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ACTO I; HIM.

4 años después.

Taehyung despertó justo cuando escuchó la voz de su sobrino contra su oído. Su cabeza volteo a los costados por unos segundos observando al dulce niño, se sentó rápidamente y lo tomó entre sus brazos acariciando sus cabellos negros y suaves.

Amaba a Seol y pasar días de campo con el pequeño alegraban su corazón.

Peino al niño mirando a su alrededor. Se había quedado dormido mientras recolectaba algunas flores con Seol, algo que le preocupó cuando toda paz se alejó de su cuerpo.

Vio el sol en lo más alto del cielo y la brisa fresca la sintió sobre su rostro. Todo era tan tranquilo, que por un momento deseó seguir así junto al niño a su lado.

Encantado con el clima, se dirige hacia su pequeña casa con Seol en brazos, decidido a preparar el almuerzo, saluda a varios de sus vecinos mientras baja al pequeño, quien corre a jugar en el jardín de uno de sus amigos. Y Taehyung extiende su brazo izquierdo, dándole una señal a Seol que sabe bien lo que significa.

— He venido a preparar el almuerzo, Jimin.— habla en un tono alto y una mirada curiosa al escuchar algunos ruidos provenientes de la planta de arriba.

Taehyung, en medio del silencio comienza a tararear una canción que siempre canta junto a Seol mientras prepara el almuerzo para todos en aquella casa, pero se ve interrumpido cuando dos voces se acercan a él. Aunque reconoce una de las voces, la otra le trae algunos recuerdos del pasado, exactamente cuando servía al ahora rey.

A pesar de querer recordar de quién es la voz, rápidamente voltea a ver a su amigo rubio con una sonrisa y a un chico a su lado con una expresión seria. Todo en su cuerpo se tensa cuando el olor a sudor y sexo está impregnado en Jimin, aunque su sentido olfativo es algo débil, esta seguro de lo que su amigo estaba haciendo minutos antes.

— Buenas tardes, caballero.— saluda al castaño, con voz suave y un poco preocupada.— Estoy preparando el almuerzo, pronto podremos comer.

Jimin sonríe a modo de disculpa y se dirige al comedor junto a la otra persona.

Taehyung aprieta la cuchara cuando intenta servir la comida, todo su cuerpo está alerta. No puede distinguir muy bien que dice el bullicio de la gente afuera, por ende, ve a Seol acercarse a la casa, entrando rápidamente y abrazando a Taehyung. El rubio no es indiferente ante el miedo de su niño y siente miedo al escuchar los galopes de varios caballos; sin embargo, abraza al pequeño buscando reconfortarlo con su olor.

Tres golpes en la puerta interrumpen aquel momento. Jimin se levanta junto a su pareja abriendo la puerta y lo único que el rubio alcanza a escuchar es su nombre por parte de otra persona. Se acerca hasta la puerta, abriendo los ojos al ver a los guardias del rey, sabe que son ellos por el escudo que llevan en su uniforme.

— Kim Taehyung.— pronuncia su nombre uno de ellos y continúa mirándolo con una seriedad que enfría todo su cuerpo.— Por órdenes del rey Jeon Jungkook, debo llevarlo al palacio inmediatamente.

Jimin se pone frente a él, negando tal orden que uno de los guardias ha sentenciado en voz alta. Pero la mirada dura de Taehyung lo detiene de decir cualquier tontería. Kim conoce a la perfección a Jungkook y sabe que desobedecer una orden trae consecuencias, de hecho, sabe muy bien el porqué lo ha encontrado.

El rubio abre la boca dejando ir un suspiro.— Debo informarle al caballero que no solo soy yo quien irá, también mi sobrino.

Uno de los guardas asiente comprendiendo la situación. Y Taehyung susurra en los oídos de Jimin, pidiendo que baje su maleta provisional junto con la de Seol.

Taehyung se pone a la altura del pequeño quien lo mira confundido.— Amor, iremos a una nueva casa y por eso debemos portarnos bien, ¿De acuerdo?

Seol lo mira con los ojos llorosos pero asiente ante las palabrerías de Taehyung. Jimin baja y finalmente lo abraza, a él y al pequeño cachorro que no se despega de Kim. 

Niega con la cabeza cuando uno de los guardias intentó tomar sus cosas para montarlas al caballo, pero sube con ellas y con Seol a uno de los caballos con todo, sin dejar de mirar a los vecinos a su alrededor con una sonrisa.

Todo el camino es silencioso y extraño el camino por donde van; sin embargo, Taehyung no hace preguntas innecesarias, solo piensa en lo que le dirá Jungkook y a lo que lo forzara una vez llegue al lugar al que múltiples veces intento olvidar. Casi un día de camino cuando finalmente llegan a el gran palacio, Taehyung baja con cuidado a Seol del caballo para tomarlo con fuerza de su pequeña mano.

Para una persona como él que conoce el castillo, todo el silencio le parece escalofriante y Taehyung se encuentra así mismo buscando varios betas semidesnudos, por si debe tapar los pequeños ojos de su sobrino. Entonces llegan al salón más grande y se siente desfallecer cuando Jungkook lo mira fijamente con una sonrisa que hiele todo su cuerpo.

No tiene nada que decirle, pero quiere gritarle, aún así se limita a guardar silencio por él y por Seol.

— Te ves muy bien, florecita.— murmura Jungkook, caminando hasta él y rodeándolo como a un buitre.— Te ves... magnífico.

— Gracias su majestad.— pronuncia esas palabras con miedo.

Para suerte de Taehyung, Seol decide unirse a la plática, sacándolo del miedo.

— Papi ¿aquí es donde viviremos?.— pregunta inocente, mirando por todo el lugar.

— Probablemente cariño.— le responde sin despegar su vista de la de Jungkook.— Recuerda que sólo puedes hablar si los mayores te lo permiten, amor.

— ¿Es tu hijo?— inquiere curioso el azabache, sin despegar la vista ahora del pequeño.

— No, mi señor.— murmura Taehyung para ellos dos.— es mi sobrino, solo que lo he criado desde que nació.

Jungkook lo mira una vez más y luego al pequeño. Comentarios y dudas se instalan en la cabeza de Taehyung al ver las expresiones del rey mientras mira a Seol. Taehyung se había vuelto experto en leer a Jungkook cuando vivía en el castillo, pero este hombre frente a él no era ni la mitad de lo que como un joven príncipe había sido.

— Debemos hablar a solas.— Jungkook le dice al castaño, obteniendo una afirmación por parte de Taehyung. Ve al mayor señalar a Seol, quién sigue abrazado a él.— El niño será llevado al jardín.

Y una vez más, Seol quiere hablar, pero Taehyung se agacha dejando un beso en la punta de su nariz, callándolo.

— Ve amor, papi no demora.

Seol asiente ante la orden de Jungkook y se va con unos guardas del palacio. Hace al rubio suspirar cuando finalmente Seol está lejos del rey, pero tiembla cuando Jungkook se posa frente a él nuevamente.

— Han pasado cuatro años, Taehyung, cuatro años desde que decidiste abandonarme.— lo señala con desdén.— Desobedeciste mi orden en aquel entonces, pero ahora no lo harás, porque conozco a lo más preciado para ti.

— Mi señor, si esto es todo lo que quiere decirme no se preocupe, no volveré a escapar.— sonríe mirando por la ventana a Seol, quién juega con los guardas que lo acompañan.— Después de todo yo ya no soy de su pertenencia.

Taehyung se atreve a levantar la vista hacia Jungkook y levanta la barbilla dejando en claro su último comentario.

— Tienes razón florecita, pero ahora que soy rey vives bajo mi mandato.— declara Jungkook, como si fuese una orden.— Por lo tanto debes obedecer a tu señor, Taehyung.

El rubio se rinde en continuar una discusión cuando sabe que va a terminar perdiendo. Agacha la cabeza pidiendo una disculpa y se relame los labios esperando a que Jungkook continúe con su charla barata.

— Te he llamado porque me he enterado de que eres maestro en una pequeña escuela muy lejos de aquí.— menciona, obteniendo toda la atención de Taehyung.— Por eso quiero que le enseñes todo lo que sabes a mi cachorro. Minho y mi omega llegarán en dos días y debo prepararlo antes del evento anual de cachorros.

La respiración de Taehyung se detiene cuando la palabra cachorro llega a sus oídos y por un momento siente a su corazón agrietarse; sin embargo, asiente ante las palabras de Jungkook, porque todo lo que el alfa haga ahora no quiere relacionarlo con su vida.

<< Tiene un cachorro>> piensa el omega de Taehyung.

— Si mi señor lo pide, así será.— pronuncia dándole una pequeña sonrisa para dejar ir toda la tensión en su cuerpo.

— Tu sobrino asistirá a todas las lecciones a las que Minho irá, tendrá las mejores ropas y nunca le faltara de comer. Ahora está bajo la seguridad del reino.

— No es necesario mi señor, con lo que gane en el reino podré mantener a Seol.

Jungkook solo ignora sus palabras y le da una mirada que el castaño no sabe cómo tomar. Antes de retirarse del lugar, el azabache lo llama frente a los guardas que se encuentran allí.

— No vuelvas a escapar Taehyung, porque no me importara ir hasta el infierno si eso implica encontrarte de nuevo.— lo dice en una orden que el rubio sabe que debe seguir.

En medio del salón Kim agarra su pecho calmando su corazón. Sabe que se viene una etapa difícil para su vida, pero mientras tenga alejado a Seol de Jungkook para cuidar de su seguridad, seguirá al pie de la letra las órdenes del rey.

Aunque eso implique dejar entrar al azabache a su vida una vez más. 

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