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⠀⠀⠀⠀⠀ ♯03 ━ reunión。

ᵗʳᵉˢ
 

       
          

El castaño jefe peina la mitad de sus cabellos hacia atrás, su flequillo le molesta.
    
        

Chimuelo lleva mucho tiempo aburrido, su mejor amigo no ha hecho nada más que trabajar en un nuevo traje. Se rasca con su pata trasera, y deja caer unas cuantas de sus escamas.
    
        

Hiccup detiene su trabajo para recoger unas pocas, y las deja caer sobre su mezcla de ingredientes.
        
        

─¿Crees que el abrigo de oso sea buena idea? ─le pregunta, observando el maniquí casero que hicieron.
        
        

Eret le ayudó a darle forma al tronco, querían hacer un traje formal para visitar al archivólogo, lo suficientemente intimidante para que no lo cuestionaran en la puerta del edificio.
    
        

─El abrigo de oso lo hace parecer un vikingo fuerte y robusto ─dice el hijo de Eret─. Claro que es buena idea, además, no olvide que esta tribu grita con orgullo su nombre «Gamberros Peludos».
        
        

Chimuelo corre hacia el maniquí, lo mira fijamente y luego voltea a ver a Hiccup con una mezcla extraña de diversión. Hiccup sabe que es lo que quiere hacer, y de inmediato lo señala con un solo dedo para impedirlo de forma autoritaria.
    
        

─Chimuelo, no.
        
        

El dragón parece escuchar lo contrario, y se abalanza contra el tronco, donde estaba la armadura y la capa de piel.
    
        

─Agh, ¿sabes qué? Toma ─dice molesto, tomando su espada de su cinturón para lanzarla tan lejos como la fuerza de su brazo se lo permite.
        
        

El dragón inmediatamente la persigue, y con él van Tormenta y Colmillo. Los tres dragones tienen exactamente la misma intención, y esa es mordisquear solo el mango del arma de metal.
    
        

Hiccup regresa a lo suyo de mala gana, sino fuera porque tiene esa espada tendría que quitarse su prótesis para lanzarla.
        
        

─¡Colmillo! ─exclamó Patán, persiguiendo a su dragón.
    
        

Les parece raro que la pesadilla monstruosa quiera jugar, pero no lo cuestionan, Colmillo siempre los sorprende, especialmente a Patán.
        
        

─¿Quiere que lo acompañemos, jefe Hiccup? ─cuestiona Eret, para ver como uno de los tres dragones se acerca con la espada.
    
        

Colmillo suelta la dichosa en las manos del vikingo, y él vuelve a lanzarla con la intención de hacerlos perseguirla. Esta vez, Tormenta tiene la delantera.
        
        

Hiccup medita, estaba seguro de que su plan funcionaría, pero si debían leer los archivos, necesitaba toda la ayuda posible.
    
        

─Me serían de gran ayuda ─afirma el de ojos verdes, finalizando la confección de su ropa─. ¿Qué tal?
        
        

Eret analiza el conjunto, asiente varias veces con su mano sobre su barbilla, y siente que ahora él se ve ridículo con su ropa. Hiccup tiene un gran estilo.
    
        

─Se ve excelente, los dejará con la boca abierta ─confesó, cruzando sus brazos con orgullo.
        
        

Hiccup sonríe, y luego observa como los demás vikingos se acercan, es seguro que el jefe tendrá más trabajo.
    
        

─Jefe Hiccup ─lo llaman varios vikingos a la vez, haciendo que el ojiverde cierre los ojos con cansancio.
        
        

─Señores, señores, todo sus problemas los podría resolver el jefe si accede ver al archivólogo ─canturreó Bocón, dándole martillazos a una casi espada de metal.
    
        

─Y a eso iremos ─afirma el jefe.
        
        

Bocón sonríe al escuchar eso, finalmente cedió.

El grupo de vikingos viste sus mejores atuendos, aunque lucen como adultos intimidantes. Como si fueran la versión contraria de sí mismos, firmes como un oso y aterradores como un dragón para un vikingo promedio.
    
        

Los dragones descienden justo en la entrada, y tan pronto lo hacen sus jinetes pisan tierra firme con sus propios pies. Se agrupan en frente de la puerta, y luego todos miran a Brutilda.
        
        

─¿Qué? ─gruñe ella, haciendo una mueca.
    
        

─Cuida a los dragones ─dijo Astrid.
        
        

─Ayyy, ¿por qué yo? ─refunfuñó, entrelazando sus brazos con los de Eret─. Quiero ir con Eret ~
    
        

─¿Nos ayudarás a estudiar todos los archivos? ─cuestiona la rubia, alzando una ceja con una expresión divertida.
        
        

Saben que Brutilda no está dispuesta a leer, así que se recarga sobre el Cremallerus Espantosus, y luego sonríe como si no hubiese querido ir desde un principio.
    
        

─Me quedo aquí, odio los espacios cerrados, ya saben. ─Sueltan unas risitas.
        
        

Pasan de estar felices a enfrentarse a ligeros nervios que provienen de una puerta, el jefe lleva su mano hacia la aldaba en forma de dragón, detiene su mano, aquella forma le llama la atención, ¿existirá un dragón así?
    
        

Deja de divagar, y toca la puerta.
        
        

Inesperadamente, nadie responde como usualmente lo harían. La mayoría de las veces había alguien en la puerta para responder inmediatamente, esta vez se estaban tardando más de lo normal.
    
        

─Que extraño, la última vez nos respondió una chica ─comenta Astrid.
        
        

─¡Hay que abrir la puerta a la fuerza! ─Patán estuvo a punto de derribarla de una patada, pero Eret se adelanta empujando suavemente la puerta.
    
        

Patán casi cae y se estrella contra el suelo del interior del edificio, de no ser por la intervención de Eret, que evita su caída sosteniendo su espalda baja. El vikingo frunce el ceño, sus mejillas se calientan por ese vergonzoso tropiezo, Eret sonríe, eso le pareció tierno.
        
        

─Váyanse a su casa si quieren coquetear ─dice Brutacio, empujando a los dos vikingos para posicionarse a lado de Hiccup.
    
        

─¿¡De qué hablas, Brutacio?! ─reclamó Patán, alejando a Eret de sí para enfrentar al rubio.
        
        

─¡No te hagas, Patán! ¡Deja de fingir que odias a Eret! ¡Todos sabemos que tienen una conexión! ─reprochó, llevando un brazo detrás de la nuca del castaño─. ¿Verdad, mi buen alumno?
    
        

─¿Alumno? ─repite Hiccup con una mezcla de diversión y confusión.
        
        

─¡No hables de fingir con esa falsa barba! ─señala Patán, atacando los cabellos del rubio.
    
        

─Uhhhhh ─aulló Astrid, echándole más leña al fuego.
        
        

─C-Chicos, deberían dejar de pelear, ¿por qué no mejor nos concentramos en encontrar al archivólogo? ─interrumpió Patapez, quien había estado callado todo ese tiempo; en realidad estaba nervioso por ver a _____________.
    
        

Los dos vikingos se miran mal, y cada uno permanece a lado de su amigo más cercano, en este caso, Brutacio está con Patapez y Patán con Eret (Eret considera a Patán su amigo, pero no es recíproco porque Patán cree que son rivales dignos).
        
        

─Prepárense ─advierte Hiccup, empujando ambas puertas para poder ver por primera vez el interior del edificio.
    
        

Quedan impresionados por los amplios pasillos, tanto en alto como ancho. A lo largo de estos se pueden observar pilares de piedra, los cuales poseen un espacio donde se dejan ver distintos objetos decorativos, justo debajo, hay una placa que explica que es el objeto. Las puertas se cierran, y el sonido que causan dentro es algo estridente.
        
        

Hay antorchas que iluminan el camino, y no hay esquina que no puedan admirar por la arquitectura y objetos decorativos, o incluso reliquias que bien podrían estar en el ayuntamiento.
    
        

Entonces llegan a un salón, desconocen por completo en donde se encuentran, y al mismo tiempo buscan explorar los rincones del edificio, que les hace sentir incertidumbre.
        
        

El silencio desaparece, hay una multitud en un salón que se encuentra alarmada. Hay papeles y libros por todos lados, y solo observan pasar a varios vikingos apresuradamente con una expresión tensa.
    
        

─Parece que están ocupados ─dice Brutacio.
        
        

Una chica voltea, y observa al grupo mirarlos fijamente. Ella se alarma, pues sabe quiénes son (sería bastante tonta si no los conociera).
    
        

─¡Ah, j-jefe Hiccup! ─tutubeó ella, causando que todos los demás voltearan, interrumpiendo así su trabajo.
        
        

─Es el jefe Hiccup... ¿Qué hará aquí? ─se escuchan murmullos.
    
        

La encargada de aquel sitio (suponen) se acerca a ellos, unos libros mantienen sus manos ocupadas. Da un soplido para acomodar uno de sus mechones azabaches, y con trabajo llega a encarar al castaño.
        
        

─B-Buenas tardes, señor y compañía, ¿Q-Qué les trae por aquí? ─vaciló nerviosa, ver al jefe Hiccup en su lugar de trabajo podría significar muchas cosas.
    
        

─Hemos intentado ingresar para hablar con el archivólogo, pero nos han detenido en la entrada la mayoría de las veces, este es uno de esos días, no había nadie en la puerta, así que entramos ─se adelanta Astrid a explicar.
        
        

La de ojos verdes ladea la cabeza.
    
        

─¿Qué? Eso es imposible, no deberían detenerlos en la entrada ─responde confundida.
        
        

─Debió haber un malentendido ─dice suavemente el castaño─. ¿El archivólogo está aquí? Necesito hablar con él urgentemente.
    
        

─Ay, que problema ─expresa, sintiendo que sudaba frío de solo imaginar la cara enojada del jefe─. Es que... Ahora está un poco difícil ayudarlo, jefe Hiccup... Verá, estamos a la mitad de una reorganización.
        
        

─¿De cuántos libros y hojas estamos hablando? ─cuestiona Brutacio, acercándose a ella al punto de tomarla de los hombros, como si su vida dependiera de su respuesta.
    
        

─T-Todo el edificio está sometido a una reestructuración... Hoy es nuestro tercer día, y tenemos que terminar antes de la media noche, por lo que tenemos mucho trabajo ─explicó, y exhausta de cargar los pesados libros, decide dejarlos sobre una mesa.
        
        

─Disculpa mi pregunta, pero, ¿por que están organizando todo con un límite de tiempo? ─indagó Eret, algo preocupado por las condiciones de trabajo de los vikingos bibliotecarios.
    
        

Vuelven a detenerse por esa pregunta, saben de quien es la culpa, pero no se atreven a decirlo.
        
        

─¡Es culpa del jefe Hiccup!
    
        

Y alguien lo dice, pero no tiene la valentía suficiente para mostrar su rostro.
        
        

─Espera, ¿mi culpa? ─replicó confundido el mencionado, señalándose a sí mismo.
    
        

Kaira siente que varias gotas de sudor bajan por su frente, jamás se sintió tan incómoda. Suspira y lleva una mano a su frente.
        
        

─Usted nos suele traer un nuevo descubrimiento, a veces son dragones, y otras veces simples inventos, pero no importa cual sea, cada cosa nueva amplía todo lo demás, por lo que es importante para nosotros mantener la información redactada al tanto de la actualidad, entonces el órden de los archivos debe ser modificado, algunas cosas descartadas... Y... Waahhh. ─Siente un dolor de cabeza, no sabe como explicarlo todo tan sencillamente para que lo logren entender a la primera; la cara confundida de Patán la estresaba.
    
        

─Está bien, está bien, creo que ya todos entendimos ─la tranquiliza Astrid.
        
        

─No te molestaremos más, simplemente iremos a hablar con el archivólogo ─dijo el de cabellos castaños, cruzando sus brazos con algo de tranquilidad.
    
        

─Claro que sí, jefe, no creo que lo sepa, así que... El maestro _____________ está en su oficina, probablemente... Para hallarla, tiene que cruzar el pasillo hasta encontrar una especie de bifurcación, justo allí en frente habrá una puerta con un letrero arriba.
        
        

─Gracias. ─Se dirige junto a su equipo hacia el pasillo, y dejan a una preocupada vikinga a merced de la culpabilidad.
    
        

Quizá debió advertirles antes de la actitud de _____________.
        
        

─¿Cómo creen que luzca ahora? ─les pregunta Patapez, sin dejar sus tarjetas de dragones.
    
        

─Como Hiccup cuando tenía quince ─se burla Patán, a lo que Brutacio le da un codazo.
        
        

─Al menos él montaba dragones ─defiende el rubio "barbudo".
    
        

─¡Yo monto dragones! ─Muestra sus dientes como perro enojado.
        
        

─Y también a Eret. ─Comienza a toser para disimular lo que acaba de decir.
    
        

Patapez y Astrid no pueden evitar soltar una risa, la cara de Patán es demasiado graciosa. Sus mejillas rojas son una mezcla de su enojo y vergüenza, no saben ni siquiera porque Brutacio comenzó a bromear con ese tipo de temas con ellos dos, pero asumen que es lo único que Patán no soporta.
        
        

Eret sonríe y asiente una sola vez.
    
        

Patapez y Astrid dejan de sonreír, ¿por qué asintió?
        
        

Desvían la mirada hacia Patán mientras se preguntan que es lo que ocultan esos dos exactamente.
    
        

Hiccup está demasiado serio imaginando escenarios para prestarle atención a sus compañeros, y cuando llegan a la dichosa bifurcación les indica que necesita silencio.
        
        

Ellos observan la puerta, es algo que nunca habían visto. Posee una especie de arco simétrico de colores caoba, y justo como lo mencionó Kaira, en el centro posee un letrero con unos extraños símbolos, a los lados, casi llegando al final de ese arco, están dos linternas con una caligrafía desconocida sobre ellas. Jamás habían visto nada igual, pero la impresión se la llevan más con la puerta en sí.
    
        

No es tan grande como la de la entrada, pero igualmente es impactante el diseño tan distinto a lo que conocen.
        
        

Hiccup da unos golpecitos a la puerta, pero al no recibir respuesta decide que necesita abrirla para confirmar que no hay nadie.
    
        

Aquel sitio tenía una base octagonal, el suelo era de madera, una bastante brillante y limpia. En el interior solo hay puros cajones, tantos que parece que las paredes no existen. La mayoría están abiertos y desordenados, y del techo cuelgan unas extrañas telas translúcidas que no llegan al piso debido a que se encuentran amarradas entre los cajones más altos.
        
        

Hay ventanas en el techo construidas de manera triangular, son las únicas que llegan a iluminar la habitación con luz natural. No hay algo que estorbe el paso, y empiezan a preguntarse como es que alcanzan los cajones.
    
        

No dan un paso más, pues una escalera casi los arrolla con una velocidad terrorífica.
        
        

─¡Rápido! ─ordena una voz que se escucha molesta─. Columna veinticuatro.
    
        

Aquella escalera no se mueve sola, son unos dos vikingos quienes empujan la dichosa sin perder el tiempo. No les toma mucho, y son tan fuertes para no cansarse en un largo período de tiempo.
        
        

─¡Alto! ─vociferó, y la escalera se detiene abruptamente.
    
        

Hiccup da varios pasos, tomando la delantera justo cuando cree que puede observar la silueta de un desconocido. En la cima de la escalera hay una silla, la cual gira con un mecanismo lento.
        
        

La luz lo ilumina, y pueden verlo mejor. Sobre la silla hay una mujer de cabellos largos de un bello color _________, amarrados con un listón imperceptible a la vista. Sus ojos de color ________ brillan con intensidad cuando se encuentran con los ojos verdes de Hiccup Haddock.
    
        

Su vestimenta es bastante descubierta para tratarse de una mujer, solo lleva una simple prenda de color dorado envuelta en forma de «T» con mangas cuadradas y un cuerpo rectangular, llevaba una faja amarrando su cintura, y a simple vista eran capaces de observar unos patrones floreados en la tela.
        
        

Sus pies están descalzos, y sus piernas casi desnudas, ni hablar de su pecho, la tela deja a la vista la mitad de su abdomen.
    
        

Mientras se preguntan quién es esa extraña "mujer", sienten que la respuesta los va a sacudir bruscamente.
        
        

Por otro lado, hay alguien en la habitación que está a punto de tener un ataque de ansiedad porque no esperaba la visita del jefe Hiccup.
    
        

Esperemos todo salga bien.

2548palabras

Mientras Hiccup da vibes
de Furia Nocturna, el
prota da vibra de dragón
chino.

Also, pobre, lo confundieron
con una señora por su vestido
y su pelo largo 😖

Todos cometemos errores,
por ejemplo, una vez un compa
se disfrazó de morra, y mi
otro compa le metió el pilín
pq pensó que era morra

Pero por accidente 😔

Entonces llega mi pana en
los compas y dice: Mate,
eso nunca pasó.jpg

Es todo un tema, ¿vieron?

Se pueden imaginar el prota
como Xie Lian de «Heavens
Official's Blessing»

O como el vato de «The
Flower That Was Bloomed
by The Cloud», ndeah,
como sea igual son guapos.

No digo más, me despido
después de dar dulces
para los ojos ✌

Un beso, bye ❣️

ATTE⨾ 02 ~

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