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Chapter 2

Determinado a nunca permitir que Kuan viese ni una pizca de su atracción de nuevo, Cheng decidió tomar el toro por los cuernos, literalmente.

 Su brillante plan consistia en masturbarse tan vigorosa y frecuentemente que su polla nunca se volviera a levantar sin su permiso y entonces le sería posible mantener su fingimiento platónico. Kuan era su mejor amigo, pero era también como de la familia para él, un hermano. Cheng no podía arriesgarse a perderlo. Kuan podría posiblemente aceptar el hecho de que era gay ,pero seguramente sentía repulsión por él hecho de que Cheng fantasease con él constantemente.

 Lo cierto del asunto era que Hai Kuan definitivamente no era gay. Cheng tristemente aceptó esa verdad descaradamente obvia. Las chicas amaban a Kuan, al juzgar por la manera en que revoloteaban en torno a él y Kuan las amaba de igual manera, juzgando por las repugnantes historias que le gustaba contar sobre sus numerosas proezas sexuales.

 Cheng odiaba y le encantaba a la vez que el mayor le contase lo que hacía con las chicas que salía. Mientras los celos casi lo consumían, no había nada tampoco que lo hiciese correrse más rápido que fantasear más tarde en la noche,bajo las mantas, que ÉL era la chica que Kuan acababa de corromper en el asiento trasero de su Camaro Negro. 

 Hai Kuan siempre se reía de como se ruborizaba y se avergonzaba su amigo virgen y se reía de él en el hombro y lo vacilaba de como encontraría a la persona perfecta algun dia. Kuan no se daba de cuan cerca estaba ya la ¨persona perfecta¨ de Zhuo Cheng.

 Era una tortura y un embeleso al mismo tiempo, porque incluso aunque Kuan se acostase con todas esas chicas, era siempre a la casa de Cheng a la que volvía para dormir, deslizándose por la ventana de Cheng y acostándose a su lado en la cama y hablándole, incluso cuando estaba medio dormido, contándole cosas que nunca les contaría a ninguna de esas chicas. 

 Cheng sabía que Kuan era más él  mismo con él de lo que nunca lo seria con nadie más. Así que, al menos tenía eso para soportarlo...eso, y el esbelto dildo morado que había comprado en el centro comercial,en un momento particularmente valiente cuando tenía dieciséis años. Era recargable, afortunadamente, porque el estaba bastante seguro que no habría manera de que pudiera ocultar el copioso uso de pilas AA que llevaría mantener con las demandas sexuales de un adolescente gay en el armario, infinitamente frustrado,enamorado de su amigo dolorosamente hetero. 

 Joder,¿esta era realmente su vida?

Por segunda vez ese día, Cheng extendió sus piernas y deslizó el vibrador profundamente dentro de sí. No necesitaba ningún preámbulo porque estaba todavía lubricado y abierto de antes. 

 Los sábados, mientras Kuan estaba practicando deportes con sus amigos del fútbol americano, Cheng podía,casi literal, pasar todo el día así fantaseando sobre el atractivo atleta y simplemente provocando en su próstata un orgasmo tras otro. De esa manera, en el momento que Kuan llegase y se desnudara justo delante de él  y se duchara en su baño, dejando la habitación oliendo como a sudor y hombre desnudo, el pene de Cheng apenas le era posible manejar una semi erección dificultosa en muestra de apreciación. 

 Su posición preferida para masturbarse era sobre su vientre, la almohada entre sus muslos, las piernas extendidas tan amplio como era posible, una mano extendida hacia atrás para alcanzar el dildo y otra aguantando su cabeza. No necesitaba una mano en su pene para correrse, realmente nunca le había hecho falta. Incluso cuando era un niño, preferia follarse una almohada que hacerse una paja. 

 Su madre nunca se imaginó por que utilizaba tantos almohadones o por que insistia en hacer su propia colada a los diez años de edad. Ahora, era al menos lo bastante listo para poner una toalla primero.

 El primer contacto del plástico frío en su agujero lo hizo encogerse y ponerse tenso, los músculos de su esfínter se estremecieron en protesta contra el ligero roce de silicona a través del lubricante. Era un rechazo instintivo y uno que todavia no habia entrenado consigo mismo para superarlo completamente. Sus músculos se bloquearon contra el deseo de cerrar las piernas y echar fuera la invasión, pero simplemente inspiró profundamente y presiono el dildo para que entrase

Todavía recordaba la primera vez que había hecho esto; sintió como si estuviera intentando abrir un nuevo agujero.Fue un mes después de que Kuan perdiese la virginidad con Liang Jie. Zhuo Cheng recordaba su nombre cuando Kuan mismo probablemente no lo hacía,porque nunca olvidaría la ira que inspiró en el. HaiKuan se había deslizado a través de la ventana justo después de dejarla.

 Lleno de asombro y triunfo masculino y euforia, le había contado a Cheng todo,sin dejarse ninguno de los cruentos detalles,desde la manera en que sus manos temblaban cuando se puso el condón hasta la manera en que su zona intima de ella su novia en ese entonces se sentía contraído alrededor de su polla cuando la embistió. 

 Todo en lo que Cheng le había sido posible pensar durante semanas después era en lo que podía haber sentido al tener el pene de Kuan en su interior. Se obsesiono con la idea de ser follado por Hai Kuan y de repente sus dedos simplemente ya no habían sido suficientes.Sus dedos cortos y esbeltos eran tristemente inadecuados comparados con el monstruo que vivía en los calzoncillos de Kuan. 

 Se compro el dildo para así al menos traer algo mas de realidad a sus fantasías. Se imaginaba que era probablemente lo mas cerca que podría estar de ser follado por Kuan porque HaiKuan nunca podía saber lo que se sentía realmente.

 Al principio dolió,hasta que Cheng se figuro cuan importante era una cantidad copiosa de lubricante y como relajarse para estirarse. Doblo la mueca y empujo el dildo profundamente en su interior y gimió mientras la incomodidad se volvía placer,la piel de gallina en todos los lados, el diminuto vello a lo largo de su columna de punta. El gemido que se deslizo entre sus labios era obsceno y lleno de una abierta lujuria y sonó mucho mas ruidoso de lo que esperaba en el silencioso dormitorio. Cheng se congelo mientras se percato de que la ventana estaba abierta.

 Era diligente sobre cerrarla y poner el pestillo siempre que se masturbaba. La ultima cosa que  necesitaba era que su mejor amigo hetero llegase saltando a través de la ventana y lo atrapara embistiendo un brillante dildo morado en su culo de marica.

 Por un momento solo miro fijamente la ventana,contemplando si valía el esfuerzo de levantarse y cerrarla. Las cortinas se balancearon por el viento y pudo escuchar los pájaros piando. Zhuo Cheng se relajo un poco, confiado en el conocimiento de que Kuan estaba en el entrenamiento de fútbol americano y no regresaría durante horas. A el como que la idea le gustaba en cierta medida, al menos la fantasía, del riesgo que estaba tomando al dejarla abierta. 

En su fantasía, se imagino a si mismo dormido sobre su vientre , desnudo, las piernas extendidas , pareciendo hermoso e inocente. Hai Kuan entraría y lo vería así y por primera vez siendo golpeado por el deseo sexual por el. 

 Sobrecogido por su lujuria,a Kuan le seria imposible mantener las manos alejadas de el. Tendrían un asombroso y apasionado sexo y Kuan estaría abrumado por cuan hermoso y perfecto era Cheng y como era que no se había dado cuenta antes. Su mejor amigo hetero declararía su nueva y encontrada sexualidad gay, renegaría de las mujeres para siempre y quizá incluso derramaría lagrimas de disfrute homosexual. 

 Oh , bueno, quizás no llorar,pero aun así. Era la fantasía favorita. Tener la ventana abierta sólo hacia que se sintiera más real, como si pudiera pasar realmente. 

 Separo aun más las piernas, meneo su culo seductoramente e imagino que Kuan lo estaba mirando. Saco el falo de plástico y luego lo volvió a meter. Ya no estaba frió, atemperado por el calor de su cuerpo, se sentía mucho mejor ahora. 

 Permitió que descansara sobre su grieta, frotando y presionando contra su agujero mientras balanceaba sus caderas contra la cama. La fricción en su polla se sentía muy bien, pero estaba hueco sin placer de estar lleno. 

 Pretendiendo que era HaiKuan detrás de él, empujando el falo de plástico hacia delante más rápido de lo que normalmente haría, como si estuviera realmente siendo follado. Grito contra el almohadón. Sus caderas se congelaron,el culo en pompa, el brazo tembloroso. Inspiro profundamente y luego exhalo, haciendo que el dildo entrara mas profundamente. Se afianzo contra la almohada , sus dientes chirriaron mientras enterraba su rostro en su brazo y gemía. 

 — Tan bueno, Kuan-ge, tan bueno. 

 Cheng permitió que la punta se deslizara casi todo el camino hacia fuera, y entonces la empujo de regreso con un obsceno ¨slap¨ de la carne húmeda separada por el duro plástico.

 — Joder,sí —murmuro en el hueco de su brazo — ¡Más duro,sí! 

 Tiro del dildo hacia atrás y lo empujó hacia dentro con firmeza, contuvo el aliento en su pecho mientras cerraba los ojos y dejaba que su imaginación tomara el control. ¿Que pasaría si fuese la polla de Kuan? ¿Que pasaría si Kuan lo estuviera follando con dureza? 

 Cheng lo metía y lo sacaba con la palma de su mano, forzando el pequeño dildo en su culo a la vez que balanceaba sus caderas, como si se estuviera follando a sí mismo recibiendo la polla de Kuan a la vez con sus embestidas.

 — Dámelo, más duro —gimió , imaginando como Kuan podía reaccionar ante tal demanda. El mayor lo empujaría sobre la cama, sujetándolo con esas grandes y fuertes manos y lo follaría con determinación en el colchón. 

 Zhuo Cheng se imaginó el aporreo de sus musculosos y gruesos muslos contra los suyos, la manera en que sus bolas podrían golpearse unas contra las otras, el obsceno sonido que su agujero haría alrededor de su gruesa y pesada polla perforándolo. 

 —¡Oh,oh! ¡Kuan! ¡Dios,si! — gritó casi sorprendido cuando su orgasmo lo golpeó.

 El fluido palpito desde la cabeza de su polla, humedeciendo el tejido bajo el mientras se dejaba caer sobre la cama. Su agujero se contraía tenso y forzaba a su próstata justo contra el plástico duro. Zhuo Cheng se encontró a sí mismo eyaculando de nuevo, su polla húmeda arrastrada a través de charcos viscosos de semen cuanto más brotaba de el. Se imagino a HaiKuan simplemente follandolo a través de su orgasmo mientras jadeaba y se contraía impotente alrededor de la polla de Kuan.

A Kuan seguramente no le faltaría mucho y sus caderas podrían sacudir hacia delante empujar duro contra él. Presionaría tenso contra el tembloroso culo de Cheng , penetrándolo tan profundo como le fuese posible mientras vaciaba su lujuria en el tierno y sobre sensitivo agujero de Cheng. 

 Los dedos de Kuan lo podían agarrar incluso tan fuerte que le dejarían moratones en la pálida piel de las caderas, cardenales que Cheng vería mas tarde y pretendería estar enfadado por ello, pero realmente estaría entusiasmado de que su enorme amigo hubiese dejado marcas en él. Sentiría el semen cálido de Kuan dentro de el, y Kuan lo mantendría embotellado en su interior con su polla dura y pulsátil, empujando todo el camino en su interior, su peso sosteniendo a Cheng tendido boca abajo en la cama.

 Cheng suspiró placenteramente, imaginando a Kuan,satisfecho y exhausto, colapsando sobre su espalda. Seria pesado y estaría caliente y sudoroso, aplastandolo , pero estaría acariciándolo, besando su nuca y diciéndole cuan hermoso y perfecto era y lo mucho que lo mucho que lo amaba.

 — Yo también te amo, Kuan, te amo muchísimo —murmuró Cheng al fantasma de su mejor amigo mientras estaba allí tendido con sus muslos desnudo separados ampliamente,el semen enfriándose entre sus piernas y el dildo empuñando con firmeza dentro de su agujero. 

 El plástico era pesado y grueso en su interior,pero ni caliente o palpitante de la manera en que podía ser la polla de Kuan. Aún así se sentía bien tener algo dentro de el. Simplemente no podía encontrar la energía para sacar el dildo antes de caer en un sueño sin sueños. 

 Parpadeo vertiginosamente ante un chirrido que su adormilado cerebro no podía localizar, pero no se molestaría en investigar. Las largas pestañas de Cheng se cerraron mientras suspiraba en su saciedad sexual. Si las cortinas se movieron de nuevo, incluso aunque no habia nada de brisa en el exterior, Cheng estaba demasiado cansado para notarlo.

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