CALUM.

—Sé como preparar una sopa instantanea, Harry —insisti—. No, no necesito que vengas a ayudarme.

—¿Estas seguro? —pregunto—. Sabes que puedo ir si me necesitas.

—Si, sé que puedes venir aquí pero no es neces...

—Abreme la puerta, estoy fuera. —el fuerte golpe sobre la madera de la puerta hizo que rodara los ojos.

Aun no entendia por que el chico se molestaba en llamarme y preguntarme si a fin de cuentas siempre hacia lo que queria. Seguramente estaba acostumbrado a que Louis hiciese su voluntad sin chistar por lo que me imaginaba que esperaba lo mismo de todo el mundo. Hablando de él, sabia de sobra que el chico trabajaba en ese horario, ¿como rayos habia llegado Harry hasta allí?

Girando las ruedas de mi silla, me dirigí a la puerta y le quite el seguro antes de abrirla. La sonrisa de Harry era enorme cuando me miró desde el otro lado.

—¡Hola, Cal! —chilló, reventandome el odio ya que aun sostenia el telefono en su oido al igual que yo.

—¿Como rayos llegaste hasta aquí?

—Mikey me trajo. —dijo simplemente mientras pasaba a mi lado y se dirigia sin permiso a la pequeña cocina que habia a un lado del pequeño dormitorio.

Seguí su figura hasta que se perdio antes de girarme a cerrar la puerta. El flequillo rosa y la sonrisa de lobo feroz del otro lado del umbral me detuvieron. ¿Rosa? ¿Quien rayos se tiñe el cabello de rosa? Dios, hablando de personas ridiculas, este chico se llevaba la medalla de oro, eso seguro.

—¿Vas a entrar? —pregunté.

Si Louis se enteraba de que habia sido descortez con el amigo de Harry me cortaria lengua, la freiria y me la haria tragar. Me convenia comportarme.

—¿Vas a invitarme a hacerlo? —elevo una de sus oscuras cejas.

—¿Tengo que hacerlo? Harry no parecio necesitar invitacion.

—Yo si soy educado —aseguró—. Si no me quieres dentro puedo esperarlo en el auto.

Lo pensé un segundo, intentando decidirme antes de poner los ojos en blanco y mover mi silla hacia atrás—. Cierra la puerta cuando entres.

—Claro... —dijo mientras giraba para ver que rayos hacia Harry—... cachorro.

Lo fulmine sobre el hombro—. ¿Sigues con eso? —sisee.

—Sigues siendo el mismo chico, así que si, seguire diciendote de ese modo.

Cerró la puerta detrás de él y me miró nuevamente—. ¿Por que tu pelo es rosa? ¿Acaso te agarro el agua y te desteñiste?

—¿Tienes algun problema con el rosa?

—Si —asentí—. Cuando esta en la cabeza de alguien, simulando un felpudo de niña, si tengo un problema.

—¿Sabias que el rosa tiene un significado y no solo es una cosa de niñas? —se cruzo de brazos.

—¿A si? ¿Y cual es?

—Aleja la soledad —respondio—. Cuando Harry me dijo que debia traerlo hoy, decidi teñirmelo de ese color. Tal vez te sirva para la buena suerte.

—Nah. —negué—. Lo único que esta haciendo es arruinarme el día hasta el momento, no te funciono.

—Hay muchos colores en arcoiris —se encogio de hombros—. Alguno debe sacarte una sonrisa.

—¿Por que estas interesado en hacerme sonreir? Ni siquiera me conoces.

Se acerco a mi, inclinandose hasta que nuestros ojos estuvieron a la misma altura. Su indice corrio por mi labio inferior suavemente—. Por que pienso que eres muy lindo y quiero ver cuanto mejora eso con una sonrisa.

Sentí mi rostro arder ante sus palabras y supongo que el chico lo noto por que con una sonrisa disimulada, se irguio y paso a mi lado, dirigiendose hacia donde Harry estaba cantando alguna estupida cancion de las Spice Girls.

Mi mente confundida tardo unos segundos en reconectar y lograr llegar hasta ellos nuevamente. Harry estaba colocando agua caliente en dos tazas, cuando me vio entrar levanto el rostro con el ceño fruncido, lo que me dijo que estaba en problemas.

—Camila me llamo. —soltó.

Y la re pu...cha. Sabia exactamente que le habia dicho, habiamos tenido una fuerte discusión hacia solo un par de días y la chica se habia ido -lo admito, la habia echado- ofendida. Yo no tenia la culpa, no totalmente al menos. Camila habia querido que me pusiera de pie y yo me habia negado a hacerlo, cuando logró convencerme me caí de frente y fue como el botón que hizo que que todo mi mal humor saliera. Le dije muchas cosas feas y la corrí.

Pero si me guiaba por el ceño fruncido de Harry, no me convenia hacerme cargo de mis acciones. Así que me hice el desconcertado.

—¿Que te dijo? —pregunté casualmente, dandole una rapida mirada al peli-rosa quien ahora parecia entretenido revisando mis cd's.

—¿Que crees que me dijo?

—No lo sé —me encogi de hombros—. Esa chica es tan charlatana, pudo haberte dicho muchas cosas.

—Calum, no puedes descargar tus frustraciones con la primer persona que aparece en tu puerta.

—Yo no descargue mis frustraciones.

—La insultaste antes de echarla fuera como un perro. —replico, soltando las cosas que habia estado sosteniendo para voltear a mirarme—. ¿Crees que esa es la forma de tratar a alguien que esta intentando ayudarte?

—No sabes lo que sucedio —me defendí.

—Entonces dimelo.

Para ese momento el peli-rosa estaba completamente atento a nuestra conversación pero ni siquiera me intereso si nos escuchaba.

—No te importa.

—Estas haciendolo nuevamente —chillo—. ¡Nos arrojas fuera, Calum! Cada vez que uno de nosotros quiere hablar contigo realmente, tu solo nos enseñas la puerta. ¡Deja de cerrarte en ti mismo, maldicion! Te vas a quedar solo si sigues de este modo. Me importas, quiero saber de ti y lo unico que recibo es hostilidad.

—Eso no es cierto.

—Si lo es.

—No...

—¡Solo dimelo, Calum! —chilló cortandome.

Mis ojos se llenaron de lagrimas cuando lo miré, su figura borrosa ya—. ¡Me caí! ¿Estas contento ahora? Me caí, Harry. Intenté ponerme de pie y me cai. ¡Mis jodidas piernas no funcionan!

—Calum...

—¡No! ¡Jodete, tu querias saber, ahora me escucharás! —chille, cortandolo—. ¿Realmente crees que es facil estar en esta jodida silla, Harry? ¡Es una mierda! Es una mierda que tenga que depender de ustedes para mantenerme, es una mierda salir a la calle y que las personas que me curzo me miren con lastima, es una mierda saber que no puedo salir de aquí cuando yo quiera, es una jodida y real mierda. ¿Pero sabes que? ¡No puedo cambiar mi realidad, solo aceptarla! —las lagrimas corrian por su rostro en ese momento al igual que en el mío pero no me detuve—. ¡Asi que disculpame por no contarte como esta mi mierda de vida cada vez que vienes! ¡Perdoname por no ser del tipo de personas que superan este tipo de cosas! Disculpame por no ser todo sonrisas, ¿pero sabes que? No todos somos unos malditos estupidos que sonrien todo el día, ¿si? Yo si tengo problemas reales.

El chico salió corriendo del lugar antes de que pudiese seguir con mi bravata. Sentí mis manos temblar cuando me aferré a los brazos de la silla, mi cuerpo entero vibraba. La adrenalina comenzo a desaparecer lentamente dejando atrás solamente la depresion que habia estado sintiendo desde hacia ya un tiempo. Los sollozos me azotaron como un latigo y me cubri el rostro con mis manos, intentando detener el llanto.

Unos brazos me rodearon de repente y di un respingo sorprendido hasta que un toque de rosa llego a mi linea de visión.

—Sabes, dicen que el destino no nos arroja nada que no podamos superar. —susurró en mi oido, pasando su pulgar por mi mejilla—. Debes ser un chico muy valiente si él decidio que puedes con una cosa así.

—N-no creo en el d-destino. —tartamudee.

—Yo si —asintió—. ¿Sabes por qué?

—No.

—Porque te puso a ti en mi camino —dijo bajito—. Porque tu, Calum Hood, eres la personificación de la valentia. Y aunque apenas te conozco, estoy seguro de que daria mi vida por protegerte.

—¿Por que? —susurré.

—Porque eres lo que siempre he deseado —susurró—. Eres lo que he estado buscando para poder luchar contra mis propios demonios porque tu, a pesar de que estas unido a esta silla, sigues siendo un guerrero. Eso me hace darme cuenta de que mis problemas son una gota de agua en un oceano.

—Sientes lastima por mi.

—Te admiro. —replico—. Y aunque me saques a patadas, voy a hacer todo lo que este a mi alcance para estar a tu lado, cachorro.