☼ Capítulo 20. Invitación
18 de Marzo de 1980.
Nueva York, Nueva York.
Estaba agobiado. En mi cabeza, daba más vueltas de las necesarias, al pensamiento constante de la figura del omega japones. Eiji. Su nombre era extraño, corto y podía decirse con una sola exhalación.
–Eiji –intenté hacerlo.
De inmediato me sonrojé, avergonzado. Miré a mi alrededor, pero en mi solitaria habitación, no había nadie que presenciara mi comportamiento tan lamentable. Solo mis perros, incluso ellos se distraían correteando un juguete nuevo.
¿Qué clase de mafioso suspiraba así? Cubrí mi rostro con la mano, acostado sobre la cama, mis ganas de realizar mi rutina diaria se desvanecían en el aire. No podía permitir que los betas que me recogían vieran de nuevo esta patética versión mía, de la que no me sentía orgulloso. Un Ash débil, dependiente y sin control.
Lo que sentía por él no era interés "romántico", "amor" o ninguna de esas babosadas. Todo estaba grabado en nuestra naturaleza, él era un omega y yo un alfa. No podía haber una razón más cortante y certera. Explicaba el motivo de nuestros encuentros "destinados", solamente eran cosa de las feromonas que teníamos, una reacción esperada y programada en nuestra genética. Ganabas poco oponiéndote a su "llamado", al intentar superponerte a aceptarlo.
En realidad, no ganabas nada. Incluso para un alfa, dominante como yo, recibir un rechazo tan pronunciado y fuerte, significaba que no eras la gran cosa. No tenías nada que ofrecerle, eras un perdedor sin importancia.
No había sido mi caso, hasta el momento. Aunque él tampoco parecía del todo interesado en mí.
Volví a perder mi mente, ¿se creía tan importante como para no hacerme eso? Muchos otros omegas, incluso betas y algunos alfas extraños, querrían ser sostenidos por mí, rogarían por una noche mi lado. Mi orgullo fue herido por su comportamiento, pero sabía que mostrarle una actitud así solo le crearía más rechazo. Como si yo fuera el que ruega.
Mi prepotencia traería problemas con él, no me aceptaría tan fácil, tal vez incluso utilizando mis feromonas recibiría un "no" por respuesta. Sacudí la cabeza. Entonces, los chicos betas tocaron a mi puerta, entregué a los perros y bajamos por las escaleras, el ascensor parecía averiado. Eso me dio más tiempo para pensar, mientras caminaba.
Cuando tuve la oportunidad de poner mis manos en él, pude sentir el hueso de su cadera, recorrer sus pantorrillas delgadas y ver sus finos pies, sus facciones tranquilas y expresiones delicadas. Tan hipnotizante de observar, tanto cuando estaba dormido como cuando estaba despierto y odiándome.
Aguanté una risotada, los betas delante de mí se exaltaron. Recupere la compostura de inmediato.
Su encanto no se hallaba solamente en sus características físicas, su personalidad era cosa seria. Confiaba ciegamente en las personas a su alrededor, sin analizar sus segundas intenciones, como demostró al aceptar ponerse frente a mis ruedas, sin moverse ni replicar. Ingenuo, al creer que por tener dos alfas a su lado sería suficientes para protegerlo contra otros alfas. O en acompañar a tres desconocidos, sin pensarlo dos veces, por el hecho de convencerlo con palabras. Sin pensar mal de nadie.
Su sinceridad impedía que fuera un hipócrita, en ningún momento ocultó su desagrado hacia mí, tampoco se arrepintió o mencionó los incidentes pasados. Nuestra pelea acabó luego de su último golpe, en ambas situaciones. No tenía temores, aparentemente, enfrentándose a los alfas a pesar de ser un omega sin protección más allá que su collar, el cual no era suficiente para resguardar su integridad. Siguiendo a mis "lobos" para probar su punto, incluso aceptando internarse en "La Cueva".
Observando los edificios pasar tras el cristal del auto, comencé a aceptar que quizá me llamaba la atención. De no ser así no habría tomado nota tan precisa de todas sus pequeñas acciones, tan a detalle. Dedicando mi tiempo a pesar en todos nuestros encuentros. Lo reconocía, pero no del todo, la explicación estaba en su actitud de ignorarme, en que ningún omega me atraía por sus olores tan asquerosos y justo él tenía un aroma suave. Lo quería para mí, aunque fuera una vez y él me rechazaba, ese era el motivo.
No estaba tan seguro de que mi obsesión por ver su cuello sin collar se calmaría luego de conseguirlo. No era mi intención forzarlo, en ningún momento volvería a intentarlo, porque no había motivos que valieran la pena. Más que ganar su odio total.
Ahora había otro gran problema: la razón por la que debía dejar de ir tras él.
Justificando con todo lo anterior mi interés por él, si lo mantenía a mi lado lo pondría en peligro. Sujetos de mi calaña, sin escrúpulos, personas que no dudarían en perseguirlo solo para hacerme daño. Los tipos metidos en mi trabajo no podían tener lo que "él" se merecía. Ese era el objetivo de "Paraíso", todo nuestro estrés, nuestra búsqueda de "amor", fantasías. Cubrían todo lo que no podíamos tener.
Antes de darme cuenta ya estaba en la oficina, repleto de papeles. Soltando suspiros, con mi palma apoyada en mi barbilla y admirando la inmortalidad de la vida. Había salido a tanta prisa de casa que olvidé tomar los medicamentos nuevos que conseguí el día anterior.
Masticaba la pluma, para no tomar la cajetilla desde temprano. Los golpes en mi puerta me avisaron de un visitante esperando a que lo recibiera. Saqué el aire con un bufido que se arrancó desde mi garganta. "Trabajo, y más trabajo. ¿Cuándo dejaré todo esto?".
La cabeza me dolía de pensar tanto, de no encontrar soluciones y de ver a la persona que me buscaba entrar con pasos presuntuosos. Su amplia sonrisa parecía ocupar todo el cuarto, con los brazos abiertos y caminando con la cabeza en alto, su cabello ligeramente largo recogido en una coleta baja. Su traje blanco impecable, de pies a cabeza, representante de la mafia rusa en Nueva York. Un invitado de prestigio, pero no por eso menos molestoso.
––Me dejaste plantado la otra noche –dejó caer su pesado cuerpo, apoyado sobre su trasero, en la mesa en que "trabajaba". Tomando la pila de hojas entre nosotros para apartarlas. Cruzó las palmas en sus rodillas.
Blanca, un hombre que gritaba con todo su cuerpo "alfa dominante", mi aliado debido a las circunstancias relacionadas con Golzine. Firmábamos acuerdos todo el tiempo, el negocio nos tenía estrechamente unidos, ambos sacábamos provecho del otro.
Si él venía directamente a hablar significaba que era de gran importancia y no confiaba en nadie para pasar el mensaje.
Puse una mano bajo mis labios, tapando discretamente mis fosas nasales, su olor era demasiado penetrante y mi intención no era ganarme un motivo para que se burlara de mí al hacérselo saber. Tuve que quitarla para hablar, tomando una cauta bocanada de aire antes.
–Necesitaba un respiro –esa frase no fue intencional, casi me reía, pero mejor no. Esto parecía ser serio–. Por algún motivo, ese día terminé cubierto de pimienta en gas...
–También escuché que tuviste agradable compañía –su mirada inteligente me demostraba que sabía mucho más del asunto que simples detalles–, seguro fuiste recompensado con creces.
–Ja, ja –cerré los ojos, riendo con todas mis ganas, arrepintiéndome por no cumplir con mis intenciones de permanecer serio–. Quién me roció en la cara pimienta barata y con quién me fui esa noche, son la misma persona –le confirmé.
Un chiflido burlón, seguido por su risa educada. Blanca no dejaría pasar la oportunidad de recordarme mis errores, junto a cada pormenor hasta el día de mi muerte.
–Si no estoy mal, se trataba de un omega, ¿no es así? –preguntó. Confirmando mis sospechas de su alto conocimiento en mis movimientos. Asentí, evitando hablar para no respirar, si él supiera lo molesto que era su olor, lo potenciaría–. ¿Por qué no te consigues un mejor omega? Hay muchos peces en el rio, de todo tipo y para todos los gustos.
–Estoy encerrado en esta oficina y cuando salgo lo menos que pienso es en eso... porque debo cuidar mi propio trasero de ser asesinado –tomé una bocanada de aire con la boca, sorbiendo el aire lentamente. Blanca no lo notó.
–Déjame extenderte una cordial invitación –del bolsillo de su chaleco sacó una tarjeta plateada. Las letras doradas llamaron mi atención con sus curvas, brillantes y elegantes–. Es una pasarela–. Mis ojos confundidos le hicieron agregar–: de moda.
–¿Y eso que? –tomé la tarjeta, traía relieve y el olor del alfa impregnado en ella, aguanté el deseo de arrojarla lejos. Eso habría sido grosero y haría que descubriera mi fachada–. No tengo tiempo para jugar al diseñador.
–Quiero presentarte a alguien.
–Blanca –mi tono fue de advertencia.
–Alto ahí, lince –puso sus palmas en vertical, mostrando que no traía intenciones ocultas. "Sí, cómo no"–. Quiero presentarte a "mi" omega. No estoy interesado en hacer de cupido o mano santa para elegirte pareja, demasiados problemas... digo, demasiados desafíos tuve para conseguir a este chico como para querer meterme en problemas por gusto. Eso te lo dejo a ti.
–No quiero ir, los omegas apestan–. Él ya sabía cuan sensible era, de nuevo, lo hacía solo para molestarme. Por lo que murmuré–, incluso más que tú.
–Será un momento –ignoró mis murmullos–, estos eventos no duran más de una hora y no nos acercaremos, sería peligroso que me relacionaran con este chico. Es por la noche, e investigué que no tuvieras compromisos, no puedes mentirme y escapar.
Si era tan cuidadoso con el omega, significaba que iba en serio con él, confesando su gran secreto a mí. Mi deber era no traicionar esa confianza y por supuesto, darle un secreto de igual valor para no tomar ventajas.
Luego de nuestra pequeña introducción, una charla banal para distraernos de lo que en realidad atrajo a este hombre hasta mis puertas. Oculto a la vista de todos, que nuestra relación traía asuntos que a Golzine más tarde le interesarían, una fachada que nos permitiría sobrevivir.
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✒Nota de la autora.
1° Olvidé que hoy era viernes, en parte es bueno porque tengo vacaciones y estoy relajada, pero casi los dejo sin capítulo. Sorry.
2° ¡Estamos a la mitad de la historia! Me pondré a escribir porque desde aquí solo tengo ideas sin completas en el documento original.
3° ¿Ya vieron el anuncio de mi perfil? ;-; Estoy triste.
Si no lo han leído, me restringieron mis cuentas de Facebook para promocionar, porque alguien anda reportando mis publicaciones en los grupos.
Si ya la leyeron y me apoyaron tienen todo mi love.
Nos vemos el domingo (si termino el capítulo :v/)
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