1. Mala suerte
(Lydia)
Levantó la mirada levemente buscando a Eli a la que rápidamente localizó hablando y suspirando con un grupo de chicas por lo que volvió a concentrarse en su dibujo. Llevaba cinco días intentando acabar ese dibujo pero justo cuando estaba a punto de terminar encontraba un fallo y volvía a empezar de nuevo.
―¿Todavía sigues con el hada? ―preguntó Eli tomando el dibujo.
―Sí, tiene una ala ligeramente más grande que la otra.―su amiga puso los ojos en blanco pero no le devolvió el dibujo.
―Eres una maniática, el dibujo es per-fec-to―indicó su amiga mientras lo señalaba con el dedo.
―Tiene una ala más grande, está desproporcionado―aseguró de nuevo pero Eli le lanzó esa mirada de "mejor cállate antes de que te haga tragar el boceto"―. ¡Está bien, está perfecto!
Eli sonrió satisfecha y le devolvió el boceto.
―¿Estás nerviosa? ―Ante tal pregunta puso cara de interrogación.
¿Por qué debería estar nerviosa?
―¿Ya lo olvidaste? Hoy es cuando la profesora de Historia nos asigna un compañero ―contó Eli con emoción.
Ah, eso.
Desde que Nora y José fueron emparejados hace cuatro años por Belinda Blanco se había creado el rumor de que ese fue el inicio de su espectacular historia de amor que acabó con José corriendo desnudo por Góngora.
Personalmente pensaba que eso era una soberana idiotez, no iba a encontrar el amor gracias a un trabajo de historia; pero desgraciadamente a lo largo de los últimos cuatro años se habían formado otras diez parejas más gracias los emparejamientos de esa profesora por lo que la teoría de que ciertamente se encontraba el amor gracias a los emparejamientos de Belinda Blanco era cada vez más aceptada por los alumnos.
De hecho, Belinda había pasado a ser llamada "la cupido de Góngora".
Miró de reojo a Eli y la vio suspirando, si ella era de las escépticas su amiga era todo lo contrario, Eli creía fervientemente que ese trabajo traería el amor a su vida. Sonrió y vio como su amiga miraba al infinito con la mirada perdida, Eli amaba las películas románticas y todo lo relacionado con clichés. Seguramente ahora mismo se estaría imaginando a sí misma teniendo un romance de novela.
―No puedo esperar a que me digan quién será mi pareja ―dijo Eli de repente con ojos brillantes―. ¿A ti con quién te gustaría que te tocase?
Inconscientemente miró hacia la puerta dónde Diego hablaba con Aaron, llevaba los últimos dos años coincidiendo con él en todos los trabajos y nunca habían sacado menos de sobresaliente. Diego al darse cuenta de que lo observaba levantó la mano y la saludó con efusividad algo a lo que respondió con vergüenza.
―¡No! ¡No y no! ―exclamó Eli con indignación.
―¿Por qué no? Llevo haciendo trabajos con él desde hace dos años y siempre sacamos sobresaliente ―repuso sabiendo que tenía razón, Eli hizo una mueca de disgusto.
―De todos los chicos que hay en Góngora, tenía que ser el mejor amigo de ese polígamo insensible ―se quejó Eli.
Puso los ojos en blanco y dejó que Eli contase otra vez (con insultos incluidos otra vez) como en primer año Aaron había aprovechado su posición de jefe indio para desposarla a ella y a otras cinco chicas más bajo coacción.
Pero lo que siempre olvidaba contar es que la idea de casarse con Aaron le había encantado pero cuando descubrió que no iba a ser la única esposa montó tal revuelta que tuvieron que llevarla bajo punta de lanza al altar.
―Se creía tan guay con el sombrero rojo ese...¡seis esposas! ―exclamó Eli sobresaltándola, ella asintió y Eli siguió profiriendo insultos contra Aaron.
Una vez que Eli hablaba sobre Aaron era mejor dejarla soltar todo. Sin embargo, al ver cómo Gael entraba le dio un codazo a su amiga.
La única manera de hacer callar a Eli cuando entraba en modo "Aaron es la peor persona del universo" era nombrarle a su amor platónico Gael. Inmediatamente su amiga dejó de hablar y al igual que la mayoría de las chicas de la clase observaron como Gael tomaba asiento al final de la clase.
―Es tan guapo, tan misteriosamente encantador y distante, lo amo ―declaró su amiga.
―Eso, tú declara amor eterno al chico que hace menos de media hora me puso la zancadilla en las escaleras ―contó con enfado, Eli sacudió la mano como si dijese una tontería.
―Seguro que fue sin querer.
―¿Y cómo explicas el hacerles creer a los indios que yo le había dado información confidencial a la caballería de Quevedo? ―preguntó levantando la ceja.
―¿Pequeña confusión? ―inquirió Eli con inocencia.
―Estuve dos recreos trabajando en el huerto hasta que Diego solucionó el malentendido. En serio, ese chico me odia ―dijo totalmente convencida.
―¿Por qué iba a odiarte mi futuro marido? No seas ridícula, Lydia.
Miró mal a Eli y sacó un folio en blanco. Gael la odiaba, el que aún no supiesen el por qué era un pequeño detallito pero ese chico la detestaba. Se llevó el lápiz al labio, y miró de reojo a Diego que volvió a saludarla.
Avergonzada le devolvió el saludo otra vez pero esta vez con timidez.
Dios, tenía que dejar de ser tan obvia.
―Buenos días ―saludó Belinda Blanco entrando en clase, inmediatamente todos los alumnos tomaron asiento y observaron a su profesora con seriedad―. Supongo que ya sabéis que toca hoy.
Eli a su lado asintió y cruzó los dedos por debajo de la mesa mientras susurraba "Que me toque con Gael".
―Como ya es de conocimiento público, haré parejas y os encomendaré un país. Nada de buscar información en internet, usad las bibliotecas que para algo están ―dijo Belinda con voz seria, luego tosió con fuerza y comenzó a leer las parejas.
Río divertida al escuchar un curioso rezo que Eli hacia, pero ella lejos de tener vergüenza lo repitió dos veces más con gran convicción.
―Gael con Lydia, España.
Abrió los ojos con sorpresa y sintió las miradas envidiosas de todas sus compañeras.
―Mierda ―murmuró en voz baja escondiendo la cabeza entre las manos.
―¡Oh dios mío! ―exclamó Eli con emoción―.¡Esto es tan cliché!
― Tienes que dejar de leer tantos libros ―susurró irritada pero era demasiado tarde, Eli estaba en modo ensoñación.
―Tú, la chica artista llena de pintura...
―No estoy... ―pero se calló al ver su camiseta llena de manchas de acuarela.
― ...y el chico misterioso y sexy al que detestas ―terminó Eli sin dejar de moverse con entusiasmo.
―Claro que lo detesto, ¡intentó matarme hace media hora! ―dijo comenzando a perder la paciencia.
―Claro que lo odias, si no lo odiases ¿dónde estaría la historia de amor?
Lydia puso los ojos en blanco. ¿¡Por qué no la escuchaba!?
―Que sepas que te perdono porque eres mi mejor amiga, si mi amado Gael hubiera sido emparejada con otra chica hubiera saboteado su trabajo ―dijo Eli colocándose un mechón tras la oreja antes de voltear hacia ella con una sonrisa―. Tienes que decirme como besa.
― Eli necesitas un psicólogo urgentemente ―dijo con seriedad, su amiga agitó su pelo rubio y la ignoró.
―Lydia, el amor está llamado a tu puerta, tú sólo déjate llevar y deja de quejarte ―prosiguió Eli ganándose una mirada asesina de su parte, luego miró hacia Gael que le devolvió una mirada llena de odio.
Genial, simplemente genial.
¿Por qué no podía tocarle con Diego como siempre?
(Diego)
―Gael con Lydia, España.
Nada más escuchar el emparejamiento sintió ganas de matar a la profesora y luego a Aaron por comenzar a reírse de su desgracia.
―A la mierda dos años de sobornos y chantajes ―comentó Aaron con burla por lo que le pegó una colleja con ganas―. Que agresivo te vuelve estar enamorado.
―Esto es Góngora, todos somos agresivos ―respondió de mal humor.
―Diego con Valeria, Portugal.
Al escuchar el nombre de su pareja volteó hacia una chica rubia que lo observaba fascinada y le guiñaba el ojo con descaro. ¡No! ¡Esa maldita profesora, no sólo juntaba a Lydia con el imbécil de Gael sino que lo emparejaba con una de esas chicas románticas y tontas que creían que surgía el amor en esos emparejamientos!
―Estupendo ―murmuró en voz baja, Aaron soltó una risita antes de echarse hacia atrás en el asiento.
―Mira ya empezó el flirteo de Lydia con Gael ―indicó su amigo señalando a Lydia que en esos momentos miraba hacia Gael para luego girar la cabeza hacia delante rápidamente―. ¿Qué diablos le ven las chicas? Ok, le doy crédito porque es medianamente atractivo (o eso dicen las chicas) pero tiene una personalidad horrible. Es serio y aburrido.
―Es misterioso y distante ―interrumpió Anabel entre suspiros, luego se dio la vuelta y volvió a darles la espalda.
―Lo que sea ―dijo Aaron sacudiendo la mano―. Deberíamos ser nosotros los que causaran desmayos y suspiros entre las chicas, somos jefes de Góngora, no mola tener poder si no tengo chicas adulándome.
Diego rodó los ojos y vio como Aaron se tiraba del flequillo antes de lanzar una rápida mirada hacia cierta rubia.
Ya claro, chicas en plural. Ambos sabían que sólo quería a una sola chica en particular adulándolo, chica que por cierto lo odiaba a muerte por obligarla a casarse con él.
Suspiró y fijó la mirada en la espalda de Lydia, su largo pelo rojo estaba sujeto en un enorme moño que se mantenía en su sitio gracias a un pincel. Sonrió al mirarla, dos años de sobornos y chantajes a profesores para que lo emparejaran con ella habían merecido la pena totalmente. Es por eso que no iba a permitir que todos sus esfuerzos fueran en vano, la leyenda urbana esa podía irse a la mierda.
―Aaron con Eli, Grecia.
De reojo vio como Aaron sonreía contento. Bueno al menos uno de los dos había tenido suerte.
―¡No! ¡Me niego a ser la pareja de ese polígamo! ―gritó Eli poniéndose en pie.
―Es hora de que vuelvas con tu esposo, Gorrión Soleado ―respondió su amigo con suficiencia.
―Oh dios, esto es taaaan cliché ―escuchó susurrar a Lydia, Eli abrió la boca para hablar pero la profesora carraspeó.
―¿Tiene algún problema con mis emparejamientos señorita Guillén? ―preguntó la mujer con voz fría.
―No, claro que no ―masculló Eli tomando asiento con vergüenza y muy muy enfadada.
A su lado Aaron se recostó sobre la silla y fingió estar indiferente pero a él no lo engañaba. Que le tocase con Eli significa tiempo con ella y una nueva oportunidad para tratar de ganar su perdón por obligarla a punta de lanza a casarse con él.
La verdad es que nunca entendió para que quería seis esposas, agitó la cabeza y decidió que era momento de centrarse en su propia vida amorosa. Miró de reojo hacia atrás y vio como Gael miraba fijamente la espalda de su Lydia.
Iba listo ese si creía que iba a tener algún tipo de relación amorosa con su pelirroja favorita. No era jefe de Góngora reconocido por Dafne y Ann por nada.
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Primer capitulo, ¿qué os ha parecido?
Para todos los que preguntaban, Diego era en TQST el indio que se daba cuenta de quién era Nora y volvía a salir en CyB en el capitulo 27 si no recuerdo mal.
Otro punto a aclarar, "¿qué pasó con Matt? ¿No tocaba una historia sobre Matt? ¿TQST 3 no iba a ser de Matt? ¿Zara cambiaste de idea?" Bien como el título pone, esto es un 2.5, TQST 3 efectivamente SI SERÁ SOBRE MATT.
La verdad es que me apeteció hacer una novela más corta que contase qué pasó con Góngora una vez que Dafne, Nora, etc... se fueron y así salió "Besos sabor magenta".
¿Cuándo va a salir la de Matt? Mmmm.... posiblemente en cuanto acabe esta.
Nos leemos en el siguiente ;D
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