Amor a primera vista.
Estaba nervioso. Los tres días habían pasado más rápido de lo que creyó. El dolor en su pecho no se apagaba, era como una llama ardiente que bajaba de intensidad y aumentaba cuando pensaba en su mejor amiga. Ojalá la hubiese podido ver una última vez, decirle que iba a cuidar a su hijo, que todo estaría bien.
"¡Felicidades!" dijo el doctor Lee, tratando de darle ánimos al chico de 20 años frente a él que se miraba a punto de desfallecer. Lo comprendía; había perdido a su novia. Debía amarla mucho como para no haber huido de una responsabilidad tan grande como esa. "El niño tendrá que venir a sesiones para chequear su salud, pero no se preocupe, está estable y sano."
Taehyung sonrió con esfuerzo; aún no se recuperaba, pero trató de aparentar estar "estable" y hacerle frente a la nueva vida que vendría. Estaba escuchando las palabras del doctor con todo el esmero que podía, pero solo quería derrumbarse y ponerse a llorar como un niño cuando perdía de vista a su mamá en un lugar desconocido. Estaba a punto de decirle al doctor que estaría bien y agradecerle hasta que una enfermera entró con un arrullo que envolvía un pequeño cuerpo y su corazón comenzó a latir asustado. El cochecito portátil que llevaba en las manos casi se le cae.
La enfermera le sonrió para calmarlo. Taehyung dejó el cochecito en el suelo luego de armarlo con las manos temblando y boqueando. Se pasó las manos por en pantalón para secar el sudor y ella extendió un poco la manta para que Taehyung pudiese tomarlo con sumo cuidado: era lo único que demostraba que Hyungwon y Eunsun se amaron con locura.
No se sentía para nada preparado, pero, bajo la atenta mirada de esos dos profesionales, miró el rostro del pequeño.
Y, entonces, se enamoró a primera vista.
De pronto, el dolor se desapareció. Una catarata abundante había caído, un bálsamo en las heridas de su corazón roto, sanándole de a poco a poco. Esos ojos le miraban luego de sentir un poco de ajetreo. Quiso llorar de felicidad.
Ojos inocentes, llenos de curiosidad.
Era lo más tierno y puro que había visto en toda su vida. Pesaba como una pluma, y extendió una mano hacia a él, con sus pequeños dedos abriéndose. Taehyung llevó su dedo hacia los de él y Jaechan se sujetó fuertemente, sin desconectar su mirada. Parecía que ambos se habían perdido en el otro. Parecía que él también comprendía quién era él.
No sabía lo que vendría, pero iba a protegerlo con todo su ser a Jaechan pues no había podido proteger a Eunsun. Besó la cabecita del niño y el niño llevó su otra mano hacia su dedo, la sonrisa de Tae se volvió más grande. Las lágrimas comenzaron a correr y se acercó aún más al pequeño.
"No sabes cómo te amo, Jaechan" le susurró juntando su nariz con la de él. Jaechan llevó sus manos hacia sus mejillas.
Un lazo indestructible se había formado en ese preciso momento, una unió inquebrantable. Un amor completamente puro y verdadero entre dos seres que habían perdido a sus padres por diferentes razones. Almas gemelas.
El teléfono sonó por toda la casa creando un molesto sonido y se escuchó un quejido junto a un maldecir. El pequeño pelirrojo que estaba en el apartamento, salió de su habitación para contestar el celular. Comenzó a levantar sus pantalones para abrocharlos. Un chico rubio apareció por la puerta de su habitación rascándose la cabeza mientras lo miraba correr de un lado a otro.
"¡Jimin!" gritaron al otro lado de la línea, en forma de regaño y muchísima impaciencia.
"¡Ya voy, Hyung!" se puso los zapatos dando saltos hasta llegar a la puerta y se miró en el espejo para arreglarse el cabello. "¡Ya salgo!" Colgó antes de que su hyung le respondiera mirando al chico. "¿Te irás ya?"
"En un rato, no pensé que despertarías así" murmura mientras Jimin coge un juego de llaves.
"¡Se me ha olvidado por completo que debo ir por mi sobrino!" le responde y lo mira antes de darle otras llaves. "Asegura cuando te vayas."
"Claro" responde cruzándose de brazos. "Jimin" llama cuando el menor abre la puerta. "¿Podemos hablar más tarde?"
"Estaré en la universidad, y lo sabes" responde antes de irse. El rubio suspira. ¿Con quién se había metido?
Jimin salió corriendo por la puerta para luego irse en su motocicleta pues tenía que ir por su sobrino a casa de Taehyung, donde Kim Seokjin, amigo y niñero, cuidaba de su pequeño Jaechan. Salió disparado en la moto y recorrió los veinte minutos hasta el apartamento del peliplateado.
¿Qué había pasado?
Dos años, habían pasado dos años de manera lenta y rápida al mismo tiempo. Los primeros meses, sin conocimiento de cuidar a un bebé, para Taehyung y Jimin fue difícil, sobre todo, entrando a la universidad. Noches de desvelo a altas horas, trabajos de medio tiempo, llantos de bebé, cambiar pañales, llorar muertes, hablar sobre el pasado, planear el futuro, recordar sonrisas y promesas, sufrir, alegría, orgullo, organizar sus vidas de nuevo.
Económicamente hablando, se podría decir que estaban casi perfectos. Los abuelos de Jaechan, tanto maternos como paternos, donaban cierta cantidad de dinero específicamente para él. Tahyung se encargaba de pagar el alquiler y sus estudios con su salario. Sin embargo, una buena paga era imposible sin un título y experiencia, y para Kim, aquello de trabajar 6 horas, estudiar y criar a un niño, era sumamente difícil.
Tanto, que casi no tenía vida social.
Mientras Jimin estudiaba por las tardes y cuidaba de Jaechan por las mañanas, él se concentraba en estudiar por las mañanas y trabajar por la tarde, hasta que a eso de 7 de la noche iba en busca de su pequeño a la casa de su amigo Jin, que estudiaba pediatría en la Yonsei junto a él, que lo cuidaba por él algunos días. Los fines de semana al menos tenía libres por la tarde, pero las aprovechaba para estar con su hijo, y salir con amigos.
Había habido un par de chicos con los que intentó algo, pero todos se reían cuando él mencionaba a su hijo. Taehyung sabía que un niño era una responsabilidad grande, pero Jaechan era su mundo entero, y si alguien no lo aceptaba con su bodoquito, él tampoco estaba dispuesto a ceder.
Jimin y Taehyung no vivían juntos puesto que, a diferencia de Tae, Jimin sí que tenía citas, polvos de una noche, personas varias con las que se enlazaba, disfrutando de una unión sexual y vacía, sin sentimientos de por medio. Siempre encontraba a un chico o, bien, a una chica, y que se diera lo que se diera. Taehyung no quería, y no iba a permitir, que su pequeño escuchara como su tío penetra o es penetrado. No, señor.
Hablando del pelirrojo, llegó y aparcó saltando de la motocicleta y entró al edificio donde residía su sobrino y mejor amigo. Cogió las llaves del apartamento y abrió la puerta, casi cayendo de boca al piso.
"¡Estoy aquí!" gritó y lo primero que escuchó fue un collar sacudiéndose antes de ver a una bola de pelos llamada Yeontan que salió a recibirlo agitando su cola y ladrando contento, dando saltos en busca de cariño. "Hola, pequeñín" saluda Jimin quitándose los zapatos y tomando la carita del can para acariciarlo.
Seokjin apareció un minuto después de la habitación de Jaechan y se cruzó de brazos, claramente molesto. Jimin le sonrió con inocencia y ternura para ver si podía mejorar el ánimo de su amigo.
No funcionó obviamente.
"¡Qué son horas de llegar, Park! ¡Amo a Jaechan pero hoy tengo práctica! ¡¿Acaso crees que mi título se va a sacar solo?!" le reclama. Eran las 9 de la mañana, y Jin había llegado de improvisto por petición de Jimin que se había liado de más con su polvo.
"Con lo forrado que está tu padre, pienso que sí" bromeó Jimin. Casi recibe un zape de su hyung, y luego este recogió sus cosas. "Lo siento." Jin rodó los ojos.
"Está viendo televisión y ya desayunó" le explica. "Si vuelves a llamarme solo porque has querido un rapidín, le digo a Taehyung y te matamos los dos."
"Perdona, Jin" dice apenado. "Lo que pasa es que..."
"No quiero que me cuentes" dice arrugando la cara. "Lo que sea que hagas no me importa" le saca la lengua y se va.
Jimin se acercó a la habitación del bebé quien estaba viendo su piecito, concentrado. Sonrió ante esa imagen, viendo como su sobrino inflaba sus cachetes mientras la tele estaba reproduciendo vídeos de animales. Se acercó hasta él y se arrodilló.
"Hola, cariño" tomó al pequeño en brazos y este rio encantado de ver a su tío favorito. "¿Cómo está mi lindo Chanie?"
"¡Tito! ¡Tito!" gritaba contento y Jimin atacó su rostro con besos mientras el bebé lo abrazaba estallando en risas. Jimin lo cargó.
"Venga, pasemos tiempo de calidad mi hermoso Chanie antes de que Chankyun venga a cuidarte" le dice haciéndole caras graciosas.
A eso de las 2 recibió un mensaje de Changkyun avisándole que Jaechan ya estaba bajo su cuidado y Jimin le había mandado un mensaje diciéndole lo mucho que lo quería y que su pequeño ya estaba con su otro amigo. Él se encontraba trabajando en la misma tienda de el Patito Feliz de hace dos años donde había escalado hasta tener un salario un poco más decente.
Su día había sido ajetreado y eran cerca de las seis y media, lo que le informaba que en una hora estaría con su ángel. Se encontraba de espaldas mientras colocaba unas cervezas cuando escuchó las campanas de la puerta sonar, indicando que un nuevo cliente había entrado. Suspiró, esperaba que no se acercaran a su pasillo y le pidiesen ayuda porque no tenía fuerzas para sonreírle a nadie. Tenía demasiado sueño, pero parece que la suerte no estaba de su lado ese día.
Escuchó unos pasos cerca de él y miró por sobre su hombro para ver quién era; había un chico pelinegro alto, con una complexión delgada, pero fibrosa, parecía alguien muy atlético y tenía varias perforaciones en las orejas donde colgaban pendientes largos y aros de plata. Tenía unos pantalones negros rasgados con unas botas de plataforma, y una chumpa negra sobre su camiseta blanca básica. Su mandíbula era cuadrada y sus ojos eran oscuros, parecían negros, algo casi imposible. Su nariz recta con unos labios rojos y carnosos junto a una mirada peligrosa y sexy. Lo estaba barriendo con la mirada de manera descarada.
"Bienvenido, ¿puedo ayudarlo?" preguntó sonriendo amablemente, con todo el esmero del mundo.
Tampoco iba a tratarle mal porque estaba cansado. Poco profesional.
"Sí, unas cervezas, pero me preguntaba si querías acompañarme luego de que termines" le pide de manera directa.
Taehyung frunció el ceño y tomó una respiración. Otro idiota. Si le pagaran por todas las veces que le han llegado imbéciles invitándolo a salir, sería millonario. Sin embargo, agradecía un poco esa forma directa, prefería eso a que trataran de enamorarlo y lo ilusionaran solo para tener sexo y quedar con un corazón roto. Por otra parte, él no estaba para polvos, así que decidió responderle, siempre de forma amable.
"Lo siento, señor, pero si no va a comprar le pido amablemente que se retire" dicho esto, se giró para terminar su trabajo, agachándose y continuando su labor.
"Bonito culo."
Taehyung cerró los ojos, contando para controlar su lengua. Él sabía que tenía un buen culo, no era necesario recordárselo. Se puso de pie para encararlo.
"Gracias, pero, señor, le repito que..."
"No me llames señor, no estoy viejo" lo interrumpió, cruzándose de brazos, divertido. "Tengo 22 y, ¿tú?"
"No le interesa" responde algo impaciente. ¿Por qué no se iba? ¿No sabía que insistir luego de un 'no' era acoso? Bien lo denunciaba.
"Te ves joven y con ese cuerpo..." el chico volvió a escanearlo con la mirada y se mordió el labio inferior con deseo como si tuviese rayos x en los ojos y pudiese verlo desnudo.
Taehyung tenía el cabello tintado de un gris plateado, había decidido dejarlo un tanto largo así que se apartó un mechón de la vista, lo que lo volvió más sexy.
"Retírese, ahora" ordenó ya molesto.
Al pelinegro pareció divertirle, pues comenzó a carcajearse.
"Dilo de nuevo, es divertido" le provoca.
"Mire, no estoy para este tipo de juego, he venido a trabajar, no a coquetear."
"Es la primera vez que te veo aquí, quizá porque no me gusta comprar mucho aquí" sigue y saca su teléfono. "Anda, dame tú número, y hablamos cuando estés fuera del trabajo."
Taehyung estaba a punto de lanzarle una botella de cerveza, cuando la voz de su jefe lo interrumpió.
"¡Jungkook!"
El hombre bajito apareció mientras sonreía nerviosamente, puesto que se preguntaba que hacía el hijo de su jefe por los alrededores.
"¿Qué te trae por aquí, hijo?" cuestiona el señor Han.
"Vine por cerveza, pero me encontré este bombón."
El hombre mayor sonrió, "Cabrón" pensó, pero negó con la cabeza divertido.
"Lo siento, hijo, no puedes coquetear con los empleados."
"Una lástima, con lo delicioso que está" Taehyung lo fulminó con la mirada.
"Bueno, sí, sí, ¿qué tipo de cerveza buscabas?" apresura él, sabiendo que Taehyung estaría cansado y podía perder su trabajo si se ponía a discutir con el mocoso consentido de su jefe.
"Ah, ya me conoces" responde sin mirarle, puesto que su mirada está sobre Kim, ambos desafiándose.
"Claro" miró el reloj mientras tomaba un sixpack de los que Jungkook gustaba y luego a Taehyung. "¡Vaya, hijo! Ya se acabó tu turno, ve a cambiarte y vete, yo atiendo a Jungkook"-el peliplateado regresó a la realidad y miró el reloj, una sonrisa preciosa se asomó por su rostro bajo la atenta mirada del azabache.
"Sí, señor, gracias" el señor Han lo miró con insistencia, y Taehyung comprendió que quería que se largara en cuanto antes así que dio una pequeña venia y se giró para entrar al almacén y cambiarse.
Jungkook lo comió con la mirada y sonrió, encantado con su nueva presa. La atmósfera cambió de un momento a otro y el señor Han le sonrió al joven, pero no fue amigable entregándole el paquete.
"¿Qué?"
"No quiero que te metas con mis empleados" le espeta.
"Soy el hijo de tu jefe, futuro heredero de esta tienda y todas las demás cadenas, automáticamente se vuelven míos."
El hombre mayor volvió a reír, no entendía porque el hijo de su amigo era de esa forma. Había cambiado tanto los últimos años que no lo comprendía. El Jungkook bueno del pasado se había apagado de forma inesperada y ya ni siquiera hablaba con él.
"Bueno, si crees que ese chico caerá rendido por un par de piropos, estás más que equivocado" le dice.
"Amo los retos, lo sabes."
"¿Qué te ha pasado, hijo?" pregunta con suavidad y tristeza. "Tú no eras así, estabas llenos de sueños y..."
"Oiga, vine por cerveza no un sermón" le corta frunciendo el ceño, volviéndose agresivo de pronto.
Jungkook tomó el 6pack y salió del lugar hecho una furia. El señor Han observó su espalda mientras salía del local y observaba la moto irse.
"Taehyung no es un reto, Jungkook-ah... Y no viene solo."
2.33k se seguidores y tenía tres obras (BOM entre ellas) que en serio están del asco. Por Dio, es que esto lo escribí cuando tenía culo por mano, seguro que sí. Ah, eran mis obras primerizas, demasiado tontas. Las estoy arreglando por eso, y voy a hacerlo medio rápido para que podamos avanzar y ya veré si me muevo con alguna de las nuevas, saco otra o me voy con Asperger, idk, todo depende de mis ganas.
Igual extrañaba a Jaechan, pa qué mentirles.
Los amo, abejitas. uwu
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