• 10. Incertidumbre •
Luca sintió que su seguridad en sí mismo había desaparecido por completo.
Cuando le entregó la carta a Olivia se sentía como el hombre más valiente del mundo. Creía que no tenía ninguna razón para dudar porque era demasiado obvio que su amiga era la responsable de las notas de amor que le habían llegado, pero, ahora que por fin había actuado, las preguntas comenzaron a llenar su cabeza.
¿Qué tal si se había equivocado y Olivia no era la persona que estaba detrás de las cartas?
¿Era posible que acabara de arruinar la amistad con su mejor amiga por haber confesado los sentimientos que durante tanto tiempo le había ocultado?
Hace años que Luca sabía que estaba enamorado de Olivia, solo que había hecho un gran esfuerzo por mantenerlo en secreto por temor a las consecuencias. Cuando empezó a recibir las cartas, creyó que esa era la señal que necesitaba para hacer algo al respecto. En su mente ya se habían creado fantasías románticas sobre el futuro que le esperaba con ella, pero en ningún momento se detuvo a pensar en qué pasaría si había cometido el error de apresurarse a hacer una confesión sin tener más pruebas de que ella era su admiradora anónima.
Ahora ya era demasiado tarde para corregir lo que hizo.
Sabía que la mejor opción para dejar de preocuparse del asunto era olvidar que había pasado. Suponiendo que Olivia tardara en responderle, tendría mucho tiempo para fingir que todo estaba bien hasta que ya no lo estuviera.
Sonaba fácil, pero, ¿lo era...?
Aunque Luca trató de seguir su propio consejo y reprimir sus pensamientos, se atrapó a sí mismo recitando las palabras que había escrito.
"Sé que eres mi mejor amiga, pero no pude evitar enamorarme de ti".
"¿Cuál es la probabilidad de que la persona que amas también te ame a ti? Apuesto a que casi ninguna, entonces, ¿no deberíamos dejar de esconder lo que sentimos? Porque, si he entendido bien las señales, creo que te gusto y tú me gustas".
"Durante mucho tiempo no entendí por qué no podía interesarme en nadie hasta que un día comprendí que era porque nadie era tú. Toda mi atención estaba en ti. Mis ojos siempre han estado solo en ti".
"Me habría encantado decirte esto cara a cara. Ojalá algún día me permitas hacerlo. Por ahora, te lo digo por escrito porque no quiero asustarte y mucho menos presionarte. Quiero que te tomes el tiempo que necesites y me llames cuando estés lista. Te estaré esperando, siempre".
No sabía si había dicho lo correcto. Era la primera vez que le confesaba sus sentimientos a alguien. No sabía qué esperar.
Quería ser paciente, pero sus nervios aumentaban cada vez que buscaba a Olivia en el salón o en los pasillos y la descubría ocultándose de él. No le había regalado ninguna sonrisa ni una mirada. ¿Eso era un buen indicio o era uno terrible...?
Cuando llegó el final de las clases, su esperanza se había desvanecido. Si aún no le había hablado, seguramente era porque estaba pensando en la forma más amable de rechazarlo. Debió de haber supuesto desde el principio que ella no lo quería más que como un amigo.
Este era el peor error que había cometido en toda su vida.
Caminó a su casillero para despejar su mente y para guardar las cosas que ya no necesitaba. Tras terminar, tomó su celular para revisar la hora y notó que tenía una nueva notificación.
Un mensaje.
Olivia.
"Necesitamos hablar. Te veo en el parque en quince minutos".
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