Capítulo 7.- Sospecha.
A pesar de solo haber convivido pocos días con ellos, Luis ya comenzaba a pensar muchas cosas.
La forma en la que Héctor habla de él, las miradas que se lanzan, lo piropos que ha escuchado que Ernesto le dedica Héctor. Ellos son demaciado unidos como para ser solo amigos.
Y para el si sonaba extraño ¿Dos hombres cómo pareja? Si sabía de la homosexualidad pero nunca pensó que la tendría tan cerca.
Ser homosexual es algo muy grave, pueden meterte a prisión quién sabe cuantos años solo por eso, así que si sus sospechas eran ciertas tenía que hablar con Héctor.
Pero ahí estaba el detalle, aún eran sospechas.
Hace poco Ernesto y Héctor habían llegado de la plaza, muy contentos y juntitos, en serio, si ellos resultaban ser jotos, pues lo disimulan bastante mal.
Platicaron un poco, cenaron y cada quien se fue a sus repectivos cuartos. A Luis le ganó tanto la curiosidad que no pasaron ni 5 minutos para que fuera de chismoso a poner su oido a la puerta.
-E-espera Ernesto, no ahora, no aqui.
-Shhhh...no te preocupes, no nos escuchará, tu solamente no pienses en eso.
Luis rapidamente abrió la puerta para evitar que su primo cometiera un pecado.
-¡¡¡Alto!!!
Su sorpresa fue grande cuando encontró a Ernesto y Héctor con guitarras en mano listos para tocar.
Un silencio incómodo invadio la habitación, ¿y cómo no?, si el wey pensó que su primo cogería con Ernesto.
-Em, Luis, se puede saber...¡¡¡¿POR QUÉ CHINGADOS NOS ESTAS ESPIANDO?!!!
-¡No es lo que tu piensas!...bueno si, pero ¿Exactamente por qué iban a tocar a estas horas de la noche?
-Aburrimiento ¿Y tu por qué nos espías?
-Aburrimiento.- Dijo Luis mientras intentaba aguantarse la risa. Héctor casi se levanta a madrearlo pero Ernesto lo paró.
-Ya, paren de pelear, no vamos armar una bronca por una cosa así. Tu no debiste espíarnos y tu no debes reaccionar así.
Luis se levantó y se retiró, debia admitirlo, fue inrespetuoso de su parte espíarlos, debia disculparse por pensar cosas tan feas de ellos...
-¿Ya se fue tu primo?
-Creo que si.
-Suerte que no haciamos nada...aún.
-Y no lo haremos.
-Ah, ¿Por qué?
-Es muy arriesgado y Luis podría volver.
-Dame solo un besito entonces mi amor.
-...Ernesto, no lo haré. Te conosco muy bien, cuando dices "dame un besito entonces mi amor" lo que realmente quieres decir es "te voy a besar y toquetiar haber si sueltas las nalgas".
-...Verga wey.
***
Eran las 9 de la mañana y los tres hombres se encontraban desayunando. Ninguno hablaba, era un silencio algo incómodo hasta que Luis lo soltó.
-Héctor...- Suspiró y siguió hablando.- Mis disculpas. Yo no debí pensar esas cosas tan horribles de ti, yo creí que tu, ustedes estaban, ay, no existen palabras para lo que pensé.
Ernesto y Héctor se miraron con preocupación y luego voltearon a ver a Luis, y ahí entendió lo inmiente.
-Primo Luis yo...
-N-No, esto no puede, no, ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?
-Tranquilizate Luis, no es pa' tanto.
-¡¿No es para tanto?! ¡¡¡Eres homosexual por Dios!!! ¡¡¡¿CÓMO NO VA A HACER PARA TANTO?!!!
-¡Ey! ¡Con Héctor no te metas!
-¡¡¡Tu callate maldito infeliz!!! ¿Cómo te atreves a hablar? De dejé estar en mi casa a pesar de lo insoportable que eras, te di disculpas y mi confianza ¡¡¡Y ASÍ ME LO PAGAS!!!
Entonces Ernesto lanzó el primer golpe.
***
Ahora estaba en el recividor; raspones, moretones, contusiones y demás se encontraban en el cuerpo de los tres. Héctor y Ernesto se sentaron en el sofá que estaba en frente de el de Luis.
Ningúno se hablaba
Ningúno se miraba
Nínguno parecía arrepentirse de lo que había hecho
Hasta que...
-Primo Héctor...
-...¿Qué?
-¿Tu amas a Ernesto?
-Con todo mi corazón. Solo quiero que sepas que me vale mil hectáreas de verga que tu no creas que sea correcto, me puedo largar de tu casa, todo lo que quieras pero dejar a mi Ernesto jamás.- Héctor habló con seriedad y determinación, mirando a los ojos a Luis, el mencionado tragó salíva y comenzó a hablar.
-Primo, nos conocemos desde niños, eres muy buen hombre y tus decisiones suelen ser correctas. Si amas a Ernesto no te acusaré, solo...no hagan sus cosas en mi casa.
-¿En serio?
Luis pensó un poco, suspiro y dijo:
-Si, pues como dirías tu "barrio no asalta a barrio"
-Chingón ¿Oites eso Ernesto? "El padrecito" de la familia nos aceptó.
-Jajaja, muy gracioso.- Dijo Luis con sarcasmo. Después de eso se fueron a curar.
Ese día Ernesto y Héctor se dieron un descanso de la cantada, primero porque lo necesitaban, segundo les dolía todo el cuerpo.
Y claro que era necesario descansar...
Mañana será un gran día.
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Hola, aquí Sombra desde la comodidad de su sofá...
Quiero aclarar que no se escribir lemon ¿Me creerían si les digo que me e ledido solo 3 lemons completos? Y en todos me reía como foca epileptica :v
Así que será algo entrecortado, mañana se subirá el siguiente capítulo.
Y los dejo con un pequeño blooper de cuando escribía el capítulo :v
Hasta la próxima :3
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