37
◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆
Beom Tae Joo
◆━━━━━━━◆❃◆━━━━━━━◆
El día comenzó como cualquier otro en las oficinas de una de las empresas de Beom Taejoo. La atmósfera era tensa, como siempre, con hombres de traje y rostros impenetrables que se movían entre las sombras. Taejoo estaba sentado en la cabecera de la gran sala de reuniones, revisando informes con su expresión imperturbable. Su porte serio y autoritario llenaba el espacio, haciendo que nadie osara mirarlo directamente.
Sin embargo, la calma se rompió cuando uno de sus hombres abrió la puerta apresuradamente, dejando entrar a un grupo de tres desconocidos. Los recién llegados vestían de forma casual, pero había algo en sus movimientos que delataba su amenaza. Dos de ellos estaban armados, y el tercero, un hombre delgado con una sonrisa maliciosa, lideraba la incursión. Taejoo no se inmutó, simplemente levantó la mirada, sus ojos grises tan fríos como el hielo.
—¿Quién les permitió entrar? —Preguntó con una voz baja pero llena de autoridad.
El hombre delgado ignoró la pregunta, avanzando unos pasos hasta estar frente a Taejoo.
—No esperábamos menos del gran Beom Taejoo —Dijo su tono burlón—Directo al punto. Eso me gusta.
Taejoo no respondió. En cambio, sus dedos tamborilearon sobre la mesa de caoba, su paciencia ya comenzando a agotarse.
—Sabemos lo mucho que amas a tu esposa, Taejoo —Continuó el hombre, mostrando una sonrisa más amplia—T/N ¿Verdad? Tan hermosa, tan dulce... sería una pena que algo le pasara.
La mención del nombre de T/N fue suficiente para que todo en la sala cambiara. El ambiente se volvió opresivo, cargado de una tensión insoportable. Taejoo inclinó ligeramente la cabeza, pero sus ojos no abandonaron al hombre frente a él. Era como si lo estuviera analizando, decidiendo en qué momento exacto acabar con él.
—Espero que tengas algo más interesante que decir —Murmuró finalmente, su voz tan afilada como un cuchillo.
El hombre se rió, aunque su risa temblaba un poco bajo la intensidad de la mirada de Taejoo. Sacó un sobre de su bolsillo y lo arrojó sobre la mesa.
—Es simple —Dijo—Nos das lo que queremos o hacemos que T/N desaparezca. Para siempre.
En ese momento, Taejoo se levantó lentamente de su asiento. Su imponente figura dominaba la sala, y el leve crujido de la madera bajo sus pies resonó en el silencio absoluto.
—¿Eso es todo? —Preguntó, con una calma tan mortal que hizo que los otros hombres de la sala retrocedieran instintivamente.
El líder, tratando de mantener su postura desafiante, asintió.
—Sí. Tu esposa o tu imperio. Tú decides.
Antes de que el hombre pudiera reaccionar, Taejoo dio un paso hacia él. Su mano se movió con una rapidez escalofriante, agarrando al líder por el cuello y levantándolo del suelo como si no pesara nada.
—Te voy a enseñar una lección, una que recordarás incluso en el infierno —Gruñó Taejoo, sus ojos grises brillando con una furia contenida.
El hombre luchaba por respirar, sus manos aferrándose a la de Taejoo, pero fue inútil. Taejoo lo soltó con brusquedad, y el hombre cayó al suelo, tosiendo violentamente. Los otros dos intentaron sacar sus armas, pero los hombres de Taejoo ya los habían desarmado antes de que pudieran siquiera apuntar.
Taejoo no les prestó atención. Dio la vuelta a la mesa, tomando una de las sillas y colocándola frente al líder caído. Se sentó con calma, su postura relajada en contraste con la amenaza palpable en sus movimientos.
—Escúchame bien —Comenzó, inclinándose hacia adelante—Si alguien vuelve a mencionar el nombre de T/N en un intento de chantaje... no solo tú pagarás por ello. Haré que toda tu familia desaparezca. Lentamente.
El hombre asintió frenéticamente, su arrogancia inicial desmoronada por completo.
—No era personal... —Balbuceó.
—Todo es personal cuando se trata de ella —Interrumpió Taejoo, levantándose de nuevo— Ahora, sal de aquí antes de que cambie de opinión y haga que te lleven en pedazos.
Los intrusos fueron escoltados fuera del edificio por los hombres de Taejoo, que sabían que no tenían que pedir instrucciones adicionales. Mientras tanto, Taejoo volvió a sentarse, ajustándose el reloj en su muñeca.
—Revisen todas las cámaras y localicen cualquier conexión que tengan con T/N —Ordenó a sus subordinados—Quiero que desaparezcan antes de que el día termine.
—Sí jefe —Respondieron al unísono, saliendo rápidamente para cumplir sus órdenes.
...
Esa noche, Taejoo regresó a la mansión con la misma expresión fría de siempre, como si el incidente no hubiera ocurrido. T/N lo recibió en la entrada con una sonrisa dulce, tomando su abrigo y preguntándole cómo había sido su día.
—Tranquilo —Respondió él, su tono firme pero con un leve toque de suavidad reservado solo para ella.
—Me alegra escuchar eso. Preparé algo especial para la cena —Dijo ella emocionada.
Taejoo observó cómo su esposa se dirigía a la cocina, completamente ajena a lo que había sucedido. En su interior, algo se agitaba. No era miedo, sino una determinación aún más profunda: protegerla a cualquier costo. Para él, T/N era más que su esposa. Era su razón para continuar, el único punto débil que estaba dispuesto a cuidar con su vida.
Y esa noche, mientras ella hablaba animadamente sobre su día, Taejoo la escuchó con atención, su expresión inmutable pero sus ojos reflejando algo más. Nadie, jamás, tocaría a T/N mientras él estuviera allí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro