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dια dє lσѕ dєρσятєѕ
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Era lunes, el inicio del día y el comienzo de la semana. Estaba maravillosamente soleado, que Lalisa sintió que sería un día perfecto.
Salió de su casa y caminó para llegar a la escuela, poniéndose los auriculares y empezar a escuchar a Lady Gaga, su nuevo trauma.
—I'm sour candy. So sweet, then I get a little angry, yeah. Sour candy, yeah, yeah, yeah, yeah, yeah— cantaba concentrada.
—I'm super psycho. Make you crazy when I turn the lights low. Sour candy, yeah, yeah, yeah, yeah— cantaron a su lado, haciendo que la pelinaranja se asustara y diera un pequeño salto en su sitio, provocando la risa del azabache—. ¿Te asusté?
—No por nada salté, JungKook— respondió con una sonrisa—. ¿Quieres escuchar?— le dió un auricular, a lo que el azabache asintió y se lo puso.
Siguieron su camino por un par de segundos, hasta que de nueva cuenta se detuvieron, mirándose por unos microsegundos, sonrojándose en el intento. JungKook aclaró su garganta mientras miraba a otro lado y Lalisa agarró su mano, entrelazándola con la de él.
El azabache la miró y le sonrió tímidamente, apretando su mano y empezar a caminar hacia la escuela.
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—¿Alguien sabe la respuesta?— preguntó el profesor Kim, mirando a sus alumnos. Lalisa levantó la mano, siendo la única que lo había hecho—. Adelante, señorita Lisa, díganos su respuesta.
La pelinaranja ya no era la misma que hace dos meses, sino que era diferente y se sentía a gusto con su nuevo cambio. Se volvió más participativa y empezó a hacer más amigos, tanto al punto que las invitaciones a fiestas, eran bastantes. Aunque Lalisa nunca fue a una.
—Fue la Ley de Newton— contestó con una sonrisa y el maestro asintió.
—Así es, señorita Manoban— le sonrió—. Todos deberían aprender de ella— se dirigió a los demás—. En fin, otra de las leyes de Newton, fue bla bla bla.
Las clases del profesor Kim aburrían a todos, porque siempre hablaba de lo mismo, aunque a Lalisa le empezó a interesar su clase. Asimismo, de igual forma le aburría.
—Bien, jóvenes, antes de concluir la clase, me gustaría dar un aviso— se acomodó los lentes y se dirigió al centro del salón—. Como podrán ver en el calendario escolar— señaló el objeto pegado en la pared del aula—, el día de los deportes se acerca, por lo que necesito organizarme con ustedes para ver qué actividades podemos hacer.
Los estudiantes asintieron.
—Bien, los atléticos de este salón son JungKook, Dahyun y Taemin, por lo que necesito que puedan participar en la actividad de correr, ¿de acuerdo?— los alumnos mencionados asintieron—. Muy bien, ¿alguien de aquí va a cantar?
JungKook alzó su mano, seguido de algunos más. Lalisa lo miró y éste le sonrió y la fémina pensó en si levantar la mano también, porque ella también quería cantar, pero le daba vergüenza.
JungKook vió cómo se mordía el labio y habló al maestro.
—Profesor Kim, ¿puedo cantar con mi compañera Lalisa?— preguntó, a lo que varios alumnos hicieron sonidos de ambulancia y la pelinaranja lo miró con los ojos asustadizos.
—Claro— asintió el profesor—. Nada más que en la hora de la salida, vengan conmigo y se apunten en la lista. Eso también va para todos los que quieran participar— suspiró y miró su reloj de muñeca—. Sin más por decir, pueden salir a su descanso.
Los estudiantes agradecieron y empezaron a guardar sus cosas, para luego salir del aula. Lalisa se acercó a JungKook con un topper con comida, él la miró y notó que ella fruncía el ceño.
—¡Hola, Lic...!
—¿Por qué hiciste eso?— puso sus manos en forma de puño a su cadera, frunciendo el ceño.
—Te ves adorable— halagó sonriendo enamoradizo, levantándose de su asiento y dándole un beso en los labios a Lalisa.
No eran novios oficialmente, pero se trataban como unos y a ellos no parecía importarles mucho la etiqueta, porque sin serlo, parecían. Sus compañeros y compañeras los emparejan demasiado, diciendo a todo mundo que eran la pareja del año. Aunque... ¿por qué no eran novios?
Lalisa dejó de fruncir el ceño para agarrar las mejillas del azabache, profundizando el dulce beso.
—Si van a hacer eso, mejor consíganse un cuarto— dijo TaeHyung, quien pacientemente los esperaba para que fueran a la cafetería a comer—. ¡Tengo hambre!
La pareja rió y separaron sus labios, mirando a TaeHyung lloriquear.
—Deja de llorar como bebé, Hyung— se acercó a él y le revolvió el cabello.
—¿Desde cuándo me dices "Hyung"?— preguntó sorprendido y soltó un sonido de sorpresa—. Ahhh, ya sé. Porque está Lisa me respetas.
—¿Qué dices? Siempre te he dicho así— miró a Lalisa y le guiñó el ojo, a lo que ella rió.
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—¡Lisa!— gritó un grupo de chicas, asustando a la mencionada por sus fuertes sonidos. Miró hacia atrás suyo y se encontró con esas tres chicas.
—Oh, hola— les sonrió tímidamente—. ¿Qué se les ofrece?
—Ay, esta niña, siempre siendo educada— mencionó Nayeon—. Venimos para pedirte algo.
—Adelante, díganme.
—Bueno, quisiera en verdad que fueras parte de un grupo en el que estoy— comentó Rosé de una forma tímida—. Verás, conoces a "PinkBlack", ¿cierto?— preguntó y Lisa asintió—. Bueno, otras dos chicas y yo vamos a interpretarlas en el día de los deportes, pero nos falta una integrante, así que...
—Acepto— la interrumpió emocionada y la pelirroja chilló de felicidad.
—Entonces, ¡a darle!
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Nota de la autora:
¿Cuántos capítulos quieren que tenga la historia?
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