No sabían muy bien cómo es que habían comenzado aquellos sentimientos, pero desde un principio no pudieron parar: la emoción de volar entre los sucesos más atesorados de sus ilusiones no dejaba de estar ahí, intacta, hirviendo con la energía de mil soles, lunas y cuatrocientos Lumos levantados al cielo. Los mantos más siniestros flotando sobre sus cabezas para protegerles del qué dirán y las consecuencias de sus actos, probablemente malas e inmerecidas. La Luna brillando, a la vez que sus labios se tocaban con la timidez digna de un primer amor tan grande, bañándoles en su luz blanquecina y secreta.

Tenían ése enorme misterio guardado entre las paredes de piedra del castillo y los incontables árboles del Bosque, paseándose a través de las calderas de bronce y metal oscuro, corriendo de la mano por los pasillos y las escaleras de más arriba, en las Torres de Astronomía y cerca de la de Adivinación. Ocupaban cualquier excusa para verse, para mirarse, hablar y besarse, ocultos de sus compañeros y sus palabras probablemente hirientes, cerradas de mente.

Pero ya no podrían más, era imposible seguir guardándose algo tan importante, relevante en sus vidas. El águila y la serpiente estaban unidas en su baile, y no era algo que terminaría en ése momento, ni en un futuro cercano.

Oh no dejes
que ésta magia muera
La respuesta está ahí
Si sólo miras sus ojos

aki va a star
xsiakaso