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Capítulo 4.

Jimin iba de lo más feliz comiendo su potecito de helado de vainilla en uno de los asientos de atrás del auto del azabache. Mientras que el pelirosa se encontraba en el asiento al lado de Jungkook, con su helado sin ni siquiera haberlo abierto. Y bueno, el azabache por obvias razones no podía comerlo, ya que estaba manejando.

— Deberías comer tu helado, TaeTae. No se vaya a derretir. —dijo el rubio desde atrás.—

—Jimin tiene razón nuevamente, Taehyung. Deberías comer tu helado ahora, o sino cuando llegues a tu casa dejará de ser uno.

Taehyung llevó su vista hacia sus manos que tenían aquel helado de fresa. No es que estuviera desperdiciando el regalo del azabache, simplemente no quería comerlo en ese momento.

— Prefiero llevarlo a casa, joven Jeon. —terminó por responder.—

El azabache asintió, dejándolo ser.
Después de unos dos minutos, dejaron a Jimin en su casa.

— Te veo mañana temprano en tu casa, Taehyung. No te vayas sin antes despedirte de mí, eh.

El pelirosa asintió hacia sus palabras, despidiéndose con la mano, mientras que veía a su amigo entrar a su casa.
El azabache continuó con el camino hacia la casa del pelirosa, siendo rodeados por un silencio, que después de un rato, Taehyungie decidió romper.

— ¿Y qué hacía en mi instituto, joven Jeon? Claro, sí se me es permitido saber.

— Venía para avisarle a tu director sobre el traslado. Quedó en llevar los documentos al nuevo instituto en el que estarás en Seúl.

— Oh... —respondió por última vez el pelirosa sin saber de qué más hablar.—

Después de otros minutos, ya ambos se encontraban caminando hacia la casa de Taehyung, después de haber dejado el auto del azabache en un pequeño lugar cerca del portoncillo del rancho.

— ¿Cómo te sientes con ir a Seúl? ¿Te gusta la idea? —preguntó el azabache.—

— No le voy a mentir, joven Jeon, realmente me gusta la idea de ir Seúl, aunque me preocupan ciertas cosas. —dijo con honestidad el pelirosa, alzando la cabeza hacia arriba para ver al otro— Por ejemplo, el hecho de que dejaré a mis abuelos solos. Ellos son adultos mayores, y les podría llegar a pasar algo en mi ausencia; Jimin me dijo que él personalmente vendría a cuidarlos, pero aún así, me preocupa.

— Te entiendo, soy capaz de hacerlo. —dijo mientras dejaba de caminar al ya estar frente a la casa del pelirosa— Hablaré con mi padre al respecto, y me encargaré de conseguir a alguien especializado en el cuidado de adultos mayores para pedirle que venga a cuidarlos. Claro, tal vez no sea lo mismo, porque tú eres su familia, y que una persona desconocida venga y te cuide, debe ser extraño. —la mano derecha del pelinegro se movió hacia sus cabellos revolviendolos, terminando por pasarla por el rostro de Taehyung, sosteniendo su mentón, haciéndolo ver hacia arriba— De todas formas, voy a conseguir a alguien bueno. Me encargaré de que así sea.

— ¿Usted... realmente haría algo así? —respondió Taehyung, con su vista fija en los ojos del otro.—

— Por supuesto ¿Otra cosa más que te preocupe?

— Creo que por el momento nada, joven Jeon. —recitó mientras subía aquellas gradas que daban al pequeño corredor de la casa del pelirosa— ¿Usted necesita ver a mis abuelos? Puedo llamarlos.

Jungkook sonrió, porque ni siquiera tenía nada que hacer en la casa de los señores Kim. Lo que necesitaba decirles, ya se los había comentado desde la mañana; así que su presencia ahí era prácticamente inútil.

— En realidad, no tengo nada que hacer aquí. —prefirió ser sincero ante el pelirosa.—

Taehyung sonrió mostrando sus dientes, caminando hacia dónde estaba aquella banca colgante.
Tomó asiento, mientras abría la tapita del potecito de su helado, mientras alzaba a ver al pelinegro que estaba viéndolo campante desde la entrada de su corredor.

— No haga que su venida sea en vano, siéntese conmigo. —con la palma de su mano, dió unos pequeños golpecitos en el espacio que había dejado para que el otro se sentara— Si usted desea, podemos hablar algunas cositas mientras que terminamos el helado, joven Jeon.

Jungkook ni lento ni perezoso, ocupó el lado de la banca que el otro le estaba ofreciendo. También destapó su helado, y alzó a ver al otro.

— Prefiero que me digas "hyung". Es algo incómodo para mí que me llames por "joven", cuando nuestras edades son casi iguales. Y el trato formal, no es realmente necesario ¿Sabes?

— Está bien, hyung. Uhm... Esto es algo extraño, no estoy realmente acostumbrado a llamar a alguien más como: "Hyung" —con la cucharita, Taehyung barrió un poco el helado, terminando por consumir el poco de helado que había agarrado— ¡Esto es muy difícil! Es como si se me hubiera olvidado hablar por completo —el pelirosa hizo un pequeño puchero, casi haciendo que el corazón de Jungkook se saliera de su pecho; ese niño rosa era muy adorable.—

— Supongo que con el tiempo te vas a terminar por acostumbrar. En fin, háblame sobre tí, Taehyung.

— Uhm, que podría decirle... —el pelirosa pensó un poco que podría decirle— ¡Oh! ¡Ya sé! Me gusta mucho el color rosa, de hecho, es mi color favorito. Por mi cabello creo que es bastante obvio. —rió un poco antes de continuar— Mi animal favorito son los gatos aunque soy alérgico a ellos, mi sabor favorito de helado es el de menta con chocolate, —el pelirosa no lo notó, pero Jungkook hizo una ligera mueca de desagrado ante ese sabor; porque al azabache no le gustaba para nada.— Y ya no sé qué más decir. ¿Por qué no me habla también sobre tí?

— Mi color favorito es el rojo, mi animal favorito son los hurones, —comenzó a contestar siguiendo el mismo patrón de su acompañante— y supongo que mi sabor favorito de helado es el de fresa. Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta? Tengo curiosidad sobre eso desde que te ví por primera vez.

Taehyung asintió ante el interrogante del pelinegro, terminando por comerse el poco de helado que le quedaba.

— Claro, con confianza. —el pelirosa volvió a sonreírle mostrando sus perfectos dientes.—

— ¿Por qué tienes el cabello rosa? Es decir, se te ve genial, pero no parece haber peluquerías cerca de aquí. —dijo tranquilamente.—

— Oh... —sus mejillas se tornaron de un leve color carmesí, apenas notable— Gracias por el cumplido, hyung. Y bueno, el papá de Jimin fue a la capital una vez, y yo había mencionado una vez en una cena entre mis abuelos y los padres de Jimin, que yo realmente quería tener el cabello de colores... Dígamos que antes del rosa, tenía un color castaño muy clarito, casi siendo rubio; por mi madre, de hecho, por ella es que tengo los ojos verdes, y no cafés. Para no hacerlo muy largo, él fue y cuando regresó trajo un tinte rosa para mí.

— ¿Lo aplicaste tú solo? Si es así, te quedó bastante bien. No se ve dañado, al contrario, se ve muy bien. —Jungkook llevó su dedo índice al cabello del otro, sacando un pequeño mechón— Resalta mucho, y combina muy bien contigo.

— ¡Gracias nuevamente! Al principio me dió miedo, porque en las instrucciones mencionaba dejarlo mucho tiempo, y pensé que mi cabello iba a caerse. Pero quedó muy bien; me gusta mucho mi cabello.

— Es lindo. ¿Y tus padres? Nunca los he visto, a pesar de que he venido varias veces aquí. —el azabache observó como el otro sonrió de lado, con un brillo especial en sus ojos— ¿Pasa algo?

— Yo tampoco los he visto. —Jungkook notó el intento del pelirosa en poner un tono irónico en su voz, fracasando notoriamente— Ellos murieron cuando yo era muy niño, así que no tengo el mínimo recuerdo de ellos. Mi abuela dice que mi mamá me amaba muchísimo, y que soy idéntico a mi padre. —el pelirosa rió levemente por los recuerdos de aquella plática que había tenido con su abuela— También dice que mi madre casi llora de frustración cuando me vio crecer, y no me vió ni un pequeño parecido a ella. "Yo lo dí a luz ¿Por qué se parece tanto a tí?" dijo que ella le había reprochado a mi papá.

Jungkook ni siquiera tenía palabras para poder responder a todo eso. Se sentía culpable de haber sacado el tema, y por haber preguntado por los padres de Taehyung como si se hubieran conocido hace muchísimo tiempo; siendo que apenas y hoy habían tenido una conversación fluida, y no un par de saludos como llevan haciendo todo este tiempo en el que se "conocían".

— Lo siento muchísimo, Taehyung. No debí haber sacado el tema con tanta confianza, sin haber pensado un poco antes en esa posibilidad. De verdad, lo siento. —el pelinegro tomó las manos pelirosa, que en ese momento estaba viéndolo con curiosidad.—

— Eh... no te preocupes, como te digo, nunca los conocí realmente. Y aunque les guardo respeto y amor, este tema no es tan sensible como parece. ¡Es decir! No es como que no me llegó a lastimar un tiempo, y actualmente es algo un poco difícil para mí; pero de todas formas, estoy bien. —Taehyung suspiró un poco antes de sonreír— ¡Y bien! Háblame de tus padres ¿Qué tal son?

El azabache no estaba seguro en sí debía hablar de sus padres, aún sabiendo que el otro no había tenido la oportunidad de conocerlos. Se le hacía algo cruel mencionarlos, y decirle cosas relativamente positivas sobre ellos, aún cuando sabía que el otro ni siquiera tuvo la oportunidad de convivir con ellos mucho tiempo.

— Uhm, mamá es buena persona. —decidió responder al final de cuentas— Ella es muy amable y noble, y probablemente si la llegaras a conocer, ella te caería bien y viceversa. Y bueno... papá es algo especial.

— ¿Especial? —cuestionó el pelirosa ladeando su cabeza.—

— Sí, dígamos que él suele ser esa clase de persona que no te agrada. Ya sabes, es malhumorado, no le agradan mucho las personas, y normalmente tiene cara de que no a podido dormir en 2 meses.

— Oh, ¿Es un ogro? Como los que salen en las películas. —Taehyung lo dijo con tanta inocencia, que en serio parecía haberlo dicho en serio; sacándole unas buenas risotadas a Jungkook— ¿Qué pasa?

— Tú mismo acabas de decirlo en pocas palabras. Definitivamente mi padre es como esos ogros que salen en las películas.

— ¿Crees que si me conoce, le caería bien como dices que le caería a tu madre?

"¿Cómo decirle suavemente y sin sonar feo, que a mi papá probablemente no le caería bien por el simple hecho de venir de aquí?" pensó.

— A mi papá no le agrada mucha gente, así que no puedo darte una respuesta válida a tu pregunta. —el azabache sacó su celular para ver la hora, viendo que en las notificaciones habían un montón de mensajes de su padre, pidiéndole que volviera a casa— Debo irme ahora.

Jungkook se puso de pie, siendo seguido por un Taehyung que se ofreció en acompañarlo hasta donde había dejado su auto.

Ambos caminaron en completo silencio, pero no era un silencio incómodo, de hecho, en los labios de ambos chicos se encontraban unas pequeñas sonrisas que por desgracia, ninguno de los dos pudo apreciar.
Taehyung miente si dice que no le gustó convivir con el de hebras negras, porque aunque haya estado muy tímido al principio (por la presencia de su amigo), la verdad es que ahora esa timidez ya no estaba. Jungkook le transmitía paz y confianza, y el azabache pensaba lo mismo sobre el pelirosa.

Para Jungkook, Taehyung le parecía demasiado adorable, y le parecía un chico muy bueno. Ninguno de sus amigos tenía una personalidad similar a la de él, sólo Hoseok se podría decir que tenía la personalidad más cercana a él. Pero aún así, había algo en Taehyung que no podía encontrar en Hoseok; probablemente era que Tae se comportaba un poco más mimoso que su amigo.
Cosa bastante curiosa, puesto a que Jungkook normalmente no suele llevarse con personas con una personalidad así de mimada, y suele llevarse con personas divertidas, pero no con un chico con personalidad de niño pequeño.

Y era justo eso lo que le parecía tan adorable a Jungkook. Que el pelirosa se comportara como un niño tímido que apenas está haciendo amigos en el jardín de niños.

Por el contrario, a Taehyung parecía gustarle muchísimo la personalidad que por ahora conoce del pelinegro; porque todavía no se conocen lo suficiente como para poder decir que conocía al pie de la letra la personalidad que el mismo poseía, pero lo que a visto le parece espectacular.

Jungkook le parecía muy simpático, y muchas cosas que no podría explicar con palabras correctamente, porque no sabía con qué explicarlo.

Y ambos querían descubrir el mundo del otro muy en el fondo de ellos mismos (cosa que por supuesto no iban a poder admitir, porque ambos se sentían extraños por el apenas conocerse).

Pero eso tenía que ser otro día, porque ya ambos chicos estaba al frente del coche del pelinegro.

— Voy a venir por tí mañana temprano para llevarte a Seúl. Procura convivir lo más que puedas con tus abuelos esta noche.

— Lo haré, hyung. —mencionó el pelirosa moviendo su mano de un lado a otro en forma de despedida cuando observó al pelinegro caminar hacia su auto.—

Jungkook ingresó a su auto, bajando la ventana de su auto para también agitar su mano. Sin más, arrancó para comenzar a irse, dejando a Taehyung atrás viendo como el auto partía.

Poco después ingresó a su casa, encontrando a su abuela ahí terminando de tejer lo que estaba haciendo desde que vió a Jungkook por primera vez hace varios días. Y a su lado, su abuelo leyendo el periódico, con sus lentes puestos que caían por el puente de su nariz.

— Taehyung, muchacho, —comenzó a hablar su abuelo— te vimos hablar con el joven Jeon en el corredor. Eso es bueno, me alegra que esté familiarizándose con él; así verlo tan seguido no será extraño para tí.

TaeTae no entendió a que se refirió su abuelo, aún así sonrió dándole la razón con la cabeza mientras sonreía.

— ¿Y tu mochila, cariño? —preguntó la anciana.—

— Oh... —susurró el pelirosa al caer en cuenta que había olvidado por completo su mochila— Creo que la he dejado en el auto del joven Jeon.

Su abuela sonrió ante aquel pequeño despiste por parte de su nieto.

— Ve a tu habitación, tesoro. Seguro debes estar muy cansado de tu instituto.

Él sólo asintió y comenzó a caminar hacia su habitación, donde se encerró y rápidamente se acostó en su cama con una linda sonrisa en su rostro.
Le había gustado muchísimo convivir con el pelinegro; esa conversación de una u otra forma los ayudó a conocerse un poco más, y eso lo emocionaba en muchos sentidos.

Si seguían conviviendo de esa forma, tal vez muy pronto podría comenzar a considerar a Jungkook como su nuevo amigo.

Suspiró antes de meterse a su baño a darse una ducha para relajar su cuerpo que se encontraba algo rígido por el cansancio de sus clases del día de hoy.
Cuando cerró la puerta del baño, de la nada estornudó, haciendo un ruidito adorable.

— Seguro están hablando de mí. —pensó Taehyung en voz alta.—

Y sin saberlo, del otro lado del país (para ser precisos, en la capital), estaba Jungkook de igual forma pensando en él mientras intentaba leer un libro, sentado en su escritorio.

— Oh, Kim Taehyung. ¿Qué hiciste? —murmuró el pelinegro antes de cerrar su libro, y comenzar a caminar hacia su armario para buscar ropa para cambiarse.—

Cuando Jungkook se cambió por completo, se sentó en la orilla de su cama, apoyando sus codos en sus rodillas, mientras pensaba una y otra vez en las cosas con las que había conversado con Taehyung.

— Le gustan los gatos, no tiene padres... —comenzó a repetir en voz baja con la intención de memorizar todo lo que le había dicho— Joder, que estúpido soy —el azabache pasó sus manos por su rostro con desesperación al recordar cierto detalle— ¿Cómo se me ocurrió tocarle el rostro con tanta confianza? Debí haber parecido un intenso total.

El pelinegro se dejó caer por completo en la cama, terminando por apagar la luz de la lamparita que tenía en su habitación.

— ¿También estarás en mis sueños, Taehyung? Creo que ya estarás lo suficientemente cerca de mí muy pronto como para que también te dignes a aparecer en ellos.

Sonrió de lado antes de cerrar sus ojos, en un intento de que el sueño terminara por vencerlo.

Y volviendo con Taehyung, justo ahora estaba cenando con sus abuelos una última vez, pasando un tiempo ameno y armonioso con ellos.

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