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Capitulo Único

El olor a tierra mojada que anuncia la llegada de una tormenta es uno de los olores favoritos de Jimin. Por alguna razón que él desconoce, ese aroma a ozono, lo estremece, lo traslada indefectiblemente al rincón más tibio de su casa, exactamente al enorme ventanal a donde él suele arrastrar el pequeño sillón color azafrán y con un café entre sus manitas se sienta a mirar la lluvia poniendo a jugar todos sus sentidos con el aguacero.

Pero hoy no es uno de esos días en que la lluvia lo hace feliz. No. Hoy está triste, hoy ha discutido con quién no debería hacerlo.
De todas formas llevó el sillón amarillo a su recodo preferido, se sentó y sus ojos danzaron con el pulso de cada gota que al chocar contra la calle provocaba círculos perfectos.

Dibujó estrellas y caracoles en el vidrio empañado y con el móvil entre sus manos se quedó en el más absoluto silencio a la espera de recibir la llamada de su amor.


Los minutos se hicieron horas, la lluvia se hizo diluvio, las calles exhaustas exhibían sus melenas de aguas turbias pero la llamada que Jimin esperaba, no llegaba.

«Debería llamarlo yo» —pensó— «Debería ser yo quien lla....


~~ Ring, ring ~~

—¿Hola?

—Hola, Jimin.

La voz de su amado llegó por fin. Suspiró profundo, se sintió feliz. Sin embargo, una vez más, su boca tomó las riendas del asunto y habló por sí misma...

—Te dije que no me llamaras, Jungkook.

«¿Qué estoy diciendo?» —Se reprochó por ser tan contradictorio.
«Hace un minuto me moría porque no me llamaba y ahora que lo hace, le digo esta estupidez. ¡Debería patearme a mí mismo!»

—Jimin, perdón, salí corriendo cuando discutimos, y ahora no sé dónde estoy.

—¿Cómo que no sabes donde estás?

—No lo sé. Estoy bajo la lluvia. Perdón por la discusión de hoy, ven por mí, por favor.

—Ok. Quédate allí. Envíame tu ubicación así te encuentro. No llores, voy por ti.

—No puedo entender que aún no puedas darme una respuesta, Jimin, no puedo creer que vayamos a discutir nuevamente por esto.

—No quiero discutir, Jungkook, estoy cansado, el día ha sido extenuante, hablémoslo mañana. Por favor.

—Debemos hablarlo hoy.

—¡Por qué eres tan insistente con este tema!

—Es simple, es un sí o un no.

—Si fuera simple ya lo hubiéramos resuelto.

—Significa entonces que tenemos que hablarlo de nuevo.

—Pues yo no quiero hablarlo ahora, no puedo darte una respuesta ya mismo. Quiero regresar a casa y descansar, está por llover, ya sabes cómo me gustan los días de lluvia.

Miró a su chico gigante y puso carita de ángel.
—Vamos, amor, vayamos a ver llover abrazados y juntos.

Jungkook dio dos pasos hacia atrás para observar a Jimin, recorrió todo su rostro con sus oscuros ojos de cervatillo. Enjugó sus lágrimas con el puño de su suéter.

—No, vete tú, Jimin. Necesito estar solo. Iré a caminar

—¿Solo? ¿A dónde irías solo? Está por llover, vamos a casa.... Por favor.

—Vete. No te necesito.

Jimin sacudió su cabeza levemente, no podía creer que JK le dijera eso.

—No seas infantil, Jungkook.

JK ya no le contestaba y le había dado la espalda. Jimin intentó tomarlo de la mano y él la apartó de manera torpe.

—Vete —Le exigió, de forma tajante.

Jimin giró sobre sus talones, comenzó a salir y antes de irse le dijo

—Recuerda cómo te pones cuando algo no se da a tus tiempos. Yo tengo los míos, Koo. Espero que puedas comprenderme. Voy a esperarte afuera, si no llegas en diez minutos, entenderé que no quieres venir a casa conmigo. Y si no lo haces, tampoco te molestes en llamarme.

JK no le contestó, siguió de espaldas al pequeño rubio. Esperó a que JM hubiera salido del recinto y lloró.

Jimin esperó en el coche que lo trasladaría, pero Jungkook no apareció. Dió la orden al chófer para que emprendiera viaje. Hasta último momento miró por la ventanilla por si su amado Kookie llegaba. Pero no, no lo hizo...

Punto de vista de Jungkook

Cuando la niebla se disipe intentaré caminar para ver si reconozco dónde estoy.
Llueve, está helando, me estoy congelando. En el cielo puedo ver un tímido sol que nunca salió del todo, pero igual comienza a esconderse. Se hace tarde.
No sé dónde estoy.
Te extraño.
Necesito oír tu voz, mi amor.
Por favor, pronuncia mi nombre una vez más.

Llamé a Jimin, lo sentí enojado, pero viene por mí. No volveré a exigirle que me dé una respuesta. Esperaré paciente a que él pueda dármela. Lo amo demasiado, puedo esperarlo toda la vida.

A lo lejos veo su pequeña silueta acercándose a mí. Camina sin prisa bajo la lluvia, está mojado, no lleva paraguas, comienzo a ir a su encuentro, mis pies están empapados, anhelo el reencuentro, un abrazo. Me acerco a mi amor, el agua bajo nuestro pies estalla a cada paso.

Se detuvo frente a mí, intenté decirle que no voy a presionarlo más con mi propuesta. Él puso un dedo en mis labios y susurró:

—Sí, acepto.

—¿Qué? —Mi voz sonó entrecortada. La lluvia cae sobre nuestros rostros sin parar.

—Es mi respuesta a tu propuesta. Acepto Jungkook, tengamos un perrito.

Con sus bellos ojitos de medialuna engalanando su rostro, agregó:

—Hoy en la angustiosa espera de que llegaras a casa o que sonara mi teléfono, pensé que estar negándome mucho tiempo más a algo que me estás pidiendo desde hace mucho, era, no solo egoísta de mi parte, sino infantil. Tuviste una aliada, ya sabes cómo me gusta la lluvia, ella me ayudó a tomar la decisión, con su canto embriagador me susurró:

"♪Kookie quiere un perrito♪"

Y bueno, fue muy convincente, y aquí estoy...
Si te hace feliz un cachorrito, pues.... Vayamos ya mismo por él.

Me sentí como si tuviera cinco años, ¡Saltaba y gritaba de alegría!

Alcé a Jimin entre mis brazos, y giramos bajo el diluvio. Reíamos y nos besábamos. Éramos como dos niños pequeños con el corazón vibrante de felicidad.

Levanté la vista al cielo, las gotas de agua chocaban de lleno en mi cara, me hacían cerrar los ojos cuando pegaban en ellos, levanté los brazos y muy seriamente le dije:

Lluvia eres la más linda de todas mis lluvias... ¡Te quiero!

Jimin reía a carcajadas

—¡Vamos por "Caracolito"!

—¿Quién es Caracolito? —Me preguntó intrigado.

—Nuestro perrito, Mimi.

—¿Ya tiene nombre?

—Tiene nombre desde el primer día que te propuse que tuviéramos uno...

—Te amo, koo, qué especial eres mi niño.

—Te amo, Jimin, para siempre.

Nuestros labios se unieron en un beso profundo. Besos de lluvia, besos mojados.
Su boca es una delicia bajo el aguacero.
Ya no siento frío.
Jimin es hermoso y es mío...

Fin
Un cuento cortito de Caracola.


Publicado el 24 de agosto de 2021.

Invierno en Córdoba.




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