Capítulo 30: Llueve
― Menudo desastre...
Prim sonrió al mismo tiempo que emitía un pequeño suspiro resignado. Las gotas de lluvia caían poco a poco sobre la tierra ya mojada. Y aunque hacía más de media hora que había comenzado a lloviznar, ninguno quiso moverse del prado.
― Mis padres ya se han enterado ―informó con cierto tono de humor.
― ¿Y cómo se lo han tomado? ―preguntó Finnick con una sonrisa torcida.
― Se han pasado el día discutiendo sobre ello, y luego mi padre ha decidido ir a visitar a Katniss, para ver cómo estaba.
Finnick miró al frente cómo las gotas suaves de lluvia cubrían las hojas de los árboles. Estas caían al suelo formando charcos reflectantes a causa de la luz gris del día.
― ¿Y tu madre? ―se interesó Prim. Finnick dejó escapar una risa sincera.
― A mi madre ya no sé ni por dónde cogerla. ―Ante la mirada interrogante de la joven, Finnick intentó explicarse―. Dice que se siente orgullosa de mí. Porque piensa que tengo buen corazón al querer ayudar a alguien que podría haber odiado de entrada. Por lo de mi padre... ya sabes.
― Finn ―exclamó Prim con una carcajada―. Tienes buen corazón. No has querido hacer daño a Sofi, y eso te honra. A pesar de las veces que te has equivocado...
― ¡Oye! ―se quejó dándole un pequeño toque en el hombro―. Te había quedado muy bien hasta la parte en la que me equivoco.
― Bueno, visto lo visto... ―lo provocó, a lo que se ganó otro toque por parte de él―. ¡Vale, vale! No ha ido todo tan mal. Solo que se ha descubierto el pastel cuando no debía pasar. Pero para variar eso no fue culpa tuya.
Finnick se volvió por completo hacia ella y la miró enarcando una ceja acusatoria.
― Vaya, muchas gracias. ¿Debo suponer que todo lo demás sí ha sido mi culpa? ―Prim pareció pensarlo.
― Bueno... ―murmuró alargando la "e" más de la cuenta. Finnick puso los ojos en blanco―. Y... ¿Qué tal está Sofi?
Era curioso. Antes de que todo esto sucediera, Prim jamás habría imaginado que llegaría a preocuparse por el estado de Sofía. Es más, le habría encantado que desapareciera por completo de sus vidas. Pero las cosas no habían ido así, y a pesar de todo, Sofi se había convertido en alguien importante y relevante en sus vidas. Y por extraño que eso pudiera parecer, Prim se alegraba de ello. Aunque claro, después de lo sucedido ya no tenía tan claro que volvieran a ver por la Veta a Sofi.
―Ayer hablé con ella ―la informó―. Me preguntó si había visto a Luca. Se ve que el muy inconsciente nos siguió hasta aquí. Lo he estado buscando, pero creo que ya se ha marchado.
― ¿Luca nos siguió?
― Ali... ―murmuró―. Me parece que este secreto ha hecho daño a más gente de la que esperábamos Sofi y yo en un principio. Sabíamos que afectaría a Kantiss, Peeta, a mi madre y a tus padres, pero jamás creí que Luca llegaría a sufrir ningún daño. Sofi quería protegerlo del pasado desde que sus padres murieron, y ellos lo hicieron desde que él era pequeño. Es tan injusto que le haya salpicado algo que con tan ahínco querían evitar la gente que lo quiere.
Prim suspiró y miró el paisaje mojado con tristeza. Era cierto. Y no solo Luca, también Alison había acarreado con las consecuencias de algo que había sucedido antes de que naciera. Con ambas manos cubrió todavía más su cabeza con la capucha de su chaqueta y se tumbó sobre el césped mojado cerrando los ojos para que las gotas de lluvia no entraran en ellos.
― Es extraño el modo en que han ido las cosas. Primero llegas con Sofi como tu novia, luego la liamos con lo del supuesto embarazo. Alison y Luca se conocen, e increíblemente las cosas se complican todavía más. Apuesto a que viste venir lo que iba a suceder cuando viste las intenciones de Luca.
― En realidad no. Es un chico un poco alocado, nunca se había tomado nada en serio. Le gustaba divertirse, salir de fiesta. Creo que nunca lo había visto ir en serio con ninguna chica. Así que pensé que jamás tendríamos problemas de este tipo con él ―confesó. Prim sonrió a su pesar.
― Pero es bonito... ―murmuró―. Es decir, es complicado que precisamente Luca, el nieto del ex presidente Snow, se haya fijado en Alison, la hija de los populares trágicos amantes del 12. Pero también tiene su parte curiosa. Como si el pasado intentara reconciliarse con el presente para poder crear un futuro.
Finnick la observó con atención meditando sus palabras. Y con un tono exagerado, se puso una mano sobre el corazón y dejó escapar un sonoro suspiro.
― ¡Oh! ¡Eso me ha llegado! ―exclamó exageradamente―. Ha sido muy profundo, muy filosófico.
Prim se incorporó un poco y lo miró únicamente con un ojo.
― Me ha quedado bien, ¿a que sí? ―bromeó.
― ¡Sin duda!
Prim volvió a echarse sobre la hierba dejando escapar unas cuantas carcajadas en el proceso. Finnick la observó reír sin poder evitar contagiarse también.
― Hacía mucho tiempo que no hacíamos esto... ―murmuró. Prim no se movió, pero sus labios dejaron de esbozar una sonrisa.
― ¿Hablar?
― Últimamente solo discutíamos. Nos enfadábamos... ―murmuró―. Hacía tiempo que no nos comportábamos como... amigos.
Prim contrajo un poco el gesto.
― Ya... Supongo que saber algo que nadie más sabía, un secreto, nos ha... unido... ―aclaró. Sin embargo, instantes después volvió a incorporarse―. Será mejor que volvamos. Empieza a llover demasiado.
No era cierto. Llovía lo mismo. Y aunque así fuese ya estaban totalmente empapados. Por lo que Finnick se preguntó a qué venía aquello. ¿Por qué intentaba huir de nuevo? Así que sin pensarlo mucho, situó ambos brazos a lado y lado de su cintura obligándola a tumbarse de nuevo.
― ¿Qué haces? ―preguntó con el ceño fruncido.
Finnick estaba delante de ella, encima. Su cabello más oscurecido por la lluvia caía sobre su rostro, y solo sus ojos azules, ahora con tonos grisáceos a causa del clima, se vislumbraban a través de la cortina de su cabello.
― Estabas huyendo de nuevo ―apuntó.
― No estaba huyendo.
― Claro que sí. No llueve más, y estamos tan mojados que aunque cayera un chaparrón ya no importaría. ―Prim se sonrojó levemente―. ¿De qué tienes miedo?
― No tengo miedo.
― ¿Entonces qué ocurre? ―preguntó apoyándose sobre los codos para ponerse cómodo. Prim evitó mirarlo.
― Solo digo que... bueno, ya está todo suficientemente complicado como para que estemos aquí perdiendo el tiempo. Debería ir a hablar con Alison, intentar arreglar las cosas.
Finnick se rió un poco, un suave siseo que vibró sobre su mejilla. ¿Tan cerca estaba?
― Así que estamos perdiendo el tiempo... ―apuntó―. No me lo trago.
― ¿Qué? ―murmuró volviéndose un poco para mirarlo a los ojos asombrada. Sin embargo, volvió a apartar la vista. Si se ponía de frente, sus labios se rozarían... Y no estaba segura de que fuera el momento.
― No tiene nada que ver con lo que ha sucedido. Ni con Alison, ni con Luca, ni con Sofi... Bueno, tal vez con Sofi un poco.
― Oye... no lo estropeemos. Estábamos muy bien hablando como amigos. Como siempre. Enterremos el hacha de guerra ―sugirió. Finnick torció el gesto.
― Así que como siempre, como amigos. ―puntualizó.
― Eso has dicho tú ―le reprochó. Ante lo que Finnick abrió los ojos de par en par.
― ¿Que yo he dicho qué? ―exclamó con asombro.
― ¡No me vengas con esas, Finn! Ahora no te hagas el desentendido. ¡Tú lo has dicho, no yo! ―Finnick frunció el ceño.
― Yo no he dicho que quiera ser tu amigo ―puntualizó.
― Has dicho que hacía tiempo que no nos comportábamos como amigos. Eso quiere decir como siempre. Solo intentaba recordarte que a pesar de hoy, sigo enfadada. Así que nada de como siempre.
Prim había olvidado ya que estaban cerca, y también que no debía mirar al frente. Empezaban a discutir... otra vez.
― Así que sigues enfadada. Sigues dispuesta a discutir conmigo. ¿A qué viene esto, Prim? Estábamos bien, lo habíamos arreglado, ¿no?
―No hemos arreglado nada. No hemos hablado nada ―murmuró enfurruñada.
― No hemos tenido tiempo, con todo lo que ha pasado. ¿Estas enfadada por eso? ¿Por qué no hemos hablado? ¿De qué más tengo que disculparme? ―Pero Prim seguí con morros. ¿A qué venía esa conducta? No lo entendía―. ¡Oh, vamos! ¿De qué estas enfadada realmente, Prim? ¿De qué te he dicho que estábamos comportándonos como siempre, como amigos, o porque no he terminado de confesarte que estoy enamorado de ti?
Prim se giró con los ojos extremadamente abiertos. Eso había llegado de sorpresa. Y los ojos azules de Finnick, justo delante de ella, contrastaban todavía más con el leve sonrojo que se había instalado en sus mejillas.
― Nunca me lo has dicho. Y si me dices que estábamos hablando como siempre... ¿Qué quieres que piense? No habíamos vuelto a hablar. Creía que ya no te importaba, que lo habías olvidado. O que pensabas que no querías más problemas, que estabas cansado de mí... Tal vez que necesitabas un descanso, que...
― Te quiero ―la interrumpió. Prim dejó de hablar al instante―. Debería habértelo dicho hace mucho tiempo. Siento ser tan lento ―puntualizó con seriedad.
Prim lo observó unos instantes en silencio. Un pequeño charco se había formado alrededor de su silueta en el suelo, empapando todavía más sus ropas. Nada importaba. No en ese instante.
― Finn... ―murmuró sin apenas voz. Finnick sonrió, tal vez esperando que ella dijera algo más. No lo hizo. Por el contrario, se mordió el labio y lo miró con inquietud―. ¿A qué esperas?
― ¿Qué? ―dijo desconcertado.
― Finn... ¿Llevas desde que apareció Sofi besándome sin mi permiso, y ahora vas a esperar? ―Ante la cara desconcertada de él, Prim sonrió―. Bésame ―apuntó como si estuviera diciéndole la respuesta a una pregunta. Finnick la miró asombrado.
― ¿Eso significa que también me quieres? ―Prim empezó a reír como respuesta y rodeó su cuello con los brazos para acercarlo a ella.
― ¡Por una vez voy a darte la razón, eres muy lento! ―exclamó―. Claro que te quiero, tonto. ¿Crees que habría esperado tanto si no te quisiera? ¡Me tiraste un pastel encima! ―le recordó.
― Lo que me recuerda que deberíamos repetir eso... ―puntualizó sobre sus labios―. Pero esta vez quiero recordar la noche entera. Así que nada de vino.
― Nada de vino... ―consiguió decir antes de que sus labios la aprisionaran contra la mojada hierba.
Alison observó a Johanna comerse un pastel de fresas que acababa de terminar como si le fuera la vida en ello. Había ido a la cocina para poder distraerse un poco, pero de nada había servido. Su mente no paraba de recordar una y otra vez el beso que Luca le había dado. El último. Todavía lo veía salir por la ventana sin mirar ni una sola vez hacia atrás. Si lo hubiese hecho, tal vez se habría reído de ella. Pues no había podido contener las lágrimas.
― Está de muerte ―murmuró Johanna con la boca llena. La pobre había entrado en busca de algo para comer. Desde el embarazo, que después de todo lo que había sucedido había quedado muy olvidado, la mujer no paraba de comer fresas. Al parecer, era su principal antojo.
― Me alegra que mi aburrimiento de frutos positivos ―apuntó Alison con una sonrisa forzada. Johanna la miró un instante dejando de devorar el pastel.
― Alis... Sobre lo que ha sucedido...
― No te preocupes. Todo está bien. Tarde o temprano tenía que salir a la luz ―se apresuró a decir antes de que añadiera algo que no supiera cómo contestar.
― Alis ―insistió―. Tienes que entender que Snow nos hizo cosas horribles a tus padres y a mí. Es algo que no se supera nunca. Seguramente, a muchos de nosotros deberían encerrarnos. En otros tiempos, Annie habría sido la candidata perfecta para ser internada. Pero solucionamos las cosas de otro modo. Intentamos avanzar, recuperarnos. Pero hay heridas que no sanarán nunca ―explicó dejando el tenedor encima del plato con cuidado―. Eres joven. Tienes que comprender...
― ¡Sé perfectamente todo esto, Johann! ―exclamó perdiendo momentáneamente los nervios―. Sé que mis padres lo pasaron mal, que no dejaran de pasarlo mal nunca. Sé que no tengo derecho a pedirles algo así. Por eso estoy aguantándome, intento no decir nada para que no se sientan mal. ¿Qué más quieres que haga?
― Sonreír un poco... Se te ve triste ―murmuró con pena.
― ¿Triste? ¿Quieres que sonría? Puedo aguantarme, puedo renunciar a ir al capitolio el resto de mi vida, puedo dejar de ver a Sofi y a Luca. Puedo apartarme de todo esto sin mirar atrás. Pero no me pidas que sonría ―le dijo con la voz acongojada―. Porque no puedo hacerlo.
― ¿Por Luca? ―se atrevió a preguntar. Alison se apoyó sobre la encimera. No sabía por qué estaba tan furiosa, pero lo estaba.
― ¿Qué culpa tiene él? ―se atrevió a preguntar a media voz―. ¿Qué culpa tiene Luca de lo que hizo Snow, Johanna?
― Ninguna... pero ¿qué culpa tienen tus padres de sufrir pesadillas? Nadie tiene la culpa, pero las cosas son así. ―Alison miró hacia la ventana, la lluvia formaba una cortina e impedía que viera más allá del cristal.
― Exacto. Las cosas son así. Nadie tiene la culpa de que Luca esté emparentado con Snow. Tampoco yo tengo la culpa de que mis padres sean quienes son. Tampoco nadie tiene la culpa de que ellos sufran pesadillas. Pero así es ―puntualizó volviéndose hacia Johanna―. Así que si nadie tiene la culpa de todo esto, tampoco yo la tengo de estar triste y no poder sonreír.
― Alison... no te pongas así. No quería...
― No importa. Ya nada importa. Nadie tiene la culpa de nada, pero quien sufre las consecuencias somos los que menos culpa tenemos. ―Dejó el trapo que había estado sujetando con las manos con fuerza sobre la mesa―. Intentaré sonreír esta noche.
La concina volvió a sumirse en un incómodo silencio mientras la joven salía como una exhalación. Johanna la miró marcharse sin decir nada. Esta noche... Hacía tiempo que no se reunían todos, Finnick estaba allí, así que sería como siempre.
No, comprendió Johanna, como siempre no. Habían perdido algo realmente importante; la alegría de la pequeña, no tan pequeña, Alison. Y mucho se temía que el único modo de que regresara era enterrando un pasado que no sabía si podrían llegar a enterrar algún día...
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Hola!! ^^ Por fin subo otro! A ver si ahora que está terminando pongo los que quedan más seguidos U.U ¡¡Tengo previsto terminarla esta semana!! jeje Así que quedan, a lo sumo, dos o tres capitulos. O dos y el epílogo. ^^
Como veis, algo ya se ha arreglado, lo que nos lleva dando dolor de cabeza desde el principio XD Así que solo falta el final, la parte de Alison y Luca y la superación del pasado... o no :S Quien sabe!
En fin! Gracias a todos los que siguen la historia. También los que han pregutnado por ella a pesar de que mi cabeza loca se ha olvidado un poco XD Gracias a todos, de verdad!! ^^
¡¡Besos!!!
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