Capítulo 5
Había soñado muchas veces con su primer beso. Incluso en ocasiones, cuando se encontraba en la intimidad de su habitación, usaba su propia mano como modelo para practicar e imaginar cómo se sentiría besar a otra persona. Muchas veces se sintió patético por hacer ese tipo de cosas; un chico de diecisiete años normal probablemente ya había experimentado algo tan simple como un beso, pero él no era normal. Al menos eso era lo que decían su padre y su abuelo de las personas que sentían lo que sentía él.
Se llevó la mano al rostro para apretarse los ojos con el dedo índice y el pulgar. Tenía miedo de regresar al colegio y enfrentar a Ángel. Pasaron demasiadas cosas esa noche que Eliseo todavía no terminaba de entender. Primero su arrebato, el beso, luego la reacción de Ángel, la pelea en la arena y el segundo beso, y al final la huida.
No sabía exactamente cómo se sentía Ángel al respecto. A juzgar por su reacción, lo más probable es que estuviera confundido. Pero Eliseo sabía que las confusiones podían resultar un tanto peligrosas, y más cuando se trataba de un chico como Ángel.
En ese momento de reflexión, se puso a pensar qué diría su padre o su abuelo si supiera lo que había pasado. Su padre era de esos hombres toscos y rudos que no saludaban a otros hombres con un beso porque era poco masculino.
Eliseo tenía muy pocos recuerdos de él siendo un padre, o un marido afectuoso. Tan así fue, que un día su madre se cansó de ser su sombra, así que simplemente se marchó. Eliseo tenía sentimientos encontrados con respecto a eso; por un lado, la entendía, porque más de una vez él soñó con hacer lo mismo, pero, por otro lado, odiaba a su madre. La odiaba profundamente por condenarlo a vivir algo que ella por experiencia propia sabía que era un infierno en la tierra. En su casa no se podía hablar de ella, su padre la llamaba "esa mujer" cada vez que salía el tema. Ni siquiera la nombraba, no tenía fotos suyas en la casa. Era evidente que su partida había dejado una herida abierta, porque detrás de esa fachada de macho fatal, Eliseo sabía que su padre era un hombre sensible que solo actuaba de acuerdo a su crianza y al contexto en el que vivía.
Nunca pensó que enamorarse sería algo tan doloroso y oscuro. Si lo hubiera sabido, probablemente hubiese hecho todo lo posible para que no sucediera. O tal vez hubiese intentado enamorarse de una chica, pero sabía que eso jamás sería posible, y en ese momento volvía a caer en el mismo círculo vicioso. El miedo, el dolor, la angustia y la rabia. Todo eso se mantenía alojado en su pecho, que era como el recoveco donde guardaba su libreta de dibujo. Un lugar frío y oscuro.
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