Capítulo único
Advertencias: Hay escenas fuertes, ansiedad, abuso.
Cuando el terapeuta de Jisung le decía que canalizara sus sentimientos, se refería mayormente a aquellos pensamientos nocturnos que venían con una noche de insomnio. Muchos pensamientos en algún momento se volvían autodestructivos y Jisung tenía que encontrar la forma de calmarlos y llevarlos a un buen lugar.
Sin embargo, la frase de canalizar sus sentimientos, tomó un significado totalmente diferente en los últimos meses. Esta vez dicho por Minho cuando Jisung le llegó llorando a su amigo con una confesión que lo hacía sentir asqueroso.
Ahora, estaba seguro que Minho no se refería a canalizar sus sentimientos de esa forma.
La mano le ardía, el salón de baile estaba en total y en espeluznante silencio. Todos lo miraban, incluso aquellos ojos brillantes de Hyunjin mientras sostenía la mejilla roja, totalmente sorprendido.
Y Jisung también lo estaba, su pecho ardía de vergüenza y dolor por lo que había hecho.
Porque Jisung, en sus veintiún años que poseía, jamás había golpeado a alguien.
Hasta ahora.
Y a la persona menos indicada.
.
El día de Jisung había comenzado horrible. Primero, su receta se había acabado y no recordaba dónde había dejado la fórmula para reclamar una nueva.
De ahí, solo cosas que lo estresaban comenzaban a pasar. Chan no había dormido la noche anterior, así que parecía un zombie y Jisung se molestó por la forma en que el líder no cuidaba su salud. Luego se encontró con la noticia de que Changbin tenía dos días comiendo solo un desayuno ligero y después nutriéndose solo con agua debido a que había comenzado una dieta innecesaria, eso sumado al fuerte ejercicio que hacía, Jisung se encontró a su amigo casi en el piso de la cocina.
Luego, estaba la energía linda del apartamento, que aunque debería tranquilizarlo, ¡No lo hacía! Porque Hyunjin, recién levantado, con el cabello adorablemente despeinado, y somnoliento inclinándose para besar la mejilla de Jisung le provocó un revoloteo en el estómago que le dió ganas de vomitar las mariposas.
Jisung no tenía nada en contra de los besos cariñosos, amaba recibir besos y abrazos de todos. Pero había algo diferente sobre Hyunjin. Algo que había comenzado a cultivarse desde hace tiempo, pero salió a flote hace unos meses.
Sentimientos.
Malditos sentimientos.
Así que sí, los sentimientos que debía canalizar era un enamoramiento por el chico más alto que Jisung definitivamente no debería sentir porque: uno, eran chicos; dos, eran compañeros de trabajo.
Así que Hyunjin comportándose terriblemente lindo y cariñoso con Jisung, sintiendo lo que sentía, y teniendo este horrible día, solo empeoraba las cosas.
Otra cosa que puso su día terrible fue el que le preguntaran constantemente cómo se sentía o porque estaba tan callado. Jisung no quería hablar (lo cual era rarísimo en él) y simplemente quería practicar.
Pero sus amigos, siempre compasivos, trataban de hacerle reír, trataban de animarlo, lo cual era jodidamente difícil en este momento. Sobre todo, cuando Hyunjin se le tiró encima por más que Jisung intentó evitarlo.
Hyunjin estaba de muy buen humor, quería molestar a Jisung y por más que este le evadiera, el chico más alto seguía.
Hasta que Jisung no pudo más.
Fue en cámara lenta, aunque Jisung sintió que fue demasiado rápido.
Hyunjin, ya lleno de preocupación por Jisung y su actitud, lo tomó del hombro con la intención de hablarle. Pero Jisung ya había llegado a su límite. Estaba cansado, ansioso, preocupado, harto de los sentimientos que el simple toque de Hyunjin le provocaba, que no pudo hacer más que actuar de forma violenta, cuando nunca antes lo había hecho.
—¡Que me dejes en paz! —gritó. Aplanó su mano e impactó en la mejilla de Hyunjin resonando por toda la habitación. El silencio inundó el lugar, los dos chicos solo se miraban y Jisung pudo notar el dolor en los ojos de Hyunjin.
No solo por la bofetada.
Los ojos de Hyunjin se llenaron de lágrimas y sollozó. Eso fue lo que activó a los demás.
—¡Han Jisung! —exclamó Minho tomando a su amigo del brazo con fuerza. Jisung solo miró a Hyunjin que estaba siendo llevado al sofá para inspeccionar la mejilla. Jisung tragó fuerte cuando vio un rasguño en el cual salía un hilillo de sangre. Miró su mano, el anillo que había comprado con Hyunjin brillaba en él.
Se sintió jalado hacia afuera y miró a Minho que tenía la mandíbula apretada.
—Yo no quería...
—Aquí no —dijo con firmeza haciendo temblar a Jisung.
Minho abrió uno de los salones vocales, casi empujó a Jisung adentro y cerró la puerta detrás de él.
Jisung, aún medio paralizado, se sentó en la silla y miró a su amigo que tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados.
—Explicate, porque Hyunjin no estaba haciéndote nada para que reaccionaras de esa forma. Además que nunca lo habías golpeado, ni siquiera cuando no te agradaba.
—Yo... no quería.
—Estoy seguro que no lo querías. Estoy seguro que abofetear a la persona que te gusta no es una forma de canalizar tus sentimientos.
—Yo... estoy estresado y... —oh no, estaba a punto de llorar. La mirada de Minho se relajó.
—Jisungie, cálmate. Respira —dijo Minho colocando su mano en el hombro de Jisung. Inclinándose frente al chico.
—Lo siento... no quería.
—Respira, Ji. Cálmate y luego me contestas. Respiraciones profundas, sigue mi ritmo.
Jisung imitó las respiraciones de Minho, tratando de evitar un ataque de pánico. Cuando sintió que su corazón se calmaba y sus manos, que no se había dado cuenta que temblaban, dejaban de hacerlo, decidió hablar.
—No quise golpearlo. No soy agresivo. Pero hoy tuve un muy mal día y él no ayudó —Minho enarcó una ceja.
—Hyunjin solo trataba de ser amable, Sung.
—Lo se. Pero... es complicado. Sabes sobre mi enamoramiento, y hoy tenía mis sentimientos a flor de piel y no sabía cómo canalizarlos todos. Solo reaccioné.
—Una pésima reacción —los hombros de Jisung se derrumbaron.
—Lo sé. Lo sé, Hyung. Sé que la cagué —Jisung se tapo los ojos—. Sé que debo disculparme con Hyunjin.
—Obvio.
—Sé que nada excusa lo que hice. Nada excusa mi reacción.
—Tienes razón.
—Pero es que... se estaba portando demasiado lindo conmigo, y estoy muy enamorado y NO quiero estarlo. Es mi amigo, mi compañero de trabajo y un chico. No debería estar enamorado.
Minho suspiró.
—Ya hemos hablado de esa homofobia internalizada, Sungie. No importa lo que los demás digan, enamorarte de un chico no tiene nada malo.
—Pero de igual forma no puedo hacer nada. Nos echarían si se enteran.
—¿Quien le va a decir a los jefes? ¿Yo? ¿Alguien del grupo? Estoy seguro que Chan no permitiría que los echen solo por su orientación, cariño —acarició su pierna—. Ya viste cómo puedes explotar cuando no canalizas tus sentimientos, así que o lo haces, o le dices a Hyunjin lo que sientes, porque no puedes ir por ahí repartiendo bofetadas cada vez que te frustres.
—Lo sé —Minho tomó pañuelos de un paquete que había cerca al piano y se los ofreció a Jisung para que secara sus lágrimas.
—Vamos, tienes que disculparte con Hyunjin y con todos.
—¿Con todos?
—Claro.
Jisung suspiró, terminando de secar sus lágrimas y levantándose para salir detrás de Minho.
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Cuando Jisung había entrado a JYP con la intención de debutar como Idol, no esperaba también encontrarse con el descubrimiento de sí mismo.
Cuando te criaban con la idea de que las chicas te debían gustar, descubrir que un chico hacia latir tu corazón a toda velocidad, era horrible.
Cabe decir que Jisung tomó la idea de que le gustara Hyunjin muy mal. Decidió que lo mejor era despreciar y tratar al chico como una peste
No ayudaba que Hyunjin tuviera una forma de bailar increíblemente sensual. En personalidad, Hyunjin era un encanto. Era jodidamente lindo y Jisung odiaba cuando las mariposas flotaban en su estómago luego de la primera vez que el chico lo trató, hasta se sintió un poco mal por despreciarlo.
Y bailando, Hyunjin era increíble, se movía de una forma lenta y seductora. Atraía las miradas de todos y Jisung estaba seguro que si debutaba, sería el que más atraería miradas. No solo por su belleza, claro estaba.
Lo peor es que la mente adolescente de Jisung le jugaba malas pasadas. Porque no podía evitar mirar a Hyunjin bailar y no imaginarlo con él, besándolo, tocandolo.
Jisung lloró cuando tuvo su primer sueño húmedo con él.
Enterarse que iban a debutar juntos no ayudó en verdad para nada. Habían tenido muchas discusiones durante los entrenamientos, al final habían decidido que se ignorarían mutuamente.
Jisung estaba bien con eso, tal vez ignorar a Hyunjin serviría para disminuir la atracción que sentía por el chico. Porque solo era eso, atracción.
Se dijo a sí mismo, mirándose al espejo del baño, que lo iba a superar. Luego, entró a una de las cabinas para orinar.
Terminando, no logró salir al escuchar un estruendo y el grito de dolor de un chico. Desde una apertura logró ver cuándo dos muchachos, de los aprendices mayores, golpearon a otro contra el lavabo logrando que el muchacho soltara un quejido.
—Escucha, niño bonito —dijo uno de los chicos—. Nos vas a hacer ese favor que nos llevabas guardando por ese secreto que te guardamos.
—Hoy Momo estará tomando horas extras ensayando —dijo el otro—. Sabemos que el líder de tu grupo es muy apegado a las chicas de Twice, así que supongo que tú también ¿No?
—No, lo juro ¡Ah! —Jisung se atragantó, era Hyunjin. Podía ver su rostro lleno de lágrimas mientras uno de los chicos lo tomaba del cabello.
—Una prenda interior —dijo uno de los matones—. Un sostén o una tanga, si es usada mejor.
—Por favor, no. Me echarán —el otro chico tomó el rostro de Hyunjin en su mano, apretando sus mejillas fuertemente.
—Si se divulga tu secreto, te van a echar de todos modos. Yo digo que es mejor salir por la puerta de oro tomando ropa interior de alguna de Twice ¿No? —Hyunjin lloró. Los chicos lo soltaron y el muchacho cayó al suelo del baño.
—Te daremos el plazo de una semana —dijeron y salieron. Hyunjin se quedó llorando, sus sollozos resonaban en todo el baño y el corazón de Jisung se achicó.
No sabía cuándo podía salir, solo sería peor para Hyunjin si supiera que estaba ahí.
Fue a acomodarse, para que el chico no lo viera si decidía mirar debajo de las puertas del baño, cuando se tropezó haciendo ruido.
El llanto se detuvo.
—¿Quién está ahí? —preguntó Hyunjin secando sus lágrimas. Temblando, Jisung abrió la puerta y notó como Hyunjin tembló al verlo.
—¿Por qué dejaste que te trataran así? —fue lo primero que salió de su boca. Hyunjin le lanzó una mirada fría.
—Porque me encanta que me maltraten, Jisung. Me fascina que me jalen del pelo como una puta y me amenacen por un error que cometí.
Jisung hizo una mueca entendiendo el sarcasmo.
—No estás pensando en hacer eso que te pidieron ¿Verdad? —Hyunjin frunció el ceño.
—Me echarán si se enteran de mi error —Jisung frunció el ceño.
—Tu error ¿Cuál fue? —Hyunjin se levantó y se lavó la cara para borrar la marca de las lágrimas.
—¿Crees que te diría? ¿Para que luego puedas usarlo en mi contra como esos chicos?
—¿Enserio crees que soy como ellos? —Hyunjin se encogió de hombros. Se arregló el pelo, ignorando las hebras que caían por lo fuerte que los chicos lo agarraron. Hyunjin soltó un quejido cuando se presionó el pómulo, había una marca roja que pronto pasaría a un morado en la cara del chico por el impacto con el lavabo.
—No quieres que debute con ustedes, encontrarás la forma perfecta de no dejarme hacerlo. No me amenazarás, sino que irás corriendo a contarle a todos.
El corazón de Jisung se hundió ¿Enserio se había portado tan mal con Hyunjin para que él creyera que era capaz de eso?
¿Por qué no se sentía feliz? Prácticamente estaba teniendo lo qué quería. El desprecio de Hyunjin. Era eso lo que quería ¿Verdad?
—No lo haría —susurró Jisung. Hyunjin miró a Jisung, como si nada hubiera pasado.
—No confío en ti.
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Calmado, Jisung entró en la sala de prácticas para encontrar a los chicos sentados en el sofá. Chan estaba cruzado de brazos y le lanzó una mirada a Minho que asintió. El chico empujó a Jisung y éste miró a sus amigos.
—¡Lo siento mucho! —exclamó haciendo una pequeña reverencia.
—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó Chan.
—Estaba muy abrumado —respondió. Levantó la mirada y buscó a Hyunjin con la mirada. No estaba en el lugar.
—Hyunjin volvió a casa —respondió Félix.
—Su cara...
—Fue solo un rasguño —dijo Seungmin.
—Yo... tengo que hablar con él, disculparme —dijo Jisung. Changbin asintió.
—Por favor, no peleen de esa forma.
Jisung asintió. Era la primera vez que pasaba algo como esto, y ellos conocían a Jisung para no dar un largo discurso del manejo de la ira.
Jisung lo agradeció. No quería que Chan le largara uno de sus largos discursos, necesitaba encontrar a Hyunjin.
No tardó mucho en llegar al departamento, y cuando entró no le costó encontrar a Hyunjin, puesto que estaba en el sofá, sollozando, mirando su mejilla ahora hinchada en un pequeño espejo.
Miró a Jisung cuando escuchó la puerta cerrarse y Jisung creyó que había viajado en el tiempo, en el primer momento vulnerable en el cual encontró a Hyunjin en el piso de ese baño.
—Hyun...
—No me hables —dijo Hyunjin dejando el espejo en la mesita y levantándose.
—Por favor, solo escúchame...
—¡No! Tú escúchame. He soportado ya tu frialdad últimamente, la cual no tengo idea de dónde vino. ¿Hice algo malo? ¿Que te he hecho para que vuelvas a tratarme como hace años? ¡Y peor! ¡Que me golpearas, Han Jisung! Sabes... —Hyunjin volvió a sollozar abrazando su cuerpo. Instintivamente, Jisung fue a abrazarlo pero el chico se apartó— No me toques.
—¡Lo siento! He estado teniendo un día de mierda.
—¡Y yo solo trataba de hacer que mejorara! Por eso me portaba lindo, por eso te abrazaba. Sé cuánto te gustan los abrazos, sé cuánto te reconfortan.
—¡Pero no los tuyos! —le gritó, y enseguida quiso cortarse la lengua al ver los ojos brillantes de Hyunjin. El chico rodó los ojos.
—Entiendo —dijo—. Pensé que nuestra relación había cambiado. ¡No te imaginas cuántas veces ignoré los comentarios de los fans que decían que tal vez fingías quererme! ¡Y resulta ser cierto! ¡Eres un grandísimo tonto, Han Jisung! —caminó directo a su habitación.
—¡No, Hyunjin! Por favor —Jisung lo siguió, y sostuvo la puerta antes de que Hyunjin la cerrara.
Ahí venía, aquella canalización de sentimientos no servía para nada. Jisung era completamente inútil haciendo eso.
—Estoy enamorado de ti —reveló. Hyunjin se atragantó, luego hubo dolor en sus ojos.
—Eres un grandísimo imbécil —dijo. Jisung se sintió confundido.
—¿Hyun?
—¿Qué edad tienes? ¿8 años? ¿Querías llamar mi atención golpeándome? Mejor me hubieras tirado una manzana en la cafetería, Jisung. Hubiera dolido menos y hubiera hasta sido más dulce —lo empujó y le cerró la puerta en la cara— ¡No quiero verte! —gritó Hyunjin, Jisung podía sentir como se le quebraba la voz.
La había cagado en grande.
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Jisung estaba un poco obsesionado con Hyunjin.
Tal vez no era el mejor uso de palabras, pero no dejaba de seguirlo con la mirada y de saber que estaba haciendo.
No le dijo a nadie lo que el chico planeaba para los mayores, debido a que era mejor tener pruebas y no quedar como un soplón.
Así que lo estuvo mirando a cada rato mientras practicaban.
Hyunjin nunca se acercó a la sala de prácticas de Twice.
Cuando se cumplió la semana, Jisung supuso que Hyunjin no iba a hacer algo, tal vez con la salida de la empresa de uno de los matones, el otro había olvidado eso, así que desistió de seguir a Hyunjin.
Tal vez un poco.
Fue sin querer, pero agradecía haberlo hecho.
Cuando estaba doblando la esquina para dirigirse al baño, notó cuando el chico mayor tomaba a Hyunjin del brazo con un agarre de hierro susurrándole que no hablara.
Había algo por lo cual este era el baño favorito de Jisung, poca gente iba a él. Siempre estaba vacío y podía tener sus crisis mentales a veces encerrado en una cabina.
Pero ahora, el silencio del baño y del piso en general se vio interrumpido por el quejido de dolor de Hyunjin.
Jisung se asomó un poco en silencio, y notó cuando el chico arrodilló a Hyunjin en el suelo tomándolo del cabello.
—Por favor, por favor, no lo hagas.
—Vamos, Hyunjinnie —dijo el chico quitándose el botón del pantalón con la otra mano. Los ojos de Hyunjin temblaron de miedo—. Sé que te gusta chupar pollas. Alguien me tiene que quitar la calentura después de no darme la ropa interior que solicité.
—No pude, no pude.
—Bueno, alguien tiene que solucionar esto —Jisung solo podía ver la parte trasera del mayor, pero notó cuando sacó su pene porque Hyunjin hizo un ruido de miedo, pero el agarre en el cabello de Hyunjin se apretó—. Abre —exclamó el chico. Hyunjin sollozaba y Jisung tenía ganas de vomitar. Sabía que tenía que hacer algo, pero no podía entrar ahí. Era muy cobarde y el chico entonces revelaría el secreto de Hyunjin.
Pero ahora estaba abusando de él.
Si se supiera, el chico estaría en muchos problemas.
Con la mano temblando, Jisung tomó su teléfono y abrió la cámara para grabar. Odiaba hacer esto, pero sabía que necesitaría pruebas.
—Por favor, no me obligues a hacerlo —gimió Hyunjin, luego soltó un pequeño grito ante la jalada del cabello.
—¡Abre! —con un sollozo, Hyunjin hizo lo que le pidieron.
Y eso fue todo para Jisung.
Quiso vomitar.
Quiso correr y engancharse al sujeto, pero sabía que era muy pequeño y era un cobarde. Así que dejó de grabar y caminó hasta que pudo correr en silencio hasta encontrar ayuda.
No quiso esperar el ascensor, así que solo bajó un piso y enseguida encontró a Chan practicando con un grupo de aprendices.
Entró, agitado, y enseguida llamó la atención de Chan.
Chan detuvo la práctica y se acercó a Jisung que lo llevó a un lado.
—Hyung, necesito tu ayuda —se dió cuenta que la voz le temblaba mientras le susurraba las palabras a Chan—. Un tipo está abusando de Hyunjin en el baño de arriba.
Los ojos de Chan se oscurecieron.
—Espera aquí —dijo Chan dirigiéndose a las escaleras mientras tomaba su teléfono y llamaba a alguien. Jisung no hizo caso y lo siguió. Cuando llegó al segundo piso, escuchó el fuerte llanto de Hyunjin y Jisung temió que todo hubiese acabado y el mayor se hubiera ido.
Chan entró al baño y Jisung escuchó dos exclamaciones y un golpe.
Entró corriendo para encontrar a Hyunjin sentado en el suelo aún llorando, con semen en su cara y cabello mientras Chan sostenía al otro aprendiz contra el lavabo.
—Se está haciendo la víctima ahora —exclamó el tipo—. Él quería, me lo pidió.
Jisung fue empujado por alguien que entró y tembló al ver a uno de los guardias. Intercambió unas palabras con Chan y tomó al sujeto de los brazos para llevárselo.
Antes de salir, el tipo le sonrió a Hyunjin.
—Ahora ni por bonito vas a debutar, Hwang Hyunjin. Te echarán por actos indecentes. Es tu palabra contra la mía.
Y salió.
Chan tomó unos pañuelos, le preguntó suavemente a Hyunjin si podía tocarlo y comenzó a limpiarlo sin asco alguno cuando el chico, todavía llorando, asintió.
—Ya, ya —susurró Chan—. Jisung y yo hablaremos a tu favor.
Hasta ahora, es que Hyunjin captó su presencia.
—¿Qué haces aquí? —murmuró Hyunjin, luego hizo una mueca por lo desgarrada que estaba su garganta. Jisung notó que también había algo de vómito en su barbilla, y un poco en el suelo frente a él.
—Hyung... su... —señaló su propia barbilla. Chan miró a Hyunjin y limpió.
—Jisung fue quien me fue a buscar, me alertó —dijo Chan limpiando a Hyunjin—. Jinnie ¿Desde cuándo...?
—¿Viste que estaba abusando de mí y no hiciste nada? —interrumpió Hyunjin dirigiéndose a Jisung.
—¡Ese sujeto es el doble que yo! —exclamó Jisung. Entendía el dolor de Hyunjin, el saberse abandonado. Señaló a Chan—. Fui a buscar ayuda.
—Y estuvo bien —Chan intentó ayudar a levantar a Hyunjin—. Tenemos que llevarte a una clínica. Ellos deben hacer el proceso, tomar pruebas, sino, no tendremos nada a tu favor.
Los ojos de Hyunjin se llenaron de lágrimas.
—Yo tengo pruebas —dijo Jisung extendiendo su teléfono. Chan lo tomó.
—Ji...
—Sabía que necesitaban pruebas y, a pesar de todo mi disgusto, logré grabar una pequeña parte pero se nota la falta de consentimiento. Espero que sea suficiente.
Las piernas de Hyunjin apenas y pudieron sostenerlo.
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—Me dolió —Jisung se sorprendió cuando escuchó la voz de Hyunjin. Se había quedado pegado en la puerta de la habitación del chico, con la esperanza que el otro la abriera.
No esperó escucharlo del otro lado, pegado a la puerta.
—No fue mi intención.
—El golpe no, Jisung. El que fueras tú —Jisung no dijo nada en su defensa—. Y luego salirme con eso de que estás enamorado de mí...
—Disculpa si te causa repulsión.
—No es eso. Soy gay, Jisung. Solo... pensé que lo había superado. Pensé que las terapias habían ayudado.
—¿Lo de...?
—No digas sus nombres. Y sí, lo que viste la primera vez en el baño no fue ni la quinta parte de lo que tuve que sufrir con ellos.
—Hyun...
—¿Crees que ese sentimiento que tengo hacia mi cara bonita vino solo de lo que decían otros aprendices? Ellos me hicieron sentir que todo lo que me pasaba, todo lo que me hacían era mi culpa.
—¿Cuál era tu secreto? —Hyunjin soltó una risita.
—Tenía un novio en la escuela —reveló—. No era un aprendiz, quería ser coreógrafo, no Idol. Una tarde salimos de la escuela y nos besamos en un callejón —Hyunjin suspiró—. Al día siguiente ellos me acorralaron y me mostraron una foto que nos habían tomado.
A Jisung le dolió el corazón.
—Terminé con él para que no tuviera que pasar nuevamente algo así —había tanto dolor en la voz de Hyunjin—. Sin embargo, los chicos me golpearon. Cuando querían me tomaban, me llevaban al baño y me golpeaban, nada notable, nada que dañara mi único encanto. Tuve moretones en mi estómago y piernas. Muchos. No podía acusarlos, estaba aterrado que revelaran mi secreto y me echaran.
Jisung recordó todas las veces que vio a Hyunjin cojeando, había creído que se había quedado hasta tarde practicando. Recordó cuántas veces había cuestionado a Hyunjin por no usar ese tiempo para practicar su rap.
Se sintió terrible.
—Cuando salió la noticia que iba a debutar, fue peor. Me decían que no podían creer que un maricón como yo debutaría solo por mi visual, cuando gente con talento no pudo hacerlo.
Jisung escuchó el sonido de un encendedor.
—Hyunjin... ya fumaste tu cigarro de la semana —reprendió Jisung. No era extraño que en su área de trabajo algunos de ellos fumaran. Jisung era un fumador pasivo, siempre constante a aspirar el humo de Chan y Changbin cuando estaban encerrados a las 3 AM en el estudio. Y a veces fumaba un cigarro también.
Pero Chan había establecido reglas claras con respecto a la nicotina. Aunque solo tres del grupo fumaran, no lo harían en la casa, sino en el balcón o en el techo, y sería solo un cigarro a la semana (dos si estaban en preparación de un regreso).
—Hyung me dió permiso cuando la situación fuera estresante —respondió Hyunjin. Jisung sintió el arrastre y miró debajo de la puerta de Hyunjin para notar la cajetilla que se asomaba— ¿Quieres?
—No, gracias —rechazó Jisung. Los cigarros de Hyunjin podían llamarse femeninos en alguno de los casos. Eran una cajetilla rosa y los cigarros tenían sabor a cereza. Pero Jisung no los rechazaba por eso, claro estaba. Él simplemente no quería fumar en ese momento.
—Me hiciste creer que lo merecía —dijo Hyunjin después de un largo silencio. Jisung tragó fuerte—. Te traté bien, de forma amorosa, ¿Y que luego me golpearas? Me hizo creer nuevamente que dejar ser lo que soy, mostrar mi cariño abiertamente... va a traerme más problemas de lo normal.
—No era mi intención, Jinnie. Yo... Minho Hyung me dijo que canalizara mis sentimientos, y lo intenté. ¿Sabes por qué te detestaba cuando éramos aprendices? Porque me gustabas. Me parecías realmente lindo y creía que eso estaba mal, y quería odiarte y quería que me odiaras.
Hyunjin soltó una risita.
—¿Sabes por qué me encantaba discutir contigo? —dijo Hyunjin—. No sabías mi secreto, así que me odiabas por algo más que por ser gay, así que se sentía bien. Creí que asumías que yo era una amenaza.
—Lo eres —interrumpió Jisung provocando que Hyunjin riera más.
—Además, tenías mi edad, y yo podía responderte porque no tenías nada con que amenazarme. Era un buen descargo.
Jisung pudo sentir el llanto nuevamente de Hyunjin.
—Jin, abre la puerta ¿Sí?
—Debería agradecerte por el rasguño en la cara, aunque debió haber sido más profundo para que dejara una cicatriz —Jisung escuchó que la voz de Hyunjin se alejaba de la puerta, volvió a tocar la puerta y tratar de abrir, pero la había cerrado con seguro. El corazón de Jisung latía fuertemente, algo estaba mal, algo estaba muy mal con la expresión de Hyunjin. Algo estaba muy mal con sus palabras.
—Hyunjin, abre la puerta, por favor —pudo sentir que Hyunjin revolvía entre sus cosas.
—Tal vez... tal vez si dejo de ser lindo, todos comenzarán a apreciarme por lo que soy.
—¡Hyunjin! —gritó Jisung. Estaba desesperado, suponía lo que estaba buscando Hyunjin y lo que pretendía hacer.
Jisung se dirigió al baño, con la esperanza de que Hyunjin no hubiera cerrado la puerta ahí y abrió. Encontró a Hyunjin, arrodillado en su tocador, llorando sobre él. En el suelo, con el peligro de quemar la alfombra, estaba el cigarro encendido que Jisung enseguida pisó para apagar. Hyunjin estaba sollozando, todavía buscando algo en su tocador cuando Jisung tomó sus muñecas en sus manos y lo jaló hacia su pecho.
Jisung le acarició el cabello, tratando de calmarlo. Pensó que había visto todos los momentos vulnerables de Hyunjin, al parecer no.
—Hyun, Hyun, escucha —Jisung lo llamó y tomó su rostro entre sus manos. Le secó las lágrimas con los pulgares—. Eres un magnífico ser. ¿Quieres saber por qué me enamoré de ti? ¿El por qué te amo? Porque de gustarme hace años a enamorarme hace meses hay una gran diferencia. Porque eres una magnífica persona, eres increíble, leal, sincero, puro, tengo tantas cosas que decir sobre ti. Eres talentoso, un artista increíble, bailas y pintas de forma maravillosa. Amas mucho, Hyunjinnie. Amas muchísimo y eso es maravilloso y hace que esté más enamorado de ti cada vez. Así que respira conmigo, por favor.
Jisung nunca pensó que estaría dirigiendo un ejercicio de respiración, pero ahí estaba, tratando de calmar a Hyunjin para que no se hiperventilara.
—Ya... ya... —susurró Jisung cargando a Hyunjin y llevándolo a su cama con cuidado de no tropezar con los implementos de arte que Hyunjin había tirado al suelo. Jisung vio que Hyunjin había logrado sacar un bisturí de su cartuchera cuando entró.
¿Enserio iba a deformarse la cara? Jisung se sentía horrible por haber provocado que los traumas de Hyunjin volvieran a surgir.
Aunque era alto, Hyunjin se veía realmente pequeño en los brazos de Jisung. Lo acostó en la cama y fue a levantarse para arreglar el cuarto pero Hyunjin lo tomó de la camisa.
—Quédate —suplicó Hyunjin—. No te vayas, Sungie. No me dejes.
—Ya, ya —Jisung se acostó al lado de Hyunjin, secando sus lágrimas—. Perdóname, Jinnie. No quise que nada de esto pasara.
—No es tu culpa —murmuró Hyunjin enterrando su rostro en el pecho de Jisung.
—Tampoco tuya —Hyunjin soltó una risita amarga— ¿Puedo abrazarte?
—Por favor...
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Hyunjin estuvo dos semanas ausente. Según escuchó de Chan, sus padres querían levantar cargos contra el mayor pero Hyunjin no, solo quería que el otro chico se fuera.
Más nadie supo del incidente, lo cual a Jisung le extrañó un poco porque los rumores y chismes solían regarse supremamente rápido en los pasillos de la empresa. Pero estaba seguro que así era mejor.
Cuando una tarde Jisung escuchó su canción en uno de los salones de práctica, entró para encontrar a Hyunjin practicando. No le sorprendió, sabía que Hyunjin iba a volver, pero aún así jadeó tan fuerte que Hyunjin lo escuchó por sobre la música logrando que lo mirara y fuera a apagarla.
—Ji... —comenzó Hyunjin a hablar pero se detuvo cuando pasó algo que jamás creería que iba a pasar.
El cuerpo de Jisung se impulsó solo, como por instinto. Se lanzó e inundó a Hyunjin en un fuerte abrazo. El abrazo fue silencioso, pero Jisung pudo sentir como si el cuerpo de Hyunjin pasara de tensionado por la sorpresa a relajado.
Jisung se separó y tomó el rostro de Hyunjin entre sus manos.
—¿Estás bien? —preguntó y sintió a Hyunjin derretirse en su agarre, el chico le brindó una sonrisa.
—Sí —ahí fue cuando Jisung se dió cuenta de lo que hacía, pero no se separó, no le molestaba estar así con Hyunjin. Jisung le devolvió la sonrisa y lo soltó suavemente.
—Me alegro.
—¿Nadie más sabe? —Jisung negó con la cabeza.
—No. Solo hyung y yo —Hyunjin asintió. Ahí fue cuando no supieron que más decirse, estaban en silencio, pero por primera vez no era un silencio tan incómodo que necesitaba interrumpirse con un insulto.
—Estuve mucho tiempo ausente —dijo Hyunjin—. La coreografía me la sé de memoria, pero ¿Me ayudas con mi rap? —Jisung lo miró y le brindó una sonrisa.
—Por supuesto.
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Jisung agradeció tener su teléfono en tono bajo, porque Hyunjin estaba dormido a su lado cuando sonó.
—¿Hola? —susurró.
—¿Por qué la casa huele a cigarrillo y la puerta de Hyunjin está con seguro? —era Chan.
—Ya salgo —volvió a susurrar. Logró soltarse de Hyunjin sin despertarlo y se levantó. Tomó el bisturí de dónde lo había dejado Hyunjin y quitó el seguro de la puerta.
Salió para encontrarse con el rostro preocupado de Chan. Jisung lo guió hasta la cocina en dónde dejó el bisturí en la mesa. Chan lo miró sorprendido.
—¿Está herido?
—No, no te preocupes. Llegué antes. Le traje recuerdos de los matones cuando era aprendiz, se fumó un cigarro y luego intentó cortarse la cara para ver si lo amaban aunque no fuera lindo.
—Oh, Hyunjin... será mejor que vuelva a terapia —Jisung hizo una mueca.
—No sé... —dijo— Fue solo un ataque de pánico.
—Pero... —Jisung se encogió de hombros.
—Digo, a veces a mí me dan algunos cuando me estreso demasiado y no quiere decir que no funcione. Además, que te manden a terapia sin tu consentimiento no se siente bien. Tal vez podrías esperar a que despierte y preguntarle qué piensa de eso.
Chan hizo una mueca, Jisung no podía culparlo por estar tan preocupado por Hyunjin. Sin embargo, asintió y tomó el bisturí.
—Guardaré esto —dijo y entró a su habitación. Jisung entró a la habitación de Hyunjin e intentó organizar un poco. Él mismo tenía su habitación hecha un desastre, pero conocía a Hyunjin para saber que este desastre no le iba a gustar. Luego de organizar un poco, volvió a acostarse al lado de Hyunjin. Jisung no tenía sueño, pero Hyunjin estaba agotado, por eso había caído tan rápido a dormir.
Jisung lo observó, quitó mechones oscuros que habían caído por su rostro y le acarició la mejilla. La piel de Hyunjin siempre era tan suave, resultado de su dedicación con sus productos faciales. El pulgar acarició su labio inferior rosado y regordete que Jisung soñó muchas veces besar.
Hyunjin era hermoso, pero había sido víctima de malos tratos y tenía su autoestima por el suelo. Por eso se esforzaba tanto, por eso Jisung recordaba verlo derrumbarse practicando. Quería ser mejor siempre, demostrarle a todos que podía ser más que su rostro.
Su aliento quedó atrapado en su garganta cuando sintió la mano de Hyunjin cubrir la suya.
—Sungie...
—¿Mmm?
—¿Puedes besarme? —Jisung sintió que la garganta se le cerraba. No respondió, no sintió que merecía esto, pero ahí estaba, sintió cuando Hyunjin se acercó a él y sus suaves labios tocaron los de Jisung.
Fue un toque dulce, suave que Jisung saboreó como si fuera lo último que probaba en el mundo. Sus dedos de repente se enredaron en el largo pelo de Hyunjin e inundó más la boca de Hyunjin. El chico soltó un pequeño gemido y se sumergió más en el beso.
Jisung sintió que estaba viviendo un sueño, olvidando todo lo que había pasado en el día para besar a Hyunjin. Porque solo existía Hyunjin en este momento.
Hyunjin, mordiendo su labio inferior y soltando un gemido.
Hyunjin, que ahora estaba debajo de Jisung.
Hyunjin, que acariciaba sus abdominales y le instaba a Jisung para que se quitara la camisa.
Hyunjin, que se había quitado también la de él.
Hyunjin, que gimió de placer cuando Jisung rozó sus erecciones mientras besaba su dulce cuello.
Hyunjin, quien apartó a Jisung y tomó su cara entre sus manos. Sus ojos oscuros brillando como luceros.
—Sungie —susurró—. Gracias por amarme.
Y lo besó.
Ahí fue cuando Jisung sintió que despertaba de su ensoñación. Que sintió que salía del hechizo que era Hwang Hyunjin y se separó.
—Jinnie ¿Que estamos haciendo? —debajo de él, Hyunjin se retorció.
—Vamos a tener sexo ¿No? —dijo Hyunjin—. Es lo que haces con la gente que te ama de forma romántica.
Hyunjin, que estaba totalmente enamorado del amor y sentía que le debía su cuerpo a Jisung por el simple hecho de Jisung amarlo.
—No —dijo Jisung levantándose y tomando su camisa para ponérsela. Hyunjin estaba en su lugar aún, respirando de forma rápida. Sus ojos se habían llenado de lágrimas nuevamente.
—¿Que hice mal ahora?
—No hiciste nada mal, Jinnie —dijo Jisung.
—¿Entonces por qué no te quieres acostar conmigo? Todos lo quieren hacer, leo los comentarios, escucho los rumores...
Jisung tragó fuerte.
—Pero nadie me ama en realidad. Todos solo me quieren por mi cara, pero tú... tú me amas más que eso.
—No eres un pedazo de carne, Jin. No me debes nada por yo amarte.
—Pero...
—Enserio, Hyune.
Hyunjin estuvo en silencio, en la habitación solo se escuchaban sus respiraciones pero Jisung no se atrevía a irse.
—¿Puedes abrazarme entonces, al menos? No me dejes solo, no quiero estarlo.
Jisung miró a Hyunjin y le sonrió.
—Por supuesto.
.
Jisung no estaba muy acostumbrado a subir al techo de los dormitorios. Ya que cuando se sentía abrumado, simplemente se metía entre sus sábanas y no salía hasta el día siguiente.
Pero esa noche, simplemente había querido subir. Cuando llegó, lo encontró vacío, o eso creyó hasta ver a Hyunjin sentado mirando a las estrellas fumando un cigarro.
—No sabía que fumabas —dijo en forma de saludo haciendo que Hyunjin saltara. Las mejillas de Hyunjin y sus orejas se pusieron rojas mientras tartamudeaba, tratando de buscar una excusa—. No te preocupes, a veces lo hago con Chan y Changbin.
—Es un hábito nuevo —confesó Hyunjin. Se sorprendió un poco cuando Jisung se sentó a su lado.
—Un terrible hábito —dijo Jisung. Hyunjin soltó una risita.
—Lo sé, pero me tranquiliza.
—Al menos no es algo peligroso, como drogas —Hyunjin arrugó la nariz.
—Una vez unos chicos de la escuela intentaron ofrecerme marihuana. Me negué enseguida. Tenía como 15 años —Jisung soltó una risita.
—A mi una vez también me ofrecieron.
—A todos alguna vez nos ofrecen marihuana —Jisung rió.
Se quedaron un poco más de tiempo callados, era un silencio tranquilo.
—Me agradas, Jisung —dijo Hyunjin sorprendiendolo. Jisung sintió que sus orejas enrojecian—. Nunca supe porque no te agradaba pero tú a mí sí me gustabas. Por eso estoy feliz que ahora te agrade —Hyunjin lo miró—. Te agrado ¿Verdad?
Jisung le brindó una sonrisa tranquilizante y le tomó la mano.
—Por supuesto.
.
No durmieron. Jisung estaba abrazando a Hyunjin por la espalda mientras el chico jugaba con sus dedos en silencio.
Jisung podía oler el shampoo en el pelo de Hyunjin, el silencio que los abordaba era cómodo.
—¿Sabes? —rompió el silencio Hyunjin entrelazando sus manos, luego soltandolas y jugando con sus dedos— Tus sentimientos no son unilaterales.
El corazón de Jisung dió un vuelco.
—Hyun, no...
—No, espera —Hyunjin lo interrumpió—. ¿Nunca te preguntaste por qué yo era así contigo? Todo ese cariño, esos abrazos, las mañanas en el baño diciéndonos "cariño". ¿Nunca se te ocurrió pensar que yo también sentía algo por ti?
—Solo estás conmocionado, Jinnie —Hyunjin suspiró exasperado.
—Claro, culpen al loco de estar loco.
—No dije que estabas loco. Solo...
—Escuché a Chan decir que quería que volviera a terapia —Jisung hizo silencio—. Digo, en parte creo que debo volver pero... tengo miedo.
—No estás obligado si no te sientes cómodo, Jin.
—Solo quiero estar bien, Sungie. Tal vez de esa forma me creas que sí me gustas —Jisung hizo un ruidito. Creer que en verdad sus sentimientos eran correspondidos le costaba—. Jisung —llamó Hyunjin, su nombre completo le decía que lo que el chico iba a decir era muy serio—. Hasta que me creas, por favor no cambies conmigo. Sigue tratándome igual, sigue abrazándome, diciéndome cariño, como antes. No quiero que las cosas sean incómodas —Jisung tomó una respiración y luego, lleno de valentía, le dió un beso en la cabeza a Hyunjin.
—Por supuesto.
En verdad iba a intentarlo.
No pasó mucho tiempo hasta que la puerta de la habitación de Hyunjin se abrió y Chan se asomó.
—Hola, chicos —saludó.
—Hola, Channie —saludó Hyunjin con una sonrisa. Chan entró a la habitación y se sentó en la orilla de la cama.
—¿Puedo tocarte, Hyunjinnie? —Hyunjin asintió y cerró los ojos mientras la mano de Chan pasaba por su cabello—. Pedí comida, los chicos quieren venir a ver cómo sigues ¿Te sientes bien para recibirlos?
—Sí. Ya estoy más calmado —una pequeña sonrisa adornó los labios de Chan.
—Me alegro que te sientas mejor, amor —acarició las mejillas de Hyunjin y se levantó—. Los veo afuera, chicos.
A Hyunjin se le hacía cómodo los brazos de Jisung, pero sabía que tenía que tenía que salir de esa comodidad.
—¿Quedamos así, Ji? —preguntó Hyunjin— ¿No cambiarás conmigo? —Jisung sonrió y le dió un suave beso en la mejilla a Hyunjin que lo hizo sonreír.
—Por supuesto, Jagi.
.
Jisung no supo cómo comenzó, pero tampoco es que se quejara.
Su enamoramiento por Hyunjin había disminuido notablemente, admiraba muchísimo al chico, sabía lo hermoso que era y su alma preciosa.
Pero no había cruzado para nada los límites de su amistad.
Estaba en el baño cepillándose los dientes. Se había despertado bastante tarde y se dió cuenta que los demás todavía no se habían despertado.
Cuando no tenían horarios, tomaban todo el tiempo para descansar. Jisung estaba bastante distraído que no se dió cuenta cuando unos largos brazos pasaron por su cintura y una barbilla se apoyó en su hombro.
—Buenos días —dijo Hyunjin de forma somnolienta. Jisung se sobresaltó al comienzo pero luego le brindó una sonrisa. Escupió en el lavabo.
—Buenos días.
—Dormí como un bebé —dijo Hyunjin. Jisung sintió que Hyunjin enterró su rostro en su hombro. Su suave cabello castaño le hacía cosquillas.
—También. Era hora de un descanso —respondió Jisung. Sintió que los suaves labios de Hyunjin se presionaron en su mejilla. Jisung sintió que sus orejas ardían.
—Apúrate, jagi. Tenemos que desayunar.
Jisung sintió que su corazón colapsaba cuando escuchó aquella dulce palabra en la voz de Hyunjin.
¿Esto iba a ser algo común? Porque sí, Jisung estaba más que feliz de hacerlo.
—Voy, jagi.
La sonrisa que iluminó el rostro de Hyunjin, hizo brillar su mañana.
.
La terapia no era algo nuevo para Hyunjin. No es que la odiara pero tampoco le tenía mucho aprecio.
Era creer que había algo mal con él, aunque no fuera por su propia causa. Era recordar todo lo que había sufrido a mano de los aprendices esos. Era darse cuenta que no era el culpable pero aún así sentirse mal por no serlo.
La única ventaja de la terapia era que podía expresarse de la mejor forma con su terapeuta.
Para ser Corea del Sur, su terapeuta tenía la mente abierta y conocía que Hyunjin era gay. Ella había estado al pendiente de Jisung desde lo que le pasó antes hasta ahora.
Ella conocía su amor por Jisung. Así que el que ella le recordara que lo que sentía estaba bien, que no tenía nada que ver con qué Jisung hubiera revelado lo que sentía, le hacía paz a su alma.
—¿Crees que te hubiera afectado de la misma forma si hubiera sido otro de tus compañeros? —preguntó la terapeuta. Hyunjin hizo una mueca.
—En realidad no sabría responder —dijo Hyunjin —. Se que me afectó muchísimo que fuera Jisung porque, además que él vio como fui tratado por ser quien era (aunque en realidad no lo sabía), estoy enamorado de él.
—¿Y si te le hubieras confesado y él te hubiera rechazado?
—Es diferente un "eres mi amigo, solo te veo como eso." , a un "te voy a golpear porque eres gay y no me gusta eso.".
—Exacto. Y si sabes que él no te golpeó por ser gay ¿No?
—Lo sé. Jisung a veces no sabe cómo expresarse de forma correcta —Hyunjin soltó una risita—. A veces se deja llevar demasiado por sus emociones. Pero nunca reacciona de esa forma, siempre es lindo, haciendo puchero, siendo pegajoso. Supongo que no sabía cómo lidiar con su enamoramiento.
—¿Si te das cuenta que posiblemente también lidiaba con la homofobia internalizada y el temor de amar a alguien del mismo grupo? —Hyunjin miró a su terapeuta abriendo la boca un poco—. Me dijiste que te dijo que te despreciaba durante su época de trainees porque le gustabas. ¿Te das cuenta que es su forma de lidiar con su lucha interna contra su sexualidad? No es tu culpa, tampoco de él. Él también está luchando cuando tú aceptaste lo que eras hace años, aunque te cueste demostrarlo por lo que sufriste.
—¿Entonces qué puedo hacer por él?
—Dejalo fluir, háblale y muestrale que no debe temer de quién es. Ese es su mayor miedo. No hay nada que una buena conversación no pueda solucionar.
.
Decir que no cambiaría y hacerlo eran cosas diferentes. Trataba de comportarse de la mejor manera con Hyunjin, siempre amable, siempre amoroso, pero definitivamente era muy difícil sabiendo lo que sabía.
Habiendo probado aquellos suaves labios. Recordar las manos suaves de Hyunjin en él y sus lindos sonidos cuando estaba siendo estimulado.
Hyunjin si no había cambiado, seguía igual de pegajoso, colocando su cabeza en el hombro de Jisung o tomándolo de la mano mientras estaban en el sofá viendo alguna película.
Él mismo le había dicho a Chan de ir a terapia, lo que Jisung consideró un acto de valentía.
"Quiero estar bien, así tal vez me creas de que en verdad me gustas." Eso había dicho Hyunjin a Jisung. El problema no es que Jisung no le creyera a Hyunjin por él. Sino por el mismo Jisung. Para él le era difícil creer que una hermosa criatura como Hyunjin lo quisiera.
Le era difícil aceptar que él mismo estaba enamorado de Hyunjin, aún creyendo que estaba mal.
Le parecía irreal creer que Hyunjin podría llegar a ser suyo alguna vez.
—¿Estás bien? —preguntó Hyunjin sacándolo de sus pensamientos. Ambos estaban recostados en el sofá viendo una película, Hyunjin acurrucado en Jisung como si fuera realmente pequeño, la mano de Jisung había estado acariciando el cuero cabelludo de Hyunjin pero se había detenido.
—Lo estoy —respondió—. Solo pensaba.
—Que miedo ¿Tú estás pensando? —rió Hyunjin lo que provocó que Jisung también soltara una risita. Apretó la cintura del chico más alto y apoyó su barbilla en su hombro.
—Cariño... —llamó Jisung llenándose de valor. Hyunjin se tensó un poco. Sintió que sus mejillas y orejas ardían ante el apodo cariñoso. Aun pensando en la pregunta que estaba a punto de hacer que podría cambiar completamente su relación, respiró profundo. Si no lo hacía ahora, que estaba lleno de valentía, no lo haría nunca— ¿Puedes besarme?
Sintió que el cuerpo de Hyunjin se derretía en sus brazos. El chico se soltó y se dió la vuelta más rápido de lo cual Jisung podría haber imaginado.
—Dios, pensé que jamás lo pedirías —susurró Hyunjin y tomó a Jisung de las mejillas. El beso fue suave y dulce, Jisung no era un experto pero sentía como si conociera la boca de Hyunjin con experiencia y no por haberlo besado solo una vez.
Fue tan delicioso para Jisung sentir que el cuerpo de Hyunjin temblaba en sus brazos de deseo mientras los besos aumentaban de intensidad. Jisung sintió que había un ligero sabor salado en los besos y cuando se separó, pudo ver las lágrimas rodando por las mejillas de Hyunjin.
Acarició el hermoso rostro, secando las lágrimas con el pulgar. Hyunjin tomó la mano de Jisung que estaba en su mejilla y giró un poco su rostro para besarle la palma.
Jisung sintió que su corazón colapsó.
—¿Por qué lloras? —preguntó Jisung, temeroso de haber lastimado a Hyunjin.
—¿Sabes cuál es el concepto que yo tengo de amor? —preguntó Hyunjin. Jisung negó, Hyunjin le brindó una sonrisa mientras besaba el pulgar de Jisung—. Vida —Jisung enarcó una ceja, Hyunjin se soltó y acercó su rostro al de Jisung comenzando a repartir pequeños besos—, ilusión, luz, mariposas —soltó una risita mientras besaba el lunar en la mejilla—, ojos brillantes, sonrisas adorables —entrelazaron sus dedos, Hyunjin acarició con su nariz el cuello de Jisung—. Calor, pasión, placer —Jisung soltó un pequeño quejido.
Hyunjin soltó una risita separándose, rozando su nariz con la de Jisung.
—Tantas cosas mezcladas que, aunque no me creas, siento por ti.
—Hyun... —gimió Jisung antes de volver a tomar el rostro de Hyunjin y besarlo fuertemente. Hyunjin soltó una risita en el beso y apretó sus brazos en torno al cuello de Jisung.
Jisung metió su mano dentro de la camisa de Hyunjin y acarició su columna vertebral provocando un temblor en el chico. Se subió en las piernas de Jisung y éste, harto de la incomodidad del sofá, cargó a Hyunjin aún disfrutando sus besos.
—A mi habitación —gruñó, llevando al chico directo a su cama. Hyunjin soltó un ruido de placer cuando los dientes de Jisung se engancharon en su cuello.
Jisung nunca creyó que escucharía tanto los suaves y deliciosos ruiditos de Hyunjin. Siempre quiso hacerlo, siempre quiso escucharlos cuando se los imaginaba en sus sueños.
Jisung sacó la camiseta de Hyunjin y besó suavemente el pecho del chico. Sentía que así se debía tratar a Hyunjin: con delicadeza y suavidad. Cómo si fuera porcelana que pudiera romperse.
—Jisung... ah... —gimió Hyunjin arqueando su espalda cuando los besos de Jisung llegaron hasta su ombligo. Jisung miró a Hyunjin, esperando su aprobación, cuando el chico asintió Jisung soltó el boton con delicadeza. botón.
Dudó, sin embargo el quejido de Hyunjin le hizo enganchar los dedos en el pantalón de Hyunjin y bajarlo.
—Sungie... —gimió Hyunjin, era más como un lloriqueo que erizó los vellos de Jisung—. Sube, por favor.
Jisung obedeció, estaba dispuesto a obedecer todas y cada una de las cosas que dijera Hyunjin. Cuando sus rostros estuvieron a la par, el chico más alto soltó una risita provocando que Jisung también riera.
—Dios... Te amo tanto.
El corazón de Jisung se detuvo por un segundo.
Hyunjin enredó sus dedos en el pelo de Jisung y lo besó profundamente.
Era un beso suave, lleno de amor y cariño que solamente Hyunjin podía brindarle. Jisung sintió que se erizaba ante ese pensamiento.
Hyunjin le quería.
Hyunjin le amaba.
No había más nada en su cabeza que esa palabra. No importaba que ambos estuvieran semidesnudos, no importaba nada más que los labios de Hyunjin sobre los suyos, más nada que el amor que se brindaban los dos.
Más nada.
No más malos sueños.
No más malos recuerdos.
Solo amor.
Nota: Escribí este fic para un intercambio en ao3 en inglés y nunca lo subí en español.
Aquí se los subo, disfrutenlo.
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