Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💋16💋

┌──────── 🍫 ────────┐
cσяαzσn cσnfυndιdσ
└──────── 🍫 ────────┘

Lalisa se quedó callada ante la pregunta que le había hecho Nayeon. Sabía perfectamente la respuesta, pero no quería responder.

—Entonces, ¿no tienen nada?— insistió Seulgi.

¿Qué acaso un hombre y una mujer no podían ser amigos? Tal vez no podían porque todo el mundo los confundía con la palabra "novios". Y eso, era injusto.

El silencio dice muchas cosas, Lalisa— murmuró Nayeon.

Rosé en todo momento se la pasó callada, no podía y ni quería decir palabra alguna. Hasta miraba mal a sus dos amigas, a quienes les dijo que no le hicieran preguntas incómodas a Lalisa.

—¡Oigan! ¿No íbamos a ir al sauna?— interrumpió Rosé, rompiendo el silencio y alejando la tensión—. Es mejor ir ahora para que nos quedemos mucho tiempo...

Nayeon sonrió.

—Rosé tiene razón— mencionó—. Me disculpo por la pregunta incómoda y sin sentido que hice— se disculpó y le sonrió tiernamente—. Vamos al sauna, chicas.

Se levantó y, seguidamente, Seulgi también lo hizo, ambas metiéndose al baño para cambiarse de ropa. Rosé también se levantó, pero observó a la pelinaranja un momento.

—¿Vienes, Lisa?— le sonrió y la mencionada asintió y también se levantó.

En el momento que ya todas estaban cambiadas para irse al sauna, la puerta fue tocada y Nayeon fue a abrirla, encontrándose con un bonito pelinegro con cara de bebé y sonrió.

—¡Lisa, te buscan!— gritó y la pelinaranja fue hacia ella.

—JungKook— pronunció su nombre y sonrió.

—¿Puedo hablar contigo?— preguntó, parecía preocupado, pero no dijo nada al respecto—. A solas— miró a sus compañeras.

—A-Ah, claro— entendió y salieron de la habitación, yendo a más allá del pasillo, Lalisa recargando su espalda en la pared y JungKook poniendo una mano a un lado de su cabeza, medio acorralándola—. ¿D-De qué quieres hablar?

El azabache la miró por un largo tiempo, sin pronunciar alguna palabra o emitir un sonido, sólo observándola. El rostro angelical de Lisa hacía que JungKook le dieran tremendas ganas de besarla, de decirle lo hermosa que era, de abrazarla y no soltarla nunca, pero, sobretodo, besarla.

Lalisa nada más veía la expresión neutra de JungKook, analizando igualmente su rostro. Su mandíbula se marcaba, así que dedujo que estaba apretando los dientes; su entrecejo estaba levemente fruncido, como si estuviera molesto o disgustado. Bajó la vista a sus labios, los cuales estaban rojizos y delgados, tan finos que se veían bonitos. Y pensar que esos labios habían tocado los suyos.

De pronto, le dieron ganas de probarlos nuevamente. Quería sentir esa suavidad de esos belfos ajenos, sentir esa sensación que experimentó cuando él la besó por primera vez. Pero la pregunta es: ¿Por qué? ¿Por qué quería probarlos? ¿Por qué tenía la necesidad? ¿Por qué su corazón empezaba a latirle más rápido del sólo imaginárselo?

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Mordió su labio y empezó a acercarse lentamente. No sabía lo que hacía, su mente estaba en blanco y no pensaba en otra cosa que no fueran los labios del azabache. Y se cuestionaba seriamente si estaba empezando a tener sentimientos por él. Bueno, debía ser así, ¿no?

Cuando estaba lo suficientemente cerca para darle un beso, reaccionó antes de hacerlo y se alejó rápidamente, su espalda siendo golpeada por la pared.

—Auch...— se quejó, haciendo una mueca y bajando la mirada.

—Lisa, ¿sucede algo?— preguntó JungKook, su rostro tornándose nervioso. ¿Era él o ella iba a... besarlo? No, eso era imposible—. Sabes que me puedes contar lo que quieras. Confía en mí.

Lalisa ya no podía ni mirarlo a los ojos. Sabía que le podía contar lo que sea, pero no le podía decir: "Lo que pasa es que quiero besarte, así nada más." Obviamente no le iba a decir eso, por supuesto que no, aunque podría modificar la situación, para que no tuviera que mentir.

—¿Alguna vez quisiste besar a una persona así nada más?— preguntó de manera rápida, casi ni entendiéndose y por eso mismo, JungKook frunció el ceño al no entenderle—. ¿Sabes qué? Olvídalo— mordió su labio y luego lo relamió—. Hablamos más tarde, ¿sí?— y sin más se fue de ahí, evitando cualquier contacto visual con él.

El azabache seguía atónito y confundido, por lo que se quedó mirando a un punto fijo sin pensar en nada más que la situación rara que acaba de pasar. Miró el camino por donde se había ido Lalisa, y se preguntó a sí mismo qué demonios acababa de pasar. Se estaba haciendo ideas locas en su cabeza y se puso a pensar en lo que hizo Lalisa. ¿Por qué se estaba acercando así a él? ¿Acaso lo iba a besar? No, ella no sentía nada por él por más que se esforzara que fuera así y si fuera el caso, ¿su esfuerzo estaba dando frutos?

Quiso gritar, pero no lo hizo. Golpeó suavemente la pared con sus nudillos y apoyó ahí su cabeza, cerrando los ojos y tratando de hallar respuestas a sus preguntas. Su mente sólo decía: Lisa, Lisa, Lisa. Pensaba en ella todo el maldito tiempo, hasta podía decirse que estaba empezando a tener una obsesión por ella.

Abrió los ojos, mirando el suelo, su cabeza comenzando a dolerle. Bien, la invitaría a salir hoy en la noche. Seh, era justo lo que necesitaba, pero antes, debía pedir permiso al director Gong si quería salir. Así que se separó de la pared y caminó hasta la habitación del director.

༻°🍫°༺

Lalisa entró a su habitación, alzando la mirada y encontrándose a sus tres compañeras mirándola con curiosidad y emoción. Ante eso, la pelinaranja frunció el ceño.

—¿Y? ¿No nos vas a contar?— preguntó emocionada Nayeon.

—¿Contar sobre... qué?— se sonrosó y miró para otro lado, provocando las risillas de sus compañeras.

—Ay, querida Lisa— rió Seulgi—. Cuéntanos la escena de hace un momento con JungKook.

Ah, era eso.

—Para empezar, no es lo que parece— tomó el valor para decirlo, mirándolas con el ceño fruncido—. Además, ¿por qué les tendría que explicar si ni siquiera sé qué ocurrió?

Rosé tomó la mano de Lalisa, apretándola.

—Son curiosas, Lisa— explicó—. Pero si no nos quieres contar, está bien. No te vamos a obligar.

Lalisa se daba cuenta que la única normal de esas tres chicas, era Rosé. Porque ella en ningún momento le había dicho o preguntado algo que no quería responder.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro