Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 14.

CALUM.

—¡Tengo los anillos!

Michael entró tropezando a la habitación, ondeando una pequeña cajita de terciopelo rojo en mi dirección, mientras me ponia el blazer negro sobre la camiseta blanca que llevaba. Reí ante la excitación que podia leerse en el rostro del chico. Aun no podia creer que estabamos a punto de hacer una locura así pero por alguna razón, no tenia ninguna intención de echarme atrás. Realmente queria casarme con él.

—¿Quieres verlos? —preguntó, alcanzando su propio blazer gris antes de acercase a mi y dejarse caer en una rodilla. Me guiño el ojo con una sonrisa cuando lo miré extrañado—. No hice bien la pregunta antes, tengo que hacerlo bien o tendremos mala suerte.

—¿Quien dice eso?

—Yo lo digo —me fruncio el ceño—. Ahora, calla que me estoy concentrando aquí.

—Pues no te esfuerces mucho, empieza a haber olor a quemado.

Michael se acercó y coloco una mano en mi boca antes de comenzar a hablar—. Okey, ¿como va esto? No tengo ni perra idea de que decir porque nunca le pedi matrimonio a nadie ni vi que lo hicieran pero aquí va —pareció pensarlo un segundo antes de soltar un suspiro—. Cuando era más joven, solia burlarme de los hombres que se querian casar, de las personas que creian en cuentos de hadas o en el amor en general. Realmente creia que era una gran estupidez pero entonces apareciste tu y comence a sentir todas estas cosas en mi pecho, como un remolino de emociones y pensé que me estaba volviendo loco. Como no sabia que hacer conmigo mismo le pregunte a un amigo y me dijo la última cosa que esperaba escuchar: que estaba enamorado de ti —me sonrió suavemente—. Creo que tuve una pequeña crisis luego de eso pero a lo que voy es que... puede que creas que estoy loco, que no pienso en mis acciones y que soy un inmaduro pero si me aceptas como tu esposo prometo que solo enloquecere por ti, que siempre serás mi primer pensamiento en cada paso de mi vida y que maduraré, si eso deseas, para poder ser el principe que mereces en tu cuento. Asi que, ¿te casarias conmigo, Calum? —me miró ansioso por lo que levante una ceja—. Oh claro, debo quitar la mano.

Reí entre dientes cuando la sacó antes de inclinarme hacia adelante para unir nuestros labios—. Si quiero, Michael. —susurré, hundiendo mi mano en su cabello ya que en las ultimas horas me habia dado cuenta de que al chico le gustaba ese gesto—. No entiendo que te puso en mi camino y te hizo quererme, pero no voy a dejarte pasar, no más. Quiero casarme contigo ahora mismo.

—Que bueno porque donde te hubieses arrepentido, era capaz de ponerte una mordaza y llevarte a rastras al registro civil. —rió.

—No hará falta. —aseguré antes de tomar la cajita de su mano y abrirla. Los anillos eran preciosos, plateados con un hijo de oro en los bordes y una leyenda con nuestros nombres dentro. Michael me miraba ansioso, esperando que dijese algo—. Son preciosos, Michael.

—Son de titanio —informó—. El de la joyeria dijo que ese material era más resistente que el oro. Creí que era el indicado, ya que como el anillo será dificil rompernos ahora que estaremos juntos.

Lo miré con una sonrisa—. Dices las cosas exactas, ¿lo sabias?

Sus mejillas se sonrojaron cuando lo miré, logrando que mi sonrisa se ensanchara. Se aclaro la garganta—. Creo que debemos irnos, si, debemos irnos. —se puso de pie y se coloco el saco antes de rodear mi silla para comenzar a empujarla hacia la puerta.

En menos de diez minutos estabamos saliendo a la calle a través de las puertas de cristal del hotel. No habia mucha gente ya que el sol estaba recien saliendo por el horizonte, lo cual hacia que las calles y edificios se vieran más pintorescas e impresionantes.

—¿Sabes donde queda el registro? —pregunté, echando la cabeza hacia atrás para poder verlo.

—Sipi, los llame para que nos pudiesen hacer un lugar y pregunte la dirección —se encogio de hombros, mirando alrededor mientras se apuraba por el pasillo.

—¿Y te hicieron un lugar? ¿Sin poner excusas ni nada?

—Cal, cuando tienes dinero puedes comprar lo que sea —me miró—. Y cuando tienes mi apellido puedes mover montañas. Mis padres son muy influyentes y conocidos aquí, basto decirles mi nombre y ofrecerles un poco de dinero y ya.

—Ya veo —me mordisquee el labio—. ¿Que diran tus padres de esto?

—Pondran el grito en el cielo —aseguró, inclinandose para dejar un beso en mi frente—. Pero dejo de importarme lo que pensaran desde hace tiempo. No tengo casi relación con ellos, por lo que no tengo que decirles u pedirles permiso.

—Yo no tengo a nadie más que a Louis y Harry —musité antes de hacer una mueca—. Van a enojarse cuando sepan esto.

—No te preocupes, haremos una boda en todas la de la ley cuando puedas caminar nuevamente. No hay forma de que me pierda tu caminata hasta el altar.

—Puede que eso tarde, lo sabes, ¿verdad?

Asintió—. Esperaré lo que sea necesario.

Volvi mi mirada al frente y el resto del camino se fue en charlas trivales. El registro civil se encontraba en un gran edificio que parecia historico o algo así. Michael se detuvo en la puerta y me miró dudoso. Le sonreí—. Yo estoy listo, ¿tu?

—Más que listo. —empujó la puerta para que pudiesemos entrar.

El lugar estaba casi vacio por lo que no tardamos mucho en que nos atendieran. Una señora rubia y sonriente fue quien auspicio la boda, ella hablaba los dos idiomas por lo que no se me hizo complicado seguirle el paso y aceptar en el momento correcto. Una vez hecho eso, nos paso unos papeles que debiamos firmar. Firme primero antes de que lo hiciera Michael. El mismo me dio una sonrisa deslumbrante cuando acabo.

—Creo que estamos casados. —musitó, dandole una mirada a la mujer.

—Los declaro marido y marido —sonrió—. Puede besar al novio.

Michael se acercó a mi, uniendo nuestros labios suavemente—. Te amo. —musitó sobre mis labios.

—Tambien te amo.

—Louis me va a castrar cuando lo sepa. —susurró.

—Oh, él realmente lo hará. —reí, sabiendo que el castaño arrancaria cabezas en cuento se enterara de lo que habia hecho.

—¿Aun me querras cuando sea un eunuco?

Asentí—. Lo haré.

Despidiendonos de la mujer, salimos del lugar y volvimos a la calle. Miré a Michael sobre mi cabeza—. ¿Ahora que?

—¿A ti que te parece? —rio—. Quiero noche de bodas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro