|Darien|

Ella se fue. Así como si nada.

Estaba en problemas, lo sabía desde el instante en que Alizée me llamó anoche pero podía manejarlo. O eso pensé. Ella no era más que una amiga, con la que solía tener sexo, pero nada más. Izzie, por el contrario, era mi mejor amiga y la chica que ocupaba mi corazón.

Alain tenía razón. Nunca creí decir eso, pero realmente la tenía. Él sabía más que yo de estas cosas, y no sé por qué no le hice caso. Sus advertencias camufladas en bromas tenían que ayudarme, sin embargo, deje que el agua siguiera corriendo y cuando quise detenerme era demasiado tarde. Mi hermano mayor me habría dicho "se te juntó el ganado", yo le hubiese mostrado mi dedo medio y hubiese continuado, porque realmente no me di cuenta de la dimensión de las cosas hasta que estuvieron ambas frente a mí.

Mierda, estaba jodido, y mi torpeza no ayudó en nada.

Ali sabía todo de Izzie, y creo que ocultó lo intimidada que se sentía muy bien, al igual que Izzie. Pero Izzie no sabía nada, o quizás sí, y yo fui un tonto que no lo supo ver.

— Por supuesto que lo sospecha o lo sabe... —dijo Alain un rato después de que Mel se llevó a Izzie, tan rápido que no pudimos acordar dónde encontrarnos—. Las mujeres tienen un doble sentido para esto, como el día en que mi madre fue a nuestra casa y había dos chicas en mi cama. Les dije que estaban contigo, y no se lo creyó. En aquel momento eras un santurrón, tanto que ahora no sé si estar orgulloso o desilusionado —agregó.

La mirada venenosa que le dediqué no lo hizo callar, pero en ese instante volvió Alizée de hablar por teléfono e intentamos fingir que hablábamos de otra cosa.

— Si me hubiesen dicho que estaban cruzando Europa y no estaban solos, no me habría venido. Ahora me siento culpable por meterme en algo en donde no me corresponde —nos reprendió ella con severidad, cerrando la puerta tras ella.

Alain se encogió de hombros con despreocupación, y yo hundí mi cabeza bajo mis manos. Nunca me había sentido tan horrible. ¿En qué me había convertido?

Quería hacer las cosas bien y salimos de allí para buscarlas, pero nunca las encontramos. Y cuando llegamos al hospedaje, nos enteramos que la habitación se había desocupado porque se habían ido. Decir que me vi como un muerto es poco. Alain y Ali me miraron con preocupación, y me dejaron ir a mi habitación a recostarme en busca de estabilidad.

Ella se había ido. Me había dejado.

Estaba enojado y dolido, pero en el fondo sabía que era mi culpa. La subestimé y fuimos demasiado lejos, perseguidos por la mentira.

Tras acostarme, Alain y Ali me siguieron. Él llevaba entre sus manos un pequeño paquete que me entregó en silencio, y no tuve que decir nada para que ambos decidieran dejarme allí en soledad. Miré con extrañeza la pequeña caja envuelta en regalo y la abrí. Allí había unos binoculares, un diario y muchas microfibras. Junto a estas cosas, también se encontraba una foto en que Izzie le sonreía a la cámara mientras yo besaba su mejilla en medio de un abrazo.

Nos veíamos tan felices que mi corazón se encogió, y permanecí contemplando aquella foto por tanto tiempo que no reparé en la presencia de la carta. Sin abandonar la foto, tomé la carta y la sostuve sin estar seguro si quería saber lo que decía. El miedo podía más que el enojo y la culpa. Un cóctel de sentimientos que detestaba.

Jugué con la hoja entre mis manos hasta que fui valiente y el mundo dejó de existir.

Darien:

Sé que probablemente estás enojado conmigo por irme de éste modo pero creo que es lo mejor. Odio las despedidas, tú lo sabes bien, y no estoy en condiciones para despedirme de ti después de todo esto. Fueron las mejores vacaciones que he vivido, y gran parte es gracias a ti. Quiero quedarme con los buenos momentos y siempre voy a estar agradecida pero el viaje terminó, y debo volver a mi vida. Una vida que posiblemente a ti te disguste pero que, sin embargo, es mi vida y le tengo cariño.

Sabes mis sentimientos hacia ti y aunque nada ha cambiado, estoy muy desilusionada contigo. Creí que hablábamos de todo, que confiábamos en el otro, pero veo que no es así. Dejaste que todo esto siguiera su curso como si acaso mis sentimientos, los de esa chica y los tuyos no significasen nada.

Desde que te conocí siempre he aspirado a ser tan libre como eres tú, queriendo ser la Isobel que tú quieres. Pero la verdad, es que no soy así. Me gusta disfrutar de las pequeñas cosas, le tengo miedo a muchas otras tantas cosas y me gusta estar con mi familia en mi pequeña ciudad con mi pequeña vida. He intentado disfrutar de las cosas sin pensar en las consecuencias, pero así no soy yo. Siempre estoy pensando en el bienestar de los demás, porque sufro cuando mis seres queridos son heridos.

Soy feliz con la felicidad de los demás. Y aunque parezca que mi propia felicidad no me importa, quiero decirte que sí lo hace. Me resulta egoísta ponerme a mí antes que la del resto, pero he aprendido a elegir las veces que eso es necesario. Y éste es un ejemplo.

Me parece tonto confesarte que estuve a punto de aceptar la propuesta de quedarme contigo, pero creo necesario que imagines las consecuencias de eso. Piensa en Alizée, en mí y en ti. Quizás aún no te das cuenta, pero es hora de que reconozcas que tus acciones afectan a las personas.

Eres una buena persona Darien, no quiero que todo esto parezca como que solo sabes hacer el mal porque no es así. Eres brillante, como una luz que atrae vida y que resulta imposible no mirar e intentar seguir. Haces que todos a tu alrededor sean diferentes: osados, divertidos y crean en lo imposible. Has hecho eso y mucho más por mí, y es hora de que yo haga algo por ti también.

Te dejo una lista de cosas por hacer y aprender, y junto a eso está el regalo que planeaba darte personalmente, pero no pudo ser. Úsalos, descubre el mundo y descúbrete a ti aún más. Eres joven, eres optimista y decidido, y no hay nadie más que tú para cumplir todo lo que te propones.

No me olvido de tu idea de poner un estudio independiente. Creo que lo vas a hacer genial, y lo que sea que suceda, estoy orgullosa de ti. Siempre.

Cosas para hacer:

#Viaja a un sitio que ya conoces, y descubre algo nuevo.

#Aprende de tus errores

#Descubre un pequeño gran placer

#Inspírate en algo rutinario.

#Lee un libro (siempre ayuda a mirar las cosas con otros ojos)

#Llama a tu madre más seguido, ella te extraña mucho.

#Disfruta de las cosas que tienes, y olvídate de lo que quieres (solo por un rato)

#No le rompas el corazón a las personas, somos más frágiles de lo que parecemos y muchas veces no se puede volver atrás.

#Sé feliz, porque lo mereces.

Adiós Darien Amell.

Te amo, y no me odies por favor.