14- Gitanos (y cornudOz)
A las dos de la tarde de aquel día, Shiro y Sango salieron de la casa de la cultura en donde el joven Kohaku recibía sus clases de música y ahora llevaron a Hisui a terapia de fonoaudiología debido a que le costaba pronunciar algunas letras, sobre todo la "r". Era un niño de cinco años apenas.
—Shiro ¿estás revisando los recintos aparte del teatro Cienfuegos para realizar el concierto? — Sango le preguntó.
—Sí, claro que sí — él respondió, algo sonrojado —Naraku nos dijo que encontraría a los mejores músicos de la ciudad para ese concierto.
—¡Sííí! eso nos dijo pero... ¿por qué te preocupa lo que el profe Naraku diga? — ella ladeó la cabeza, curiosa.
—El asunto es que yo creo que va a ir por Inu, mi hermano mayor, y al enterarse que vas a estar involucrada le va a pegar una vaciada — el pelinegro, con un estilo más bien callejero, le respondió —eso fue por Kagome.
Sango tenía todavía más curiosidad por saber y entender el contexto detrás de la relación que sostuvieron Inuyasha y Kagome antes de separarse, y por la forma en la que hablaba su acompañante sabía que había resentimiento, uno grande, por parte de Inuyasha hacia ella. Agachó su cabeza, pensativa, analizando una a una las palabras de Shiro.
—¿Inuyasha... — hizo una pausa y su voz se quebró —me odia?
Shiro se quedó en silencio unos segundos.
—No puedo asegurarte ni negarte nada... — aclaró su garganta —lo que sé es que... a Inu... bueno, a él no le gusta tocar su pasado. Fumaba mucho, tuvo dos intentos de suicidio, perdió como dos semestres de derecho... lo sé porque cuando eso me tocó que sacarlo adelante — luego se puso serio —si me entero que Kagome le va a hacer algo a mi hermano, me paso cuanta ley exista y la mato.
A Sango le recorrió un escalofrío, estaba entre la espada y la pared, mientras por un lado estaba su gran amiga Kagome, por otro lado, estaba su amigo de la infancia, Inuyasha.
—Nos desviamos de tema — mencionó ella, visiblemente nerviosa —, necesitamos un teclista y tu hermano imposible que esté disponible.
—Yo de pianistas en la ciudad, te quedo a deber, Sanguito... hay que confiar en Nar porque es lo único que nos queda.
—Un exnovio mío toca el piano — dijo Sango acordándose.
Un sentimiento como de amenaza invadió a Shiro que se volteó para otro lado.
—¿Celoso? — Sango le jugueteó con una sonrisa.
—¿Celoso de la sátrapa de esposo que tienes? — preguntó Shiro y Sango frunció el ceño.
—Oye — exclamó ella.
Los dos se miraron como echando chispas por sus ojos, ambos ya se parecían a dos adolescentes enamorados; fue en ese momento en el que Shiro sacó su celular, abrió su cuenta de una red social donde las personas suelen postear fotos y allí estaba Miroku en un restaurante realmente lujoso y bastante bien acompañado: Kagome.
—Me dijo que había ido a hablar con un cliente.
—No voy a sacar conclusiones apresuradas pero... yo suelo ir a ese restaurante cuando alguna casa productora me llama para que escriba un guion y nos reunimos allí para hablar del pago — explicó —y a Miroku lo he visto dos o tres veces allí con Kagome. Realmente, me da igual que haga ella si no involucra a mi hermano.
—La voy a matar, voy a matar a esa araña — masculló Sango.
—Espera... — Shiro la detuvo y la calmó, había algo en esos inusuales ojos dorados y ese cabello lacio tan negro como la noche que a ella la enloquecía —sé que es duro para ti pero debemos centrarnos en el concierto...
—CornudOz, pues también terminaste con tu novia Sayuri porque te puso los cuernos — ella comentó con enfado y el joven se carcajeó tan fuerte que llamó la atención de otros pacientes del centro de rehabilitación.
—¡¡Está buenísimo!! ¡¡estuvo buenísimo!! los "gitanos CornudOz" — mencionó él moviendo sus manos tratando de calmarse —lo anotaré.
El ambiente entre los dos se hizo un poco más llevadero con el comentario que ella hizo, Shiro no aguantaba más la risa y le escribió a Naraku el nombre del concierto y al momento él respondió con puras caras carcajeándose.
(...)
Naraku encontró finalmente a Inuyasha al lado de una oficina de un juzgado, obviamente estaba cerrado por ser domingo, la expresión generalmente apacible que adornaba el rostro del peliblanco estaba en una mezcla de impaciencia y molestia. Si de verdad Fischer iba a quererse acercar al joven, debía medir sus palabras.
—Inuyasha — le llamó y él volteó a verlo —enano ¿qué haces por aquí cuando sabes que es domingo?
—Naraku, no estoy para bromas — mencionó el albino, visiblemente molesto —vine a que el juez Osamu Kirin me dé una orden judicial para realizarle una prueba de paternidad a la hija de Kagome. Sé... es más, sé que esa niña es hija mía.
—Entiendo — Naraku lo sujetó del hombro —, verás... si gustas puedo pedirle a Kagura que te colabore con esto.
—Gracias, de verdad lo apreciaría mucho, Nar — le dijo ya más tranquilo —no quisiera molestar a Sesshomaru porque ya tiene demasiados clientes esta semana.
Sería una imprudencia por parte de Naraku el contarle a Inuyasha sobre la banda de Shiro y Sango, aún debía esperar a mover sus fichas si quería que su mejor amigo aceptara su petición aunque por la forma en que la noche anterior estuvo con Sara Asano quizá él ya se había enrolado con aquella otra banda.
—Sabes que cualquier cosa que necesites... dinero, un alojamiento, dos manos para pegarle a un imbécil — dijo con tono divertido e Inuyasha se rio —me tienes aquí.
—Claro, por cierto... ibas a decirme algo importante, no cualquiera como usted, profesor Naraku, saldría de una clase dominical tan a prisa para que simplemente venga a ver a su mejor amigo — arqueó una ceja de forma divertida.
—No, no es algo tan importante... es sólo una banda que tu hermano quiere montar para tocar en el Cienfuegos
Inuyasha dejó caer la carpeta: el Teatro Cienfuegos no era cualquier cosa, era EL centro de la cultura en Otunia y su hermano se estaba metiendo en la tarea titánica de tocar allí.
—¿Escuché bien? ¿en el teatro metropolitano Cienfuegos? — preguntó incrédulo —es que... ¿qué se le metió a la cabeza a Shiro? Está loco.
—Eso le dijeron a cierto cantante cuando quiso hacer un concierto Filarmónico y fue tan brutal que la orquesta le pagó la grabación y actualmente está en una urna centenaria, le cerraron las puertas. Y quiere replicarlo, bueno, talvez sólo tocando covers de su banda favorita que ya sabes cuál es — le ilustró Naraku —está buscando un tecladista y pensó primero en ti.
—Me gustaría que me dieras más detalles, ¿quiénes están?
—De momento estamos Shiro, Sango y yo — Inuyasha frunció el ceño y Naraku se puso serio —sabía que no debía contarte esto.
—Déjame pensarlo — Inuyasha le dijo —antes de final de mes te daré respuesta... es que... no sé qué vaya a pasar con mi carrera musical.
—De acuerdo, le daré tu mensaje en cuanto me respondas.
(...)
NdA: no sé por qué puse "CornudOz" xD pero me pareció divertido. Ciertamente el derecho es algo que me gusta mucho junto con la música y la Historia. Les dejo mi regalo de navidad por adelantado.
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