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Beom Tae Joo

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El gran salón de eventos brillaba con un lujo ostentoso, las arañas de cristal colgando del techo reflejaban las luces en un juego de destellos único. Las paredes estaban adornadas con obras de arte clásico, y los asistentes vestían trajes y vestidos de alta costura que emanaban elegancia y poder. Era una reunión exclusiva, un evento donde solo los nombres más influyentes de Corea del Sur tenían acceso. Entre ellos, por supuesto, estaba Beom Taejoo, un hombre cuya mera presencia podía dominar una habitación entera.

Con su cabello negro perfectamente peinado hacia atrás, sus ojos grises como el acero que parecían atravesar a cualquiera, y su porte impecable en un traje negro hecho a medida, Taejoo era el centro de atención sin siquiera intentarlo. A su lado, T/N lucía radiante. Su vestido rojo, ajustado pero elegante, resaltaba sus curvas y le daba un aire de sofisticación que contrastaba con la frescura de su juventud. Su rostro estaba adornado con un maquillaje sutil que acentuaba su belleza natural, y su sonrisa deslumbrante atraía las miradas de todos los presentes.

La pareja era objeto de murmullos discretos, aunque ninguno se atrevía a comentar en voz alta. La relación entre Taejoo y T/N era conocida, y aunque muchos la consideraban poco convencional, nadie cuestionaba el poder y la influencia que tenía Taejoo para hacer lo que quisiera.


—Cariño ¿Todo bien? —Preguntó Taejoo en un tono suave, aunque sus ojos mantenían esa intensidad que intimidaba a cualquiera.

—Perfectamente —Respondía T/N con una sonrisa que solo él podía arrancarle.


La velada continuaba entre conversaciones y copas de champán. Taejoo estaba rodeado de empresarios y figuras públicas, discutiendo sobre negocios multimillonarios con una calma que solo un hombre de su calibre podía tener. T/N, por su parte, sabía cómo moverse en este ambiente sin interrumpir, pero también sin ser invisible.


—Voy a buscar algo de champán ¿Me esperas? —Le dijo, inclinándose hacia él con una sonrisa traviesa.

—No tardes —Fue su respuesta, acompañada de una mirada que la hizo estremecerse ligeramente.


Ella se alejó con una elegancia natural, sus tacones resonando suavemente contra el suelo de mármol. Mientras se dirigía hacia una de las mesas de bebidas, no pudo evitar captar fragmentos de una conversación que llamó su atención. Cerca de una de las esquinas menos iluminadas del salón, un grupo de hombres hablaba en susurros, pero el contenido de sus palabras era lo suficientemente claro para alguien con oídos atentos como los de T/N.


—¿Estás seguro de que aceptará? —Dijo uno de ellos, con un tono lleno de confianza.

—Por supuesto. Beom Taejoo puede ser astuto, pero no sospecha nada. Este trato lo hundirá antes de que se dé cuenta ¿No es eso lo que queremos?


El corazón de T/N se aceleró. Fingiendo que examinaba una escultura cercana, inclinó ligeramente la cabeza para escuchar mejor. Otro hombre respondió con un tono algo más nervioso.


—¿Y si se da cuenta? No es alguien a quien quieras hacer enojar.

—No lo hará. Todo está perfectamente planeado. Esta noche le presentaremos la propuesta, y cuando firme, su imperio estará acabado.


T/N supo que tenía que actuar rápido. Con un movimiento calculado, se giró hacia ellos, dejando que la luz iluminara su vestido de una manera que atrajera la atención. Su sonrisa encantadora y su postura despreocupada eran suficientes para desviar cualquier sospecha.


—Disculpen, caballeros —Dijo con una voz dulce—¿Podrían indicarme dónde está el baño? Creo que me he perdido.


Los hombres se detuvieron en seco, sus miradas cayendo inmediatamente sobre ella. Uno de ellos incluso pareció olvidar momentáneamente lo que estaba diciendo.


—Por supuesto, señorita. Está al final del pasillo, a la izquierda.

—¡Qué amable! Muchas gracias—Les dedicó una sonrisa radiante antes de girarse y alejarse, aunque en dirección opuesta.


De regreso junto a Taejoo, T/N lo encontró conversando con un grupo de inversores. Se acercó a él con una expresión de urgencia disfrazada de calma. Taejoo notó inmediatamente que algo había cambiado.


—¿Qué ocurre? —Preguntó, inclinándose hacia ella.


T/N se acercó a su oído, susurrándole lo que había escuchado.


—Un grupo de hombres planea presentarte un trato para hundir tus negocios. Escuché todo. Van a venir esta noche.


Los ojos de Taejoo se entrecerraron, una sonrisa peligrosa curvándose en sus labios.


—Interesante —Murmuró, con un tono que envió un escalofrío por la espalda de T/N, aunque no de miedo, sino de admiración por su control absoluto de la situación.


Poco después, los hombres que T/N había identificado se acercaron con sonrisas amplias y un aire de falsa camaradería. Taejoo los recibió con cortesía superficial, escuchando su propuesta con una paciencia que casi parecía genuina.


—¿Entonces? ¿Qué opina, señor Beom? —Preguntó uno de ellos al final de la exposición.


Taejoo tomó un sorbo de su champán antes de responder, su sonrisa cargada de amenaza velada.


—Creo que ya tengo mi respuesta.


Con un gesto discreto, llamó a uno de sus guardaespaldas, quien se acercó inmediatamente. En cuestión de segundos, los hombres fueron escoltados fuera del salón, sus expresiones de confianza reemplazadas por el pánico. Cuando todo estuvo bajo control, Taejoo volvió su atención a T/N, quien lo miraba con admiración abierta.


—¿Nos vamos? —Preguntó ella, con una sonrisa cómplice.

—Por supuesto —Respondió él, ofreciéndole su brazo—Mis hombres pueden encargarse del resto.


En el coche, mientras las luces de la ciudad parpadeaban a través de las ventanas, Taejoo se inclinó hacia ella, su mano rozando su mejilla.


—Eres más astuta de lo que aparentas. Gracias por proteger lo que es nuestro.


T/N sonrió, sus ojos brillando con complicidad.


—Hacemos un buen equipo ¿No crees?


Taejoo respondió con un beso que selló la noche, prometiéndole que siempre estarían un paso por delante, juntos.

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