12. Besos sabor magenta
(Diego)
Bostezó por enésima vez y entró en Góngora.
―Me muero de sueño ―lo saludó Aaron que estaba sentado en el suelo con la espalda apoyada en el muro.
―¿Qué haces ahí? ―preguntó confuso.
―Hoy no me veo capaz de esquivar lo que sea que se estén lanzando ―explicó Aaron señalando a los tenistas, él asintió y se sentó a su lado.
La verdad que él tampoco se veía muy capaz de esquivarlos, mejor esperaba a que el profesor de Educación Física los disolviese.
Bostezó de nuevo y cerró los ojos. Había pasado gran parte de la noche organizando el ataque a Quevedo junto con Aaron, Lucas, Dafne y los demás. De hecho, esta tarde todos iban a ir a Góngora a ayudarlos con los globos de agua/pintura y para terminar la catapulta. Pero además de eso, tardó aún más de lo habitual en conciliar el sueño, no había parado de tener pesadillas donde Lydia lo dejaba y se marchaba con Gael. Empezaba a pensar que quizás pasaba demasiado tiempo con José.
―Por cierto, ¿para qué fue a verte ayer Eli? ―preguntó recordando como ayer Eli había aparecido en el Parque Lorca buscando a Aaron, su amigo se pasó la mano por el pelo y suspiró pesadamente antes de señalar su ojo morado.
―Me preguntó si la había dejado que me pegase el puñetazo para que se sintiera mejor ―contestó Aaron con simpleza.
―¿Y qué le dijiste?
―La verdad ―asintió lentamente y Aaron se tiró del flequillo―. Dijo que estaba loco y luego se fue... Fue bastante bien, pensaba que había ido a ponerme el otro ojo morado por lo del beso.
―¿La hubieras dejado que te golpease de nuevo? ―curioseó divertido, Aaron negó rápidamente con la cabeza.
―¿Estás loco? Puede que no lo parezca pero Eli tiene un buen derechazo, y un ojo morado por amor es todo lo que puedo tolerar ―respondió Aaron mientras colocaba las manos tras la nuca y estiraba las piernas―. Mira, por ahí va Gael. ¡Gael!
Aaron gritó y saludó al pelinegro que le devolvió el saludo confuso antes de entrar en su torre.
―¿Qué pretendes? ―preguntó molesto.
―Adivinar por su cara si ayer pasó algo con Lydia ―respondió Aaron muy convencido.
―¿Y? ¿Descubriste algo en ese segundo que te miró?
―Si, huyó de nosotros; está claro que ayer movió ficha con Lydia ―sentenció Aaron dándole una palmada en el hombro, él puso los ojos en blanco y Aaron volvió a darle otra palmada―. Si quieres probar la catapulta con él, sabes que cuentas con tooodo mi apoyo.
―¿Lucas no te prohibió acercarte? ―recordó mientras trataba por todos los medios de no dejarse llevar por las palabras de Aaron.
Lo mejor que podía hacer era esperar a Lydia y que ella le contase si Gael volvió a coquetear con ella y pobre de él como la respuesta fuera sí.
―Sí, pero él no tiene porque enterarse ―susurró Aaron.
―¿Quién no tiene que enterarse de qué? ―preguntó Lucas con voz seria por lo que ambos levantaron la mirada y encontraron a su amigo observándolos con los brazos cruzados―. Te recuerdo que tienes prohibido acercarte a la catapulta.
―Sí, eso mismo le estaba diciendo a Diego ―Aaron dejó de mirar a Lucas para mirarlo a él―, no puedo ayudarte a lanzar a Gael en la catapulta, ayer Lucas me prohibió tocarla.
―¡Le has guiñado el ojo! ―exclamó Lucas señalando a Aaron.
―¡Tengo un tic! ―se defendió Aaron parpadeando de forma exagerada por lo que Lucas le pegó una patada en la pierna―. Que ganas de que te quiten el aparato, tienes un humor horrible desde que te lo pusieron.
―Claro, tú no tienes nada que ver en mi mal humor ―protestó Lucas llevándose las manos a su cabello castaño para revolvérselo con fuerza.
Él por su parte puso los ojos en blanco y apoyó la cabeza contra la pared. Hoy estaba demasiado cansado como para intervenir, si querían matarse allá ellos.
― ¿De casualidad viste el periódico de Triz esta mañana? ―abrió un ojo y miró a Lucas que lo observaba bastante divertido.
Genial, Lucas mirándolo medio divertido. Eso no presagiaba nada bueno.
―Dime que no hay nada sobre mi relación con Lydia ―pidió casi suplicante, Lucas se mordió el labio para no reírse y extendió un ejemplar ya abierto.
No, no y no.
Le quitó el periódico de las manos con ira y miró la página que le había preparado. Allí encontró un artículo de dos páginas que hablaba sobre él y Lydia, además de varias fotos de ambos tanto juntos como separados. ¡Incluso había una de ellos pintando el mural!
¡Esa maldita Triz! ¡Tenía que meter su nariz en los asuntos amorosos de todo el mundo!
―Después de dos años sobornando profesores, Diego (ex jefe indio y actual jefe de Góngora junto a Aaron y Lucas) por fin ha tenido el valor suficiente para intentar salir de la temida friendzone y bien que lo ha conseguido, ¿quién iba a decirle que no con esa carita? ¡Te odiamos Lydia, eres taaan afortunada! Y no lo digo porque Diego sea mi amigo, él es realmente increíble ―leyó en voz alta.
Iba a matar a Triz. Eso si Lydia no lo asesinaba primero al ver cómo su relación era noticia a nivel nacional.
―Para el que no la conozca Lydia es la guapísima pelirroja de la foto de la izquierda, una chica realmente adorable que siempre está llena de pintura. ¡Te amamos igual Lydia, no te preocupes! ―continuó leyendo con horror.
―¡Oh mira, aquí está la foto que sacamos mientras estábamos escondidos tras los arbustos! ―Aaron señaló una foto dónde Lydia y él se besaban con el nuevo mural de fondo―. ¿Crees que Triz haría un reportaje sobre mí y Eli?
―No estás saliendo con Eli ―recordó de mal humor mientras sacudía el periódico con fuerza.
Tenía que hablar con Lydia y pedirle perdón antes de que leyese el periódico.
―No, pero estamos casados ―puntualizó Aaron.
―¿No estabas en proceso de divorcio? ―preguntó Lucas levantando una ceja.
―Sí, bueno, eso es lo que debe pensar hasta que logre convencerla de que yo soy su Darcy y ella mi Elizabeth ―habló Aaron mientras miraba al infinito, Lucas golpeó su frente y suspiró pesadamente.
―Sigue así y sólo lograrás otro ojo morado ―murmuró Lucas ganándose una mirada asesina de Aaron.
―No pienso invitarte a nuestra renovación de votos, que lo sepas ―indicó Aaron señalando a Lucas que resopló y puso los ojos en blanco antes de tirarse al suelo y esconderse entre ambos―. ¿Qué haces?
―Avisadme cuando se vaya ―pidió Lucas en un susurro.
Aaron y él se miraron entre ellos sin entender nada hasta que vislumbraron a Nayra a unos metros. La chica miraba a su alrededor en busca de Lucas y al no encontrarlo se encogió de hombros deprimida y entró en Góngora con pesar.
―Ya se fue ―murmuró y vio como Lucas salía de su escondite con alivio.
―Me estaba esperando en la parada del autobús, tuve que bajarme más lejos y venir andando; ¡haz algo! ―exigió Lucas tomándolo de los hombros.
―¿Yo?
―¡Sí, tú! ¡Tú vives en el Parque Lorca, es responsabilidad tuya! ―exclamó Lucas mientras lo agitaba, Aaron que estaba a su lado comenzó a reírse.
―Te dije que no pienso meterme en tus problemas amorosos ―recordó soltándose de Lucas que lo miró confuso.
―¿Qué problemas amorosos? ¡Que quiere matarme! Primero me intenta envenenar y ahora me sigue para conocer mi rutina y así poder aniquilarme cuando esté despistado ―explicó Lucas con convencimiento provocando que las carcajadas de Aaron fueran más fuertes y comenzara a rodar por el suelo mientras lloraba de la risa.
―Te digo que quiere agradarte, no matarte ―repitió por segunda vez a su amigo.
―Que no, que no... no le mientas... quiere asesinart.. ¡ay! ―gimoteó Aaron llevándose la mano a la cabeza dónde Eli le había pegado un coscorrón.
―No seas malo ―Eli lanzó una mirada de reprimenda a Aaron y luego señaló a Lucas―. Te trae comida, va a buscarte y pasa todo su tiempo contigo porque está enamorada de ti, ¡no trata de matarte, quiere que la quieras!
―¡Qué! ―gritó Lucas con sorpresa.
―Cupido debería patear tu trasero insensible ―habló Eli con exasperación, Lydia que estaba a su lado lo saludó con la mano y él le sonrió.
Al parecer todavía no había visto el periódico. Bien.
―¿Le gusto a Nayra? ―preguntó Lucas con sorpresa.
―Más bien está algo así como obsesionada contigo, dice que tú eres el más sexy de Góngora cuando todas sabemos que es Gael ―indicó Eli haciendo que Lucas abriese la boca y se quedase en shock.
―Que pienses así, me ofende ―intervino Aaron pero Eli lo ignoró.
Por su parte, se incorporó y se acercó a Lydia a la que saludó con un beso en la mejilla.
―Buenos días novia―saludó con felicidad.
―¿Sabes? Triz me ha dado unas muy buenas ideas para vengarme por lo del mural ―comentó su novia con una sonrisa malvada, él la miró horrorizado y ella comenzó a reírse antes de tomar su mano―. Cuando vi el periódico casi me muero de vergüenza, no puedo creer que Triz nos haya dedicado dos páginas.
―Si, voy a tener una conversación muy seria con ella; nos merecíamos al menos diez ―bromeó, Lydia soltó su mano y le pegó un puñetazo en el brazo que apenas notó.
―No tiene gracia, mi madre también lee ese periódico, no tienes idea del desayuno que he pasado ―murmuró Lydia con vergüenza, él rio y le dio un beso en la frente a modo de consolación.
―¡Tengo una enamorada, como mola! ―gritó Lucas con emoción por lo que ambos dejaron su conversación y vieron como su amigo señalaba a Aaron―. ¿Quién es el anti cupido ahora?
―Sigues siendo tú, pensabas que trataba de asesinarte ―indicó Aaron mientras se ponía en pie y sacudía las piernas―. Y tengo que darte la razón en algo, está claro que al agua del Parque Lorca le pasa algo, ¿enamorarse de ti? Nayra está claramente intoxicada.
―Ya empezamos ―murmuró con irritación, por suerte sonó el timbre y se dirigieron a clase.
* * ** * * *
El día fue una completa locura, gracias a Mario y Miguel se había corrido la voz de que Dafne, Nora, Matt y los demás irían hoy para ayudarlos con la catapulta y los globos de agua/pintura y todos en Góngora estaban emocionados. Él también lo estaría si no fuera porque no pudo pasar el recreo junto a Lydia pintando porque Aaron y Lucas se empeñaban en que lo necesitaban para todo, ¡menuda mierda de amigos que no podían hacer nada sin él!
Además, aún no había podido preguntarle si Gael había intentado algo con ella pero igualmente y sólo por si acaso dejó a escondidas un ejemplar del periódico sobre su pupitre. Lydia tenía un novio y su novio no iba a renunciar a ella, que fuera teniendo las cosas claras.
―¿Crees que será suficiente con esto? ―preguntó Lydia captando su atención; él miró la sábana que protegía el mural y asintió.
Iban a empezar la cadena de montaje de los globos de pintura/agua y en Góngora era mejor prevenir. No era que pensasen hacer una guerra allí pues querían atacar Quevedo, pero eso era Góngora nunca se sabía qué podía suceder y por eso habían decidido tapar el mural con una sábana.
―Tranquila, estará sano y salvo, aunque no me importaría que sufriese algún daño si eso significa que pasaríamos más tiempo juntos ―habló levantando las cejas con picardía pero Lydia lo miró mal.
―Vuelve a destruir un mural mío y no volverás a besarme en tu vida ―dijo Lydia con voz fría por lo que él levantó las manos en señal de rendición y se acercó a ella mientras hacía pucheros―. Lo digo en serio.
―Entonces protegeré ese mural con mi vida; como persona locamente enamorada de ti ambos sabemos que no puedo vivir sin tus besos ―dijo seductoramente, Lydia rio antes de acercarse a él y pasarle los brazos por los hombros.
―¡Esto es tan romántico!
Ambos pusieron los ojos en blanco y voltearon hacia Eli y Aaron que acababan de llegar.
―¡No me mires así! Tardabais un montón ―gritó Aaron a la defensiva pero él continuó intentándolo matar con la mirada, lástima que no funcionase.
―Dadnos cinco minutos y ya vamos ―pidió Lydia para su sorpresa, Eli asintió y tomó el brazo de Aaron al que arrastró con una gran sonrisa en el rostro, si fuera por él iría a cualquier sitio a dónde Eli lo llevase.
―¿Cinco minutos? ¿Qué pretendes hacer conmigo durante cinco minutos? ―curioseó mirando a Lydia, ella puso los ojos en blanco antes de acortar la distancia y besarlo con ternura.
En serio, está chica podía hacer con él lo que quisiese.
Notó las manos de Lydia en su cabello y su corazón se aceleró. Nervioso le siguió el beso y le dio la vuelta con entusiasmo tomando ahora el control. Segundos después se separaban completamente alterados y casi sin respiración.
―Creo que aún quedan otros dos minutos ―dijo entrecortadamente, Lydia lo miró con sus ojos azules brillando y negó con la cabeza antes de separarse de él y tomarlo de la mano para arrastrarlo con los demás―. ¿Por qué? Aún quedan otros dos minutos.
Lydia no respondió pero su cara casi del mismo color que su pelo hablaba por ella, rió divertido y se dejó llevar. Era bueno saber que él también causaba estragos en su sistema nervioso. La vio llevarse una mano al moño y estuvo tentado de obligarla a parar para besarla de nuevo, pero por desgracia reconoció a sus amigos a lo lejos.
―¿Ya? Diego sí que besas mal ―saludó Aaron con burla por lo que molesto se acercó a él y le pegó una colleja―. ¡Que era broma! Sé que besas muy bien, te vi practicar varias veces con la almohada y ella nunca se quejó.
―Ese eras tú ―intervino Lucas.
―Ja, ja...muy chistoso Lucas ―Aaron aplaudió y luego miró mal al castaño que le sonrió con descaro enseñando todos sus brackets.
Lydia y él se miraron e intercambiaron una sonrisa antes de unirse a sus amigos en una de las muchas cadenas de creación de globos de agua y pintura.
Trabajaron durante los primeros diez minutos en silencio hasta que Lucas y Aaron comenzaron a discutir.
―Ya tardaban ―murmuró irritado.
―Creo que Lucas tiene razón, estás llenando demasiado los globos ―indicó Nayra interviniendo en la discusión por lo que Aaron la miró de arriba abajo.
―¡Ves! ¡Te lo dije! ―exclamó Lucas señalando el globo que Aaron tenía en la mano.
―Su opinión no cuenta ―protestó Aaron señalando a Nayra con la mano libre pero rápidamente su atención pasó a cierta rubia que había comenzado a alejarse de ellos―. ¿Eli dónde vas?
―A saludar a Gael, debe estar deprimido desde que leyó el periódico que tan sutilmente Diego dejó en su mesa ―indicó la rubia señalando al grupo de trabajo que estaba a unos cien metros de ellos y dónde Gael trabajaba guardando globos en cubos.
Aaron frunció el ceño y miró a Eli, luego al globo y de nuevo a Eli.
―Un paso más hacia él y te tiro el globo encima, y teniendo en cuenta cómo somos aquí eso dará inicio a una guerra en nuestro propio instituto y todo por tu culpa ―anunció Aaron más serio de lo normal para sorpresa de todos, Eli parpadeó confusa unos segundos antes de dar pasos atrás y volver a su sitio al lado de Lydia, Aaron asintió satisfecho y se dispuso a entregarle el globo pero éste cayó al suelo por el peso y se rompió.
―¡Te lo dije! ―gritó Lucas haciéndolos reír a todos.
Cuando terminaron de reírse continuaron llenando globos de agua y pintura y metiéndolos en cubos.
―Ahora que lo pienso, nunca me dijiste si ayer Gael volvió a coquetear contigo ―dijo mirando a Lydia, ella se pasó la mano por su enorme moño pelirrojo y él frunció el ceño―. Voy a matarlo.
―No hace falta, lo intentó y yo le dije que a mi novio no le gustaría eso y entonces me preguntó si estaba saliendo contigo, le dije que sí y me dijo "Está bien, tú ganas" y se marchó de allí, creo que vuelve a odiarme ―contó Lydia apresuradamente, él la miró fijamente y ella le dio un tímido beso en la mejilla.
―Ese chico es muy raro ―murmuró Aaron―. Primero te odiaba, luego intentó ligar contigo ¿y ahora te odia otra vez? ¿Qué mierda le pasa?
―Está enamorado de Lydia, está clarísimo. Es tímido y retraído y no sabía cómo acercarse a ella así que era frío y la trataba así para llamar su atención, una vez que fue emparejada con él decidió que era hora de intentarlo pero por desgracia el corazón de Lydia ya pertenecía a Diego ―contó Eli con ojos soñadores.
―¿Por desgracia? ―murmuró irritado enarcando una ceja.
―¿Pero si está enamorado de ella porque ahora vuelve a tratarla mal? ―curioseó Aaron.
―Es su modo de defenderse, él expuso sus sentimientos y ella le hizo daño por lo que ahora lo trata mal ―contestó Eli mirando fijamente a Aaron.
―Será que "la" trata mal ―respondió Aaron sin apartar la mirada de Eli, la rubia se encogió de hombros y dejó de mirar a su amigo y volteó hacia Lydia.
―Está claro que tiene interés en ti, no podía tenerte manía porque si, y si te acusó de sobornar a profesores para pasar tiempo con Diego es porque estaba celoso; le gustabas, el cliché no falla ―indicó Eli mientras se rehacía la coleta bajo la atenta mirada de Aaron.
―¿Te acusó de sobornar a los profesores para que te emparejasen conmigo? ―preguntó sorprendido, Lydia asintió lentamente y él sacudió la cabeza.
―Cada vez detesto más a ese chico ―respondió de mal humor.
―Al contrario que él a ti ―habló Lucas divertido por lo que él enarcó la ceja.
―¡Oh! Aquí vamos con la teoría de anti-cupido ―intervino Aaron ganándose una mirada de odio por parte de Lucas―. Venga, suéltalo, quiero reírme.
―Gael está enamorado de Diego ―soltó Lucas por lo que todos lo miraron entre confusos e incrédulos.
―¡Qué! ¡No! ¡Me niego a que Gael sea gay! ―gritó Eli tan fuerte que Lydia tuvo que taparle la boca.
―Esa idea me gusta ―apuntó Aaron por lo que él lo fulminó con la mirada y Aaron levantó las manos―. ¿Qué? Cada uno mira por lo suyo.
―¿Y se puede saber cómo en nombre de Góngora llegaste a esa conclusión? ―preguntó a Lucas―. Te recuerdo que hasta ayer le tiraba los trastos a MI NOVIA.
―Sí, para hacer que se enamorara de él y así eliminar a la competencia.
Abrió la boca con sorpresa y frustrado se llevó las manos a la cabeza.
¿Cómo cojones llegaba Lucas a esas teorías tan descabelladas?
―¿Qué mierda de droga te tomas? ―preguntó escandalizado por lo que Aaron silbó antes de comenzar a reírse―. Deja de descojonarte.
―Diego eres todo un rompecorazones ―se burló Aaron por lo que lo miró amenazadoramente.
―La perspectiva de Eli tiene su punto, pero si lo miras desde otro ángulo; Lydia le caía mal porque notaba su interés en ti, no me preguntes cómo pero uno siempre reconoce a sus rivales amorosos, además la acusó de sobornar a los profesores, él pensaba que era ella tratando de pasar más tiempo contigo por lo que sí, si estaba celoso pero de ella―explicó Lucas a Eli, Lydia y Aaron que cada vez parecían más interesados al contrario que él, todo esto le parecía absurdo―. Luego llevado por la "leyenda de Góngora" y por lo popular que es con las chicas ideó un plan para enamorar a Lydia, por eso lo del coqueteo, pero cuando tú ayer le confirmaste que ya estabas saliendo con Diego, su plan se fue al traste y en consecuencia vuelve a odiarte por quedarte con el chico.
―¿Has pensado en ser guionista de películas de Hollywood? ―curioseó Aaron ganándose una colleja por parte de Lucas.
―¡No! ¡Me niego! ―volvió a gritar Eli.
―Estoy con Eli, Gael no es gay y mucho menos está enamorado de mí ―negó en rotundo pero vio como Nayra y Lucas intercambiaron una mirada cómplice―. ¿Qué?
―Como sabía que no ibais a creerme fuimos a hablar con Nora, Matt y Triz ―contó Lucas mientras Nayra asentía contenta y señalaba a Lucas.
―Me pidió que lo acompañase ―susurró una Nayra orgullosa a Lydia y Eli; Lydia levantó el pulgar con ánimo pero Eli se acercó a ella y la tomó de los hombros con fuerza.
―Dime que te dijeron que todo estaba en la imaginación de Lucas, ¡Gael no puede ser gay! ―pidió Eli con desesperación.
―Lo siento Eli pero Matt, Nora y Triz nos dijeron que Lucas estaba en lo cierto; al parecer Gael es bastante tímido y ha ido varias veces al Parque Lorca para intentar hacerse amigo de Diego pero daba la casualidad que siempre estaba con Lydia o hablando de ella así que le tomó algo de manía ―explicó Nayra haciendo que Eli la soltase y abriese la boca de par en par al igual que él.
¡Eso no podía ser!
Había visto como Gael coqueteaba con Lydia, ¿todo era mentira?
―Pero coqueteaba con ella, yo lo vi ―dijo confuso.
―Sí, para enamorarla y así tener el camino libre a tu corazón ―explicó Lucas con solemnidad, luego volteó hacia Aaron―. ¿Quién es el anti Cupido ahora?
―A Gael le gusta Diego, no sé si estoy más sorprendido de esto que de que hayas acertado con una de tus locas teorías... ¡un momento! Eso es que te arreglé, ¡bien por mí! ―se felicitó Aaron ganándose una mirada asesina por parte de Lucas.
―Estoy traumatizada, Lydia cógeme que me desmayo. ―Eli dramáticamente se tiró hacia atrás mientras se llevaba la mano a la cabeza como una damisela de película, Lydia puso los ojos en blanco y se retiró a un lado dejando que Aaron tomase a Eli en brazos―. Estoy tan en shock que hasta dejaré que tú me sujetes por un rato.
―Sabía que el día que te tendría finalmente en mis brazos llegaría tarde o temprano ―dijo Aaron con felicidad, Eli resopló y se intentó soltar de Aaron pero él la sostuvo con fuerza.
―¿Estás bien? ―preguntó Lydia acariciándole la mejilla.
―Sólo un poco traumado ―respondió lentamente, Lydia rio e intentó apartar la mano de su mejilla pero él la detuvo―. No me esperaba nada de esto.
―Si, te digo la verdad no me sorprende tanto ―dijo Lydia sonriéndole con dulzura―. ¿Quién podría no enamorarse de ti?
―Eso no me hace sentir mejor ―murmuró molesto haciendo reír a su novia.
―¿Y qué tal esto? ―Lydia comenzó a acercarse lentamente a él por lo que su corazón comenzó a acelerarse rápidamente no obstante, en el momento en que sus labios se rozaron escucharon gritos y ánimos por lo que ambos voltearon hacia el origen de los gritos que eran Dafne y Damien.
¿Damien? ¿Qué hacía Damien allí?
―¡No le pegues a tu novio! ―gritó Damien.
―¡No somos novios! ―chilló Dafne.
Puso los ojos en blanco y le dio un rápido beso a Lydia. Antes de tomarla de la mano con fuerza, conocía perfectamente a esos dos y que estuviesen juntos en un lugar no traía nada bueno.
A su alrededor, Aaron dejó a Eli en el suelo y le dio una patada al cubo de globos de pintura más cercano y lo envió a sus pies. El ataque a Quevedo se iba a ir al traste, pero esto iba a ser increíblemente divertido. Con interés vieron como Dafne y Damien forcejeaban por un palo antes de comenzar a correr de un lado a otro hasta que encontraron los globos de agua/pintura y comenzaron a lanzárselos.
―¡Esto es la guerra! ―gritó Lucas antes de que todos se uniesen en una batalla campal.
Quince minutos más tarde, todos estaban tirados en el suelo tratando de recuperar sus fuerzas. La verdad es que era una escena digna de ver, todos los alumnos estaban mojados y pintados de diferentes colores, por no mencionar cómo estaban las instalaciones del instituto. El director los iba a tener limpiando durante al menos los próximos tres días, eso si no sufría un infarto al ver todo el desastre.
Buscó con la mirada a sus amigos y encontró a Lucas no muy lejos de él tirado en el suelo con los brazos estirados, a su lado estaba sentada Nayra sin moverse y abrazada a sus piernas, vio como Lucas agitaba la mano y Nayra se tumbaba a su lado con timidez pero con una enorme sonrisa.
―¿Crees que lo conseguirá? ―preguntó Lydia.
―Con Lucas nunca se sabe ―dijo volteando hacia su novia a la que vio con el rostro lleno de pintura azul de hecho hasta su pelo era azul pero a partir de su cuello era como un pequeño arcoíris con varios colores mezclándose dando lugar a nuevos―. Estás...
―Completamente llena de pintura, tú también ―habló Lydia mientras usaba la parte interior de su camiseta para limpiarse el rostro.
―Tu también tienes una camiseta ¿sabes? ―dijo fingiendo enfado, ella rió y colocó las manos en sus mejillas antes de besarlo lentamente; cuando se separó tenía el rostro manchado con su color favorito.
―Sabes a...
―¿A pintura? ―inquirió divertido, ella negó con la cabeza.
―No, sabes a magenta ―contestó ella con una brillante sonrisa, él le pasó la mano por la mejilla y Lydia comenzó a mirar a los alrededores con preocupación―. ¿Has visto a Eli?
―No, y ahora que lo dices, desde hace un buen rato no encuentro a Aaron ―dijo mirando hacia los lados, tomó la mano de Lydia y comenzaron a buscarlos.
Pasaron a Matt que golpeaba a Kyle por "intentar propasarse" con Ann, vieron como Damien tapaba a una dormida Dafne con una chaqueta vaquera e incluso vieron como Mario y Miguel corrían hasta Nora y la abrazaban mientras José refunfuñaba algo sobre la intimidad pero ni rastro de Aaron y Eli.
―¿Buscáis a Eli y Aaron?
La voz de Gael lo sobresaltó y agarró a Lydia con fuerza mientras se daban la vuelta para ver como el pelinegro se pasaba la mano por su cabello ahora violeta.
―Si, ¿los has visto? ―preguntó Lydia mirándolo de reojo en todo momento.
Vio como apretaba los labios para no reírse y frunció el ceño. No era nada divertido.
―La última vez que los vi estaban por allí. ―Gael señaló hacia el huerto de los indios y ambos le dieron las gracias antes de marcharse.
―Estabas tan tieso ―se burló Lydia.
―No es divertido ―murmuró irritado.
Aún no asimilaba que Gael estuviese enamorado de él. De hecho, pensaba que en cualquier momento Triz aparecería con su cámara y le diría que no era más que una broma para su periódico.
―Un poco sí ―dijo Lydia mientras se reía―, lo malo es que ahora tengo más competencia.
―Si te sirve de consuelo, no hay nadie que pueda competir contigo.
―Pero Gael es tan misterioso y sexy ―susurró Lydia con diversión por lo que él enarcó una ceja―. Es broma, es broma.
―No empieces tú también que bastantes bromas voy a sufrir de Lucas y Aaron ―se llevó la mano a la sien y siguieron caminando en silencio hasta que vio a sus amigos por lo que se detuvo de golpe―. ¡¿Esto es en serio?!
―¿Qué pasa? ―preguntó Lydia, él señaló hacia sus amigos y su novia abrió la boca con sorpresa―. ¡Eli!
Eli y Aaron dejaron de besarse y los miraron sin ningún tipo de vergüenza.
―¿Qué? Te dije que nadie escapa del cliché ―exclamó Eli con la cara cubierta de pintura amarilla que era la que mayoritariamente estaba sobre Aaron.
Su amigo se pasó el brazo por la cara y trató de limpiarse un poco el rostro pero como su ropa también estaba sucia sólo consiguió mancharse más. Aaron le sonrió triunfal y levantó el pulgar en señal de victoria.
Rio y negó con la cabeza, no debería dudar tanto de sus capacidades y aunque a veces era un completo desastre, era constante y no dudaba en tomar todo tipo de medidas para lograr lo que quería y a Eli la quería con todo su corazón.
Vio como Aaron le hacía señales con la mano para que se fuera y él se acercó a Lydia. No estaría mal un poco de intimidad para todos.
―¿Vamos a contárselo a Lucas y Nayra? ―susurró al oído de Lydia.
―Eres un chismoso ―comentó ella entre risas pero dejándose llevar, él dio una última mirada a sus amigos y vio como Aaron tomaba a Eli de la cintura y la inclinaba para empezar otra sesión de besos de colores a la que Eli estuvo totalmente a favor. Cuando estuvieron fuera del campo de visión de sus amigos se detuvo y Lydia lo miró confusa―. ¿Ocurre algo?
―Eli y Aaron están ocupados en lo suyo y Lucas está... lo que sea que esté haciendo, así que... ¿qué te parece si volvemos a tener otro de esos besos sabor magenta? ―preguntó mientras atraía a Lydia hacia él y le pasaba los brazos por la cintura, ella pareció meditarlo durante unos interminables segundos hasta que asintió.
―¿Sabes? Creo que el magenta va a comenzar a ser mi color favorito también ―indicó Lydia antes de pasar los brazos por su cuello y darle uno de esos besos lentos que tanto le gustaban.
Aún no podía creer su suerte, Lydia también estaba enamorada de él, ¿cuánto tiempo había perdido debido a las dudas y la inseguridad? Declararse nunca es fácil pero cuando alguien te importa tanto debes tomar ese riesgo y tratar de salir de la zona de amigos. Arriesgarse da miedo y podía haber terminado perdiendo a una gran amiga pero sin lugar a dudas había merecido la pena. Lydia estaba entre sus brazos y este era uno de los muchos besos que iban a darse como novios si es que ella no decidía matarlo por haber mandado destruir su precioso mural.
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¡Tarán! Ha sido cortita pero debo decir que en apenas 12 capitulos les he cogido un cariño tremendo a todos los personajes, no sé si os habrá pasado lo mismo.
Debo felicitar a todos los que acertaron con la teoría (Gael era un personaje gay desde el principio, pero amo el suspense y todas las teorías que escribis en los comentarios). Iba a dedicarle el capitulo a una chica que en el capitulo 5 (creo) acertó completamente en todo, pero no te encontré lo siento.
Muchas gracias a todos y todas las que han leido este pequeño proyecto espero que os haya gustado tanto como a mi me gustó escribirlo.
pd. En un par de días subiré un pequeño epilogo.
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