Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🍫19🍫

┌──────── 💋 ────────┐
яєcнαzσ
└──────── 💋 ────────┘

   El azabache al principio se sorprendió, no esperaba un acto así de ella, ni siquiera un poco, aunque él no se vino atrás y le siguió el beso de una manera necesitada. En ese momento podría besarla libremente, no como lo hizo cuando la besó dormida.

Asimismo, agarró el rostro de Lalisa con sus manos, acercándola y profundizando el beso.

Era como estar en las nubes, en un lugar donde no quería irse jamás y JungKook se hizo ilusiones, porque se vale soñar, ¿no?

Pronto la lluvia empezó a caer en grandes cantidades, tanto al punto de que ambos separaran sus bocas y corrieran hasta el árbol más cercano para evitar mojarse, aunque ya estuvieran lo suficientemente empapados. Sin darse cuenta, se abrazaron, buscando el calor del otro y para cuando se dieron cuenta, empezaron a reírse.

—¿Qué fue...? ¿Qué fue eso, Lice?— preguntó un JungKook ilusionado, sonriéndole enamoradizo.

—No tengo la menor idea— rió suavemente—, aunque quisiera volver a hacerlo— soltó, pensándolo, aunque lo dijo en voz alta.

—Entonces, hazlo.

La pelinaranja supo que lo había dicho en voz alta y al ver la sonrisa coqueta de Kook, hizo lo que dijo. Ambos volviendo a juntar sus labios, en un beso esta vez desesperado. Un beso que ambos necesitaban.

Las pocas personas que pasaban por ahí les gritaban que no podían hacer eso en público, que tuvieran respeto y todas esas tonterías. Sin embargo, tanto a Lalisa como a JungKook les valía. Ellos no se iban a detener por una simple queja. Ambos habían esperado tanto por un simple beso, sobretodo JungKook, quien la había anhelado desde el momento en que la vió.

Un chorrito de agua se filtró a través de las hojas de los árboles, cayendo justamente entre sus bocas, haciendo que de la sorpresa se separaran y se miraran riendo.

   —Es hora de irnos— dijo Lalisa y el azabache asintió.

   —¿Lista para correr?

   —¡Lista!

   Dicho esto empezaron a correr como si su vida dependiera de ello, algunas veces soltando risillas y sonriéndose entre sí.

   Parecían dos locos corriendo debajo de la lluvia, pero nada les importaba en ese momento, aunque bien podrían pasar a una tienda y comprar un paraguas para ambos. Aunque era más divertido así.

   Llegaron hasta el hotel y entraron, la recepcionista mirándolos sorprendida al verlos empapados.

   —¡Alto! ¡Quédense ahí!— gritó, entrando hacia una puerta que había cerca.

   JungKook y Lalisa se miraron, riendo y observando al otro. El bonito traje del azabache estaba todo mojado, con su cabello sin volumen y despeinado; mientras que Lalisa estaba de la misma manera, solamente que su fleco se había pegado a su frente y su maquillaje estaba intacto. Nayeon le había puesto maquillaje aprueba de agua y fue bueno, porque sino Lalisa se vería un mapache.

   La recepcionista volvió a los cinco minutos, dándoles una toalla a cada uno para que puedan secarse.

   —Gracias— agradecieron ambos con una reverencia, secando sus ropas empapadas con la toalla.

   Cuando pensaron que ya estaban lo suficientemente secos, dejaron las toallas a un lado, agradeciendo nuevamente a la recepcionista y yéndose hasta la habitación de Lalisa. Caminaban en silencio, ninguno de los dos decía nada, hasta que de repente se oyó la contagiosa risa de Lalisa.

   —¿De qué te ríes?— preguntó JungKook de la misma manera, riéndose.

   —De la situación— respondió—. Y, de hecho, esta fue una de las mejores citas que he tenido, a pesar de que no fuimos al lugar— explicó, sonriendo, haciendo que el corazón del azabache latiera más rápido.

   —Me alegra oír eso— le sonrió y de repente se puso nervioso—. Y sobre el... beso, yo...

   —Dejémoslo como un nivel— interrumpió la pelinaranja, a lo que JungKook frunció el ceño.

   —¿Cómo que "nivel"?— cuestionó.

   —Verás, cada día de nuestra vida es un nivel, pero lo tomaremos como nuestro nivel, ¿entiendes?— explicó sonriente—. Por lo tanto, cada día que pasamos juntos, es... un nuevo nivel y lo del beso... ah, también.

   —Entiendo...— asintió—. Entonces, ¿som...?

   —No por ahora— se sonrojó—. Aún necesito tiempo para aclarar mi corazón, ¿sí? Esta es una sensación nueva que no había sentido con nadie, así que...

   —Comprendo, Lisa— la interrumpió, sonriéndole, hasta él mismo no podía creer lo que estaba pasando.

   ¿En verdad Lalisa tenía sentimientos por él? ¿No era un sueño? Porque si era un sueño, no quisiera despertar, querría seguir soñando con ella hasta el final de los tiempos. Su mente procesaba todo el momento, parecía tan real que hasta se sorprendía de que por fuera estuviera calmado, cuando en su interior no era así.  Dios, su corazón estaba por explotar, ¡sus sentimientos eran correspondidos! Tanto que no lo podía asimilar; estaba como en un especie de shock del que no podía salir por más que quisiera.

   ¿En verdad está pasando?

   —Entonces, seguimos siendo amigos...— concluyó en voz baja, la pelinaranja sintiéndose un poco culpable al ver su mirada triste.

   Lalisa sabía de antemano que él gustaba de ella y sabía que el azabache anhelaba en ser más que amigos. Pero como había dicho anteriormente, no sabía el sentimiento que empezaba a sentir, ni siquiera lo que en verdad sentía por JungKook, por eso mismo le pidió un beso, para poder aclarar bien su corazón, aunque éste se confundiera más.

   Llegaron primero a la habitación de Lalisa, el azabache despidiéndose de ella con una mirada triste, aunque con una sonrisa radiante. La pelinaranja le sonrió tímidamente y le murmuró un "nos vemos mañana".

   Ella miró cómo él se alejaba, abriendo la puerta de su habitación y entrando, todo sin mirar atrás. Lisa sabía que estaba triste porque, en teoría, lo rechazó. Pero es que no podía hacer nada hasta tener todo en claro.

   Suspiró pesadamente y entró a su habitación, llamando la atención de sus compañeras, quienes la miraron sorprendidas por su ropa empapada, aunque emocionadas por saber lo que ocurrió.

   —¡Cuenta, cuenta, cuenta!

༻°💋°༺

   Después de darse un baño de agua caliente y haberse puesto su pijama, se acostó en su cama, notando que sus compañeros no estaban. No le importó mucho, porque para él seguían siendo desconocidos, compañeros desconocidos, a pesar de estar en el mismo salón.

   Suspiró profundamente, tanto al punto de soltar un sonido que daba indicios de un llanto. ¿Iba a llorar? Sí. ¿De tristeza? Muy probablemente sí. ¿De felicidad? También. Dos emociones que lo confundían cada vez.

   Se dejó llorar libremente, aprovechando de que no había nadie para que le hiciera la fastidiosa pregunta de qué le pasaba, porque sinceramente no podía responder a eso.

   Agarró su teléfono, buscando el nombre de la única persona con la que podía desahogarse. Después de los tres pitidos, respondió.

   —Tae...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro