Capítulo 25: Un secreto bien guardado
Clavó los ojos al suelo con la firme intención de mantenerlos allí durante todo el tiempo que fuera necesario. O posible. La tensión en el ambiente era palpable. Aunque minutos antes los gritos y el barullo habían invadido el pasillo, ahora el silencio sobrecogedor era todavía más molesto. Y eso que cuando vio a su padre abalanzarse sobre Finnick pensó que no podían empeorar las cosas. No es que hubiesen empeorado exactamente, pero estaba realmente confusa.
Todavía no podía creerse que le hubiese gritado que lo amaba de ese modo. Había sido una tonta, pero al parecer su reacción podía creérsela menos que sus propias palabras. La había besado, ¡y de qué modo! Entendía, más o menos, ―después de ese espectacular beso―, la reacción de su padre. Pero aquello había traído otra sorpresa, otra confesión.
≪ ¡Eso es lo que me importa! ¡Tanto que no supe lo enamorado que estaba de ella hasta que la cagué tanto que ya no tenía remedio!≫
Lo que Finnick había dicho era exactamente lo que ella había sentido pero a la inversa. También había estado frustrada por lo que sentía por él, pero no porque no sabía lo que le ocurría, sino porque creía saberlo y se negaba a sentir algo así. Sin embargo, eso explicaba por qué se había comportado de ese modo durante todos esos años. Eso explicaba por qué discutía con ella. ¿Realmente se había marchado del 12 por su culpa? ¿Para evitar... acostarse con ella? Entonces, ¿de qué había servido si al final lo había hecho de todos modos? ¿Por qué hacerla daño marchándose si luego iba a dañarla exactamente del modo que pretendía evitar desde el principio?
― ¿Te marchaste al 12 por eso? ―se decidió por preguntar al fin. Supo que Finnick había alzado la mirada aunque no lo estaba observando directamente. Podía sentir sus penetrantes ojos azules encima de ella. Tan intensos como siempre.
― En gran parte... ―confesó. Prim alzó la cabeza.
― ¿Me estás diciendo... que te peleabas conmigo, te marchaste al 12 y dejaste de ser mi amigo solo porque creías que me deseabas y me dañarías con tus sentimientos?
Dicho así, pensó, no sonaba del todo bien.
― Prim, te deseaba, no es que lo creyese, es que era así. Y aún lo hago.
Prim contuvo el aliento unos instantes. No era la primera vez que Finnick le decía eso. Sabía que la deseaba, pero apenas hacía unos minutos había confesado algo más. Algo que no le era en absoluto indiferente.
― ¿Por qué no me lo contaste? ―susurró―. ¿Por qué no hablaste conmigo? Éramos amigos, nos lo contábamos todo. Habría entendido que...
― ¿Qué habrías entendido exactamente, Prim? ―la cortó Finnick―. ¿Qué querías que te dijera? ―exclamó―. Oye, Prim. Nada, que desde hace un tiempo en lo único que puedo pensar es en lo bien que te quedan esos pantalones y lo mucho que deseo quitártelos para poder hacerte cosas que seguramente no sabes ni que existen. Por cierto, hoy hace un día estupendo, ¿no crees?
― No exageres ―exclamó Prim totalmente roja―. Sabes a lo que me refiero. Siempre hemos ido juntos, confiábamos el uno en el otro. ¿Y decidiste apartarte de mí para no hacerme daño? ¿Te das cuenta que apartándote de mi lado ya me lo hacías?
Finnick se revolvió el pelo con nerviosismo y exasperación.
― ¡No quería aprovecharme de ti! No era sólo no hacerte daño. Te habría perdido si hubieses descubierto esto de mí. Ni siquiera yo me entendía. Pensaba...
― Que solo era deseo ―lo interrumpió. Finnick se apoyó contra la pared con cansancio―. ¿Y pensaste que no me perderías tratándome como me has tratado?
― Pensaba que se me pasaría, y que entonces podría contártelo todo y reírnos de ello... ―confesó avergonzado. Prim dejó escapar una risa irónica sin mirarlo a los ojos.
― ¿Y Sofía?
Finnick alzó el rostro extrañado.
― ¿Qué quieres decir?
― ¿Qué hay de ella? ¿Qué significa para ti? ¿También es deseo? ¿La... querías?
Los ojos de Prim se mantuvieron apartados, fijos en un punto concreto evitando enfrentar a Finnick.
― Quería olvidarte, volver a sentir que eras solo... mi amiga ―sentenció. Prim alzó los ojos.
― ¿Pero por qué? ―gritó―. ¿Por qué tenías que hacerlo de ese modo? Ni siquiera intentaste averiguar si yo también...
― Claro que lo sabía, y eso era lo que más miedo me daba ―la interrumpió. Prim abrió los ojos de par en par.
― ¿Qué?
― A veces, cuando me mirabas, veía lo mismo que yo sentía. Pero también sabía que te arrepentirías si ocurría. Y entonces no solo sería nuestra relación la que se estropearía, también afectaría a nuestra familia. Así que buscaba excusas para pelearme contigo, para mantenerte alejada. Y me marché del 12 para evitarte tanto como fuera posible.
La mezcla de emociones había saturado por completo a Prim.
― Y Sofía...
― Sofía era una chica guapa, inteligente y atractiva. Me atraía lo suficiente como para intentar olvidar lo que me hacías sentir ―dijo con el rostro contraído de angustia. Fuese lo que fuese lo que hubiera sentido entonces, lo estaba reviviendo ahora. Prim lo pudo ver en sus ojos.
― ¡Genial! ¿Y tuviste suerte? ―le espetó con enojo―. ¿Cuánto llevabas intentando distraerte con ella? ¿Lo hace mejor que yo o...?
Finnick se incorporó en la pared y le tapó la boca con una mano para evitar que siguiera acusándolo. Prim abrió los ojos de par en par, no había esperado esa reacción.
― ¡Y realmente creía que lo había conseguido...! Hasta que regresaba para las cenas familiares, y con cada pelea me daba cuenta de lo mucho que seguía... ―Prim logró zafarse de él de un manotazo y lo fulminó con la mirada.
― ¡Así que cambiaste tu táctica! ―gritó recordando lo que le había dicho esa noche. Una noche que todavía ahora tenía pequeños retazos de lo que había ocurrido―. Como no podías olvidarte de mí decidiste acostarte conmigo para remediarlo, ¿no?
― Yo también había bebido un poco de más esa noche. Y tú estabas como una cuba, así que...
― ¡Claro, eso lo soluciona todo! ¡Pues para que te enteres, no ha mejorado nada desde entonces! Podía lidiar con tus gritos, pero después de esa noche empecé a recordar que... ―pero se detuvo, y Finnick no estaba dispuesto a dejar las cosas así.
― ¿Empezaste a recordar qué? ―Prim apartó la mirada. No. De ninguna manera iba a volver a repetírselo.
Sin apenas darse cuenta se vio reculando hasta quedar apoyada contra la pared. Finnick sujetó su mentón con cuidado y le alzó el rostro con una delicadeza pasmosa. Los ojos grises de la joven se encontraron con los azules de él. Tenía una mirada decidida, llena de miedo y angustia. Necesitaba decírselo, pero también necesitaba que él repitiera lo que había dicho apenas hacía unos minutos. Y a pesar de todo lo que había pasado, Prim seguía teniendo miedo.
― Ya lo sabes ―murmuró al fin. Finnick sonrió.
― Quiero oírlo.
― Dilo tú ―contraatacó.
Finnick puso los ojos en blanco al ver la terquedad de la joven para, segundos después, acortar las distancias y besarla como tanto había necesitado. Prim apenas fue capaz de sorprenderse. Al instante rodeó su cuello con los brazos y lo abrazó con todas sus fuerzas sin dejar de besarlo. Estaban tan acostumbrados a discutir, que no podían mantener una conversación sin gritarse y echárselo todo en cara. Tenían demasiado que decirse, mucho que aclarar.
Finnck la apoyó contra la pared para seguir devorándola cuando una tos exagerada los interrumpió. Ambos se separaron sonrojados y la respiración acelerada y se volvieron hacia atrás.
― Siento la interrupción, pero el pasillo no es el mejor sitio para hacer eso ―apuntó―. Claro está, si no quieres regresar al Capitolio con una cara nueva, Finn.
Prim observó con el rostro encendido a Katniss, la cual acababa de doblar la esquina y los había encontrado en una situación... Bueno. Definitivamente tenía razón, tendrían que empezar a considerar otros sitios más discretos para darse el lote. Estaba claro que en medio de un pasillo no era el lugar indicado.
― Estaba buscando a mi hija. Prim, si la encuentras, dile que quiero hablar con ella.
Y sin añadir nada más pasó por su lado y se alejó por el pasillo. Definitivamente, pensó Prim al recordar a Alison, Katniss no era la única que quería hablar con ella. Esa niña también le debía a ella una explicación.
― Luca se va a meter en un buen lio... ―murmuró Finnick mirando por donde se había alejado la madre de Alison.
― ¿Por qué lo dices? ―dijo Prim extrañada―. ¿Por Alison? ―Finnick se volvió hacia ella completamente serio.
― Creo que la razón principal por la que se ha liado todo esto es por los secretos que he tenido que ocultarte. A ti y a todos ―sentenció―. Pero no quiero volver a ver esa mirada de duda en tus ojos, Prim... Quiero que confíes en mí. Aunque muy a mi pesar, para que confíes en mí... voy a tener que confiar yo antes en ti.
Prim tragó con fuerza y lo miró directamente. Tenía la sensación de que lo que iba a decirle era algo realmente importante. Y tal vez también difícil y complicado.
No se equivocaba en absoluto.
― Tengo que contarte una cosa.
***************
― ¿Lo dices en serio? ―preguntó Alison con incredulidad.
Después de un domingo realmente agitado, llegó el lunes. Las clases habían sido interminables, pero finalmente había llegado la tranquila y pacifica tarde del lunes. Una tarde que Alison pasaba haciendo deberes y Prim ayudándola con ellos.
Ambas se hallaban en el cuarto de Prim, y finalmente la conversación había derivado a una inevitable; lo sucedido el domingo.
― Iré el viernes ―corroboró la joven―. Es algo... complicado de explicar. Y prometí que no diría nada, lo siento Ali.
Alison agitó la mano y negó con la cabeza manteniendo la sonrisa en todo momento.
― No importa, Prim. Me alegra que lo hayáis arreglado ―dijo complacida. Aunque no duró mucho, pues Prim había agachado la cabeza y se mantuvo en un extraño e incómodo silencio―. Porque... lo habéis arreglado, ¿no? ―Prim no contestó―. ¡¿No?! Pero yo pensaba que...
― No lo sé, Ali ―la interrumpió―. Creo que sí... pero...
― ¿Pero?
― Creo que le dije que le amo... ―murmuró avergonzada. Alsion abrió los ojos de par en par.
― ¿¡Cómo?!
― Se me escapó. Y bueno, ya escuchaste lo que le dijo a mi padre...
― Para no escucharlo, ¡lo gritó! ―afirmó.
Prim se sonrojó un poco mientras pasaba páginas del libro que tenía delante sin prestarle atención. Definitivamente, ese había sido el fin de semana más completo que habían pasado en años. Antes solo había las típicas discusiones en mitad de las cenas, ahora...
― Y cuando nos fuimos... ¿no hablasteis? ―Prim suspiró.
― Hablamos. Y nos gritamos, y discutimos, y nos besamos, y...
― Lo de siempre, vamos ―la interrumpió. Prim la miró y sonrió con cinismo. Entonces, los ojos grises de la joven se abrieron de par en par al recordar algo importante.
― ¡Por cierto! ¿Y tú qué? ―Alison, la cual había dado un pequeño sorbido a la taza de té negro que se había servido para estudiar, dejó escapar una pequeña tos ahogada.
― ¿Yo qué?
― Luca ―dijo Prim son simpleza mientras esbozaba una sonrisa pícara―. Tienes mucho que contarme.
Alison desvió la mirada y se levantó del suelo donde estaban ambas sentadas cómodamente con el libro abierto y sendas tazas de té, uno negro y otro verde, sobre la madera. Miró por la ventaba con nerviosismo. La tarde empezaba a finalizar, y el sol había comenzado a ocultarse detrás de las montañas. Otro día más...
― Es que no termino de entenderlo. Pensaba que solo quería divertirse a mi costa, pero... ―se quejó―. No es exactamente cómo imaginaba que era...
― Te gusta. ―Alison se volvió totalmente roja y negó efusivamente con la cabeza.
― ¡No! No, es solo que todavía le debo ese maldito trato. Y parece que no quiere gastarlo. Se niega a pedírmelo y...
― ¿Pero, entonces, por qué ibas a besarlo en el suelo de la cocina ayer por la mañana? ―Alison volvió a sonrojarse, casi podía confundirse con el atardecer.
― Es lo que quería decirte. ¡Hace trampas! Me besa sin permiso, y como no me ha pedido el trato...
― Espera, espera ―la interrumpió―. ¿Te besa sin permiso? ¿Te ha besado ya a parte de lo que vi en la cocina? ―como respuesta, Alison se transformó en una bombilla brillante y roja.
Prim intentó contener la risa sin mucho resultado. Empezaba a resultarle muy interesante las reacciones de la joven. Y entonces se le ocurrió una idea que seguramente era una locura. Sin embargo, tal vez la forma desesperada que tenía Finnick de evitar el desastre no era el modo correcto. Tal vez no debía ocultarlo, sino descubrirlo de la mejor forma posible. Si querían arreglar realmente las cosas, si quería ayudar a Sofía, no podían seguir ocultándose.
― ¿Y si vienes conmigo al Capitolio el viernes? ―propuso. Alison se giró con los ojos abiertos como platos.
― ¿Cómo?
― Así le exiges el trato y no tiene que volver por aquí. Quieres que te deje tranquila de una vez, ¿no? ―inquirió―. No te gusta, entonces seguramente te molesta esta situación. Termina con ella.
― Ya pero... ―protestó Alison.
Prim se cruzó de brazos y piernas en el suelo y la miró alzando una ceja. Esperando su respuesta con una paciencia infinita. Alison la estudió detenidamente. Miró hacia las montañas y una firme determinación recorrió todo su cuerpo.
― ¿Sabes qué? ―dijo con una sonrisa decidida―. Tienes razón. ¡Iré contigo y terminaré con esto de una vez por todas!
Prim se levantó de golpe y le dio un pequeño golpe en la espalda con orgullo.
― ¡Esa es la Alison que conozco! ―Luego su sonrisa se apagó un poco y un recuerdo cruzó su cabeza como un relámpago. Esbozó una pequeña mueca y miró a Alison, la cual la observaba confusa―. Oh. Aunque... ¿Ya has hablado con tu madre?
Alison se volvió blanca al recordar a sus padres. Y se sentó de nuevo en el suelo.
― No...
No. Claro que no. El domingo había pasado tan deprisa y a la vez tan lento que cuando Alsion apareció de nuevo, completamente sola, Katniss apenas pudo preguntarle si estaba bien. Pues se había dormido prácticamente al instante.
Definitivamente, pensó Prim, no sería fácil lo que había pensado y sabía que sucedería tarde o tempano. Pues si tanto Peeta como Katniss no les hacía ninguna gracia que Luca estuviera interesado en Alison, sería peor cuando descubrieran quién era él en realidad.
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¿Qué os parece? :S Espero que os siga gustando ^^
El secreto está a punto de desvelarse, y no de una forma delicada como pretende Prim. Intentaré poner el siguiente tan pronto como pueda.
¡Mil gracias por todos los votos, lecturas y comentarios! ¡¡De verdad, mil gracias!! :D
¡¡Besos y abrazos!! ^^
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