Prólogo
Si pudiera describir a esa mujer en una sola palabra, Lisa sabía perfectamente cuál sería: Tentación. Jennie era la tentación en carne y hueso desde que la vió entrar a la iglesia. No podía explicar como es que llegó a perder el control con solo pensar en ella, con solo verla, con solo sentir su aroma.
Había rogado a Dios ayudarla en no caer, en lograr ignorar las desconocidas sensaciones en su cuerpo, pero parecía que la pelea era con el mismo demonio de ojos gatunos. Un sexy demonio que sabía a qué estaba jugando.
Cada noche deambulaba por los pasillos, pensando en Jennie, tentada a ingresar a su habitación, dudando en si aceptar la propuesta atrevida de aquella criminal. Duraba horas de pie frente a su puerta, la tentación era tan fuerte que perdía la noción del tiempo.
¿Y como no dudar? Si Jennie sabía muy bien que ella se mantenía en el pasillo, y cada noche, por una vez, la rubia abría la puerta y sonreía de esa manera tan sensual para Lisa, invitandola a pasar con un gesto provocador que cualquiera caería ante sus pies.
Además de aquel gesto, lo que hacía que Lisa retuviera el aliento, era ver el torso desnudo de Jennie. Solo una chaqueta de cuero abierta y una pequeña ropa interior, era todo lo que usaba al abrir la puerta, dejando expuestos los bordes de sus senos y su trabajado vientre.
Jennie simplemente levantaba los hombros y decía: «¿No?» Y al no obtener respuesta, cerraba la puerta sin borrar esa sonrisa divertida.
Lisa había estado dudando mucho tiempo, esos días habían sido una tortura, había incluso llorado muchas noches al sentirse una pecadora. Lo que sentía no estaba bien, no era lo que había elegido para su vida, no eran las enseñanzas de Dios.
Desde pequeña había tomado la decisión de entregarse en cuerpo y alma a Dios, pero en ese momento, sin siquiera haberlo planeado, se entregaba en cuerpo y alma a esa mujer, a esa maldita criminal que finalmente estaba consiguiendo lo que quiere.
—Tranquila...—Jennie murmuró, pero Lisa no podía oírla, sus latidos eran más fuertes que bloqueaban todo tipo de ruido. Pero al sentir el tacto de sus suaves dedos en su muslo, bajó la mirada a ella, donde finalmente la escuchaba— lo haremos primero lento...—Lisa soltó un leve jadeo cuando Jennie soltó esas palabras cerca de su centro, su solo aliento hizo que sus piernas temblaran— luego...tendrás que soportar todo de mí, porque no seré suave. ¿De acuerdo? —Jennie sonrió de lado, viéndose como una maldita egocéntrica al verla asentir ante sus palabras— buena chica...
Borrando su sonrisa, llevó su boca al centro de Lisa, y sin dejar de verla, pasó su lengua tan lentamente entre sus labios vaginales, mientras su sonrisa traviesa volvía a aparecer al ver el gesto jadeante y lujurioso de la novicia.
—Mierda.
Fue la primera palabra incorrecta que Lisa pronunciaba en su vida, y fue al sentir a Jennie comenzar a devorar su centro de manera tan exquisita, tan cuidadosa, y tan ruda a la vez.
Bueno, aquí comienza mi primera historia con smut. Espero no quedar en vergüenza porque estos temas no se me dan 👀
Felíz año nuevo 😊
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