III
"Experimentó la angustia y el dolor, pero jamás estuvo triste una mañana" Ernest Hemingway
Después de la "conversación" con Taehyung, Jungkook no tuvo otra salida más que acatar la orden del beta, pues no quería crearle una mala estadía mientras estuviera enseñando a su cachorro. Camino de vuelta al interior del palacio, el invierno estaba llegando y la nieve abrazaba suavemente su jardín. Pocas veces había visto a Seol jugar allí, como si fuese un explorador buscando mariposas y aunque quería ir con él, sabía que Taehyung se enfadaría más y no dudaría en irse, aunque fuese sin su autorización.
A Jungkook le gustaría devolver el tiempo, tal vez en el momento en que conoció al rubio, quien era muy inocente en ese entonces, de lo cual el azabache se aprovechó, solo que en aquel tiempo, Taehyung parecía tener una pequeña adoración por él, no solo le servía como trabajador del palacio, también lo complacía e incluso lo veneraba. Pero, el rubio de ahora era más discreto, no había forma de leerlo, se mantenía al margen y solo le dirigía miradas como cualquier otro plebeyo que le tuviera respeto, no amor y menos adoración.
Él y el rubio no habían intercambiado muchas palabras desde aquel día; sin embargo, Taehyung lo buscaba cuando tenía alguna duda acerca de Seok y sus gustos. El pelinegro intentaba acercarse y crear una conversación amena, no obstante, Taehyung siempre termina yéndose y durante la última semana, el pequeño Seol lo saludaba solo con reverencias para luego irse como un pollito detrás del rubio.
— Majestad, su omega lo está esperando en su oficina.— anuncia Seokjin, el cocinero y guardia real del palacio.
Jungkook, quien había estado mirando hacia el jardín, solo asiente para dar a entender que lo escucho. Evitando pensar demasiado, camina hacia su oficina, encontrando a Hyori envuelta en lágrimas, por lo que se acerca y pone una mano sobre su hombro, siendo este el contacto que han tenido durante los últimos cuatro años.
— ¿Qué sucede Hyori? ¿Alguien ha lastimado a Seok o a ti?.— Jungkook, quien no es una persona muy habladora, dirige su mirada a la ventana mientras pregunta.
— Mi padre está muy enfermo, Jungkook.— murmura la castaña, hipando en medio de las palabras.— Los medicamentos no están siendo efectivos y no hay nadie quien lo cuide en casa.
Eso de cierta manera preocupa un poco a Jungkook, aunque no se habla con el padre de Hyori, sabe que para ella es muy importante; no obstante, el viejo alfa no puede curarse fácilmente y aunque él ha tratado de conseguir los mejores curanderos para atender al señor Park, es practicamente inutil.
— ¿Qué harás entonces?.— pregunta, sabiendo que la omega ya tiene algo en mente.
— Supongo que iré a cuidarlo.— deduce.— Los dos sabemos que no tiene mucho tiempo de vida, por lo menos quiero despedirme de él.
Jungkook asiente, porque sabe que es la única solución, en sus manos no hay nada más por hacer y aunque quisiera despedirse del alfaPark, no puede dejar el reino tirado y menos cuando Taehyung está cerca a él. Pero, duda en sí dejarla ir sola, sabe que la omega es muy sensible.
— ¿Llevarás a Seok contigo?.— cuestiona, deseando que tal vez le diga que sí.
— No, es muy pequeño para entenderlo, en su lugar iré con Seokjin.— la castaña niega con la cabeza, secando las lágrimas que aún caen de sus ojos.— Hablaré con el tutor de Seok y le pagaré para que pueda cuidarlo.
— Puedo hacerlo yo, es mi hijo.
— No se si olvidas que tendrás una fiesta donde vendrán betas y sigmas para estar contigo; en tu celo.— replica la menor y niega con la cabeza mirándolo.— No quiero a mi hijo cerca de esa gente, Jungkook, mucho menos que Seok escuche algo que no debe. No dejes que cambie la imagen que tiene de ti.
Debería sentirse furioso y reclamarle, pero sabe que es verdad, su celo se acerca y debe ser atendido, ya que él y la omega no tienen más que una relación por el bien de su hijo, debe acudir a otras personas. Pero, algo más le preocupa y es con respecto a Taehyung, el rubio había sido claro, solo tendría contacto con Seok en clases, no más ni menos.
— Debes hablar con Taehyung, él también cuida de su sobrino y tener que cuidar a dos niños de cuatro años no es muy recomendable.
Hyori ríe por ello, contagiando un poco de esa risa a Jungkook.— Lo he visto hace unos días en el jardín. Es muy hermoso y cariñoso, incluso Seok estaba junto a él y su sobrino, creo que plantaban unas jazmines o algo así.— suspira dejando caer su cabeza hacia atrás.— Es mi única opción, mientras regreso.
Jungkook piensa un poco más las cosas. Porque sabe muy bien que Taehyung es testarudo y no aceptará fácilmente al menos de que haya algo a cambio. Quizás pueda ofrecerle un mejor trabajo una vez termine su servicio ahí o darle una propiedad y buena escolaridad a Seol.
— En ese caso tienes que hablar con él, Taehyung es algo complicado.— Jungkook se rasca la nuca y hace una mueca al ver la expresión de la omega.
— Eres tu quien complica las cosas, no creas que no se que sucede, sé quien es Taehyung porque me han contado.— asegura la menor, pasando la mano por el hombro del alfa.— No le compliques las cosas a ese pobre chico y tampoco dejes que te vea en tus andadas, por lo menos haz tus cosas en privado, es un consejo Jungkook.
El pelinegro deja salir un suspiro y se detiene a pensar en lo que Hyori le ha dicho. Él es el único que conoce la razón por la cual Taehyung se fue hace cuatro años, pero no es secreto del palacio quien había sido el rubio en ese entonces, fue su amante, el mismo que escapó dejándolo con muchas preguntas, pero incluso si Jungkook piensa con más detenimiento, es posible que lo haya extrañado en ese tiempo, por eso lo había buscado. Aunque todo lo de ellos fue solo sexual, Jungkook es consciente de los sentimientos que tenía el beta en aquel entonces.
— Bien.— exhala el pelinegro, resignado.— Antes de irte por favor habla con Taehyung y comunícame cualquier incomodidad por parte de él, trataré de reducir mi celo para que Seok también esté a mi cuidado.
Hyori asiente y se inclina para dejar un beso en la mejilla del alfa, sale junto a ella y se cruza por las ventanas exteriores del palacio la imagen de Taehyung, sonriendo a Seok y Seok, quienes al parecer tomaban la merienda en el jardín. Puede ver que los tres están vestidos con ropa de invierno y aunque no quiere admitirlo, su alfa piensa que el rubio se ve muy tierno envuelto en aquella manta mientras la nieve cae en su cabello rizado.
— También deberías hablar con él, Jungkook.— se acerca la omega, estirando su mano hasta tocar la mejilla del azabache y este hace lo mismo.
— Es algo complicado, dejamos de ser amigos hace mucho tiempo y tengo el presentimiento de que me odia.— sonríe con desgano al pronunciar lo último.
— No eres una mala persona, solo fuiste educado... como un alfa supremacista.
Jungkook dirige nuevamente la mirada hacia el ventanal, cruzándose con los ojos azules de Taehyung, quien aparta la mirada de él al instante. Suspira dejando un beso en la frente de Hyori y aunque ellos no se aman, hay cierto cariño amistoso por parte de los dos.
— ¡Maestro Taehyung, es usted muy hermoso!.— exclama Seok, entrando al pequeño cuarto de estudio.
El rubio se acerca al pequeño niño y acaricia sus cabellos, su mano cosquillea cuando el niño ríe haciendo vibrar todo su cuerpo. Seol entra por la puerta y se sienta en la esquina que Taehyung le ha asignado con la cabeza gacha.
— Tu tambien eres un niño muy bonito Seok.— devuelve el halago, mirando a su sobrino todavía.
Si el rubio no lo conociera diría que Seol es un niño callado, pero Taehyung lo conoce como la palma de su mano y sabe que su pequeño bebé tiene algo, lo cual hiere el corazón del rubio por no saber la razón. Intenta acercarse a su sobrino, pero la voz de Seok lo detiene.
— Mami.— grita el pequeño, llamando la atención del rubio.
Taehyung le da una última mirada a Seol y se acerca hasta donde se encuentra la omega. La observa con detenimiento y puede jurar que es una de las mujeres más hermosas que ha conocido. Hay unas visibles ojeras en sus ojos, pero eso no deja de lado la belleza que porta la mujer. El rubio fuerza una sonrisa y hace una reverencia.
— ¿Qué desea, mi reina?— pregunta, viendo el pequeño sonrojo de la omega.
— Hyori, solo dime Hyori.— responde, acercándose al rubio.— Yo... quisiera pedirte un favor, Taehyung. Se que no nos conocemos, pero eres al único al que puedo pedirle esto.
— Cuénteme Hyori, estoy a su servicio.
— Veras, mi padre está muy enfermo y debo ir a cuidarlo.— suspira, reteniendo las lágrimas que le impiden ver al rubio.— No puedo llevar a Seok conmigo porque es muy pequeño y no podre ponerle cuidado como es debido, por eso quisiera pedirte el favor para que lo cuides.
Taehyung dirige la mirada al niño, quien está hablando con su sobrino. Recuerda haber sido muy claro con Jungkook respecto a su hijo, solo era su tutor, nada más.
— Hyori, me siento muy honrado pero no puedo aceptar.— contesta apenado, mirando a la omega que se limpia las lagrimas.— Jungkook solo me ha designado a Seok como mi alumno.
— He hablado con Jungkook y aunque él es su padre, no puede cuidarlo los días que estaré ausente.— se excusa.— Se que no es de tu importancia, pero llegará su celo y su alfa no soporta los olores, sea de quien sea.
Taehyung se muerde el labio inferior, pensando en la propuesta. No sería tan malo cuidar a Seok, incluso podría adelantar sus lecciones para poder irse más rápido de allí. El rubio es una persona muy servicial, por eso asiente mirando a la omega una vez más.
— Solo no quiero tener a su majestad encima, es todo lo que pido a cambio.
— No debemos preocuparte por eso.— asegura la omega, cogiendo sus manos con confianza.— Solo quiero decirte Taehyung, que lo que haya sucedido con Jungkook en el pasado no es tu culpa, no le debes nada a él y de antemano me disculpo porque estés aquí enseñándole a mi hijo.
— No es nada Hyori, es para mi un placer servirle a la familia real.
La omega sale junto a su hijo, despidiéndose de Taehyung, quien les sonríe hasta que salen de su vista. Mira a su sobrino sentado aún en su lugar con la mirada gacha y coloreando algo. El rubio se acerca y se arrodilla para estar a la altura de Seol, pica su brazo llamando la atención del niño, quien voltea a verlo con sus ojitos aguados alarmando a Taehyung.
— ¿Qué sucede amor?— pregunta preocupado, aún más cuando el niño se lanza a sus brazos para llorar.
— No quiero que te vayas de mi lado papi.— hipa abrazando más fuerte al rubio, quien comienza a llorar también.— Prometo que me portaré bien y seré un niño bonito para ti, solo no te vayas como papá Hoseok.
Taehyung abraza al pequeño, dejando caer sus lágrimas mientras acaricia la cabellera negra y sedosa de su pequeño niño. Sabe que la muerte de su hermano Hoseok le afectó de sobremanera, aún cuando no sabe lo que realmente significa morir, Taehyung le dijo que Hoseok se había ido a buscar muchas mariposas para él y que tardaría mucho en regresar, prometiendo que su papá lo amaría toda la vida.
— Escucha bebé, eres lo más importante para mi, jamás me iré de tu lado Seol.— susurra en su pequeña oreja, dejando besitos.— Te amo mucho y eso nunca cambiará, tampoco quiero que seas un niño bueno, porque ya lo eres. No vuelvas a pensar que me iré, amor, porque a donde vaya Seol, su papi Taehyung también irá, para cuidarlo y amarlo.
El niño sale de su "escondite" y le sonríe al rubio.— Yo también quiero ser tu niño bonito, papi.
Entonces Taehyung comprende lo que pasa y se recrimina por dentro, sabe que Seol es un niño muy sensible, sobre todo cuando se trata de él. Acerca al pequeño dejando besitos en su frente mientras escucha su risa provocada por los besos.
— ¿Mi pequeño alfa estaba celoso? ¿Uh?— pregunta acercando las manos a la cara del niño para limpiar sus lagrimas.— Te amo mucho Seol, jamás dudes de ello.
— Yo también te amo papi.
Taehyung no sabe qué pasará hasta que se vaya de ese lugar para siempre pero de lo único que está seguro es que hará todo por proteger a Seol.
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