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Capítulo 5

Edgar después de que había huido apresuradamente de la tienda de regalos, para escapar de las garras de Colette, sin darse cuenta de cuánto tiempo había estado corriendo, para cuando finalmente se detuvo para recuperar el aliento, notó que se encontraba frente a la tienda de antigüedades, ubicada en el bazar de Tara.

Edgar: Tal vez aquí pueda esconderme por un tiempo - murmuró para si mismo mientras entraba en la tienda de antigüedades.

Dicha tienda tenía una atmósfera misteriosa, con una amplia variedad de artículos antiguos acumulados dentro, desde muebles hasta obras de arte y reliquias olvidadas del pasado, mientras Edgar continuaba observando el interior del lugar, una silueta femenina y de apariencia oscura comenzaba a materializarse detrás suya, el aún no se había percatado de esta presencia, mientras el silencio era rotado únicamente por el crepitar de las velas iluminando la tienda.

La bufanda viviente en el cuello del.joven Brawler, anticipando un posible peligro para su dueño, se contuvo en un par de puños, listos para enfrentar cualquier tipo de amenaza, este acto también provocó que Edgar se girara rápidamente y adoptara una posición defensiva, sin embargo, se detuvo abruptamente cuando descubrió la identidad de la silueta femenina.

Se trataba de la mismísima Tara, quién normalmente llevaba su rostro cubierto por vendas, esta vez lo tenía descubierto, mostrando unas facciones serenas y relajadas, al verlo, una pequeña sonrisa apareció en sus labios, mientras una figura sombría de sí misma se encontraba detrás suya, preparada para protegerla de cualquier peligro, igual que hacía la bufanda de Edgar con él.

Edgar: ¡Ah! Eres tú... Tara - se relajó y dejó de estar a la defensiva, bajando la guardia al reconocer a la dueña del bazar.

Tara: - deshizo a la forma sombría atrás de sí mientras hablaba - ¡Oh! ¡Mira quién está aquí!, es mi joven compañero de trabajo a tiempo parcial - su sonrisa se ensanchó ligeramente al hablar - ¿Y qué te trae a mi humilde tienda de antigüedades?.

Edgar: E-Es un poco... complicado. - desvió la mirada y se sonrojó ligeramente mientras respondía, sin saber cómo explicar la situación que lo había llevado allí.

Tara: Entonces ... - se aproximó a él - Podrás explicármelo con más detalle, en mis aposentos.

Edgar: ¿E-Eh?... - se quedó momentáneamente sorprendido por la cercanía de Tara, y su mente comenzó a trabajar en forma de tartamudeos nerviosos - E-Espera... y-yo...

Antes de que el peli-negro pudiera objetar, ella ya lo había tomado del brazo y lo había llevado a través de una puerta en particular, al cruzar dicha puerta, se encontró en una habitación que se asemejaba a la habitación de una princesa dentro de un lujoso palacio de estilo árabe, y a continuación, se dio cuenta de que estaba sentado sobre un sofá de terciopelo rojo, con la Brawler Mítica a su lado.

Edgar: ¡P-Pero! ... ¿Cómo? - preguntó aún desconcertado, observando a su alrededor la habitación lujosa en la que se encontraba, y a Tara sentada a su lado en el sofá rojo.

Tara: Shh... - puso un dedo índice sobre sus labios, indicándole que guardara silencio - Primero, antes que nada, eres mi invitado y como tal, debo asegurarme de que estés cómodo, ¿puedo ofrecerte algo para beber? - preguntó con tono de voz suave y gentil, con una sonrisa tranquilizadora en su rostro mientras retiraba su dedo de los labios de este.

Edgar: ¿E-Eh?... C-Claro. - asintió ligeramente, aceptando la oferta de la Brawler, aún un poco desconcertado por la situación y la inesperada hospitalidad.

Tara: - asintió con la cabeza y chasqueó los dedos.

De inmediato, dos formas sombrías de sí misma aparecieron de la nada, una cargaba una bandeja con dos tazas de té de finísima porcelana, mientras que la otra se encargaba de servir el te en dichas tazas, para después entregárselas tanto a su creadora como a su invitado junto con las galletas.

Edgar: G-Gracias - agradeció, recibiendo la taza de té y algunas galletas, mientras se sentaba erguido en el sofá y probaba un poco del té, encontrando que tenía un rico sabor a menta y canela.

Las dos formas sombrías, tras haber cumplido su tarea, hicieron una pequeña reverencia y desaparecieron en pequeñas partículas oscuras que se dispersaron y se desvanecieron lentamente en el aire.

Tara: Muy bien, mi joven compañero. - llamó la atención de Edgar - Ahora que estás un poco más relajado, puedes contarme... - ella mantuvo un tono de voz tranquilo y comprensivo, invitando al joven Brawler a hablar - ¿Qué fue lo que sucedió, para que llegaras a mi tienda de antigüedades buscando un refugio?.

El joven Brawler Épico, tras escuchar eso, la expresión de sorpresa en su rostro no se hizo esperar, sin embargo la mirada fija que le daba la Brawler Mítica, le decía claramente que no podia negarse a contarle nada, no después de su pequeña hospitalidad al recibirlo y hacer que se sienta cómodo.

Edgar: - suspira profundamente - Esta bien te lo diré, ya que tu eres una de las muy pocas personas en este dichoso parque, que puede mantener guardado un secreto como una tumba.

Tara: - asiente mientras le da un pequeño sorbo a su taza de té.

Edgar: Todo comenzó ayer en el trabajo después del descanso...

Una breve pero muy detallada explicación más tarde...

Edgar: - con las mejillas rojas - Y eso es todo.

Tara: - ríe suavemente mientras cubre su boca son una mano.

Edgar: ¡O-Oye! no te rías, es muy serio y vergonzoso para mi hablar de esto con alguien más.

Tara: - deja de reír y lo mira - Mis disculpas mi joven compañero, es sólo que me pareció muy entretenido tu relato, sobre cómo sucedieron las cosas en tu vida el día anterior y la mañana de este.

Edgar: ¡Hmhp!...

Tara: Sin embargo, lo que debes saber, es que el amor es un suceso que a toda persona y todo ser le tendrá que acontecer tarde o temprano.

Edgar: ¡¡¡¿QUE?!!! - la mira - ¡¡¡NO!!! - niega rápidamente - No, no, no, no, no, no, no, no no, no, no y no.

Tara: - ríe suavemente nuevamente - Ay mi joven compañero, sabes que entre más te resistas, más fuerte se hará ese sentimiento dentro de ti.

Edgar: No si puedo evitarlo.

Tara: ¿Ah si? - lo mira con una pequeña sonrisa divertida - ¿Y como lo harás exactamente?.

Edgar: - coloca su taza de té sobre una pequeña mesita enfrente del sofá - Encontraré la manera.

Tara: - niega - No hay manera mi joven compañero, lo único que puedes hacer es ... - deja también su taza de té sobre la pequeña mesita enfrente del sofá, para que después esta lo volteé a ver y se acerqué a este lentamente - Dejarte llevar.

Edgar: ¿Q-Que estas haciendo? - retrocede nervioso como sonrojado.

Tara: ¿Recuerdas que te dije que el amor?, bueno ... - rápidamente se sienta sobre el regazo de Edgar mientras coloca ambas manos sobre las mejillas de este - Puedes ver donde entro yo también en esto.

Esa confesión sin dudas tomo por sorpresa al joven Brawler Épico, al observar como la Brawler Mítica, sin pensárselo dos veces se sentó sobre su regazo para después colocar sus manos sobre sus mejillas y mirarlo directamente a los ojos.

Edgar: T-Tara ... detente por favor, esto no está bien - trata de alejarla pero siente como su cuerpo se queda paralizado - P-Pero ... ¿que me pasa?, n-no puedo mover mi cuerpo.

Tara: No tienes nada que temer mi joven compañero - llama la atención de Edgar - Es sólo una antigua receta de un pequeño paralizante muscular que mezcle con tu taza de té.

Edgar: ¡¿Me drogaste?!.

Tara: Si prefieres usar ese término, pues si lo hice, sin embargo el efecto sólo durará por unos cuantos minutos.

Edgar: ¿Y-Y que quieres de mí?, como para llegar hasta tal punto de drogarme y tenerme paralizado.

Tara: Pues verás mi joven compañero, después de nuestro último trabajo en Showdown, no he parado de pensar en ti.

Edgar: ¡¿Q-Que?!...

Tara: - asiente - Y sólo hay una cosa que he querido hacer desde entonces - acaricia con su dedo índice los labios de Edgar - Me disculpo por esto mi joven compañero - lentamente acerca su rostro principalmente sus labios a los de Edgar.

Edgar: ¡E-Espera!, ¡detente Tara!, ¡estás a punto de cruzar un límite que no debe ser cruzado!.

Tara: - se detiene hasta estar a sólo milímetros del rostro de Edgar para así mirarlo a los ojos - Ahí es donde te equivocas, mi joven compañero o debería decir amante, para el amor ... no hay límites - continúa acercando sus labios a los de Edgar.

Hasta que finalmente estos habían hecho contacto, y así fue como otra chica, le había robado al joven Brawler Épico, otro beso.

Continuara...

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