestiona muy molesto "¿Están locos? Casi les meto la paliza de su vida."
"Tenemos que hablar" le dijo Jooheon abriendo la puerta y ambos lo dejaron caer en el sillón minimalista negro. Cerraron la puerta detrás de ellos y Yoongi miró a Jooheon pensando en cómo iniciar la conversación.
"¿Qué? ¿Por qué no hablan ya?" cuestiona irritado. Estaba perdiendo el tiempo: quería terminar con eso desde ya.
"Es que no sabemos cómo empezar..."
"Ya, díganlo."
"Vale" dijo Yoongi. "Tu padre ha mandado un fax."
Jungkook quiso reírse. Y no se quedó con las ganas.
"¿Quién manda fax hoy en día?"
"El caso es que quiere que vayas a la empresa, ya" Jungkook asintió, tranquilamente sin preocuparse. "Él ha dicho que tu rendimiento es muy bajo, en la universidad."
Oh.
Jungkook se quedó estático por un momento. Su padre iba a matarlo, revivirlo y dejarlo sin herencia seguramente. Sin embargo, fingió que no era de qué preocuparse. Sabía que a sus padres les importaba demasiado sus notas, para presumirlas con sus amigos.
"Ah, vale, iré a verlo ahorita mismo."
Se puso de pie, pero Jooheon lo detuvo antes de pasar junto a ellos.
"No estás comprendiendo, ¿o sí? Tu padre va a matarte, revivirte y dejarte sin herencia, ¿es lo que quieres?"
"Ah, vamos, Joo, soy Jungkook, podré convencerlo" ni siquiera estaba seguro, pero ¿mostrarse frágil? Eso, jamás. "¿Quieres apostar?"
"Jungkook, deja de ser tan idiota, por favor" se quejó Yoongi. "Si no te levantas, tu padre va a dejarte sin dinero y si te deja sin dinero, vas a dejar de estudiar porque ya nadie te pagará la universidad. Y tú mamá lleva 10 años sin empleo, ¿crees que va a conseguir un empleo que le de 907120.00 wones y de paso pagarte las malditas comodidades que tienes?"
Jungkook suspiró, sabiendo que su universidad no era nada barata y era una de las mejores, pero eso realmente no le interesaba. Iba a quedarse sin nada, sin su amada moto, sin su Jeep, sin su auto deportivo, sin su celular y sin su precioso apartamento. Podía cambiarse de universidad, pero no soportaría perder sus cosas.
A parte, Yoongi tenía razón; su madre no podría hacer nada por él, en caso de que decidiera ayudarle, cosa que lo veía algo lejano.
"Puedo controlarlo, lo juro" les dijo. "Ya verán, nada malo pasará."
No tenía ni idea de qué iba a hacer.
"Jungkook..."
"Ya déjalo, Joo, si él no quiere preocuparse, que sea su problema" le dijo Yoongi. Jungkook tomó un suspiro y salió del apartamento con el corazón en la mano. ¿Qué sería de su futuro? Y ¿cómo su padre se había enterado? Llegó al estacionamiento y tomó su motocicleta colocándose el casco para irse a la empresa de su padre, que estaba algo lejos, cerca del centro de Seúl.
Taehyung terminó las clases de primera hora, un poco cansado; no había podido dormir bien por el presentimiento que seguía atascado en su corazón haciéndole rodar en la cama analizando todo sobre su vida.
Hablar con su bonito Jungseok le había ayudado mucho, es decir, sus pláticas y chistes tontos le habían calmado la noche. Aparte, el detalle de dejarle un mensaje por la mañana simplemente dejaba a su corazón latiendo feliz y cálido. Burbujeante. Aquello era peligroso; caer mucho por él, pero... ¿Cómo podía evitarlo? Era el primer chico que le hablaba de manera agradable, que no estaba molesto por lo de Jaechan y que haría lo posible para tratar con el niño. Lo estaba esperando con ansias.
Así que, de su parte, no veía venir nada malo. ¿Qué podría hacerle alguien tan maravilloso como él?
Lo único malo era Jeon Jungkook, pero ¿qué podría hacer el chico contra él? De seguro estaba revolcándose con otras personas sin acordarse de él y Taehyung creyendo que le haría algo malo.
Sí, seguro era eso.
Y sí, quizá estaba paranoico porque su vida estaba avanzando un poco más.
Debía acostumbrarse a las cosas buenas, así que debía alejar los pensamientos malos y negativos y darle con todo.
Se dirigió a la cafetería para ver que comer como desayuno. Su estómago estaba en protesta, pero alguna galleta con un licuado le ayudaría a aguantar hasta la hora del almuerzo. Se sentó en una de las mesas, sin nadie, igual y sus amigos estaban en clases y Jimin se encontraba también en alguna clase. Se puso a pensar en el pelinaranja y en sus problemas amorosos, tratando de adivinar porqué no quería estar con una persona que, según él, le correspondía.
Había algo más dentro de eso. Complicado.
Pero ¿qué no era complicado entre ellos?
Porque vamos, su vida parecía de novela; muerte de hermana, sobrevive el sobrino, queda a manos de su mejor amigo. Solo faltaba el villano, que trataría de quitarle a Jaechan por pura envidia o algo más loco.
Y hablando de su hijo.
Taehyung pensó en el futuro de Chan; su niño pronto tendría que ir al kinder y él ni siquiera se había sentado a hablar con Jimin sobre algún kinder por la zona. Aunque Jimin parecía dispuesto a ayudarle con el pago de las cuotas. Realmente, que Jimin se moviera con ellos no sería solo benéfico para la economía, si no, también para lo emocional. Tenerse el uno al otro, que Jaechan no rebotara tanto.
Se rio al recordar las palabras de Chim: sí que parecían un matrimonio. Una lástima que ninguno gustara del otro.
Una chica se sentó en la mesa frente a él, Taehyung levantó la mirada encontrando a Heeyeon con una sonrisa y su largo cabello plateado meneándose suavemente.
"¡Hey, TaeTae!"
"Hani, hola" Taehyung le sonrió a una de sus mejores amigas. "No te había visto durante esta semana."
"Estoy haciendo mis prácticas" murmuró con una sonrisa cansada. Su querida amiga estaba en sus últimos años y, por ende, todo le era más agotador. "Pero ya estoy viendo el tema de mi tesis."
"¿En serio? ¿Tan pronto?"
"Sí, y tengo varias opciones, luego puedes ayudarme a escoger" Taehyung le sonrió como respuesta afirmativa. "¿Qué hay con Chanie? ¿Todo bien?"
"Sí, todo está perfecto con mi pequeño" Heeyeon sonrió al escuchar eso pues ella quería mucho a Jaechan. Heeyeon lo había cuidado con frecuencia, cuando nadie podía tenerlo. Admiraba a Taehyung pues no cualquiera aceptaría ese reto de ser padre de un niño que no es tuyo y que no estaba planeado, pero el amor pudo sobre todo eso.
Se quedó platicando un rato con Heeyeon cuando ella tuvo su siguiente clase y él esperó otra hora en la biblioteca, estudiando. De pronto, su celular vibró y encontró el número de su jefe. Con el ceño fruncido en confusión, contestó saliendo de la biblioteca.
"Señor, hola, ¿sucede algo?"
"No sé cómo decirlo, Tae, yo en serio, lo lamento."
"¿Lamenta el qué?" su corazón estaba desbocado, y su estómago retorciéndose.
Jungkook subió por el ascensor luego de saludar a la secretaria de recepción. Su corazón estaba latiendo fuertemente. Estaba completamente asustado y sin una idea de cómo hacer que su padre no le quitara absolutamente nada. Cuando llegó al piso de su padre, el señor Song, su secretario, se acercó corriendo hasta a él.
"Joven Kook."
El señor Song había estado desde su infancia; había ido incluso a cuidarlo cuando sus padres no estaban, o cuando no se sentía del todo a gusto con las sirvientas. Siempre había estado en las fiestas de la empresa, siendo una mano derecha de su padre, pero él le apreciaba mucho y el señor Song a él.
"Señor Song, ¿cómo se ha enterado?"
"Joven, recuerde que su padre tiene contactos con los decanos de su universidad, seguro ha preguntado por usted. Además" el señor Song se veía algo molesto "usted debe enfocarse en la universidad, ¿qué le ha pasado?"
"Solo me descuidé un poco" susurra.
"Señor Kook" empieza él cerrando los ojos. "Sus notas están por el suelo, debe levantarse como pueda."
"¿Es muy... grave?"
"Para darle una pista: está a punto de dejar dos materias, de las cuatro" le responde.
"Santa mierda" responde.
"¿Qué ha estado haciendo?" cuestiona, algo molesto.
"Pues... Cosas" se ríe. "¿Dónde está?"
"Anda en una reunión, pero vendrá en veinte, siéntese y espere."
El señor Song le señaló uno de los sofás junto al ventanal y Jungkook caminó hasta a él mientras el mayor se adentraba a su oficina y se perdía de la escena. Cuando se sentó, observó unas revistas en la mesa de café. Tomó las 4 de una sola vez para leerlas, cuando observó una carpeta debajo de ellos con muchos papeles. Le llamó más la atención y dejó las revistas para tomar la carpeta. Cuando la abrió, la primera hoja tenía el logo y el nombre de la empresa. Al pasar la hoja, se encontró con unas normas que sus trabajadores, de cada sucursal debían seguir.
Comenzó a aburrirse al leer las diez primeras normas, cuando un apartado le llamó la atención:
Empleados con hijos.
16. Si el empleado tiene hijos, está prohibido mantenerlos en el trabajo bajo cualquier circunstancia.
Oh, pero mira...
Ya lo sabía. Ya tenía el medio.
"Jungkook" levantó la mirada ante la voz de su padre. Venía hecho una furia y se acercó a él "¿Por qué?"
Suspiró.
"Papá... Me alegro de que me hayas hablado, tenía algo importante que decirte y pues..."
"¡No te atrevas a decir nada, por amor a todo!" le calla. "¡No haces nada! ¡No trabajas! Solo estudias, tienes todo, te doy todo y así lo pagas."
"Papá, yo jamás te he pedido nada de lo que me has dado, además, ¿y qué si solo estudio? Eso ya es por sí difícil y solo me gustaría que me escucharas."
"¿Escucharte? ¿Qué voy a escucharte?"
"Papá..."
"Papá nada, tienes que aprender de tus errores, así que voy a empezar a quitarte tus cosas. Es más, mañana quiero que te muevas a casa de nuevo.
"Espera, espera, tú crees que nada me interesa, ¿verdad? Ni la empresa ni nada, ¿no es así?"
"Pues claro, es lo que has demostrado."
"Déjame mostrarte entonces, lo contrario." Jungkook necesitaba desviar la atención sobre él y darse puntos para no quedarse sin dinero. "Me interesa tanto que he averiguad algo; tienes un empleado rompiendo las reglas."
"¿Qué? ¿Quién?" pregunta frunciendo el ceño.
Jungkook abrió la boca para cometer un error, y un daño irreparable.
Capítulo corto porque hoy fue un día extraño:c
Los amo, abejitas.
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